Albert Fish, el monstruo caníbal que practicaba el masoquismo y murió en la silla eléctrica

Albert Fish, el monstruo caníbal que practicaba el masoquismo y murió en la silla eléctrica

Esta es la macabra historia de Albert Fish, conocido asesino estadounidense que practicó el canibalismo y el masoquismo. Así ocurrió todo.

Creado:

Actualizado:

En su familia había antecedentes de trastornos mentales. Ello no solo tocó la mente sino también el destino de Albert Fish, apodado el Hombre Gris, uno de los peores asesinos seriales estadounidenses que tenía parafilias como la coprofagia y comportamientos masoquistas. Como si eso no fuera suficiente, practicó el canibalismo y la pederastia. Conoce su oscura historia.

Albert Fish: primeros años

Nació un 19 de mayo de 1870 en Washington D.C., la capital estadounidense. Desde temprana edad sufrió la muerte de su padre (quien era 43 años mayor que su madre), algo que trastocó el seno familiar.

Incapaz de cuidarlo, su madre decidió dejarlo en un orfanato donde Albert conoció el verdadero dolor, al mismo tiempo que el placer. Otros niños le daban palizas que a Fish le provocaban sensaciones agradables a nivel físico, según sus biógrafos.

Cuando tenía nueve años se cayó de un árbol y sufrió un traumatismo craneoencefálico que le provocó fuertes dolores de cabeza durante gran parte de su vida.

TAMBIÉN LEE: Charles Starkweather, el asesino adolescente que obsesionó a Stephen King en su niñez

Adolescencia, hipersexualidad y matrimonio

Llegado a los 12 años de edad, en 1882, Fish tuvo su primera experiencia sexual con un niño mayor que él. Se dice que comenzó a asistir a baños públicos con el deseo de ver a hombres desnudos. Al mismo tiempo comenzó a desarrollar hábitos como beber orina o comer heces fecales.

A partir de los 20 años comenzó a prostituirse por un periodo corto en la ciudad de Nueva York, pero poco después regresó a casa de su madre debido a problemas financieros. Preocupada por el devenir de su hijo, su madre organizó un matrimonio arreglado entre Fish y una mujer 14 años mayor que él.

Albert Fish asesino en serie

Albert Fish antes de ser ejecutado en la silla eléctrica.Albert Fish asesino en serie

Ambos se trasladaron a Nueva York, donde Fish consiguió un empleo como pintor. Ello le permitió pasar mucho tiempo fuera de casa, lo cual aprovechó para comenzar con una de las prácticas más controvertidas de su vida: el acoso de menores de edad.

Cuando Fish tenía 47 años, su mujer decidió abandonarlo por otro hombre. Años más tarde, Fish afirmaría que tras el divorcio comenzó a escuchar voces en su cabeza. Una de ellas era la del apóstol San Juan.

En esta misma época comenzaron sus hábitos de autocastigo: se golpeaba a sí mismo, se insertaba alfileres en los testículos y empapaba algodones con alcohol, se los metía en el ano y les prendía fuego.

TAMBIÉN LEE: Andréi Chikatilo: el asesino serial y caníbal ucraniano que aterrorizó a la Unión Soviética

El asesinato y la carta de Grace Budd

Fish fue un asesino tardío: a sus 60 años mató a un hombre llamado Thomas Bedden en Delaware y más adelante asesinaría a un niño afroamericano en Maryland. Cometió la mayoría de sus asesinatos entre 1910 y 1930. Prefería niños con problemas mentales o negros, pues pensaba que serían menos buscados por sus familias y la policía.

Grace Budd

Grace BuddGrace Budd

Pero la mayor monstruosidad cometida por el Hombre Gris ocurrió en 1934 cuando asesinó a una niña llamada Grace Budd. No conforme con ello, escribió una carta dirigida a los padres de la menor donde daba detalles de lo que le hizo a la niña. Además de los escabrosos detalles, Fish era amigo de la madre de la víctima.

“Querida señora Budd. En 1894 un amigo mío zarpó como marinero en un barco a vapor llamado el “Tacoma”. Se trataba del capitán John Davis. Zarparon desde San Francisco con destino a Hong Kong. Una vez llegaron a tierra, mi amigo y otros dos se adelantaron y se emborracharon. Cuando volvieron el barco había desaparecido.

