Johann Sebastian Bach - La Música en La Guitarra
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Johann Sebastian Bach

In document La Música en La Guitarra (página 109-115)

(1685-1750)

Johann Sebastian Bach Nació en Eisenach (Turingia, Alemania) el 21 de marzo de 1685 (el mismo año que Domenico Scarlatti y Georg Friedrich Haendel ) fue un organista y compositor de música académica europea del período barroco, miembro de una familia que durante siete generaciones dio 52 músicos de importancia, Los cuales eran trovadores, organistas y cantores en Turingia desde el siglo XVI. La madre de Bach murió cuando él tenía 9 años de edad. Un año más tarde murió su padre, Johann Ambrosius Bach (1645-1695), que era músico de la ciudad y le había enseñado los rudimentos de la música. El joven Bach fue a vivir y estudiar con su hermano mayor, Johann Christoph Bach (1670-1722), 16 años mayor que él, por entonces organista de Ohrdruff. De él aprendió a tocar el órgano y la composición. En 1700 comenzó a trabajar como miembro del coro de la iglesia de San Miguel, en Lüneburg. Además de este bagaje, es un autodidacta y es gracias al estudio meticuloso de las obras de los compositores de renombre de su tiempo, como asimila el arte de la composición.

Su fecunda obra es considerada como la cumbre de la música barroca, no sólo por la profundidad intelectual, la precisión técnica y la belleza artística de sus trabajos, sino también por su extensión incomparable. Esto lo ha convertido en fuente de inspiración para la mayoría de los compositores de la música académica europea desde Mozart hasta Schoenberg.

Entre sus obras más destacadas cabe mencionar los Conciertos de Brandenburgo (1721), el Clave bien temperado (1722–1744), la Misa en si menor (1724–1748), la Pasión según san Mateo (1727), El arte de la fuga (1749–1750).

En 1703, a los dieciocho años, pasó a ser violinista de la orquesta de cámara del príncipe Johann Ernst de Weimar y posteriormente accedió a una plaza de organista en Arnstadt gracias a su dominio del instrumento. Cuatro años más tarde se trasladó a Mühlhausen, donde se casó con su prima segunda Maria Barbara Bach (1684-1720) y donde trabajó como organista en la iglesia de San Blas. Allí escribió también sus primeras cantatas. Un año después regresó a Weimar como organista y violinista de la corte del duque Wilhelm Ernst.

En 1708, fue nombrado organista de la corte. En 1714 había sido designado Bach violín concertista de la orquesta, y con este carácter substituía al director titular, Samuel Drese: esta circunstancia le hizo concebir esperanzas, cuando murió este maestro, de que sería nombrado para sucederle en el puesto; y al no haber sucedido así manifestó su disgusto en forma tan ostensible y destemplada, que fue a dar a la cárcel, arrestado por cuatro semanas. Al ser puesto en libertad presentó su dimisión. En 1717 fue a Cöthen, donde entró al servicio del príncipe Anhalt, quien le confió la dirección de su orquesta. Se inauguró para Juan Sebastián una de las etapas más felices de su vida, gozando de grandes consideraciones y estimación: aquí escribió la primera parte del "Clavecín bien temperado", los "Conciertos de Brandeburgo", música de cámara y obras que tituló "Sonatas", para violín, flauta, viola de gamba, etc., que llegan al límite de las posibilidades técnicas de los instrumentos.

En 1720, mientras acompañaba al príncipe en Carlsbad, murió su esposa, que fue enterrada el 7 de julio. Bach recibió con dolorosa entereza la noticia de la muerte de su mujer, que era "apacible, tranquila y dulce, adornada por dotes musicales suficientes para comprender la obra de su esposo, y ofrecerle, de puertas adentro, un hogar honrado y virtuoso". Sin embargo, al año siguiente contrajo nuevas nupcias con Ana Magdalena Wülken, efectuándose la ceremonia en el hogar del maestro el 3 de diciembre de 1721. La forma en que se conocieron se encerró dentro de las siguientes circunstancias: Bach había ido a Hamburgo a escuchar, una vez más, al organista Reinken, quien después de oírlo improvisar le dijo: "Creía que este arte había muerto ya, pero veo que sigue viviendo en vos”.

