el blog de Adaldrida

domingo, mayo 26, 2024

Un Dios que nunca deja de bailar

Domingo de misa y vermú, casi junio aunque todavía mayo. Verde, radiante y vivido...

Me siento plena, vivida, como Salinas dijo en un par de versos interminables... Sí, qué alegría vivir sintiéndose vivida. Me viven mis amigas, mi familia, los poetas que admiro, me vive Dios por dentro. 
Un Dios que baila, como una vez dijo un cura jesuita en Sevilla, rodeado de naranjos. Imagino a Dios Padre bailando en torno a Dios Hijo, y a Dios Hijo bailando en torno a Dios Padre... y que el Espíritu Santo es ese mismo baile que se (auto) dedican ambos, en un eterno y amoroso viceversa.

sábado, abril 20, 2024

Ventanas nuevas

Que para abrir nuevas puertas habrá que cerrar ventanas no es una enseñanza fácil...

Todo el mar en mi ventana, solía decir mi madre. Tenía yo nueve años y nos gustaba venir cada domingo a la playa, como meros domingueros: nunca fue con la tortilla ni la radio con arena, pero recuerdo el cansancio. El cansancio tan azul, cansancio lleno de sal, tan "radiantes de cansancio"...
Vendimos una buhardilla y compramos todo el mar. "Todo el mar en mi ventana". Nunca me gustó la playa, no quiero hacer poesía ni mentir en mis recuerdos.

Pero te aprendí a querer, terraza azul y radiante. Eras toda una mañana de sol, eras siestá por la tarde. Eras el rumor del mar, eras mi madre feliz. Mi madre que siempre danza, contigo se queda quieta. Mi madre leyendo quieta me llenaba de esperanza...

 
Pero hubo nuevas ventanas, y la vida siempre avanza. Y "nos hacemos mayores", y "viene el cambio climático""... Se van imponiendo cambios como losas, como soles. Los cambios nunca son casa,  pero he aprendido a amarlos también..., como amo los lunes.  Mañana se cierran puertas, y puede que para siempre.

Y sin embargo la vida siempre nos empuja alto, a la alegría más honda, a nuevas  puertas radiantes. ¡Abrid las puertas del cambio a las nuevas aventuras, que mi madre está esperando recuerdos llenos de viento, de claridad infinita, de cielo, de sal y viajes, y de gente por querer!

*por primera vez en mucho tiempo me ha salido un proema, un poema en prosa: se lo dedico, como no puede ser menos, a mi madre y a mi padre.

domingo, abril 14, 2024

El turquesa me abraza

He vuelto a nadar, y lo cuento aquí
Se me había olvidado cuánto me gusta el agua...


Me siento engullida por el azul turquesa, fresco y radiante gracias a la luz de este domingo soleado que entra a raudales a traves de la claraboya.
Me dejo abrazar por el agua y me parece estar sumergida en la esencia divina. Rezar y agradecer me sale solo, igual que disfrutar. Entre tanda y tanda de ejercicios, dejo momentos a la inspiración y a la meditación.

viernes, marzo 22, 2024

Aitana, Sebastián y la cultura de la cancelación

Parece, se comenta que Aitana y Sebastián Yatra se han reconciliado, viajan juntos, han pasado la noche juntos.



Noticia frívola y absolutamente baladí para cualquiera que no sean ellos dos..., pero que me interesa como exponente de esta nuestra sociedad, fiscalizadora y canceladora. Porque hemos entrado en tromba, se ha producido todo un movimiento de masas que señalan a Aitana y, cual si tuviera 15 años,  la amonestan diciendo: "¡con ése no, bicho!

Bicho, por supuestísimo, él, no ella...
Todo nace de unas declaraciones en las que un demasiado sincero Sebastián dice lo que muchos jóvenes de hoy en día piensan, que le cuesta ser fiel y que se plantea en el futuro una relación abierta.

Vaya por delante que la fidelidad y la lealtad son mis valores más queridos, y que mi relación ideal es la de mis padres, totalmente monógama y que lleva durando 47 años de santo matrimonio, en el que aún se quieren y se hacen reír.

Pero más aún creo en la libertad, y como además soy todo lo que no se debe ser en esta nuestra sociedad, es decir, ingenua y romántica, pienso, como primera posibilidad, que Sebastián Yatra ha llorado lo perdido... y ha recapacitado. Que no sabes lo que de verdad quieres hasta que ya no lo tienes.

O, como segunda opción, que ella también desea un idilio moderno. No voy a caer en aquello de que si fuera Aitana quien hubiera planteado una relación abierta no caería sobre ella todo el peso del oprobio woke, o sí lo digo, oh yes.

