(PDF) Cronología de la monarquía hebrea | Luque Torres Freddy - Academia.edu
Cronología de la monarquía hebrea Los sincronismos internacionales de la época de Ezequías y sus implicaciones en la cronología de los reyes hebreos Versión digital editada por: Eduardo Martínez Rancaño Cronología de la monarquía hebrea Los sincronismos internacionales de la época de Ezequías y sus implicaciones en la cronología de los reyes hebreos Eduardo Martínez Rancaño Edita Diseño gráfico y maquetación: Esther Amigó Marset Aula7activa-Aeguae Paseig d’amunt, 35 - 1º 08024 Barcelona Tel.: 616 754 880 E-mail: info@aula7activa.org Web: www.aula7activa.org Todos los derechos reservados. Se permite la impresión de las publicaciones de www.aula7activa.org solo para uso personal. No está autorizada la reproducción total o parcial de esta publicación por cualquier medio o procedimiento para su difusión publica, incluidos la reprografía, el tratamiento informático y su difusión por Internet, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamos públicos, sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Los archivos informáticos de las publicaciones electrónicas no pueden ser manipulados bajo ningún concepto. Aula7activa no se hace responsable de las opiniones expresadas en esta obra. Los textos publicados expresan exclusivamente las opiniones de sus autores. © 1996, Eduardo Martínez Rancaño © 2006, Aula7activa—AEGUAE, en español para todo el mundo Depósito Legal: B-53057-2006 A Marian, sin cuyo apoyo y cariño esta investigación no habría sido posible. SUMARIO Observación en cuanto a los textos bíblicos empleados 9 Introducción 11 1. Edwin Richard Thiele y la cronología de los reyes hebreos 1.1 Las discrepancias de los datos cronológicos de los reyes hebreos 1.2 El calendario hebreo y su incidencia en la solución de las discrepancias cronológicas 1.3 Métodos de cómputo con y sin año de ascenso al trono 1.4 Los sincronismos con Asiria, base del sistema cronológico de Thiele 1.5 Valoración del esquema cronológico de Thiele 1.5.1 SECUENCIA A: Desde la muerte de Salomón y el cisma hasta la muerte de Asá 1.5.2 SECUENCIA B: Desde la llegada de Josafat al trono de Judá hasta el exterminio de la dinastía de Acab en Israel 1.5.3 SECUENCIA C: La época de Jehú y Joacaz 1.5.4 SECUENCIA E: De Manasés al fin de Judá 1.6 Crítica del sistema cronológico de Thiele 17 17 19 23 24 26 27 31 36 39 48 2. Sincronismos y anacronismos con Asiria 2.1 Secuencia Db: De Zacarías de Israel a Ezequías de Judá 2.2 Sincronismos y anacronismos con Asiria 2.2.1 Sincronismos y anacronismos con Tiglath-pileser III 2.2.2 Un sincronismo olvidado: Adad-nirari III y Joás de Israel 2.2.3 Sincronismos y anacronismos con Salmanasar III 2.3 Debilidad de la autodefensa de Thiele 2.4 SECUENCIA Da: La época de Joás y Jeroboam II en Israel 55 55 60 61 65 66 69 73 3. Los sincronismos internacionales de la época de Ezequías y sus implicaciones en la cronología de los reyes hebreos 3.1 La fecha clave de la caída de Samaria 79 79 7 3.2 Sincronismos internacionales de la época de Ezequías de Judá 3.3 La datación absoluta de la SECUENCIA D y su enlace con C y E 3.4 Cuadro cronológico propuesto para los reinos hebreos 85 97 100 4. Implicaciones de la estructura revisada de la historia de Israel sobre la cronología de otras naciones del cercano oriente asiático 4.1 Los sincronismos con Siria 4.2 La cronología de los reyes de Tiro 4.3 La Piedra Moabita y la cronología de Israel 103 105 107 110 Conclusiones 115 Apéndices Apéndice A - Datos bíblicos sobre los reinados de Israel y Judá Apéndice B - Tabla comparativa de distintas cronologías de los reinos hebreos confeccionadas con anterioridad a la publicación de las dataciones de Edwin R. Thiele Apéndice C - Tablas completas de los reinados hebreos desde Saúl hasta Sedequías Apéndice D - Edades de los monarcas hebreos en momentos significativos de su vida 122 120 Bibliografía General 1. Fuentes 1.1 Bíblicas 1.2 Extrabíblicas 2. Obras de y acerca de autores antiguos 3. Obras modernas de carácter general o específicamente cronológico 169 169 169 170 171 172 Índice de referencias bíblicas Índice general alfabético 175 183 124 129 162 OBSERVACIÓN EN CUANTO A LOS TEXTOS BÍBLICOS EMPLEADOS Las versiones de las Sagradas Escrituras consultadas aparecen indicadas en la Bibliografía General. La empleada para la transcripción de citas textuales ha sido la revisión de 1977 de la antigua versión de Casiodoro de Reina (1562), revisada en 1602 por Cipriano de Valera, y que pasó con anterioridad por otras revisiones para la actualización de su fraseología (en 1862, 1909 y 1960). Hemos utilizado asimismo las abreviaturas de los libros canónicos que aparecen en dicha versión. Las equivalencias son las siguientes: ANTIGUO TESTAMENTO Génesis ................................Gén. Éxodo...................................Éxo. Levítico................................Lev. Números ..............................Núm. Deuteronomio......................Deut. Josué ....................................Jos. Jueces...................................Jue. Rut .......................................Rut 1 Samuel..............................1 Sam. 2 Samuel..............................2 Sam. 1 Reyes ................................1 Rey. 2 Reyes ................................2 Rey. 1 Crónicas............................1 Cró. 2 Crónicas............................2 Cró. Esdras ..................................Esd. Nehemías .............................Neh. Ester.....................................Est. Job .......................................Job Salmos .................................Sal. Proverbios............................Pro. Eclesiastés ...........................Ecl. Cantares ...............................Cant. Isaías....................................Isa. Jeremías ...............................Jer. Lamentaciones.....................Lam. Ezequiel ...............................Eze. Daniel ..................................Dan. Oseas ...................................Ose. Joel.......................................Joel Amós ...................................Amós Abdías..................................Abd. Jonás ....................................Jon. Miqueas ...............................Miq. Nahum .................................Nah. Habacuc ...............................Hab. Sofonías ...............................Sof. Ageo ....................................Ageo Zacarías ...............................Zac. Malaquías ............................Mal. 9 NUEVO TESTAMENTO Mateo...................................Mat. Marcos .................................Mar. Lucas ...................................Luc. Juan......................................Juan Hechos de los Apóstoles .....Hech. Romanos..............................Rom. 1 Corintios ...........................1 Cor. 2 Corintios ...........................2 Cor. Gálatas .................................Gál. Efesios .................................Efe. Filipenses.............................Fil. Colosenses ...........................Col. 1 Tesalonicenses ..................1 Tes. 2 Tesalonicenses ..................2 Tes. 10 1 Timoteo.............................1 Tim. 2 Timoteo.............................2 Tim. Tito ......................................Tito Filemón................................File. Hebreos................................Heb. Santiago ...............................Sant. 1 Pedro.................................1 Ped. 2 Pedro.................................2 Ped. 1 Juan...................................1 Juan 2 Juan...................................2 Juan 3 Juan...................................3 Juan Judas ....................................Jud. Apocalipsis ..........................Apoc. INTRODUCCIÓN Cuando uno se encuentra con cristianos estudiosos de la Biblia, es frecuente recibir de ellos apreciaciones en cuanto al valor relativo que dan a los distintos libros de dicha colección de escritos. Los hay que rehuyen la lectura de libros como Levítico, los de Reyes o los de Crónicas. Y, ciertamente, desde el punto de vista de la amenidad en la lectura, tal apreciación no sorprende demasiado. A todos, aun a los no creyentes, les ha de resultar más atractiva la lectura de un evangelio, o de una epístola del Nuevo Testamento, que la de la biografía, casi siempre escueta, de uno de los reyes de Israel o Judá, que la descripción de un sacrificio ritual, o que la formulación de unas leyes sacerdotales. De hecho, los cristianos encuentran la base de su fe y de su edificación en el Nuevo Testamento más que en el Antiguo. Quizá se relacione con la anterior observación el hecho de que existan cristianos en la mayoría de las denominaciones que han llegado a la conclusión de que el Antiguo Testamento es algo caduco. No obstante, tal cosa no puede por menos que resultar sorprendente, pues, aparte de la auténtica belleza literaria que puede encontrarse en muchos de sus libros, el propio Jesucristo –y, posteriormente, los apóstoles– usó vez tras vez los escritos del Antiguo Testamento como testimonio del valor de su predicación.1 Por ello, aunque un libro o un pasaje del Antiguo Testamento pueda parecer árido, siempre podrá reconocérsele, aunque solo sea como documento antiguo, un cierto valor. Así ocurre con el libro de Números, cuyas cifras estadísticas pueden carecer de valor para la vida devocional de los cristianos; sin embargo, pueden ser de un valor inestimable para el historiador que los considere con la debida atención. Dichos datos arrojan luz sobre la naturaleza misma de la marcha del pueblo de Israel desde Egipto 1 Juan 5: 39; Romanos 15: 4. 11 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA a Canaán, sobre el tipo de formación seguido por los israelitas, sobre la forma y el tamaño de su campamento, la proporción étnica de los peregrinos y el proceso de gestación de este pueblo en el periodo oscuro de su sometimiento a la nación egipcia y su mezcla con la población idólatra que habitaba el país de los faraones. Llegamos así al punto que nos va a ocupar a lo largo de todo el desarrollo de esta tesis. ¿Qué valor tienen los datos históricos de los libros de Reyes y Crónicas? Diversos han sido los enfoques y los esfuerzos de distintas personas por intentar responder esta pregunta y por comprender y armonizar los datos cronológicos de dichos libros. Como podrá apreciarse a lo largo de esta tesis, la armonización de todos esos datos es un problema arduo. Hay personas que aprovechan las significativas discrepancias existentes en dichos datos para desestimar la Biblia. Otros, en cambio, se han acercado a los libros de Reyes y Crónicas con un espíritu no solo más reverente, sino también mucho más objetivo, o, si se quiere, aséptico. Ya desde la antigüedad, los estudiosos se interesaron por el tema. Pero el desconocimiento general que había de las grandes culturas del Antiguo Cercano Oriente produjo un general desencanto en todos los intentos que se realizaron, lo que llevó a San Jerónimo a amonestar al sacerdote Vital con estas palabras: «Lee todos los libros, sea del Antiguo, sea del Nuevo Testamento, y hallarás tal disonancia de años y confusión de números entre Judá e Israel […] que detenerse en semejantes cuestiones parece cosa no de estudiosos, sino de ociosos.»2 San Jerónimo sabía de lo que hablaba. Aparte de su indudable conocimiento bíblico, él mismo había desempeñado un papel importante en la difusión por Occidente de las investigaciones cronológicas de hombres como Eusebio de Cesarea, desaparecido hacía tan solo unos años. Entre la multitud de obras escritas por aquel insigne historiador cristiano primitivo destacaba, dentro del contexto que estamos consi2 Jerónimo, Ad Vital, ep. 71, 5, en Jacques Paul MIGNE, Patrologiae Cursus Completus Omnium SS. Patrum, Doctorum Scriptorumque Ecclesiasticorum Qui Ab Aevo Apostolico Ad Innocenti III Tempora Floruerunt (obra monumental en 221 volúmenes, editada en París de 1844 a 1864), 22, 676. 12 INTRODUCCIÓN derando, lo que comúnmente se conoce con el nombre de Crónica.3 En este escrito, Eusebio hacía suyo el objetivo que otros historiadores cristianos se habían fijado anteriormente: probar que la religión judía, cuya heredera legítima era la cristiana, era más antigua y noble que ninguna otra. De hecho, hasta donde sepamos, el primero en intentar tal demostración fue un judío: Flavio Josefo en su Contra Apión.4 Eusebio hizo gala de una enorme erudición para intentar lograr su objetivo, y en la primera parte de su Crónica resumió las historias de los caldeos, asirios, hebreos, egipcios, griegos y romanos, para lo que echó mano de fuentes tan diversas como son Alejandro Polistor, Abideno, Flavio Josefo, Cástor, Diodoro, Cefalión, Clemente de Alejandría, el Antiguo Testamento, Manetón, Porfirio y Dionisio de Halicarnaso. La segunda parte de su obra consistía en una serie de cuadros sincrónicos, dispuestos en columnas paralelas. En unas notas adjuntas indicó, además, los hechos más destacables de la historia de todas las naciones, y, en especial, de la hebrea. Esta obra, escrita hacia el año 303, constituyó la cima del saber histórico para su época, y, aunque se ha perdido en su versión original, lo que de ella se conserva sigue sien3 4 El propio Eusebio denomina esta obra con el título Cronikoi kanonej kai epitomh pantodaphj istoriaj Ellhnwn te kai Barbarwn. El original griego de esta obra, salvo algunos fragmentos, se ha perdido y hoy solo se conoce mediante una traducción armenia del siglo sexto y por algunas fuentes