Durante su estancia en esta ciudad conoció a Ana Magdalena: ella misma lo relata en su “Pequeña Crónica”, que ha sido calificada como “un canto de amor al hogar”. Dice así:

"En el invierno de 1720 acompañé a mi padre a Hamburgo... Al día siguiente de mi llegada, mi tía me llevó de compras por la ciudad y, a la vuelta, al pasar frente al templo, se me ocurrió la idea de conocerlo. Empujé la puerta y tales sonidos maravillosos escuché difundirse por el aire, que me parecieron arrancados por algún arcángel. Deslíceme en silencio hasta el interior y me quedé inmóvil. Miraba hacia el órgano situado sobre la galería del oeste; subían hacia la bóveda los enormes tubos, pero no podía ver al organista. No sé cuánto tiempo permanecí de ese modo en la iglesia vacía, toda oídos, cual si hubiera echado raíces en las baldosas. En la embriaguez de aquella música perdí por completo la sensación de las horas. Cuando, tras haber estremecido el espacio con una serie de radiantes acordes, la melodía cesó, súbitamente, yo permanecía aún de pie, estupefacta, como si los truenos que brotaban de las galerías mágicas debieran seguir vibrando todavía. Entonces el organista, Sebastián en persona, apareció en la tribuna y se acercó a la baranda; yo tenía aún los ojos alzados un movimiento. Tras un concierto semejante, más que a un hombre, esperaba contemplar a San Jorge mismo. Me eché a templar, cogí mi capa, caída al suelo y presa del incontenible pánico, me precipité fuera de la iglesia..." "La figura de Juan Sebastián Bach era extraordinaria: aún cuando no era demasiado alto, sigue diciendo Ana Magdalena, daba la impresión de ser muy grande, grueso, ancho y fuerte como una roca. Rodeado de otros hombres, parecía, físicamente, más considerable, aún cuando solamente su corazón y su espíritu fueran más grandes y poderosos que los demás cuando él me vio. Le miré un instante, demasiado asustada por su repentina aparición, para hacer. Era grave y calmado, pero estando cerca de él, se sentía que sobrepasaba a todos en calidad espiritual y humana”

Durante este periodo escribió fundamentalmente música profana para conjuntos instrumentales e instrumentos solistas.

A partir de 1723 y hasta su muerte, Bach se radicó en Leipzig, pero su cargo de director musical y jefe de coro en la iglesia de Santo Tomás y en la escuela eclesiástica no le satisfacía por las disputas continuas con miembros del consejo municipal.

En 1747 llegó a ser invitado a la corte de Federico II el Grande (1712-1786) en Sans Souci, donde uno de de sus hijos, C. P. Bach, estaba al servicio suyo como clavecinista de la corte.

Su reputación como organista y clavecinista era legendaria, conociéndose con el sobrenombre "el príncipe del teclado", y siendo famoso en toda Europa.

Uno de los más importantes acontecimientos ocurridos en esta época fue su "tournée" artística a Dresde: se hallaba allí el notable organista Jean Luis Marchand, (1669-1732) quien no solamente exaltaba la superioridad del arte francés, sino que, además, se proclamaba a sí mismo como el mejor organista, añadiendo que no había en toda Alemania quien pudiese comparársele.

Entre los músicos de Dresde había varios que conocían a Bach, (uno de ellos Jean Baptiste Volumier), quienes le invitaron para competir con Marchand. Aceptó, y después de oír, secretamente, al organista francés, lo desafió por escrito para efectuar un concurso, que consistiría en desarrollar un tema, dado por el oponente en el mismo momento en que se efectuase el acto. Señalado el jurado, el lugar, (la casa del primer ministro Flemming) y la fecha (desafortunadamente perdida), Bach se presentó puntualmente a la hora convenida, pero esperó puntualmente a su rival: Marchand se ausentó de la ciudad en la mañana de ese mismo día, por la posta ligera, dando así, implícitamente, la victoria al maestro alemán, quien recibió de los asistentes no solamente felicitaciones, sino innumerables consideraciones que llevaron su fama por distintos países.

Aparte del órgano y del clavecín, también tocaba el violín, el laud y la viola de gamba, y en Leipzig era cantor y director de una orquesta y un coro.

Tenía un profundo conocimiento técnico del órgano y solía inspeccionar órganos y arreglarlos, además de probarlos con una obra suya después.

Bach murió de apoplejía a las 8 de la tarde del 28 de julio de 1750, después de una intervención fracasada en un ojo por un cirujano ambulante inglés llamado Taylor, que años después operaría a Haendel, con resultados iguales. Bach fue quedándose ciego hasta perder totalmente la vista. Pero pocas horas antes de fallecer la recuperó, aunque le dio un ataque de apoplejía. Actualmente se cree que su ceguera fue originada por una diabetes sin tratar; según ciertos médicos Bach padecía "blefaritis", enfermedad ocular visible en los retratos de sus últimos años.

Familia e hijos

Bach encabezó una familia numerosa. Tuvo 7 hijos de su primer matrimonio y 13 del segundo. Tres de sus hijos que tuvo con su segunda esposa se convirtieron en compositores respetados por derecho propio. Entre ellos se cuentan Wilhelm Friedemann Bach (1710-1784), Carl Philipp Emanuel Bach (1714-1788), de quien Wolfgang Amadeus Mozart tenía una muy buena opinión, y Johann Christian Bach (1735-1782).

