La cualidad más importante en un cinéfilo es, posiblemente, la curiosidad. Y de eso a Mark Cousins le sobra. El cineasta, historiador y autor de una obra de referencia en la historia del cine como 'Story of Film: An Odyssey' ha vuelto a los documentales de largo recorrido con 'Women Make Film', que se estrena este domingo en TCM coincidiendo con el Día de la Mujer. Este maratón increíble de 14 horas es un recorrido a través del arte de hacer cine. No, esto no es un documental sobre el rol cronológico de las mujeres en la historia del cine, sino más bien una clase magistral donde solo hay profesoras.

El resultado es un compendio de cuarenta preguntas fundamentales (¿Cómo se establece el tono de una película? ¿Cómo se introduce un personaje? ¿Qué significados se esconden tras los encuadres o el montaje? ¿Cómo se usan los primeros planos en la narrativa de una historia? ¿Cómo se ha retratado el amor, el descubrimiento, la niñez, los cuerpos o el sexo en el cine?) que nos sumergen en un océano de ideas visuales que exploran los modos en los que se puede construir un relato en la pantalla. Nombres olvidados como los de Kira Muratova, Cecile Tang, Márta Mészáros, Wendy Toye, Pirjo Honkasalo o la española Ana Mariscal encuentran un espacio para el recuerdo y la reivindicación en este documental, narrado por voces como las de Tilda Swinton, Jane Fonda o Thandie Newton.

Hablamos con Cousins de este proyecto que le ha llevado seis años de investigación, y donde reclama la importancia de algunas cineastas imprescindibles de la historia del séptimo arte, desde Agnès Varda hasta Claire Denis, celebrando su trabajo tras las cámaras centrándose más en las imágenes y no tanto en sus biografías personales manchadas en muchos casos por un sistema patriarcal. Fuera de la película, eso sí, el británico tiene claro que hay que luchar por reconocer los obstáculos que sufrieron esas cineastas que hoy no recordamos y colocarlas en la primera línea en la que debieran haber estado.

Photography, Projectionist, Black-and-white,
Getty Images

¿De dónde nace la necesidad de hacer este documental?
Para mí, esto va principalmente sobre cine. Me encanta hacer películas desde la admiración, pero también hago películas desde la ira, desde el enfado. Si creemos en la justicia social, si creemos en la igualdad entre seres humanos, tenemos que enfocarnos en aquellos lugares donde la situación no es igualitaria. En la historia del cine ha habido muchas mujeres directoras, pero, cuanto más descubro de ellas, más me doy cuenta de lo injusto que es el reducido lugar que ocupan en la cultura cinéfila. Es injusto cómo muchas de ellas han sido excluidas. Ellas lucharon, hicieron películas y fueron borradas de la historia del cine.

"Tengo problemas con la idea de que el cine hecho por mujeres tiene un lenguaje distinto"

¿Por qué?
Por muchas razones. Por ejemplo, porque la mayoría de críticos son hombres. Han sido borradas también porque muchas vienen de la Unión Soviética y por tanto su ideología era de izquierdas, y aquí en el mundo capitalista estos cineastas de izquierdas no tuvieron tantas facilidades para la distribución. También, muchas de estas mujeres trabajaban con presupuestos muy reducidos, sin ningún tipo de marketing o recursos publicitarios, y por eso sus películas no viajaron alrededor del mundo como otras sí pudieron. Así que hubo tanto motivos prácticos como prejuicios por ser mujeres.

¿Por qué decidiste no hacer una historia cronológica de las directoras de cine, sino más bien una clase magistral con extractos de sus películas?
Porque no quería hacer un trabajo biográfico sobre las vidas de estas mujeres, no quería componer una historia sobre la industria del cine, porque está el peligro de convertir a estas cineastas en víctimas del sistema. Sin duda fueron victimizadas por la historia, pero no quería recrearme en relatos de cómo sus carreras fracasaron o cómo se las excluyó de la industria. Lo que quería era tratarlas como artistas. Quería hablar de su trabajo y que éste hablase por sí mismo. Mis colaboradoras Tilda Swinton y Jane Fonda estaban de acuerdo con este enfoque para el documental, y muchas cineastas actuales que conozco me dicen cosas como: no me trates como una mujer cineasta, sino como una cineasta a secas. Así que esa es la idea: hablar sobre el trabajo y no sobre las dificultades a las que se enfrentaron. Aunque hay momentos en el documental en el que se habla sobre ello, la prioridad es explorar los encuadres, la puesta en escena, la dirección, el montaje, etc. Creo que ese el ángulo adecuado.