En esos momentos había una hambruna en China. La carne de cualquier tipo costaba entre uno y tres dólares por libra (una libra equivale a 0,45 kilogramos). El sufrimiento era tan grande que los niños menores de 12 años eran vendidos como comida para evitar que la población muriese de hambre. Un niño o una niña de 14 años no estaba a salvo en la calle. Podías ir a cualquier carnicería y pedir una chuleta, un filete o carne para cocido. Entonces te traían parte del cuerpo desnudo de un niño o niña y tú elegías que parte querías. El trasero era la parte más dulce y era vendida como una chuleta de ternero al más alto precio.

John estuvo allí tanto tiempo que adquirió gusto por la carne humana. Cuando regresó a Nueva York secuestró a dos niños, uno de 7 y otro de 11. Los llevó a su casa, los desnudó, los ató en un armario y quemó todo lo que llevaban. Varias veces al día y en la noche los golpeaba y torturaba para que la carne se ablandara.

Primero mató al de 11 años porque tenía el trasero mas gordo y, por supuesto, con más carne. Cada parte de su cuerpo fue cocinada y devorada. Fue asado en el horno, hervido, freído y cocido. El chico más pequeño fue el siguiente y fue cocinado de la misma manera. En esa época yo vivía en la calle 409 E. 100. A menudo me decía lo bien que sabía la carne humana, así que decidí probarla.

El día 3 de junio de 1928 le cité en la calle 406 W. 15 y le llevé un tarro con queso y unas frambuesas. Merendamos. Grace se sentó en mi regazo y me dio un beso. Fue cuando decidí que me la comería.

Con el pretexto de llevarla a una fiesta me dijiste que sí. La llevé a una casa vacía en Westchester que había escogido previamente. Cuando llegamos le dije que esperara fuera. Se puso a recoger flores silvestres. Yo me dirigí escaleras arriba y me desnudé. Sabía que si no mis ropas se mancharían de sangre.

Cuando todo estuvo listo la llame a través de la ventana. Me escondí en el armario hasta que entró a la habitación. Cuando me vio desnudo empezó a llorar y trató de huir por las escaleras. La atrapé y le dije que la acusaría con su madre.

Primero la desnudé. Arañaba, pateaba y mordía. La asfixié hasta matarla, entonces la corté en pequeñas piezas para poder llevar la carne hasta mi habitación, la cociné y me la comí. Su trasero asado al horno era dulce y tierno. Me tomó nueve días comérmela entera. No tuve relaciones sexuales con ella, aunque la verdad lo habría hecho si hubiese querido. Murió virgen”.

Esta carta permitió a la policía dar con el paradero de Albert Fish, quien fue sentenciado a morir en la silla eléctrica el 16 de enero de 1936. Sus últimas palabras fueron: “No sé aún por qué estoy aquí”.

Según los informes psiquiátricos de la época, Albert Fish tenía una personalidad sádica y masoquista. Mostraba una clara tendencia a actos como la castración, la autocastración, el exhibicionismo, el voyeurismo, la pedofilia, el fetichismo y el hiperhedonismo.

Albert Fish antes de ser ejecutado en la silla eléctrica.

TAMBIÉN PUEDES LEER:

La historia de Linda Chase, la mujer que conservó el cadáver de su novio en casa por miedo a estar sola

Estos son los fugitivos más buscados por el FBI en 2022

Enrique Metinides: la historia del fotógrafo de nota roja que ‘vio demasiado’

Así era la tortuosa relación de estos asesinos seriales con sus madres

tracking

Recomendamos en...

Recomendamos en...

Recomendamos en...

Recomendamos en...

Camile, Madame Monet

Esta es la historia de Camille, la gran musa de Monet

Aunque también sirvió de modelo para otros pintores impresionistas como Manet y Renoir, la primera esposa de Claude Monet, Camille, fue su gran musa y fuente de inspiración, apareciendo en una treintena de obras. Falleció prematuramente a los 32 años

Recomendamos en...