A lo que voy es que sea lo que sea, si están juntos o no será siempre algo fruto del consenso, santo grial y vaca sagrada del siglo XXI... ¿O no? En esta sociedad nuestra, todo es consenso, hasta que tocamos algún pilar fundamental, algún dogma laico aún más irrenunciable, y entonces el consenso deja de ser algo tan, pero tan, tan importante.

sábado, marzo 02, 2024

Rafa Alvira, in memoriam

Recuerdo a Rafa Alvira en Maestu, en el verde ingrávido de agosto, disfrutando de un día de verano junto a mi padre, feliz y hablando como él hablaba, entre susurros y sonrisas. 

También recuerdo a Rafa Alvira en Pampaluna, un día de lluvia feroz. Llovía a raudales y salíamos de la biblioteca los dos a la vez, él tenía reservado un taxi y, con ademán de caballero un poco tímido, me dijo, ¿compartimos? Y yo lo acepté con la inconsciencia de los veinte años, sin darme cuenta del gesto tan grandioso que acababa de presenciar.

También llovía en La Rioja, quince años más tarde. Era veintiocho de enero, día de Santo Tomás de Aquino, cuando vino a impartir una conferencia sobre la esencia de la verdadera universidad, y yo me bebía sus palabras desde la primera fila..., y se nos rompió un perchero en la oficina de UNIR.

Y recuerdo a Leonardo Polo invitado a comer en mi casa de Sevilla, cuando yo era muy pequeña, y a Javier Hernández Pacheco, también en casa de mis padres, hablando de filosofía, del Rocío, del mejor vino de Jerez.
Y me siento agradecida a la vida, a la Vida con mayúsculas, porque he asistido casi sin darme cuenta a toda una generación de caballeros a los que admirar, a los que contemplar con limpieza, grandes hombres pero, sobre todo, hombres buenos que me acompañarán siempre.

miércoles, febrero 21, 2024

En Pampaluna

Pampaluna siempre me inspira...

El campus. La Tierra Media. Abetos, caminos verdes, estudiantes felices. Parecen felices: hobbits leyendo alegremente en el césped lejos de Mordor, esto es, lejos de mayo y los exámenes... 
Mediodía: los blancos caminos serpentean entre el verde, repletos de chicos y chicas que suben hacia Iturrama. Les sigo, sudo bajo el sorprendente sol y mi abrigo de invierno. 
Y atravesando plazas porticadas llego a la que fue mi calle, y encuentro la misma papelería con joyitas de plata en el escaparate y la prensa para alegrar los desayunos de sábado y domingo.
La tienda de mesas y sillas donde compré mi mesa y mi silla en mi piso de estudiantes sigue también allí, y respiro aliviada. 
Y continúo mi camino, sofocada y feliz, hacia el bonito con tomate primigenio que cocina mi tía Maite.

jueves, enero 25, 2024

Conversaciones en Misa

A mi, en Sevilla, me gustan las iglesias del centro.


Los Estudiantes, con su impresionante Cristo de la Buena Muerte. Santa María la Blanca y la capillita de la calle Sierpes, ambas tan barrocas. La capilla de la puerta de Jerez, con su Virgen renacentista sobre pan de oro. Y, por supuesto, la catedral.
No puedo evitarlo: a Dios se llega por la belleza y yo soy una pija espiritual, como se ve en este poema.de El último minuto:


HAGAMOS TRES TIENDAS

                           (Santa Maria in Trastevere)

Rebañito de ovejas bizantinas
que minuto a minuto yo miré
balar en esa bóveda dorada
en un silencio que también refulge:
a vuestro lado yo me quedaría 
si hubiese buen pastor, como lo hay,
al calor del poder mudo y gigante
de aquella lamparita diminuta,
y no volver jamás al gris cemento.


Pero últimamente me gustan las misas de jóvenes de los domingos: si hay ambiente, el cura habla bien y el coro es bueno o, al menos, entusiasta, no me importa que el cemento me rodee.
Tres condiciones que reúne la Misa dominical en Porta Coeli, Jesuitas. Además, hay naranjos a la entrada, y los domingos a las ocho está llena hasta los topes.
Tres chicos de veinte años estaban sentados detrás de nuestro banco, y no pararon de hablar durante la ceremonia, algo que es muy católico, también.
Un poco antes de la Consagración, único momento que respetaron con un relativo silencio, pude oír este descacharrante diálogo:

-Illo, illo, yo no voy a comulgar, que no me he confesao.
-¿Cuándo fue la última vez?
-¡Ufff! - y añadía, señalando con el dedo:
-Ustedes tampoco andáis muy finos.(Sic).
-Yo no peco, zanjó un tercero.
Y el primero en hablar, que sí que andaba fino en cuestiones teológicas o morales, le rebatió:
- Illo, que la lujuria es un pecado capital...

Casi me ahogo.