Las Filipinas hasta la muerte de Miguel López de Legazpi (I): Desde los fracasos por conquistar las islas y los problemas con Portugal hasta la fundación de Manila en la isla de Luzón
En un episodio anterior de esa misma serie titulado El Galeón de Manila relatamos los acontecimientos ocurridos en las Filipinas antes del Tornaviaje llevado a cabo por religioso agustino Fray Andrés de Urdaneta.
Este zarpó de la Isla de Cebú (en la provincia de Cebú, región de las Visayas Centrales en el archipiélago del mismo nombre, en las Filipinas) primero de junio de 1565 y arribó a Acapulco (puerto del Estado de Guerrero en la costa del Océano Pacífico mejicano) en octubre del mismo año, logrando, por primera vez, viajar desde Filipinas a Nueva España (Méjico) cruzando el Océano Pacífico de oeste a este.
Consiguió abrir una ruta entre los continentes asiáticos y americano cruzando el océano que se mantuvo operativa durante 250 años, hasta 1815.
Para ello hubo que esperar 44 años, Magallanes llegó a las Islas Filipinas en 1521 y el tornaviaje se completó en 1565.
Durante estos años se llevaron a cabo varios intentos que fracasaron. El primero, fue llevado a cabo por una de las dos naves supervivientes de la expedición de Magallanes, mientras la Victoria volvía a España siguiendo la ruta portuguesa por el Cabo de Buena Esperanza (situado en el extremo sur de África) bordeando África, la Trinidad intentaba volver siguiendo la ruta que cruzaba el Océano Pacífico de Este a Oeste
Pero no lo logró y sus supervivientes, después de pedir ayuda a los portugueses, regresaron a España en 1527.
Los siguientes intentos, expediciones de García Jofre de Loaísa y El Cano en 1525,
Álvaro Saavedra en 1527 y Ruy López de Villalobos en 1542 fracasaron y los supervivientes regresaron, con ayuda portuguesa (a veces después de un largo y doloroso cautiverio), por la ruta del Cabo de Buena Esperanza.
El nombre de Filipinas le fue dado al archipiélago, en honor al príncipe Felipe futuro rey Felipe II, por Ruy López de Villalobos en 1543 cuando arribó a la isla de Leyte.
Esta misma expedición, llevó a cabo dos intentos fracasados de regresar a Nueva España.
El primero en 1543, cuando Bernardo de la Torre al mando del navío San Juan de Letrán que tuvo que regresar a Filipinas, aunque descubrió las islas de los Volcanes o Islas Vulcano (archipiélago formado por tres islas pertenecientes a Japón nominadas Kita Iwo Jima, Iwo Jima y Minami Iwo Jima).
El segundo intento con la misma nave, San Juan de Letrán, en 1545, fue llevado a cabo por el capitán Iñigo Ortiz de Retes que también fracasó. Pero descubrió unas islas con gentes con aspecto distinto, de piel de color oscuro, por lo cual nombraron a la isla Nueva Guinea al recordarle a los aborígenes de la Guinea africana (la segunda mayor isla del mundo situada al norte de Australia, también conocida como Papúa. Dividida en dos mitades, una de ellas pertenece a Indonesia y la otra a Papúa Nueva Guinea).
En 1559, el rey Felipe II envió una carta al virrey de Nueva España ordenándole la organización de una expedición a las islas de Poniente (como se llamaban las Filipinas en la época), respetando los acuerdos del Tratado de Zaragoza de 1529 por el que se delimitaban los territorios de influencia española y portuguesa en Asia.
Al mismo tiempo, enviaba otra al religioso agustino Fray Andrés de Urdaneta pidiéndole que participase en la expedición proyectada.
Al frente de la expedición se eligió a Miguel López de Legazpi, un guipuzcoano de Zumárraga que había ocupado cargos importantes en el virreinato de Nueva España y que fue nombrado Almirante, General y Gobernador de todas las tierras que conquistase.
Los navíos fueron construidos en Nueva España y durante el dilatado periodo de construcción, el Virrey formo una junta para el estudio de las rutas previstas y del destino. A dicha junta pertenecía Urdaneta quien opinaba que las Filipinas estaban incluidas en la zona de influencia portuguesa por lo que proponía que la expedición se dirigiese a Nueva Guinea.
Opinión contraria tenía Juan Pablo de Carrión, un castellano de Carrión de los Condes (Palencia) que había participado en la expedición de Ruy López de Villalobos, quien opinaba que el destino debería ser Filipinas porque estaba próximas a China y de las Molucas.
Carrión fue nombrado Almirante de la expedición, pero renunció al mando.
La expedición, compuesta por cinco naves y unos 380 hombres de los cuales 180 eran soldados bien armados. Era una expedición de conquista en la que se integraba el capitán Martín de Goiti, un experimentado soldado que había combatido en Flandes y en Italia. También formaba parte de la expedición el nieto de Legazpi, Felipe de Salcedo.
