El Misterio de Edwin Drood, Charles Dickens

[The Mystery of Edwin Drood]. Novela de Charles Dickens (1812-1870), interrumpida por la muerte del autor y publicada en Londres en 1870.

El padre de Edwin Drood y el de Rosa Bud, ambos viudos, antes de morir prometieron a sus respectivos hijos. Rosa ha sido educada en la escuela de miss Twinkleton en Cloisterham, donde Edwin tiene un tío, John Jasper, director de los coros de la catedral, unidos ambos por un fuerte afecto. Lo acordado es que los jó­venes se casarán apenas Edwin sea mayor de edad, aunque este acuerdo ha sido des­de luego fatal para el amor. Jasper, hom­bre hipócrita y siniestro, que da lección de música a Rosa, la ?ama apasionadamente, pero a ella sólo le inspira terror y disgus­to. Hay además otros dos huérfanos, Neville y Elena Landless, que se hacen enemigos de Edwin, porque Neville admira a Rosa y no puede tolerar el modo como la trata Edwin. La enemistad de los dos jóve­nes es secretamente fomentada por Jasper, y ambos tienen entre sí una violenta dispu­ta. Durante la última visita de Edwin a Cloisterham, antes de la boda, Rosa y él re­conocen que el matrimonio no podrá traer­les la felicidad, y rompen el compromiso.

Pero Edwin no dice nada de esto a Jasper. Aquella misma noche, Edwin desaparece. Las circunstancias hacen pensar en que haya sido asesinado por Neville Landless y Jasper hace lo posible porque todos lo crean. Pero Jasper sabe, con verdadera de­sesperación, que el noviazgo entre Edwin y Rosa había sido roto antes de que Edwin desapareciera, y su extraño modo de comportarse es notado por Mr. Grewgious, el excéntrico y buen tutor de Rosa. Neville es detenido, pero como no se ha encontrado el cuerpo de Edwin, lo ponen en libertad sin proceso. La opinión pública lo condena, y se ve obligado a irse a estudiar a Lon­dres. Jasper continúa sus maquinaciones contra Neville, y Rosa huye a Londres, por miedo a Jasper. El embrollo se complica por la intervención de Mr. Grewgious, ayu­dado por el canónigo Crisparkie, y por un nuevo aliado, el oficial de marina retirado Mr. Tartar, que trata de proteger a Rosa. No hay indicios de cómo hubiese podido acabar la novela. Se han hecho muchas conjeturas; las más lógicas son la de que Edwin no haya muerto, sino que se halle oculto; y la de que Drood sea el misterioso Mr. Datchery, que dirige las pesquisas con­tra Jasper.

Hay muchas figuras menores, entre ellas las más notables la de Mr. Sapsea, subastador y síndico, hombre fatuo y extraño; Mr. Honeythunder, filántropo; el oscuro albañil Durles y su ayudante «Deputy». El interés de esta última novela de Dickens reside sobre todo en la curiosidad, por el sentido de «misterio» no resuelto e imposible de resolver. Son interesantes y están hechas amorosamente las descripcio­nes de la ciudad de Rochester. El resto es de un Dickens cansado y enfermo, que sin embargo conserva vivacidad y humor mez­clados con una pasión demasiado evidente por las complejidades novelescas induda­blemente inferiores.

A. Camerino