secundarias, como una versión latina elaborada por el propio Jerónimo en la que este revisaba la segunda parte de la Crónica. Existe una traducción alemana de la versión armenia, hecha por J. KARST, que apareció con el título «Eusebius Werke V: Die Chronik aus dem Armenischen übersetzt. Mit textkritischen Apparat», dentro de un conjunto de traducciones que consideraba otras obras. Puede consultarse una bibliografía bastante completa acerca de la Crónica de Eusebio en Johannes QUASTEN, Patrología. II. La edad de oro de la literatura patrística griega, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1962, págs. 327-328. Existe una versión española de las obras completas de Flavio JOSEFO, editada en Buenos Aires, pero no hemos tenido ocasión de consultarla. Aunque sí existen en España traducciones de libros concretos del historiador judío, hemos preferido consultar sus obras completas traducidas al inglés por H. St. J. Thackeray y otros y publicadas en diez volúmenes (1926-1965) en la Loeb Classical Library, editada conjuntamente por la Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts y por William Heinemann, Ltd., Londres. 13 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA do importante para bastantes datos históricos del mundo antiguo. Sin embargo, pese a los indudables méritos que una obra de tal envergadura posee, ya en la antigüedad los estudiosos se percataron de sus debilidades, y es testimonio de ello la propia amonestación de San Jerónimo que transcribíamos en la página. Posiblemente, el personaje que en la antigüedad combatiera más abiertamente la Crónica de Eusebio fue Diodoro de Tarso, quien, según parece, escribió un Chronicon contra Eusebio.5 No es de extrañar que, dada la escasez de conocimientos técnicos que se tenía en cuanto a las historias de las naciones del pasado, esta cuestión estuviera en la antigüedad relegada al campo del olvido y que solo fuera mencionada o estudiada accidentalmente. Con la llegada de tiempos más modernos, los eruditos comenzaron a interesarse una vez más en el asunto. Entre ellos destacó el famoso arzobispo anglicano Ussher (1581-1656). Su cronología para los reinos hebreos se caracterizaba por la inclusión de una serie de interregnos en Israel y Judá, es decir, por una serie de periodos en que se suponía que no había reinado nadie y que se habrían caracterizado por la anarquía.6 Esta cronología colocaba la construcción del templo de Salomón en el año 1004 a.C. La cronología de Ussher tuvo aceptación por un tiempo, pero, finalmente, con el adelanto de los conocimientos y con la presunción que, desgraciadamente, tantas veces da la ciencia, los sarcásticos ataques de los incrédulos o de los protestantes liberales, dirigidos, sobre todo, a derribar la fecha del año 4004 a.C. como año de la creación del mundo, lograron que dicha cronología quedase desacreditada, y, con ella, buena parte de la Biblia. La época contemporánea se ha caracterizado por la incredulidad, escepticismo o indiferencia casi to5 6 Véase QUASTEN, op. cit., págs. 419-420. La cronología de James USSHER aparece en su obra The Annals of the World, J. Crook and Bedell, Londres, 1658, 907 págs. Puede consultarse un resumen de dicha cronología en W. W. RAND, El diccionario de la Santa Biblia, Editorial Caribe, San José de Costa Rica, 1971, págs. 553, 741-753 y en un buen número de biblias de la versión inglesa King James dotadas de breves notas marginales. 14 INTRODUCCIÓN tal por los datos históricos de los libros de Reyes y Crónicas. Ha habido, desde luego, algún intento de esbozar una cronología de los reinos hebreos, pero todos los intentos que se hacían adolecían de un problema común: tener que impugnar, para su sustentación, ciertos pasajes de los cronistas bíblicos.7 Ofrecemos en el Apéndice B una tabla comparativa de las cronologías propuestas por algunos insignes investigadores que se movieron dentro de esta tendencia, en la que figuran hombres tan señalados como Albright.8 Así estaban las cosas cuando un erudito, fundamentalista a ultranza, Edwin Richard Thiele, publicó un libro que haría época: The Mysterious Numbers of the Hebrew Kings9 (Los misteriosos números 7 8 9 Véase una relación no exhaustiva de investigadores que trataron este tema en las notas al Apéndice B. Pese a que no siempre se advierte esta tendencia revisionista de las cifras bíblicas en las obras de los eruditos, no es infrecuente encontrar declaraciones explícitas suyas que hablan de errores e inexactitudes en los datos aportados por los cronistas bíblicos. Pueden consultarse, por ejemplo, Theodore H. ROBINSON, A History of Israel, Oxford, 1932, vol. 1, pág. 454; Robert H. PFEIFFER, Introduction to the Old Testament, Nueva York, 1941, págs. 394-395; J. Frederic MCCURDY, en el artículo «Chronology, II, Biblical» de la Jewish Encyclopedia, vol. IV, págs. 69-70; Karl MARTI, «Chronology, Old Testament», en Encyclopaedia Biblica, vol. 1, págs. 773-779; Cyrus H. GORDON, The World of the Old Testament, Nueva York, 1958, pág. 194; etc. Albright estimaba que el cisma entre Israel y Judá había tenido lugar en 922 a.C. Para llegar a esa fecha, se veía obligado a rechazar nada menos que once sincronismos y a variar las duraciones de tres reinados. Véase W.F.ALBRIGHT, «The Chronology of the Divided Monarchy of Israel», en Bulletin of the American School of Oriental Research (BASOR), n.º 100 (diciembre de 1945), págs. 20ss; «New Light from Egypt on the Chronology and History of Israel and Judah», en BASOR, n.º 130 (abril de 1953); The Biblical Period from Abraham to Ezra, Nueva York, 1963. Las obras más importantes de THIELE, hoy reconocidas internacionalmente, pueden consultarse en la Bibliografía General. Deben también tenerse en cuenta las siguientes publicaciones: dos artículos bajo el título común de «The Synchronisms of the Hebrew Kings – A Re-evaluation», que aparecieron en la revista Andrews University Seminary Studies (AUSS), Berrien Springs, Michigan, en el volumen I (de 1963) y en el II (de 1964). También es importante su artículo «The Chronology of the Kings of Judah and Israel», que apareció en Journal of Near Eastern Studies (JNES), 3 (julio de 1944), págs. 154-155. Su sistema cronológico ha sido adoptado también en el Comentario bíblico adventista del séptimo día, Mountain View, 15 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA de los reyes hebreos). En él se proponía una reconstrucción revolucionaria de bastantes datos aportados por la Biblia en cuanto a los reyes de Israel y Judá. Al igual que otros eruditos, Thiele rechazaba el concepto de interregnos y utilizaba en cambio el de corregencias, o etapas en que el hijo del monarca reinante ejercía un importante papel político. De este modo, la cronología de Thiele, como la de otros que lo antecedieron, resultaba más corta que la de Ussher, ya que ponía el comienzo del reinado de Salomón en 971 a.C. Las importantes conclusiones a las que llegó Thiele serán presentadas en detalle en el capítulo primero de esta tesis, en el que también se analizarán los puntos más problemáticos de su reconstrucción. California, vol. 2, 1980, págs. 127-168 y en Siegfried H. HORN, Seventh-day Adventist Bible Dictionary, Review and Herald Publishing Association, Washington, D.C., 1960. Además, hoy en día puede consultarse el sistema cronológico de Thiele en cualquier diccionario bíblico moderno, pues presenta indudables ventajas sobre todos los demás esquemas cronológicos propuestos hasta la fecha. 