Sin embargo, la confianza que Bach puso en uno de sus hijos mayores tuvo tristes consecuencias después de su fallecimiento. El hijo perdió para siempre varias Pasiones compuestas por su padre (que quizá ahora serían tan apreciadas como la Pasión según san Mateo y la Pasión según san Juan). Si no hubiese sido por el cuidado que tuvo su otro hijo, Carl Phillip Emanuel, en conservar los manuscritos del padre, el mundo podría haberse visto privado de una buena parte de las obras maestras de Bach.

Legado

Bach tuvo numerosos alumnos y estudiantes a lo largo de su vida: según el estudioso Hans Löffler, más de 80. Entre ellos se cuenta a Johann Friedrich Agricola, yerno suyo que en los últimos años del maestro fue copista de sus obras, además de ayudarle en la redacción de sus últimas composiciones, como en el caso de una de sus últimas corales para órgano, el BWV 668, el último coral del ciclo de Leipzig BWV 651-668.

En la época de su vejez, cuando la gente se refería al nombre Bach lo hacía pensando en su famoso hijo Carl Phillip. En las generaciones que siguieron a Bach, sólo compositores y músicos conocían su obra. Básicamente los conocedores eran sus hijos y sus alumnos, que gracias a ellos se conservó y no se perdió en el olvido la producción del Kantor de Santo Tomás, mientras que el resto del mundo no tardaría muchos años en olvidarle después de su muerte, en plena mitad del siglo XVIII.

Músicos célebres como Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven tuvieron un gran aprecio por las obras de Bach que conocieron, que eran básicamente obras para teclado, porque la otra producción estaba sumida en el olvido. Beethoven, sin conocer la totalidad de su obra, lo definiría con este hermoso juego de palabras en alemán "Nicht Bach, sondern Meer sollte er heissen", cuya traducción es "No debiera llamarse "Bach" ('arroyo', en alemán), sino "Meer" ('mar')".

Cronología de su resurgimiento póstumo

1829, uno de los genios musicales del romanticismo, Felix Mendelssohn (1809-1847), rescató del olvido la Pasión según san Mateo y la interpretó, iniciando una senda que acabaría con el reconocimiento, redescubrimiento y el acercamiento de la música del genio al resto del mundo, rescatándola del olvido que tenía del gran público desde la muerte de Bach.

1838, se re-interpretan por primera vez las suites BWV 1066-1069.

1850, se crea la sociedad Bach-Gesellschaft con la misión de encontrar todas las obras del genio que hayan sobrevivido y publicarlas.

1900, se funda la Neue Bach-Gesellschaft una vez que la antigua sociedad cumplió su meta.

1950, se crea el catálogo BWV de orden temático.

1985, cuando se cumplieron 300 años de su nacimiento, se editó el primer registro completo de todas las cantatas sacras, por mano de Helmuth Rilling. Se edita en 69 CDs por parte del sello alemán Hassler.

1989, se termina el ciclo comenzado en 1971 del registro de cantatas por mano de Leonhardt y Harnoncourt y se edita en 60 CDs del sello Teldec. Esta grabación fue revolucionaria, aplicando la concepción histórica de la interpretación y cambiándola para siempre.

2000, se celebraron los 250 años de su muerte. A modo de homenaje, se publicó el libro J. S. Bach, el músico sabio de C. Wolff, la mejor biografía del compositor hasta el momento. Tres sellos discográficos (Brilliant, Hassler y Teldec) publicaron ediciones conmemorativas con toda la música grabada del genio, en 153, 172 y 160 CD respectivamente.

Fuentes de la obra para laúd solo de Johann Sebastien Bach

1) Suite en sol menor BWV 995. Manuscrito de J. S. Bach: "Pièces pour la luth à Monsieur Schouster par J. S. Bach" (Biblioteca Real de Bélgica, Bruselas).

2) Suite en mi menor BWV 996. Manuscrito de J. L. Krebs: "Praeludio con la Suite da Gio. Bast. Bach aufs Lauten Werk" (Biblioteca de Berlín-Dahlem)."

3) Partita en do menor BWV 997. Existen cinco manuscritos conservados en la Biblioteca de Berlín- Dahlem (P 218, P 286, P 308, P 413, P 650).

4) Preludio, Fuga y Allegro en mi bemol mayor BWV 998. Manuscrito de J. S. Bach: "Prélude pour la luth o cembal" (Colegio de Música Ueno-Gakuen, Tokio).

5) Preludio en do menor BWV 999 Manuscrito de J. Peter Kellner: "Praelude in C mol pour la lute di Johann Sebastian Bach" (Biblioteca de Berlín-Dahlem).

6) Fuga en sol menor BWV 1000. Tablatura francesa para laúd en re menor: "Fuga del Signore Bach" (Biblioteca de Leipzig).

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