Biografia de Claudio Monteverdi

Claudio Monteverdi

(Cremona, actual Italia, 1567 - Venecia, 1643) Compositor italiano. La figura que mejor ejemplifica la transici�n en el �mbito de la m�sica entre la est�tica renacentista y la nueva expresividad barroca es la del cremon�s Monteverdi. Educado en la tradici�n polif�nica de Tomás Luis de Victoria, Orlando di Lasso y Palestrina, este m�sico supo hacer realidad la nueva y revolucionaria concepci�n del arte musical surgida de las teor�as de la Camerata Fiorentina, que, entre otras cosas, supuso el nacimiento de la �pera.


Monteverdi

Hijo de un m�dico de Cremona, Claudio Monteverdi se dio a conocer en fecha bastante temprana como compositor: public� su primera colecci�n de motetes en Venecia cuando s�lo contaba quince a�os. Su maestr�a en el arte de ta�er la viola le vali� entrar en 1592 al servicio del duque Vincenzo Gonzaga de Mantua, a la saz�n una de las cortes m�s pr�speras de Italia.

Tras seguir a su se�or en la campa�a contra los turcos en Austria y Hungr�a y visitar Flandes (viajes �stos que le permitieron conocer otras escuelas musicales ajenas a la italiana), fue nombrado maestro de capilla de Mantua en 1601, con la funci�n de proveer toda la m�sica necesaria para los actos laicos y religiosos de la corte.

Una fecha clave en su evoluci�n fue la del a�o 1607, en que recibi� el encargo de componer una �pera. El reto era importante para un compositor educado en la tradici�n polif�nica que hasta aquel momento hab�a destacado en la composici�n de madrigales a varias voces, pues se trataba de crear una obra seg�n el patr�n que Jacopo Peri y Giulio Caccini, ambos m�sicos de la Camerata Fiorentina, hab�an establecido en su Euridice, una obra en un nuevo estilo, el llamado stile rappresentativo, caracterizado por el empleo de una sola voz que declama sobre un somero fondo instrumental. Una pieza dram�tico-musical, en fin, en que a cada personaje le correspond�a una sola voz.

Esto, que hoy puede parecer pueril, en la �poca supon�a un cambio de mentalidad radical: el abandono de la polifon�a, del entramado arm�nico de distintas voces, por el cultivo de una �nica l�nea mel�dica, la monodia acompa�ada. El resultado fue La favola d'Orfeo, composici�n con la que Monteverdi no s�lo super� el modelo de Peri y Caccini, sino que sent� las bases de la �pera tal como hoy la conocemos.

El �xito fue inmediato y motiv� nuevos encargos, como L'Arianna, �pera escrita para los esponsales de Francisco de Gonzaga y Margarita de Saboya, de la que s�lo subsiste un estremecedor Lamento. La muerte en 1612 de su protector, Vincenzo Gonzaga, motiv� que el m�sico trocara Mantua por Venecia, donde permaneci� hasta su muerte. Maestro de capilla de la catedral de San Marcos, compuso la magistral colecci�n Madrigali guerrieri et amorosi. Las composiciones religiosas ocupan un lugar destacado en su quehacer durante esta larga etapa. Tambi�n las �peras: en 1637, cuando el compositor contaba ya setenta a�os, abrieron sus puertas en Venecia los primeros teatros p�blicos de �pera y, l�gicamente, se solicitaron a Monteverdi nuevas obras.

Desde que el m�sico escribiera Orfeo, el espect�culo hab�a evolucionado considerablemente: de la riqueza vocal e instrumental de las primeras �peras se hab�a pasado a un tipo de obras en las que la orquesta quedaba reducida a un peque�o conjunto de cuerdas y bajo continuo, sin coro; adem�s, la distinci�n entre recitativo y arioso se hab�a acentuado. A pesar de estas diferencias, Monteverdi supo adaptarse a las nuevas circunstancias con �xito: las dos �peras que han llegado hasta nosotros, Il ritorno d'Ulisse in patria y L'incoronazione di Poppea, son dos obras maestras del teatro l�rico, de incontestable modernidad.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].