En nuestro imaginario colectivo existen acontecimientos, como la caĆdaĀ de Constantinopla (1453), que han sido considerados hitos definitorios del āfin de una Ć©pocaā. Esta sensaciĆ³n se acrecienta por el hecho de que el Ćŗltimo bastiĆ³n del Imperio romano y sĆmbolo de la civilizaciĆ³n grecolatina cayĆ³, precisamente, en manos del otro: el Imperio otomano.
Sin embargo, podemos rastrear atisbos de decadencia con anterioridad: concretamente, en el cese del esplendor de la que fuese capital del Imperio bizantino, tuvieron un papel fundamental las potencias occidentales, mediante el sitio y saqueo de Constantinopla.
La Cuarta Cruzada: Venecia y el comercio mediterrƔneo
El sitio y saqueo de Constantinopla (1203-1204)
En julio de 1203, los cruzados entraron en Constantinopla y colocaron efĆmeramente en el trono imperial a Alejo IV Ćngelo (r. 1203-1204), quien poco despuĆ©s morĆa asesinado. Ni Alejo ni sus sucesores consiguieron abonar la suma pactada con Venecia, hecho que terminĆ³ provocando el sitio y saqueo de Constantinopla.
El hipĆ³dromo fue uno de los edificios que mĆ”s sufriĆ³ el expolio latino: la Columna Serpentina, que conmemoraba la victoria griega en las Guerras MĆ©dicas, quedĆ³ seriamente desmembrada; y la cuadriga de bronce que coronaba las carceres del hipĆ³dromo desde el siglo IV, terminĆ³ decorando la fachada de la BasĆlica de San Marcos (Venecia).
Entre el sitio y la entrada definitiva en Constantinopla tuvieron lugar una serie de incendios, provocados por los latinos, que devastaron el centro y norte de la ciudad: en julio de 1203, uno destrozĆ³ el 50% de la urbe, daƱando seriamente el hipĆ³dromo, Santa SofĆa y dejando sin hogar ni bienes a unas 20.000 personas. En abril de 1204, otro incendio destruĆa el tercio oriental de la urbe.
Como suele suceder, la barbarie tambiĆ©n se perpetrĆ³ sobre las personas, especialmente durante los primeros dĆas de saqueo. En Constantinopla, la tensiĆ³n adicional entre dos formas de entender la Cristiandad motivĆ³ que los religiosos y los edificios eclesiĆ”sticos se convirtieran en un blanco especial de la violencia latina: destrucciĆ³n y expolio de decenas de iglesias (Santa SofĆa, Iglesia de los Santos ApĆ³stolesā¦) y de sus iconos sagrados (como el de la Virgen o el de San Demetrio), asesinatos de sacerdotes, violaciones de monjasā¦Dichas humillaciones marcaron la ruptura definitiva entre la Cristiandad latina y la griega-ortodoxa.Ā
La ruta de la seda y sus alternativas en los siglos XII y XIII - Revista de Historia
06/04/2020 @ 15:17
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