Hacia rutas salvajes - Película - 2007 - Crítica | Reparto | Estreno | Duración | Sinopsis | Premios - decine21.com
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Hacia rutas salvajes
8 /10 decine21
Hacia rutas salvajes

Into the Wild

Premios

Oscar
2008
Nominada a 1 premio
  • Edición/Montaje
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Reparto

8 /10 decine21

Crítica Hacia rutas salvajes (2007)

Odisea hacia la verdad

Odisea hacia la verdad

Extraordinario y poderoso film del carismático actor y director Sean Penn, que recrea una impactante historia real. El guión escrito por el propio Penn está basado en el libro de Jon Krakauer, y supone la cuarta película de Penn como director, tras Extraño vínculo de sangreCruzando la oscuridad y El juramento. El archipremiado actor elige en este caso una aventura de superación, búsqueda, perdón y redención, para realizar una obra magna, de mucha mayor entidad que sus anteriores filmes. Penn se aleja asimismo de sus películas más fatalistas, porque, aunque no abandona del todo el territorio de la tragedia y su particular visión desgarrada de la existencia, recarga el film de toneladas de esperanza en el ser humano. El resultado es un film difícil de olvidar, emotivo, triste y alegre, tan bello como implacable. Pero aún contando con tan excelente material, seguramente el resultado habría sido inferior sin la ayuda de los actores, desde la adolescente Kristen Stewart hasta Catherine Keener o la colosal actuación del veterano Hal Holbrook, pasando claro está por el joven protagonista Emile Hirsch (Los amos de Dogtown), un actor con un futuro muy, pero que muy halagüeño. Y si el reparto es bueno, la dirección de actores por parte de Sean Penn se antoja absolutamente perfecta.

Cuando contaba veintidós años Christopher McCandless se graduó en la Emory University y, en contra de cualquier previsión de futuro, decidió hacer algo inaudito. Dejó de lado su carrera de derecho, donó todo su dinero ahorrado (24 mil dólares) a la organización Oxfam, y emprendió un camino en solitario hacia las inmediaciones del monte McKinley, en Alaska, con el objetivo, lleno de idealismo, de encontrar el sentido y la verdad de la existencia. Durante los dos años que duró su experiencia recorrió variadísimos lugares y conoció a multitud de personas.

Estamos ante un viaje espiritual, ante la particular odisea interior de un joven desesperado, desubicado interiormente, que ha perdido el norte de su existencia. Con la radicalidad del empuje juvenil decide romper con todo al no poder convivir por más tiempo con la mentira que reina a su alrededor: el engaño de sus padres y la relación con ellos, el afán de bienes materiales, las necesidades impuestas por la sociedad, etc. Chris es un magnífico estudiante, que, como el mismo dice creer, "tiene la cabeza en su sitio", y es un ávido lector de una serie de autores íntegros, radicales y valientes, escritores cuyas obras memoriza y que son sus verdaderos padres espirituales: Lev Tolstoi, Henry David Thoreau, Jack London o Boris Pasternak, entre ellos. Y un buen día Chris desaparece. Necesita nacer de nuevo, y para eso tiene que dejar atrás el pasado, incluso su nombre verdadero. Ni cartas, ni teléfono, ni dinero. Sólo lo puesto. Abandona Atlanta y emprende una vida errante hacia el oeste y luego el norte de Norteamérica, en un periplo en el que recorre miles de kilómetros durante dos años. "Antes que amor, dinero o fama, dadme la verdad", repetirá con Thoreau.

El film, fantásticamente estructurado, sitúa la acción en tres tiempos y lugares distintos: la primera, la del último punto de destino de Chris en Alaska, en Fairbanks, en donde vive como un héroe de novela de Jack London, de lo poco que caza con su rifle y de la contemplación de la naturaleza; la segunda, la de las diversas etapas de su trayecto (Dakota del sur, Colorado, California, Oregón, etc.), lo cual supone un hondo y fructífero itinerario espiritual gracias a las personas con las que coincide, con las que convive, a las que ayuda; y en tercer lugar, Penn inserta momentos de incertidumbre y dolor de la familia ignota, padre y madre que lloran a su hijo desaparecido, y de la voz en off de la hermana, cómplice en el fondo del camino emprendido por su hermano. Quizá puedan achacarse algunos pequeños defectos al conjunto, como el de que todas las personas que encuentra Chris sean tan buenas, tan dispuestas a ayudarle, tan, digamos, sabias, o de que sus padres estén escasamente dibujados, pero son detalles que se pierden ante la grandiosidad del resto.

Penn dirige con mano sabia y pulso narrativo notable, y la fotografía y la música ayudan a recrearse en los maravillosos paisajes de Estados Unidos. Hay muchos momentos de serena belleza, de contemplación, de autenticidad, en esta historia que remite a clásicos que van desde "La odisea" de Homero, hasta "En la carretera" de Kerouac. Sin embargo, menos importancia tiene el trayecto geográfico que el camino espiritual, porque, como en el "Walden" de Thoreau, Chris busca la verdad, la verdad desnuda, desprovista de artificios. Es como un asceta en busca de la Verdad, con mayúsculas. Por eso las conversaciones que tiene con la gente que encuentra a su paso –memorable la maravillosa relación con el anciano Ron– resultan tan claves para su iluminación interior. De todas formas, esos "pilares" del camino no impiden que, como el protagonista de Las aventuras de Jeremiah Johnson, Chris se sienta empujado obsesivamente hacia las montañas, hacia rutas salvajes, hacia el lugar ideal para encontrarse a sí mismo y entrar en la sabiduría anhelada: "La batalla culminante para matar lo falso y concluir la revolución espiritual".