16 1. EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS 1.1. Las discrepancias de los datos cronológicos de los reyes hebreos Los libros de los Reyes y los de Crónicas dan todo un caudal de datos cronológicos de los reyes hebreos posteriores a Salomón, que ocuparon los tronos de Israel, el reino que se separó de los herederos de la corona de David, y de Judá, los portadores de aquella corona, descendientes dinásticos de David y Salomón. El sistema cronológico de los libros mencionados, sobre todo el de los libros de Reyes, pone en relación los datos cronológicos de ambas naciones, de modo que cuando un rey ascendía al trono de una nación, se suele hacer constar un sincronismo con un año del reinado del monarca del otro país. Además, se hace constar, por supuesto, el número de años que reinó cada rey. Así, por ejemplo, en 2 Reyes 13: 1, se dice que en «el año veintitrés de Joás hijo de Ocozías, rey de Judá, comenzó a reinar Joacaz hijo de Jehú sobre Israel en Samaria; y reinó diecisiete años». Y sobre Amasías de Judá puede leerse en 2 Reyes 14: 1-2 que en «el año segundo de Joás hijo de Joacaz rey de Israel, comenzó a reinar Amasías hijo de Joás rey de Judá. Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y veintinueve años reinó en Jerusalén». También puede ocurrir que los cronistas hiciesen constar el número de años que un gobernante concreto sobrevivió a un rey determinado del otro país. Eso es lo que ocurre en el pasaje de 2 Reyes 14: 17: «Y Amasías hijo de Joás, rey de Judá, vivió después de la muerte de Joás hijo de Joacaz, rey de Israel, quince años.» Tal cantidad de datos parece proporcionar una base más que suficiente para la confección de un esquema cronológico preciso. Sin em17 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA bargo, como ya se ha avanzado, cuando las cifras bíblicas se analizan cuidadosamente y se comparan entre sí, parecen estar en continua contradicción mutua, razón que llevó a San Jerónimo a la observación a la que hacíamos referencia en la Introducción. Una de las dificultades que aparece con más frecuencia consiste en que los sincronismos dados para señalar el comienzo del reinado de un monarca determinado y el de su sucesor parecen no cuadrar con la cifra dada para la duración del reinado del primero. Así, 1 Reyes 15: 25 indica que Nadab de Israel comenzó a reinar en el segundo año de Asá, rey de Judá, y solo tres versículos más tarde, en 1 Reyes 15: 28, se dice que el propio Nadab murió en el año tercero del mismo Asá de Judá. Estos datos implicarían que aquel rey gobernó durante un año, o aún menos. Sin embargo, el primer versículo de los mencionados dice explícitamente que reinó dos años. Otro ejemplo del mismo tipo de discrepancia se encuentra entre Basá de Israel y el rey Asá de Judá, anteriormente mencionado. Según 1 Reyes 15: 33, Basá de Israel comenzó a reinar en el tercer año de Asá, y murió, de acuerdo a 1 Reyes 16: 8, en el vigésimo sexto año del mismo rey de Judá. Ello supondría, lógicamente, un reinado de veintitrés años, pero, de nuevo, según el primero de los dos versículos señalados, Basá reinó veinticuatro años. De modo similar, 1 Reyes 16: 23 indica que Omrí de Israel comenzó su reinado en el año trigésimo primero de Asá y que reinó doce años, pero, según 1 Reyes 16: 29, Omrí fue sucedido por su hijo Acab en el año trigésimo octavo de Asá, lo cual implicaría que Omrí solo reinó siete años. En otras ocasiones, parece haber conflictos en cuanto a la fecha en que un monarca determinado comenzó su reinado. Así, según 2 Reyes 3: 1, Joram de Israel comenzó su reinado en el año decimoctavo de Josafat de Judá, pero, y esto resulta desconcertante, 2 Reyes 1: 17 afirma que su gobierno se inició en el año segundo de Joram de Judá, hijo de Josafat. Del mismo modo, 2 Reyes 8: 25 indica que Ocozías de Judá inició su reinado en el duodécimo año de Joram de Israel, pero 2 Reyes 9: 29 señala que comenzó a reinar en el undécimo año del mismo Joram. 18 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS Del texto bíblico podría incluso llegar a concluirse que dos reyes se precedieron mutuamente. Según 2 Reyes 1: 17, Joram de Israel comenzó su reinado en el segundo año de Joram de Judá, pero, sorprendentemente, según 2 Reyes 8: 16, Joram de Judá comenzó el suyo en el quinto año de Joram de Israel. Otro punto de dificultad es la medición de épocas determinadas en ambos países. Una de tales épocas o periodos comienza con la llegada al poder en Israel de Jehú y en Judá de Atalía, una vez que Jehú hubiera dado muerte de manera prácticamente simultánea a Joram de Israel y a Ocozías de Judá, según el relato de 2 Reyes 9: 23-27. Esta época finaliza al término de los cincuenta y dos años de Azarías de Judá, momento en el que Peka mató a Pekahyá de Israel y reinó en su lugar, según el relato de 2 Reyes 15: 25-27. Desde Jehú a Pekahyá reinaron en Israel ocho reyes, mientras que, en el mismo periodo, reinaron en Judá solamente cuatro, de Atalía a Azarías. En Israel, según los datos de los escritos bíblicos, habrían pasado 28 años del reinado de Jehú, 17 del de Joacaz, 16 más bajo Joás, 41 de los tiempos de Jeroboam II, y luego los reinados más breves de Zacarías (6 meses), Salum (1 mes), Menahem (10 años) y Pekahyá (2 años), lo cual haría un total de 114 años y 7 meses. En Judá, por otra parte, habrían transcurrido, en primer lugar, los 7 años de la reina Atalía, 40 más bajo Joás, el auténtico heredero de la corona, cuyos derechos habían sido usurpados por Atalía, seguidos por los 29 de Amasías, y, por último, los 52 de Azarías, con lo que el tiempo transcurrido en Judá entre los mismos acontecimientos antes medidos según el cómputo de Israel sería de 128 años. 1.2. El calendario hebreo y su incidencia en la solución de las discrepancias cronológicas El calendario usado por la sociedad occidental hace dos milenios es, aunque práctico, obviamente artificial. Nunca a un pueblo agrícola del Cercano Oriente se le podría haber ocurrido hacer principiar su año unos días después del comienzo del invierno, época que no parece se19 