Estados Unidos ha sido desde siempre una cuna de reconocidos asesinos seriales que quedaron reflejados en la historia, y uno de ellos se llamó Gary Leon Ridgway, a quien se le atribuyó la muerte de al menos 49 mujeres, aunque se cree que ese número puede elevarse a 71.

La infancia de Ridgway no fue como la de cualquier niño normal, nacido en Salt Lake City en febrero de 1949, pero criado en el estado de Washington, fue objeto de una crianza estricta por parte de su madre (Mary Steinman) y el odio de su padre (Thomas Newton) hacia las prostitutas, situación que en vez de apaciguar los ánimos del futuro asesino era todo lo contrario, creó en el niño una obsesión por las trabajadoras de la calle.

Gary Ridgway: descarriado desde joven

Esos instintos que crecían junto con él lo llevó a matar aves con una escopeta de aire comprimido, torturar y asesinar perros y gatos, y con sólo 14 años estuvo a punto de matar un niño de 6 sólo por la necesidad de "saber que se sentía asesinar a alguien".

A todo esto su desempeño en la escuela no era bueno, con un coeficiente intelectual de 82, era un mal estudiante, repetidor y con mala relación con sus compañeros. Sin embargo, logró graduarse en la secundaria y antes de alistarse en la Marina para participar en le Guerra de Vietnam, se casó con Claudia Barrows, quien era su novia del Instituto, pero cuyo matrimonio sólo duró un año. Cabe destacar, que Ridgway se casó dos veces más: en 1973 con Marcia Wislow (tuvo a su hijo Mathew) y en 1988 con Judith Mawson.

 

Gary Ridgway fue un mal estudiante (Archivo).

Tras su incursión en la Marina, intentó ser agente de policía pero no tuvo suerte y se dedicó a su pasión por la chapa y pintura, es decir, era chapista y pintor de camiones en una fábrica. Además, tuvo una fuerte involucración con la Iglesia Pentecostal, por lo que leía la Biblia de manera continua.

 

A pesar de su pasíón por la religión y su trabajo, existía en el corazón de Ridgway fuertes impulsos sexuales, por lo que era un continuo sujeto que acudía a prostitutas y a sus parejas estables, les exigía tener sexo varias veces al día, es decir su apetito sexual era grande, a pesar de su aspecto menudo (1,55 metros y 70 kilos).

El asesino serial se casó tres veces (Archivo).

Esa hambre sexual lo llevó a convertirse en el "Asesino del Green River", ya que desde 1982 comenzaron sus crímenes. La policía estadounidense comenzó a encontrar cadáveres de mujeres en los alrededores del Río Verde (en la ruta 99 de la ciudad de Seattle), y el patrón de ataque era similar, buscaba prostitutas de 15 a 35 años que trabajaban en la zona, las pasaba a buscar con su coche, las llevaba a un lugar apartado, las obligaba a tener sexo y luego las asfixiaba.

 

Con el paso de los años, los cuerpos de las prostitutas aparecieron en las márgenes o dentro del Green River, y se creó una suerte de pánico entre las trabajadoras, de hecho, muchas llegaron a sospechas de Ridgway, ya que las frecuentaba mucho y luego ocurrían los crímenes.

El modus operandi siempre era el mismo (Archivo).

Una de esas sospechas hizo que la policía detuviera a Ridgway, lo interrogara, tomara huellas digitales, muestras de cabello y saliva, se le hicieran dos polígrafos, pero al no encontrarle nada lo liberaron.

Modus operandi del criminal

Un detalle importante es que luego de matarlas (con soga, hilo de pescar, cuerdas o con el propio brazo), no las enterraba o dejaba directamente, sino que al principio las escondía en algún arbusto, cometía necrofilia y recién lo tiraba al río o a la margen del mismo.

Varios cuerpos fueron hallados cerca del Río Verde (Archivo).

A pesar de los esfuerzos por dar con el asesino de Green River, la policía no podía dar con el criminal serial hasta que se produjo un quiebre en la investigación en 2001. El sheriff Dave Reichert (estaba en el caso de 1982) utilizó una tecnología novedosa: la prueba de ADN. El comisario estaba convencido de que si se reexaminaban las evidencias de años anteriores, podrían llegar a las puertas del asesino.

Una muestra de ADN hizo caer al asesino de Green River (Archivo).

Las muestras de semen encontradas en las occisas más el archivo que tenía la policía dió el nombre que estaban buscando: Gary Ridgway. Tras la confirmación, una patrulla se dirigió hacia la casa del sujeto, lo detuvo y fue conducido a la dependencia policial. Gary fue acusado de los crímenes de Marcia Chapman, Cynthia Hinds, Opal Mills y Carol Christensen, ya que se encontraron muestras se semen en los cuerpos.

El listado de víctimas de Gary Ridgway (Archivo).

Además, las muertes de Wendy Coffield, Debra Bonner y Debra Estes fueron descubiertas por manchas de pintura que había en su cuerpo, la misma que Ridgway utilizaba como chapista.

Gary Ridgway: cara a cara con la justicia

En noviembre de 2003, Gary Ridgway fue enviado a juicio ante el Tribunal y ante los juicios y familiares de las víctimas, confesó haber matado a 49 mujeres, situación que lo condenó a 49 cadenas perpetuas en la cárcel del estado de Washington (actualmente se encuentra allí), pero que le evitó pasar por el "corredor de la muerte".

 

Los medios siguieron con sigilo el caso (Archivo).

Algunas de sus frases más destacadas en el juicio fueron "mataba prostitutas porque sabía que podía matar tantas como quisiera sin que me atraparan, porque picas de ellas se reportaría como desaparecidas".

 

Gary Ridgway durante el juicio (Archivo).

El asesino finalizó diciendo que "otra parte de mi plan fue el lugar donde coloqué los cuerpos. Les quité la ropa y objetos personales para no dejar evidencia de quienes eran y así resultaría más difícil su identificación".

 

Uno de los libros dedicados al asesino serial (Archivo).

POR G.A.

 

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