Últimos comentarios de los lectores

Ariel Jose Gati - Hace 4 meses

No me gustó, es una reivundicación de la "espiritualidad" individualista, que hace creer que uno se aleja del sistema, cuando e realidad termina enredandoze en el mismo sistema, pero de otra manera. Reconosco que la critica me influyo negativamente y condiciono mi gustó al verla. Para los que saben el sugnificado de "positivismo tóxico", dudo mucho que les agrade el mensaje del film.

Mercedes - Hace 6 meses

El tema no es nuevo. San Agustín es un ejemplo vivo. Herman hess ya lo desarrollo en su obra "sidharta"

Miguel Angel - Hace 1 año

Interesante film, claramente calificable dentro del cine independiente. Ciertamente, el personaje y su planteamiento es un tanto extremo, pero, en medio de la mediocridad en la que habitualmente nos movemos, supone un canto a la libertad y a la verdad. El protagonista procura escuchar a todos y aprender de todos. Los diálogos son interesantes. Es un hombre joven y la opción que elige, siendo transgresora, merece también respeto. Si no, nos parecería mucho más adecuada la vida de tantos jóvenes que, aunque están con sus padres, realmente "pasan" de ellos. Su vida se reduce a ser mantenidos y a disfrutar de la discoteca y de la bebida. En cambio, Chris se cuestiona su vida, se pregunta por el modo de ser de sus padres y decide huir. Sin duda, su comportamiento produce dolor a sus seres queridos; pero se trata de un dolor que los mejora (como nos dice el film). ¿Le mejora también a él? Es posible que esto quede un tanto más velado, pero lo cierto es que es una persona servicial, cariñosa y cuya presencia alegra la vida de los demás. Con muchos con quienes se encuentra derrocha cariño y les alegra la vida; casi todos quieren que se quede. Este muchacho transpira vida, transpira libertad, busca la verdad. Los encuentros son variados: desde hippies hasta un anciano que hace varias referencias a Dios (algo siempre novedoso y que debe aplaudirse; hasta dice que va a Misa! en una película de 2007; bien!). Por último, el naturalismo del director no perdona algunos desnudos -ocasionales-, no hay escenas de sexo si bien el tema está presente a veces con desenfoques, como la relación con la chica, que Chris evita por la menor edad de aquella (se ve que está inmadura, cerca de sus padres pero desorientada y vacía). Chris tiene un objetivo y esto le lleva a conducir su vida sin ataduras. En definitiva: film interesante y recomendable. Quizás no llegaría al 8 pero no bajaría del 7.

RMNO5 - Hace 5 años

Sin querer juzgar a la persona real cuya historia relata (supuestamente) la película, el personaje que presenta el film se hace verdaderamente antipático y resulta difícil coincidir con la valoración de Decine21.

Se trata de un pijo malhumorado y ombliguista que, movido por el maltrato del padre a la madre y las mentiras sobre su familia, se marcha a "Alaska, con el objetivo, lleno de idealismo, de encontrar el sentido y la verdad de la existencia" (sic). Eso resulta una forma extremadamente edulcorada de describir la espantada del niñato, que desparece sin sin decirle a nadie dónde está y sin escribir nunca a su hermana, compañera de sufrimiento. Antes había obtenido excelente calificaciones en la Universidad en materias tan esotéricas como "Appartheid en la sociedad surafricana" y "Política africana contemporánea y la Crisis alimenticia en Africa". Naturalmente, se va a Alaska, no a África.

Dona casi todo el dinero que tiene ahorrado a una ONG, pero luego quema literalmente sus últimos dólares en billetes. Como es previsible, le hace falta dinero y trabaja para una cadena de hamburgueserías y en unas explotaciones agrícolas. Este "joven desesperado, desubicado interiormente, que ha perdido el norte de su existencia" se encuentra con toda clase de gente encantadora, de la cual logra hacerse querer extraordinariamente, a la vez que les va dando lecciones mediante citas intelectuales heteróclitas.

Una cierta redención ocurre al final, pero claramente insuficiente. El protagonista no se enfrenta a una de las frases que resumen la película y Decine21 no recoje: "A veces los hijos son tremendamente crueles con los padres". Todo se reduce a que anota en un libro "La felicidad solo es real cuando se comparte" y deja un cartel que dice "He tenido una vida feliz y doy gracias al Señor. Que Dios bendiga a todos", firmado con su nombre real, Christopher Johnson McCandless, como signo de que ha logrado su aspiración de que las cosas se llamen por su nombre. Pobre hermana sufriente y qué papelón hace con la voz en off que va contando cómo ve la aventura del fugado egocéntrico.

Tramposa, contradictoria, larguísima, la película no merece más de un 5, por las actuaciones y la buena fotografía.

5, no recomendar.

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