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA ñalar, precisamente, nada de importancia para la vida de los pueblos. Ellos entendían que otras estaciones climáticas eran mucho más significativas y las honraban como época de comienzo de sus años. Siendo pueblos dedicados preponderantemente a la agricultura, es lógico que las estaciones elegidas fueran la primavera y el otoño. En Babilonia, la estación escogida era la primavera. Su año constaba de doce meses de 29 o 30 días, aunque algunos tenían un decimotercer mes para evitar que el año se desplazase con respecto a las estaciones. Ese decimotercer mes podía ser un segundo Ululu, sexto mes, o un segundo Addaru, duodécimo mes.1 Los hebreos también tenían un calendario que comenzaba en la primavera, en el mes que ellos llamaban ancestralmente Abib,2 y que luego, tras el cautiverio babilónico, como resultado de su estancia en aquellas tierras, llamaron Nisán. Ellos también añadían periódicamente un decimotercer mes a su calendario, pero nunca un segundo Elul (Ululu), sino únicamente un segundo Adar (Addaru) o Veadar.3 Sin embargo, pese a que el calendario hebreo, como otros, tenía el comienzo de sus meses en la primavera, oficialmente el año civil no comenzaba sino hasta el otoño: Como se consideraba que el ciclo de las estaciones comenzaba en otoño con el retorno de las lluvias vivificadoras, la idea básica del año nuevo parece haberse centrado en el otoño. Por eso era inevitable que se considerase que el año civil comenzaba en Tishri, aunque los meses siempre 1 2 3 Siegfried H. HORN y Lynn H. WOOD, The Chronology of Ezra 7, Review and Herald Publishing Association, Washington, D.C., 2ª ed., 1960, págs. 45-48. Los nombres y el orden de los meses babilonios eran los siguientes: Nisanu (comenzaría con la luna nueva que aparecía entre lo que nosotros llamaríamos finales de marzo y comienzos de abril), Aiaru, Sivanu, Duzu, Abu, Ululu, Tashritu, Arahsamnu, Kislu, Tebetu, Sebatu y Addaru. Éxodo 12: 1, 2 (cf. 13: 4; 23: 15; 24: 18; Deut. 16: 1). Los nombres de los meses del calendario hebreo eran: Abib (llamado después Nisán), Zif (llamado después Iyyar), Siván, Tammuz, Ab, Elul (se desconocen los nombres primitivos de estos cuatro meses), Ethanim (llamado después Tishri), Bul (llamado después Marheshván o Heshván), Kislev (o Quisleu), Tebet, Shebat y Adar (se desconocen los nombres primitivos de estos cuatro meses). 20 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS se contaban a partir de Nisán. La importancia de Nisán radica en el hecho de que toda la coordinación del calendario con las estaciones era determinada por la ubicación del primer mes en el tiempo de la cosecha de la cebada. Era lógico llamar primero al mes que seguía al 13º intercalado, porque de esa manera la sucesión de los números nunca se interrumpía. Pero el realce que se daba al 1º de Tishri, como principal comienzo del año, resalta por el sonar de las trompetas, los sacrificios especiales, que sobrepasaban a los del 1º de Nisán, y por la relación de ese día con el día del juicio.4 Además del hecho mencionado, el mes de abib o nisán siempre conservó para los hebreos un significado muy peculiar: era el mes en que habían salido de la opresión secular de Egipto en los días de Moisés: Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes os será principio de los meses; para vosotros será este el primero de los meses del año.5 La fiesta de los panes sin levadura guardarás. Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto […]. También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores, que hayas sembrado en el campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de tus labores en el campo.6 En esa «salida» o «término» del año (como traduce la Biblia de Jerusalén), que tenía lugar en el séptimo mes, en el tiempo de la cosecha, los hebreos celebraban varias fiestas, entre las que destacaba la de las trompetas, que se celebraba, según Levítico 23: 24-25, el primer día de Tishri, que era conocido con el nombre de Rosh Hashanah o año nuevo. 4 5 6 Francis D. NICHOL, editor, Comentario bíblico adventista del séptimo día, Pacific Press Publishing Association, Mountain View, California, vol. 2, 1980, pág. 113. Éxodo 12: 1-2. Éxodo 23: 15-16. El énfasis no está en el original. Véase también Éxodo 34: 22. 21 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Uno de los grandes méritos de Thiele fue aplicar consistentemente las anteriores consideraciones en cuanto a los calendarios antiguos al problema de las contradicciones en la cronología de los reyes hebreos. Él se percató de que muchas de esas contradicciones eran solo aparentes si se tenía la precaución de diferenciar los años julianos (que comienzan en enero) de los hebreos civiles, que comenzaban en otoño, y de los babilonios y hebreos religiosos, que comenzaban en primavera. Buena parte de las discrepancias podían, en efecto, disiparse si se admitía que los reyes de Judá siguieron adhiriéndose al antiguo calendario civil hebreo, mientras que los reyes de Israel, por razones políticas quizás, adoptaron un calendario civil que, como el babilonio, comenzaba en primavera. Él propone el siguiente gráfico para hacer más sencilla la comprensión del problema: Israel Judá Año juliano Año juliano Nisán Nisán Tishri Tishri Año juliano Año juliano Nisán Nisán Tishri Tishri Como puede apreciarse fácilmente, un año en Israel se extendería desde la primavera de un año juliano hasta la primavera del año juliano siguiente, mientras que un año en Judá abarcaría el lapso comprendido entre el otoño de un año juliano y el otoño del año siguiente. Del mismo modo, un año en Israel abarcaba meses de dos años en Judá, y viceversa. Por ello, la única manera precisa de indicar años de reinado para los reyes del Antiguo Cercano Oriente es utilizar una notación doble como 864/863 a.C., a no ser que se disponga de alguna indicación que permita una mayor precisión, como, por ejemplo, la indicación de un mes concreto o una estación del año, o bien alguna indicación de tipo astronómico. 22 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS 1.3 Métodos de cómputo con y sin año de ascenso al trono Otra de las aportaciones hechas por Thiele a la problemática que estamos considerando es la dilucidación de qué sistema de cómputo seguían los escribas hebreos para denominar los años de reinado de sus soberanos. Él se expresa del siguiente modo: Cuando un monarca comenzaba su reinado, ¿consideraría primer año de su reinado aquel en que llegaba al trono, o daría tal denominación al año que comenzaba en el siguiente día de año nuevo? En los tiempos antiguos algunas naciones siguieron el primero de estos métodos y otras el segundo. Cuando un rey denominaba primer año oficial al que comenzaba con el primer día de año nuevo posterior a su llegada al trono, llamaba año ascensional a la porción última del año en que llegó al trono. Esto es lo que se denomina cómputo con año de ascenso al trono o datación no inclusiva. Pero si llamaba primer año oficial a aquel en que llegaba al trono, tal cosa puede denominarse cómputo sin año de ascensión o datación inclusiva.7 Nuevamente, puede aclararse mejor este concepto mediante un sencillo esquema: Tipo de cómputo 7 Denominación de años sucesivos Con año de ascensión Año ascensional Año 1º Año 2º Sin año de ascensión Año 1º Año 2º Año 3º Edwin R. THIELE, A Chronology of the Hebrew Kings, Zondervan Publishing House, Grand Rapids, Michigan, 1977, pág. 16. 