El Imperio otomano, el Osmanli Devleti, era un conjunto multi�tnico, isl�mico pero multirreligioso, relativamente tolerante, pol�ticamente poderoso, culturalmente brillante. Sus fronteras, en 1914, iban del Mar Negro por el norte a Arabia septentrional y occidental por el sur, y hasta el C�ucaso e Ir�n por el este, incluyendo el Oriente Pr�ximo y la propia Turqu�a. Aliado en la Gran Guerra de Alemania y Austria-Hungr�a, es derrotado por brit�nicos y franceses y capitula a fines de 1918.
La derrota desencadena la carrera de los vencedores para desmembrar el Imperio, en una manifestaci�n m�s del colonialismo europeo. Es lo que Europa estaba esperando: que el Imperio otomano, el �hombre enfermo de Europa�, muriese de una vez. Lo que ocurra ahora en el Oriente Pr�ximo ex otomano va a repercutir, y de qu� manera, hasta hoy, y deriva, concretamente, de los acuerdos entre europeos para apoderarse de los territorios y del petr�leo de la regi�n.
Es decisivo el Acuerdo (secreto) Sykes-Picot del 16 de mayo de 1916, entre Francia y Gran Breta�a, en plena guerra mundial, por el que se repart�an la regi�n. Por el Tratado de Versalles (1919) y el de S�vres (1920) el Imperio ced�a territorios en Europa y Oriente Pr�ximo y corr�a el riesgo de perder porciones de la propia Turqu�a.
En la Conferencia de Lausana (1922-23) la Turqu�a de Atat�rk dec�a adi�s definitivamente las regiones �rabes pero conservaba las fronteras actuales. El Imperio otomano, que hacia 1910 ten�a unos 25 millones de habitantes, en 1919 bajar� a 15 millones, perdiendo toda su poblaci�n �rabe (seis millones), parte de la kurda, la griega y la armenia.
Durante la guerra los brit�nicos hab�an prometido a los �rabes, en la persona del imam del Hidy�z, Husein, su aliado contra los turcos, la constituci�n de un gran reino �rabe, del que ser�a rey, formado por todos los territorios �rabes ex otomanos del Oriente Pr�ximo. Pero el Acuerdo Sykes-Picot preve�a, traicionando las promesas, la divisi�n de aqu�llos y su conversi�n en mandatos -fideicomisos, casi colonias encubiertas- de una Sociedad de Naciones controlada por los vencedores.
Un hogar para los jud�os
Seg�n este Acuerdo y otros posteriores, Gran Breta�a obtiene gran parte de Irak, Transjordania y Palestina -aqu� se prev�, seg�n la Declaraci�n Balfour, crear un hogar jud�o-, e influencia sobre la costa este de la pen�nsula Ar�biga.
Francia obtiene el Levante (Siria y L�bano), tras abortar en 1919 el intento del emir Feisal, hijo de Husein, de proclamar la independencia de una Gran Siria centrada en Damasco; el traicionado Feisal se refugiar� en Bagdad (1921), donde los brit�nicos le permiten proclamarse rey de Irak. Y su hermano Abdall�h podr� proclamarse rey de la Transjordania brit�nica, que se independiza en 1946, y en 1950 se transforma en Jordania. Una nueva traici�n deja a los kurdos iraqu�es sin el Estado prometido por los brit�nicos.
Los brit�nicos traicionar�n tambi�n a Husein: olvidando su ayuda en la guerra, apoyar�n al m�s activo o fiable Ibn Sa'�d, gobernante del Nezhd, que en 1926 se proclama rey del Hidy�z, Nezhd y, en 1932, de As�r, creando la Arabia Saud�.
Durante la II Guerra mundial en el Levante franc�s, brit�nicos y franceses libres derrotan a las tropas de Vichy, y se independizan el L�bano (1943) y Siria (1944). Tambi�n el Irak de Feisal I, independiente en 1932, se ver� involucrado en la guerra mundial -y en numerosas revueltas de las minor�as-, hasta el golpe progresista que acaba con la monarqu�a en 1958. En 1948 finalizaba el mandato brit�nico sobre Palestina, donde, en contra de las resoluciones de la ONU, que preve�a un Estado jud�o y otro �rabe de igual superficie, los jud�os controlar�n todo el territorio...
Muchos de los problemas actuales (el palestino-israel�, el kurdo, el control del petr�leo, las reacciones �rabes ante la humillaci�n colonial, etc.) derivan de c�mo se hizo el desmembramiento del Imperio otomano en 1918.
