Veronés, Pablo. Paolo Caliari - Museo Nacional del Prado
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Veronés, Pablo. Paolo Caliari

Peter Humfrey

(Verona, 1528-Venecia, 1588). Pintor italiano. Uno de los tres grandes maestros de la pintura veneciana en la segunda mitad del siglo XVI, junto con ­Tiziano y Tintoretto. Hijo de un cantero, se formó en su ciudad natal con el pintor local Antonio Badile. Pintó sus primeras obras independientes, datables en torno a 1546, para clientes y edificios de Verona, pero ya en 1550-1551 trabajaba para los Soranzo y los Giustiniani, familias patricias de Venecia. Fruto de esas relaciones fue que en 1553 se le llamara a participar en la decoración de los techos de varias salas de consejos del Palacio Ducal, y un par de años después dejó definitivamente Verona para afincarse en Venecia. El autor del programa iconográfico del techo de la sala del Consejo de los Diez era el clérigo y humanista eminente ­Daniele Barbaro, y gracias a él Veronés recibió hacia 1560 el encargo de decorar la villa de la familia Barbaro en Maser, cerca de Castelfranco, también sobre programa de Daniele. Otro contacto importante surgido de los trabajos para el Palacio Ducal fue el de Girolamo Grimani, procurador de San Marcos, que llevó consigo a Veronés formando parte de una embajada a Roma (en 1555 o 1560), y en cuya memoria el pintor realizaría después el cuadro de altar de San Giuseppe di Castello. El apoyo temprano de una red de patricios ricos e influyentes significó que la carrera de Veronés fuera mucho más venturosa que la de su rival Tintoretto, y la cadena de oro con que se recompensó su participación en la decoración de la sala de lectura de la Biblioteca en 1557 no es sino un ejemplo más de una serie casi ininterrumpida de éxitos públicos. En 1555 inició un decenio de actividad para la iglesia de San Sebastián, y en 1562-1563 ejecutó otro encargo importante para un cliente mo­nás­­tico, las enormes Bodas de Caná para el refectorio de San Giorgio Maggiore (Musée du Louvre, París). Otra escena de banquete casi igualmente grandiosa, el llamado Festín en casa de Leví (Accademia, Venecia), no fue bien vista por la Inquisición, y la comparecencia de Veronés ante ese tribunal en 1573 constituye uno de los escasísimos reveses de su carrera. Pero todo indica que conservó el favor de las autoridades seculares, ya que poco después se le adjudicó la parte principal en la redecoración de las salas del Colegio y el Antecolegio del Palacio Ducal (1575-1577), y probablemente en 1582 ganó, con Francesco Bassano, el concurso para pintar el Paraíso en la sala del Gran Consejo. Antes de morir Tiziano en 1576 no parece que Veronés recibiera muchos encargos fuera del Véneto, pero a partir de entonces fue solicitado por Felipe II de España, y con mayor fortuna por el emperador Rodolfo II desde Praga. En las dos últimas décadas de su vida recurrió cada vez más a la ayuda de distintos miembros de su familia, entre ellos sus dos hijos pintores Gabriele y Carlo Calia­ri, pero al mismo tiempo siguió pintando obras de insuperable calidad. Los rasgos esenciales del personal estilo de Veronés se forjaron cuando aún vivía en Verona y no sufrieron grandes cambios después. Desde el principio se inclinó por una paleta más clara que la de sus contemporáneos de Venecia, quizá debido a sus tempranas experiencias de fresquista; al mismo tiempo fue el auténtico heredero de Tiziano en cuanto a libertad y brillantez de la factura, que evoca sensualmente una gran diversidad de calidades. También desde el comienzo manifestó inclinación por los trajes suntuosos y los accesorios pintorescos, con personajes apuestos y lujosamente ataviados que se recortan sobre arquitecturas de blancura deslumbrante y se acompañan de perros, caballos u otros animales. Esas notas son muy visibles en sus banquetes de gran tamaño, pero también aparecen en obras de formato más modesto, como el Jesús y el centurión (1571, Prado). En el pasado se le criticó a menudo tildándole de mero decorador que solo se hubiera tomado un interés superficial por sus temas religiosos. Pero la crítica más moderna ha visto con creciente claridad que su tratamiento de esos temas fue realmente muy serio y meditado; en el Jesús y el centurión, por ejemplo, demuestra haber reflexionado con gran detenimiento sobre el sentido de los textos evangélicos. Así, además de sugerir un sutil diálogo psicológico entre los protagonistas, son varios los modos en que la obra alude directamente a que el mensaje de salvación de Jesús no iba dirigido solo a los judíos, sino también a los gentiles. Después de Tiziano, Veronés fue el más importante pintor veneciano de mitolo­gías del siglo XVI. Su enfoque de este género suele ser alegre, con frecuentes toques de humor, pero al mismo tiempo demuestra una marcada sensibilidad para la poesía intrínseca de los asuntos. Fue también retratista eminente, e hizo mucho por desarrollar el empleo del formato de cuerpo entero de Tiziano en una dirección que tendría importantes consecuencias para la retratística barroca del siglo XVII. El único cuadro de Veronés del que se sabe con certeza que llegó a España en vida del artista es la Anunciación (1583, El Escorial), que Felipe II encargó para el retablo del altar mayor de la basílica, pero no fue colocado en su lugar de destino. En vano se intentó convencer al artista para que viniera a España en 1585. La gran mayoría de los lienzos que componen la excepcional colección de su pintura que posee el Prado fueron adquiridos para Felipe IV, casi siempre por agentes en Italia (Velázquez incluido), pero también en Londres, en las almonedas de las colecciones de Carlos I y sus cortesanos a partir de 1649.

Obras

Bibliografía

  • Nuovi studi su Paolo Veronese, Venecia, Arse­nale, 1990.
  • The Art of Paolo Veronese 1528-1588, cat. exp., Washington, National Gallery of Art y ­Cambridge University Press, 1988.
  • Fehl, Philipp, Decorum and Wit. The Poetry of Venetian Painting. Essays in the History of the Classical Tradition, Viena, Irsa, 1992, pp. 218-231.
  • Freedberg, Sydney, Painting in Italy 1500-1600 [1971], Harmondsworth, Penguin Books, 1975, pp. 550-560.
  • Pignatti, Terisio, y Pedrocco, Filippo, Veronese, Milán, Electa, 1995.
  • Rosand, David, Painting in Cinquecento Venice. Titian, Veronese, Tintoretto, New Haven, Yale University Press, 1982, pp. 145-181.
  • Turner, Nicholas, y Matilla, José Manuel, Dibujos italianos del siglo XVI, «Museo del Prado. Catálogo de dibujos», Madrid, Museo del Prado, Patronato Nacional de Museos, 2004, t. V, pp. 411-412.
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