23 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Se puede ver con facilidad que todo esto tiene muy importantes repercusiones desde el punto de visto cronológico, y constituye el primer paso hacia una clarificación de los problemas presentados al comienzo de este capítulo. Las observaciones hasta aquí expuestas bastan por sí solas para explicar un buen número de las aparentes discrepancias que existen entre los distintos datos aportados por los cronistas hebreos. Sin que pasemos a precisiones por el momento, es fácil ver que, si recordamos que Israel utilizaba el sistema de cómputo sin año ascensional, no caeremos en el error de atribuir un año suplementario a cada uno de sus reyes, y podremos entonces elaborar un esquema cronológico que guarde una relación con los reinados de Judá. Del mismo modo, si recordamos que el año empezaba en estaciones distintas en cada uno de los dos reinos, podremos constatar que, a veces, ésa es la base imprescindible para comprender cómo un rey que gobernó 22 años es quien media entre su antecesor y su sucesor, separados, en realidad por solo 21 años. 1.4 Los sincronismos con Asiria, base del sistema cronológico de Thiele Como es evidente, cualquier cronología seria de la antigüedad precisa, una vez establecidas las duraciones de los reinados o de los hechos, una relación inequívoca de al menos uno de sus años con los años del calendario juliano, de modo que podamos computar todos los demás años. Si la cronología interna en cuestión está bien montada y si la correlación con nuestro calendario es correcta, no quedarán dudas de que se ha obtenido el logro que se buscaba. Thiele creyó haberlo conseguido. Su punto de apoyo es, como lo había sido para otros, la cronología asiria, fijada astronómicamente desde el siglo X a.C., entre otras cosas, por el gran eclipse del año 763 a.C., que tuvo lugar en el décimo año de Ashur-dan III. Thiele hace notar que, si se tienen en cuenta los principios señalados en el apartado anterior, resultaría que desde el año de la muerte del rey Acab de Israel hasta el primero de Jehú, 24 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS quien acabó con la dinastía de aquel, hay exactamente 12 años. Ése es exactamente el lapso que media entre el sexto año de Salmanasar III, en que este rey asirio peleó en Qarqar contra una coalición de reyes entre los que se encontraba un tal Ahabbu mat Sir’ila (o Shirlai), y el decimoctavo del mismo gran rey asirio, cuando, siendo epónimo Adad-rimani, Salmanasar recibió tributo de Iaua mâr Humri. Thiele, igual que habían hecho otros con anterioridad, identifica a Ahabbu con Acab y a Iaua con Jehú, y llega, por tanto, a la conclusión de que la batalla de Qarqar se libró precisamente en el año de la muerte de Acab, mientras que Jehú habría entregado su tributo al rey asirio en su primer año de reinado. Una vez establecida la cronología interna de los reinos hebreos, teniendo en cuenta otros sincronismos menos precisos que serán mencionados posteriormente, Thiele fija en la escala de los años julianos todos los reinados de los distintos monarcas hebreos. Las cifras concretas que él baraja, edificadas, fundamentalmente, sobre los sincronismos con Salmanasar III que acaban de mencionarse, son las siguientes: Judá Roboam Abiyam o Abías Asá Josafat, corregencia Josafat, reinado total Joram, corregencia Joram, reinado total Ocozías Atalía Joás Amasías Azarías, corregencia Azarías, reinado total Jotam, corregencia Jotam, reinado oficial 930-913 913-910 910-869 872-869 872-848 853-848 853-841 841 841-835 835-796 796-767 792-767 792-740 750-740 750-735 Israel Jeroboam I Nadab Basá Elá Zimrí Tibní Omrí Acab Ocozías Joram Jehú Joacaz Joás Jeroboam II, corregencia 930-909 909-908 908-886 886-885 885 885-880 885-874 874-853 853-852 852-841 841-814 814-798 798-782 793-782 25 CRONOLOGÍA DE Jotam, total general Acaz, corregencia Acaz, reinado oficial Ezequías Manasés, corregencia Manasés, reinado total Amón Josías Joacaz Joacim Joaquín Sedequías LA 750-732 735-732 732-715 715-686 697-686 697-642 642-640 640-609 609 609-598 598-597 597-586 MONARQUÍA HEBREA Jeroboam II, reinado total Zacarías Salum Menahem Peka, reinado en Transjordania Pekahyá Peka, reinado oficial Oseas 793-753 753 752 752-742 752-740 742-740 740-732 732-723 Por supuesto, esta lista es solo una simplificación, ofrecida por el propio Thiele para evitar manejar datos más complejos como 841/840 a.C. 1.5 Valoración del esquema cronológico de Thiele El esquema de Thiele es fruto de un trabajo cuidadoso y concienzudo. Aunque una de las conclusiones de la presente tesis será la puesta de manifiesto de algunos errores en la anterior reconstrucción, es preciso reconocer que dicho esquema tiene muchos aspectos positivos. Consideraremos como tales todas las ocasiones en que, al establecer la cronología interna de los reinados hebreos, Thiele haya logrado una armonía con y entre los datos aportados por los cronistas bíblicos, siempre y cuando no haya evidencias extrabíblicas fundadas que puedan poner en tela de juicio su cronología. Con el fin de poder seguir fácilmente su esquema, se ofrece en el Apéndice A una lista completa de los datos bíblicos pertinentes a la cronología interna de los reyes hebreos, basada en los libros de Reyes y Crónicas, fuentes indispensables para abordar este estudio. Su consulta frecuente será conveniente para poder seguir las consideraciones y diagramas que analizaremos inmediatamente. 