human, adaptation, barechested, happy,
'Beau Travail' de Claire Denis

Parece que la etiqueta de "mujer cineasta" es un arma de doble filo: ayuda a señalar artistas invisibilizadas por el sistema, pero al mismo tiempo las encasilla en una categoría de segunda.
Absolutamente. Cuando estudiaba en la universidad tenía una asignatura de literatura y otra asignatura de literatura de mujeres. Parece que creas una subsección. Aun así, tengo que decir que estoy de acuerdo con las cuotas, por ejemplo. Debemos presionar a los programadores de festivales, que siempre tienen esta excusa de que no hay suficientes películas dirigidas por mujeres, pero el problema es que no están buscando como deberían. Sí tengo problemas con la idea de que el cine hecho por mujeres tiene un lenguaje distinto. El cine es más andrógino, es un lugar de intercambio donde perdemos nuestra identidad de género de alguna manera.

Entonces, ¿crees que la 'female gaze' (mirada femenina) no existe tal y como la teorizaron figuras como Laura Mulvey en los años 70?
La idea de la 'male gaze' y la 'female gaze' fueron herramientas muy útiles en los años 70 para señalar sectores como el de la publicidad. Nos ayudaron a decir: ¿por qué necesitas una mujer semidesnuda para vender un coche? Esto fue útil e importante. Pero incluso la gente que empezó utilizando estos términos ahora dicen que eran obtusos y que tenemos que avanzar. El peligro es que estereotipamos a los hombres y mujeres al utilizar esas etiquetas. ¿Tienen Lynne Ramsay o Kathryn Bigelow una mirada femenina? ¿Tienen Pedro Almodóvar o Douglas Sirk una mirada masculina? No quiero ser estereotipado, no quiero que me digan que por ser un hombre tengo que ser fuerte y duro.

"Necesitamos una revolución en el gusto cinéfilo occidental"

Después de invertir seis años haciendo este documental, puedo hacer muy pocas generalizaciones sobre las mujeres cineastas. Puedo decir, eso sí, que las mujeres hacen más películas sobre mujeres, en las que los personajes centrales son mujeres en la mayoría de casos, pero también he oído decir a algunos críticos que las mujeres son mejores haciendo películas sobre la infancia, sobre relaciones sentimentales o sobre violencia de género. ¡Que os den! Las mujeres han hecho películas sobre guerra, político y cantidad de otros temas. Insisto: se pueden hacer muy pocas generalizaciones. Muchas de estas generalizaciones son bienintencionadas, se dicen para halagar a las mujeres cineastas, pero acaba siendo paternalista. A cineastas como Claire Denis les ofende profundamente lo de la mirada femenina. Dejad que cada uno tenga su propia mirada.

¿Necesitamos una nueva teoría fílmica feminista?
Sí, totalmente. Creo que fue muy útil en su momento, de verdad, y la idea del placer visual fue muy importante. Pero ya es redundante.

En el documental utilizas el formato de 'road movie'. ¿Por qué?
Sí. Mira, he tenido una educación católica y durante mi infancia solíamos hacer peregrinaciones. Era una idea muy importante. Tilda Swinton y yo hicimos esta peregrinación por Escocia en la que sacamos el cine a la carretera gracias a 'Women Make Film'. Los espectadores verán mucha carretera, pero no sabrán hasta el final adónde se dirige este viaje. ¿Has visto ya el final?

¡Aún no!
¿Puedo decírtelo?

Venga.
Después de 14 horas conduciendo, llegamos a la tumba de Alice Guy-Blaché. Así que la película es realmente un peregrinaje de 14 horas hasta la tumba de la primera directora de la historia del cine. Está enterrada en Nueva Jersey, con una lápida muy modesta, casi olvidada.

