Crítica de Los Cinco Diablos, una audaz y sofocante paradoja de temática fantástica
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Crítica de Los Cinco Diablos, una audaz y sofocante paradoja

Los Cinco Diablos

Tras su paso por Sitges, este viernes 21 de octubre llega a la cartelera española Los Cinco Diablos, nueva película de Léa Mysius, una mezcla de drama, thriller y ciencia ficción que te sorprenderá, protagonizada por Adèle Exarchopoulos.

Los Cinco Diablos (Les Cinq Diables) llega a los cines españoles el viernes 21 de octubre tras pasar por el festival de Sitges. Su directora, Léa Mysius, es desconocida para la mayor parte del público, y para los fans de lo fantástico, pues su anterior (y primera) película, Avá, era un drama sobre una niña perdiendo la vista.

No obstante, si su primera película ya coqueteaba con lo surrealista, Los Cinco Diablos es 100% una película sobrenatural, y sorprenderá especialmente a los interesados por las paradojas inexplicables.

Eso sí, sus componentes fantásticos (que explicamos brevemente más adelante, pero sin poder entrar en mucho detalle) no son el foco de la película, sino que están al servicio de una historia un tanto melodramática

Incluso si la historia no está al nivel de su premisa, es uno de los usos de la ciencia ficción más interesantes que hemos visto en mucho tiempo.

El aire envenenado de los Alpes

La película de Léa Mysius abre con un paneo por un precioso paraje natural en los Alpes franceses (concretamente en el pueblo Le Bourg-d'Oisans de la región del Auvernia-Ródano). Muchas de sus escenas tienen lugar en el bosque y el lago de un pueblo montañoso de lo más bucólico. 

Sin embargo, pese a la pureza del aire, los personajes protagonistas respiran un aire envenenado que se transmite al espectador: cargan en sus espaldas con una tensión acumulada durante años tras un suceso que trastocó por completo sus vidas, y también la del todo el pueblo. 

Una herida que confiaron en que el tiempo curaría... pero la llegada de un personaje (Swala Emati) la reabrirá de nuevo.

Los Cinco Diablos

Adèle Exarchopoulos (famosa por La Vida de Adèle) interpreta a una joven madre, profesora de Aquagym, que vive una vida tranquila y solitaria: en su mirada no hay una pizca de felicidad, que contrasta con la mirada de su hija (Sally Dramé). 

Ninguna de las dos es verdaderamente feliz (a la niña le hacen bullying en el colegio por su color de piel), pero la joven actriz transmite a través de los ojos una curiosidad y un deseo, quizás inconsciente, de descubrir por qué le ha tocado vivir en esa calma insoportable y poder arreglar su situación familiar.

Ah, y la niña tiene un superpoder: un sentido del olfato superdesarrollado que le ha llevado a una curiosa afición: coleccionar olores, guardados cuidadosamente en tarros de cristal. Uno de esos olores le permitirá descubrir qué fue lo que pasó en ese pueblo, antes de que naciera... y desencadenar toda una serie de acontecimientos imprevistos.

Los Cinco Diablos

Esta niña es la verdadera protagonista de la película, y a través de sus ojos (o mejor dicho, su olfato) descubriremos con ella, poco a poco, el misterio de lo acontecido en el pueblo y que marcó las vidas de su familia.

Sin duda, lo mejor de la película es la forma en la que se va desvelando todo, que hace partícipe al espectador de una forma muy original. Incluso se podría decir que la propia forma de la película es mucho más interesante que la historia en sí.

En todas las películas de misterio, el orden, el ritmo y la forma en la que los guionistas deciden revelar las piezas del puzle al espectador forma parte de un entramado que es complejísimo de diseñar para que no distraiga. 

Si se pasa de obtuso, el espectador puede sentirse perdido, pero si se pasa de obvio, abusando de explicaciones y flashbacks, se corre el riesgo contrario: el espectador puede perder el interés o sentirse guiado y manipulado.

Los Cinco Diablos tiene un as en la manga, para que la forma en la que la niña (y el espectador a su lado) obtiene las revelaciones forme parte íntegra de la historia. Es un truco muy ingenioso, y no puedo sino aplaudir la audacia de Lèa Mysius y el coguionista Paul Guilhaume.

Este truco narrativo viene de ese componente fantástico que es el pilar central de la estructura de la película, y que nunca se llega a explicar del todo.

Es más interesante dejar que el espectador busque sus propias conclusiones... y es lo que da fuelle a la película cuando algunas de las propias revelaciones pueden dejar algo frío y que el interés decaiga en su parte final, que pedía a gritos un giro final más arriesgado.

Los Cinco Diablos

Los Cinco Diablos sorprende más que emociona

Lo mejor de Los Cinco Diablos es ese "truco de magia" sobre el que no vamos a insistir más para no desvelar las sorpresas, y que no hubiera desentonado en un capítulo de Expediente X o The Twilight Zone.

Aquí está puesto al servicio de un drama que, si bien consigues conectar gracias a la magistrales interpretaciones de Adèle Exarchopoulos, Sally Dramé, Moustapha Mbengue y Swala Emati, tampoco llega a emocionar... o porque simplemente el "contenido" no resulta tan interesante que su forma.

VALORACIÓN:

Los Cinco Diablos es un sorprendente drama cuyo mayor hallazgo es la manera en la que los aspectos formales del guion se integran en la narración a través de un original elemento fantástico.

LO MEJOR:

La ambientación montañosa de la película. El elemento fantástico que condiciona toda su forma. La interpretación de Adèle Exarchopoulos y Salle Dramé

LO PEOR:

El ritmo es algo irregular y pierde interés en su tramo final, estirado demasiado cuando todo se ha desvelado.
Hobby

75

Bueno

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