26 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS A lo largo de las siguientes páginas vamos a ir examinando periodos consecutivos del esquema de Thiele, concretamente aquellos en los que no puede haber ninguna duda de que haya acertado plenamente en la elaboración del mismo. Para hacerlo con mayor facilidad, utilizaremos diagramas en los que habrá tres filas. La superior representa años contados al estilo de Israel, de primavera a primavera. En ella se incluirán números que representan los años de reinado de los distintos soberanos. La fila central corresponde a años julianos anteriores a nuestra era. Puesto que no consideramos que las fechas absolutas dadas por Thiele sean correctas en su totalidad, nos abstendremos, de momento, de poner fechas fijas a ninguno de dichos años julianos. Las siglas y cifras que figuren en el interior de las casillas correspondientes a los años julianos representarán, entonces, lapsos a sumar a ciertas fechas “absolutas” que denominaremos, de momento, con las letras de nuestro alfabeto. En el Apéndice C volverán a aparecer las mismas tablas, pero ya con fechas concretas. En cuanto a la tercera fila, representa años contados al estilo de Judá, de otoño a otoño. Una a en las filas correspondientes a los años hebreos debe entenderse como año ascensional, y un número escrito en negativo, como, por ejemplo, 22 , significa que las fuentes bíblicas señalan un sincronismo significativo con dicho año de un rey. 1.5.1. SECUENCIA A: Desde la muerte de Salomón y el cisma hasta la muerte de Asá Gracias a los principios cronológicos establecidos por Thiele, puede lograrse en esta secuencia A una armonía absoluta entre todos los datos bíblicos. El rey Salomón habría muerto en el año juliano que, según las tabulaciones que estamos usando, podríamos llamar A+62/61. Tal año se convertiría, por lo tanto, en el año ascensional de su hijo Roboam, que reinó diecisiete años. Su decimoséptimo año llegaría al año A+45/44, que sería, a su vez, el ascensional de Abiyam, cuyo tercer y último año habría sido, entonces, A+42/41, año ascensional 27 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Jeroboam I 1 A+62 61 a 2 3 60 59 1 4 5 58 2 6 57 3 4 56 5 7 8 55 54 6 7 9 53 10 52 8 9 10 Roboam Jeroboam I 11 12 51 13 50 14 49 11 15 48 12 16 47 13 17 46 14 15 18 45 16 19 44 17 a Roboam 43 1 20 42 2 21 41 3 a 1 Abiyam (o Abías) Asá Jeroboam I Nadab Basá 22 1 2 40 1 39 2 2 3 38 4 37 3 5 36 4 35 5 6 7 34 6 33 7 8 32 8 9 9 31 10 10 30 11 12 Asá Basá 11 29 12 28 13 13 14 27 14 15 26 16 25 15 24 16 17 18 23 17 22 18 19 19 21 20 20 20 21 21 19 22 23 Asá Tibní Elá Zimrí1 Basá 22 18 23 17 24 24 25 2 1 15 4 5 3 4 5 6 13 12 11 10 26 2 14 27 28 29 30 31 Asá Omrí Acab 9 10 7 6 35 Asá 28 11 5 36 12 4 37 1 2 3 38 6? 3 Omrí 1 16 2 3 4 2 39 1 40 ... A 41 Omrí 7 9 32 8 8 33 34 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS de su sucesor, Asá. Puesto que la Biblia proporciona el sincronismo de que Asá llegó al poder en el 20º año de Jeroboam I, mientras que Abiyam lo había hecho en el 18º del mismo rey, es preciso ubicar estos dos años en A+42/41 y A+44/43, respectivamente, pues, caso de no ser así, no se respetaría, al menos, uno de los sincronismos. Siendo ello así, el año primero de Jeroboam I se remonta al año A+61/60, lo cual es perfectamente acorde con lo que conocemos acerca del cisma de Israel y Judá. Como ya se ha indicado, el reino cismático encabezado por Jeroboam se apartó de la antigua tradición hebrea de celebrar el comienzo del año en otoño, y adoptó uno que, como el babilonio, se iniciaba en la primavera. Además, a diferencia del sistema judío, Jeroboam I inauguró un sistema de cómputo que no utilizaba el año ascensional. El texto de 1 Reyes 12: 33 podría ser una evidencia de toda una serie de cambios en el calendario propiciada por Jeroboam I. En las tabulaciones puede apreciarse cómo pudo Abiyam reinar tres años a pesar de haber comenzado su reinado en el decimoctavo de Jeroboam y de haberlo terminado en el vigésimo del mismo rey. Jeroboam, por su parte, murió en el año A+40/39, momento en que fue sucedido por Nadab. La Biblia proporciona un nuevo sincronismo para este momento: Abiyam de Judá había muerto ya y había sido sucedido por Asá, cuyo año ascensional fue, como ya vimos, A+42/41; su segundo año, sincronizado con la llegada al poder de Nadab en Israel, habría sido A+40/39, año de la muerte de Jeroboam y primer año de Nadab. Este rey tuvo un gobierno de solo dos años, contados a la manera israelita, pues murió en el tercer año del propio Asá, en A+39/38, año que se convirtió, por tanto, en el primero de su sucesor y asesino, Basá. Como era de esperar, las relaciones entre los dos reinos separados no fueron, por lo general, cordiales. Parece que fue Abiyam el primer rey judío en entablar una lucha abierta a Jeroboam, según 2 Crónicas 13: 3-20 (aunque 1 Rey. 15: 6 habla de conflictos menores bajo Roboam). Esta política belicista llevada adelante en el breve reinado de Abiyam no tuvo continuidad en el comienzo del reinado de Asá, 29 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA pues los primeros diez años de este, según 2 Crónicas 14: 1, fueron de paz. Judá entró en un clima bélico solo a partir del decimoquinto año de Asá, cuando, según 2 Crónicas 14: 9; 15: 10, fue invadida por las tropas de un personaje denominado Zera etíope, cuya identidad no examinaremos. En el segundo libro de las Crónicas hay un par de versículos que pueden parecer incompatibles con cualquier reconstrucción cronológica que se quiera hacer. En efecto, 2 Crónicas 15: 19 indica que las guerras de Judá durante el reinado de Asá se iniciaron a partir de su año trigésimo quinto. Por su parte, 2 Crónicas 16: 1, versículo que sigue inmediatamente al anterior, afirma que Basá, rey de Israel, tomó medidas estratégicas contra Asá en el año trigésimo sexto de este. El texto de 1 Reyes 15: 16, 32 confirma que hubo guerras entre Asá y Basá, pero no da ningún detalle cronológico concreto. Lo sorprendente de los versículos señalados del segundo libro de las Crónicas es que en el año trigésimo quinto de Asá de Judá, Basá tenía que llevar muerto ya varios años, pues solo reinó 24 y había comenzado a reinar en el tercero de Asá, por lo que habría desaparecido de la escena antes del año vigésimo séptimo de Asá. La única explicación posible de los textos del segundo libro de Crónicas que han sido mencionados es que tales hechos, ocurridos durante el reinado de Asá, no están computados según los años de reinado de Asá, sino que forman parte de un cómputo más largo, algo así como una “era”, cuyo inicio se remonta a los días del cisma. Siendo ello así, los años trigésimo quinto y trigésimo sexto del cisma serían, precisamente, el decimoquinto y decimosexto de Asá, es decir, A+27/26 y A+26/25, respectivamente. En el vigésimo sexto año de Asá, Elá, hijo de Basá, se hizo con el gobierno en Tirsa, su capital. Su segundo y último año, en que fue asesinado por Zimrí, coincidió con el vigésimo séptimo de Asá, A+15/14. Zimrí tuvo un reinado efímero de una semana, y fue sustituido en el mismo año de Asá por Omrí, general aclamado por el ejército. Sin embargo, Omrí no pudo saborear su triunfo inmediatamente, pues se levantó un rey rival en la persona de Tibní. Solo cuando Tibní fue eli30 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS minado, en A+11/10, después de haber gobernado 5 o 6 años, pudo Omrí acceder al control absoluto del gobierno de Israel, en el año trigésimo primero de Asá. Omrí, fundador de la ciudad de Samaria según 1 Reyes 16: 24, fue sucedido por su hijo Acab durante el año trigésimo octavo de Asá, A+4/3, quien, a su vez, murió en el cuarto del nuevo rey de Israel, A+1/A. Como puede apreciarse, la correspondencia de cada dato bíblico en el esquema de esta secuencia es perfecta. 