Alice Guy Blaché
Alice Guy Blaché

¿Hemos cambiado, o quizás deberíamos cambiar, la forma en la que hablamos de las películas hoy?
Para contestar, primero tengo que aclarar que hablamos de la crítica de cine en el mundo occidental, donde hay ciertas ideas y valores que se trasladan a la crítica de cine: minimizar los problemas es bueno, el sentimentalismo es malo, los relatos oscuros son buenos, la alegría es mala... Estos son los estereotipos generales que puedes encontrar en muchas culturas cinéfilas. A los hombres les gustan películas oscuras y violentas, que no tengan estallidos de emoción. Les preocupan tendencias como el 'camp', que es una tendencia que revolucionó la idea de lo que es bueno y malo en el arte. Les preocupa el color y lo visual. Si esta gente hubiese estado presente cuando 'Cantando bajo la lluvia' se estrenó seguro que le hubiesen dado malas críticas, porque es una película que hace algo que en realidad es muy difícil: retratar la alegría, y optimismo, y luminosidad. Por eso, en Occidente, a la mayoría de críticos no les gusta el cine de Bollywood, el cine hindi, porque está lleno de música, baile y luz. Necesitamos una revolución en el gusto cinéfilo occidental para abrirnos a otros modos de existencia más allá de la tragedia. Me encantan Bresson, Scorsese, Tarkovski o Fassbinder, estos directores que realmente hicieron un cine muy oscuro, pero también me apasionan Almodóvar y el cine más luminoso de John Waters. ¡Y Agnès Varda! Cuánta luminosidad hay en su cine. Captura el mundo en su mano de una manera increíble, y por eso es una de las cineastas más importantes de la historia del cine. O los y las cineastas iraníes, que no tienen la mentalidad occidental y están mirando hacia otras partes del espectro humano, más allá de lo trágico, lo violento o lo indescifrable.

"Los críticos no responden al arte, sino que hacen arte"

¿Crees que internet ha ayudado a expandir estas fronteras?
Ha tenido cosas positivas y negativas. El caso es que muchos de los hombres críticos arquetípicos occidentales de los que estábamos hablando no tienen sus mentes demasiado abiertas. Llevan en este trabajo durante demasiado tiempo y están demasiado convencidos de sus propios valores, no van a cambiar sus opiniones ahora. Aún recuerdan cuando vieron por primera vez 'Taxi Driver' y no son capaces de dejarlo ir. Pero las nuevas generaciones no tuvieron la oportunidad de ver esas películas en aquella época, y, aunque seguro que les gusta, son gente que viene de culturas más visuales, de una historia del cine más diversa. Sus opiniones son muy valiosas y podemos acceder a ellas más fácilmente que nunca.

¿Crees que aún es relevante la figura del crítico de cine?
Sí, sí lo creo. Creo que todo sector necesita sus representantes, sus guías, sus benefactores. Nunca he creído en la figura del crítico como alguien que sienta cátedra, que juzga y da una nota del 1 al 10 o pone estrellitas. Nunca he hecho una crítica de ese modo. Pero creo que el mundo es un lugar complejo. Para mí, los críticos de cine son artistas que deberían contar historias y escribir poesía sobre dónde nos encontramos y quiénes somos. La crítica de cine es un arte. Los críticos deberían usar el lenguaje de la forma más rica posible y deberían pensar de la forma más imaginativa posible. No responden al arte, sino que hacen arte.

Jury Photocall - 74th Venice Film Festival
Alessandra Benedetti - Corbis//Getty Images