Zarpó el 21 de noviembre de 1564 con suministros para un año. A los cuatro días de navegación se abrieron los pliegos secretos con las instrucciones reales en la que se ordenaba que el destino fuera las Filipinas y que se siguiera el rumbo de Ruy López de Villalobos.
Durante 74 días navegaron por el Océano Pacífico y descubrieron las islas Barbudos (actuales Marshall, Republica de las Islas Marshall en la región de Micronesia), alcanzaron las islas de Los Ladrones (Guam en las Islas Marianas) de las que tomaron posesión y arribando, el 13 de febrero, a la isla de Samar (Visayas Orientales, Republica Filipina).
El 20 pasaron a la Isla de Leyte y el 14 de marzo, las corrientes los llevaron a la isla de Bohol (Visayas Centrales), donde fueron recibidos con actitud hostil y desconfiada debido a las tropelías cometidas por los portugueses en la zona.
Fueron necesarias todas las habilidades diplomáticas de Legazpi para hacerlos desistir de su actitud y conseguir que les suministraran provisiones.
El 22 de abril, la expedición abandonó Bohol y se trasladó a la Isla de Cebú. En esta isla fundó la primera población española en Filipinas, la villa de San Miguel. Se construyó con un recinto fortificado con reducto, iglesia y almacenes.
La villa ocupaba el lugar de un pueblo quemado en una escaramuza con el reyezuelo de la isla. En ella se encontró el famoso Niño Jesús de Cebú, una escultura que habían dejados los tripulantes de le expedición de Magallanes.
Una vez pacificada la isla, se alistó la mejor y mayor nave, la San Pedro, para su retorno a Nueva España. La puso al mando de su nieto Felipe Salcedo y embarcándose en ella Urdaneta.
El objetivo era comprobar las teorías de este último y comunicar las noticias al Rey a través del virrey de Nueva España. La misión fue un éxito que abrió el camino a través del océano.
Mientras tanto, en la villa de San Miguel, Legazpi construyó pequeñas embarcaciones para reconocimiento del archipiélago, además de sofocar una rebelión entre su gente cuyos cabecillas fueron ahorcados.
Al enterarse los portugueses de la presencia de españoles en la zona, enviaron requerimientos y amenazas. Enviando una flota mandada por Gonzalo Pereira y compuesta de treinta naves de distinto porte con unos 600 soldados europeos, además de muchos nativos.
Pereira afirmó que las islas estaban en la zona de influencia portuguesa y amenazó a los españoles con expulsarlos y ponerlos a disposición de las autoridades portuguesas para ser devueltos a España.
Bloqueó el puerto para evitar la llegada de alimentos y apresó una fragata cargada de arroz con soldados españoles. Intentó desembarcar, pero fue rechazado por los cañones españoles y obligando a retirarse hacia el mar.
Reanudadas las conversaciones, acordaron esperar a que los reyes de los dos países resolvieran a quienes pertenecían las islas.
Desde 1566 empezaron a llegar soldados y colonos que permitieron a Legazpi consolidar su posición y anexiona la isla de Panay (Visayas Occidentales), donde construyó una nueva fortaleza.
Dos regiones se resistieron a la colonización, los habitantes de las montañas de las islas de Luzón y los moros de la isla de Mindanao y del archipiélago de Joló. Los intentos de reconquista de Luzón, comenzados por Salcedo en el siglo XVI y continuaron en el siglo siguiente.
En 1569, embarcaciones de moros procedentes de la isla de Joló atacaron Panay, pero las galeotas construidas por Legazpi los derrotaron en un combate naval. Los moros de Mindanao y del archipiélago de Joló fueron un constante quebradero de cabeza durante toda la época de colonización española
Ese mismo año llegaron las Reales Cédulas de Felipe II nombrándole Gobernador Capitán General y Adelantados de las islas de los Ladrones y autorizándole para fundar ciudades y consolidar lo conquistado.
Un año más tarde atacó Luzón, isla en la que fundó la ciudad de Manila y estableció en ella la capital.
Murió repentinamente debido a un infarto en 1572.
Su sucesor como Gobernador fue Guido de Lavazares, un sevillano que fue maestre de campo y Contador en la expedición de Legazpi.
Joaquín de la Santa Cinta, autor de «50 héroes españoles olvidados» y «135 Presidentes del Ejecutivo español en la Decadencia española (1788 -1905)»
Para saber más:
- Diccionario Biográfico. Real Academia de la Historia.
- Fernández Duro, Cesáreo. Historia de la Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. VII, Expediciones a Ultramar. Instituto de Historia y Cultura Naval.
- Sierra de la Calle, Blas. La expedición de Legazpi-Urdaneta (1564-1565). El tornaviaje sus frutos. Director del Museo Oriental de Valladolid.
- Santa Cinta, Joaquín de. El galeón de Manila. Núm. 6 de sesta serie, publicado en El Correo de Pozuelo el 2023/12/15.
- Santa Cinta, Joaquín de. Juan Pablo de Carrión.50 Héroes españoles Olvidados.