Héctor Díez, "El momento de los primeros compases del órgano en el Vaticano fue de felicidad máxima" .- Entrevistas DR - Hemeroteca - Diario de la Ribera

Héctor Díez, "El momento de los primeros compases del órgano en el Vaticano fue de felicidad máxima"

Charlamos en DR con el profesor de música arandino y director del Coro de Fuentearmegil

28/04/2024 8:46 | DR
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La agrupación coral cantó en la Basílica de San Pedro y en muchos otros lugares más durante el viaje

Este coro, formado en su gran mayoría por personas de 70 y 80 años, es un ejemplo de como a veces los sueños pueden cumplirse. Cantó en la mismísima Basílica de San Pedro del Vaticano hace algunas semanas viviendo un momento único en sus vidas

 

P. ¿Cuéntanos ya habiendo pasado algún tiempo que significó para vuestro coro cantar en Roma?

 

R. Fue una experiencia maravillosa e increíble. Muchos componentes del grupo acumulan ya muchas vivencias en su haber y que te digan que ha sido la mejor que han disfrutado pues es todo un orgullo. En el coro hay personas que por primera vez cogían un avión, incluso que salían fuera de España de viaje, y ese choque emocional es tremendo. Por el contrario hay otros alumnos que acumulan muchas experiencias porque han sido emigrantes y han trabajado por Europa y otros países, y para ellos también fue algo muy emocionante.

 

P. Disfrutando cada minuto de estancia

 

R. Eso es. Este viaje sólo se vive una vez y por eso lo aprovechamos al máximo. La planificación fue intensa en actividades visitando las cuatro basílicas principales de Roma. Estuvimos cinco días en la capital de Italia y además de aprovechar al máximo el tiempo desde el punto de vista turístico, decidimos cantar todo lo que fuera posible y en cualquier lugar que tuviéramos permiso. La pregunta que nos hicimos antes de viajar fue ¿acudimos a muchos sitios de turismo o vemos menos cosas y cantamos en los lugares más emblemáticos de Roma? Elegimos entre todos esta segunda opción.

P. ¿O sea que fue casi cómo una gira?

 

R. Más o menos. Cantamos en la Fontana de Trevi, en la Plaza de España, dimos un recital bajo el Éxtasis de Santa Teresa de Bernini en la Iglesia de Santa María de la Victoria, también cantamos a los pies del Moisés en San Pietro In Vincoli,… y en muchos más sitios porque Roma tiene multitud de lugares emblemáticos y rincones de gran belleza. Siempre que podíamos cantar lo hacíamos y la gente nos aplaudía y nos lo agradecía. Eso fue muy gratificante para el coro. No sólo fue cantar en la Basílica de San Pedro, que es inigualable, sino que delante de un montón de turistas también nos poníamos a cantar para disfrutar cada momento de nuestra estancia.

 

P. ¿Cómo fue ese momento especial en la Basílica de San Pedro?

 

R. Inolvidable. Nuestra actuación consistió en acompañar una misa en el altar principal, en el de la silla de San Pedro. Es una celebración eucarística y un acto litúrgico que empezó a las seis de la tarde y durante el desarrollo del acto no se dejó pasar a nadie a la Iglesia. Los asistentes se congregaron desde el principio y asistieron a la misa con nuestro acompañamiento coral. Los turistas no tenían acceso al templo en ese momento. No es un atractivo turístico porque haya una coral cantando. Una vez comenzamos a cantar nuestro repertorio tuvo siete momentos de la misa que están programados por la propia Oficina Musical del Vaticano. Cantamos la entrada, luego el kyrie, el ofertorio, el aleluya de las lecturas, el santo… El repertorio lo elegimos nosotros, se lo mandamos anteriormente, y el Vaticano nos lo aprobó para poder luego ejecutarlo en el interior de la Basílica.

P. Cómo director ¿qué nota le pusiste al Coro?

 

R. Matrícula jajaja. No les había visto cantar tan bien nunca (risas). Es un momento de un disfrute absoluto y pones todos los sentidos en vivir el instante. Fue increíble cuando empezaron a sonar los primeros compases del órgano del Vaticano. A todos se nos pusieron los pelos de punta y los gestos de la cara fueron de felicidad máxima. Llevábamos muchos meses preparando la actuación pero estar en ese escenario incomparable es mágico. No obstante íbamos preparados también para disfrutar, y al final cantar es sinónimo de disfrutar, así que lo hicieron a las mil maravillas.

 

P. Ya para rizar el rizo os tocó cantar hasta en el avión de regreso

 

R. Así es. Tuvimos muchas anécdotas y circunstancias curiosas durante todo el viaje pero el tema del avión se hizo viral y nos lo pregunta todo el mundo. Ha salido en muchos medios de comunicación porque cantamos en el avión al estilo de cómo se hace en un autobús cuando vas de excursión. La historia surgió porque parte del equipo de tripulación nos conoció y nos hicieron un regalo. Fue a mitad de trayecto cuando el comandante y las azafatas nos entregaron unos bombones y almendras a modo de detalle por parte del avión. Y que mejor manera de agradecérselo que cantando algo. El coro estaba muy disperso en diversos asientos alejados pero arrancamos todos a cantar, de forma espontánea, y parte del pasaje hasta nos acompañó. Es una de las bonitas anécdotas que nos han quedado de este viaje tan increíble.

P. Habéis demostrado que los sueños se cumplen y que la edad no es impedimento porque Fuentearmegil es una pequeña población que apenas pasa del medio centenar de habitantes

 

R. Después de esta experiencia queremos reivindicar dos cosas sobre todo. La primera es que sí tienes un sueño se puede cumplir, como bien comentas. Hay que ser constante desde el principio y no perder nunca la ilusión. Hemos tenido que abrir muchas puertas porque no ha sido fácil cantar en el Vaticano. Pero sí tú quieres y además estás rodeado de un gran número de personas que comparten ese reto, se puede conseguir lo que te propongas.

 

Y una segunda cosa, ya mirando a la gente más mayor, tiene que ver con lo saludable que es el canto coral. El canto en grupo y en armonía es sinónimo de salud. Hoy en día se buscan muchos remedios y soluciones extrañas para mejorar nuestra salud, no hay mayor armonía para la mente y el cuerpo que el canto. Nosotros lo hablamos muchas veces y “mis chicos”, porque me gusta hablar de mis chicos aunque la mayoría de los alumnos de la coral son mayores, están ansiosos porque llegue la hora del ensayo. Animamos a todas las personas, allá donde se encuentren, que se apunten a una coral porque es fuente de salud, física y mental. Los miembros del Coro de Fuentearmegil, que tienen prácticamente todos entre 70 y 90 años, lo han demostrado con esta bonita experiencia.

 

 

 
 
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