Eso me hace pensar en tu estilo como crítico, que no es para nada académico. ¿Es una manera de acercarte a quienes te escuchan?
La verdad es que no me gusta el lenguaje académico, no lo uso nunca y lo cierto es que la mayoría del tiempo ni siquiera lo entiendo. Vengo de la clase trabajadora, donde el cine es un arte popular, y quiero que la gente de cualquier estrato social sea capaz de ver y disfrutar a través de mi trabajo un amplio tipo de películas. No quiero hacerlo solo para los intelectuales. Esa es una de las razones por las que mi tipo de narración es más simple, en cierta manera. Pero, honestamente, siempre me siento como un niño frente al cine. No me siento una persona intelectual, me siento inocente y alegre, y por eso mi lenguaje suele ser muy pasional. No intento esconderme detrás de una fachada profesional, no intento decirte todo el rato cuántas cosas sé sobre cine. No quiero esconder mi corazón. Lo expongo públicamente. Tienes que estar desnudo y vulnerable delante de una película, y permitirte a ti mismo emocionarte. Y es algo contagioso. La gente siente mi pasión en mi trabajo, me lo dicen muy a menudo. Sin duda eso explicaría mi personalidad como documentalista. Hay un tipo de crítica académica que es muy seca, como un cerebro metido en un frasco. ¡No somos solo cerebros! Somos humanos con un sistema nervioso. Necesitamos más poesía.

No te cansas de afrontar retos muy ambiciosos. ¿Qué será lo siguiente?
Estoy adaptando un libro que publiqué hace unos años, 'The Story of Looking', en una película. Recientemente me diagnosticaron una catarata en un ojo y me hizo reflexionar: toda mi vida se basa en la emoción de ver y ahora apenas puedo hacerlo. No es grave, se puede arreglar, pero de alguna manera me ha hecho valorar más aún si cabe la capacidad de observar, así que ahora mismo estoy haciendo una película muy personal sobre ese tema. No solo sobre el arte, sino el mundo de lo visual en general. Cómo observamos a nuestros familiares, a quienes queremos, a las puestas de sol, a los cadáveres, desde los deportes hasta la ciencia… Es un proyecto en el que me pregunto qué es lo valioso de observar. En la época de Skype, la realidad virtual y los 'smartphones', qué ha cambiado realmente en nuestra forma de mirar al mundo.

Aún hay mucho que aprender.
Absolutamente. Mi ignorancia es mi mejor amiga. Aquello que no sé es mucho más importante que aquello que sí sé. Hay gente que está descubriendo ahora mismo a Agnès Varda, y eso es increíble, hay todo un 'vardaverse' por descubrir. Pero yo ya he estado ahí, lo he explorado durante décadas, y ahora quiero explorar otros universos. Y, como es habitual, estoy determinado a hacerlo recorriendo tantas culturas, géneros, sexualidades y espacios como sea posible. Aunque estoy encantado de conocer a cualquier nuevo cineasta hombre blanco heterosexual, ¡que me lo traigan!, quiero asegurarme de poner atención en artistas tan diferentes como me sea posible.

preview for Curated MULAN Fotogramas
Headshot of Mireia Mullor
Mireia Mullor

Mireia es experta en cine y series en la revista FOTOGRAMAS, donde escribe sobre todo tipo de estrenos de películas y series de Netflix, HBO Max y más. Su ídolo es Agnès Varda y le apasiona el cine de autor, pero también está al día de todas las noticias de Marvel, Disney, Star Wars y otras franquicias, y tiene debilidad por el anime japonés; un perfil polifacético que también ha demostrado en cabeceras como ESQUIRE y ELLE.

En sus siete años en FOTOGRAMAS ha conseguido hacerse un hueco como redactora y especialista SEO en la web, y también colabora y forma parte del cuadro crítico de la edición impresa. Ha tenido la oportunidad de entrevistar a estrellas de la talla de Ryan Gosling, Jake Gyllenhaal, Zendaya y Kristen Stewart (aunque la que más ilusión le hizo sigue siendo Jane Campion), cubrir grandes eventos como los Oscars y asistir a festivales como los de San Sebastián, Londres, Sevilla y Venecia (en el que ha ejercido de jurado FIPRESCI). Además, ha participado en campañas de contenidos patrocinados con el equipo de Hearst Magazines España, y tiene cierta experiencia en departamentos de comunicación y como programadora a través del Kingston International Film Festival de Londres.

Mireia es graduada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y empezó su carrera como periodista cinematográfica en medios online como la revista Insertos y Cine Divergente, entre otros. En 2023 se publica su primer libro, 'Biblioteca Studio Ghibli: Nicky, la aprendiz de bruja' (Editorial Héroes de Papel), un ensayo en profundidad sobre la película de Hayao Miyazaki de 1989.