1.5.2. SECUENCIA B: Desde la llegada al trono de Judá hasta el exterminio de la dinastía de Acab en Israel Esta secuencia sigue inmediatamente a la anterior, pues Josafat de Judá fue el sucesor de Asá. En Israel, mientras tanto, la dinastía de Acab llevó con mucha energía las riendas del gobierno, entrando en relación con algunas potencias extranjeras, aunque su política religiosa se hizo odiosa para buen número de sus súbditos. Esa política llegó a su colapso con el exterminio de la casa de Acab a manos de Jehú. He aquí la secuencia, más breve que la anterior: Acab 4 5 6 A = B+30 29 a 7 8 28 1 9 27 2 10 26 3 11 25 4 24 5 12 13 23 6 14 22 7 21 8 9 10 Josafat Joram Ocozíasa Acab 15 20 16 19 11 Josafat 17 18 12 18 17 13 19 16 14 20 15 15 21 14 16 22 1 2 13 12 1 1 2 2 11 3 3 10 17 18 19 20 21 (1) (2) ... ... ... (Joram) 31 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Joram 4 5 4 9 6 5 6 8 Josafat 22 7 7 7 6 23 24 2 3 Joram 9 8 10 9 5 10 4 11 11 3 12 12 (13) 2 1 B 25 4 ... 1 8 5 6 7 8 Joram Pese a su brevedad, esta secuencia tiene, quizás, mayores dificultades que la anterior. Josafat llegó al trono de Judá durante el cuarto año de Acab, que, como definimos en la anterior secuencia, llegó a su fin en la primavera del año A, que en este nuevo esquema hacemos equivalente a B+30. Su reinado de veinticinco años conoció tres reyes en el trono de Israel. El primero fue el ya mencionado Acab, con quien, en sus años finales, llegó a tener relaciones amistosas, según 1 Reyes 22: 2-37; el segundo fue Ocozías, quien también parece que estuvo aliado con él, al menos con propósitos comerciales, a juzgar por 1 Reyes 22: 47-49 y 2 Crónicas 20: 35-37. Este rey de Israel llegó al poder en el decimoséptimo año de Josafat, B+14/13, y lo retuvo, según la Biblia, durante dos años. Nuevamente, podemos comprobar cómo las observaciones cronológicas hechas por Thiele son de gran ayuda para comprender cómo su sucesor pudo ocupar su trono exactamente al año siguiente de Josafat. En efecto, el primer año de Ocozías correspondió a la última parte del año B+13 y a la primera del B+12, mientras que su año segundo consistió en algunos meses o semanas adicionales del propio año B+12. El tercer rey de Israel a quien conoció Josafat fue Joram. De él señala la Biblia dos sincronismos, aparentemente contradictorios. El primero de ellos se encuentra en 2 Reyes 1: 17 y dice que llegó al trono en el segundo año de Joram de Judá; el segundo se encuentra en 2 Reyes 3: 1 y afirma que su llegada al poder coincidió con el año decimoctavo de Josafat. El problema se agrava, como ya se señaló, por el hecho de que 2 Reyes 8: 16 indica que Joram de Judá llegó al trono en el quinto año del propio 32 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS Joram de Israel, es decir, antes incluso de la muerte de Josafat. Ahora bien, tales declaraciones no necesitan ser contradictorias, y podemos estar de acuerdo con Thiele en que señalan implícitamente una corregencia. Joram de Israel llegó al poder en el año decimoctavo de Josafat. Ese año correspondió a B+13/12, aunque Joram solo pudo llegar al trono, por lo que se ha dicho de Ocozías, en la primavera o el verano de B+12. El mencionado año decimoctavo de Josafat puede entonces perfectamente coincidir con el segundo año de Joram de Judá, hijo suyo, quien, probablemente, habría sido asociado al trono el año anterior, B+14/13, en ocasión de la marcha de Josafat fuera de Jerusalén para pelear, junto con Acab, contra Siria, como indican los textos ya mencionados del capítulo 22 del primer libro de Reyes. Esa corregencia de Joram de Judá fue necesariamente provisional, y no hay evidencia directa de ella durante los años 19º, 20º y 21º de Josafat. Sin embargo, Joram volvería a asumir la corregencia, ya de manera oficial, durante la segunda mitad del año vigésimo segundo de su padre y en la primera del quinto año de Joram de Israel, es decir, durante el año B+8. A la muer te de Josafat, acaecida en B+6/5, Joram se hizo con todo el poder en Judá, y lo retuvo hasta su muerte, cuando fue sucedido por Ocozías, en el año B+1. Es preciso reconocer que en la parte final de esta secuencia puede haber lugar para la duda y aun para opiniones encontradas, si bien la posibilidad de error no es superior a un año. En primer lugar, debe señalarse que Ocozías de Judá, cuyo reinado pertenece más directamente a la siguiente secuencia, llegó al trono, según 2 Reyes 8: 25, en el año duodécimo de Joram de Israel. Eso parece no constituir ningún problema, pues, contando los años a la manera de Israel, de primavera a primavera y sin año ascensional, el año duodécimo de Joram de Israel comenzó, precisamente, en B+1, fecha de la muerte de Joram de Judá. Sin embargo, 2 Reyes 9: 29 señala que Ocozías se hizo con el poder en el undécimo año de Joram. Una cosa así solo puede explicarse consistentemente de una manera: el escriba que señaló el sincronismo de la subida de Ocozías al trono computó los años de Joram al estilo judío, con lo que el año B+12/11 sería no su año primero, sino el as33 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA censional,8 y los últimos meses que reinó durante el año B+1 corresponderían no a su año duodécimo, sino al undécimo. Si esto respondía a un intento no culminado realizado durante el reinado de Joram de Israel de computar con año ascensional a la manera judía, no puede determinarse; en cualquier caso, tal sistema de datación habría constituido un segundo sistema de cómputo, paralelo al oficial y tradicional en Israel. Precisamente por este doble sistema de cómputo, los años de Joram de Israel aparecen en el diagrama según los dos calendarios. No obstante, el doble sistema de cómputo de Joram de Israel no es, en sí mismo, el problema más discutible del final de la secuencia B. Probablemente el mayor problema pueda derivar del interrogante de si los doce años que reinó el rey de Samaria están contados a la manera israelita o según el sistema judío. Esta consideración no solo tiene repercusiones sobre el momento final de reinado de Joram de Israel, sino en decidir si efectivamente el primer año oficial de Joram de Judá coincidió con el vigésimo segundo de su padre, Josafat, o si, por el contrario, correspondió al vigésimo tercero (y quinto de Joram de Israel según el cómputo judío). Ahora bien, es fácil comprobar que este segundo punto solo tiene una solución. Si el sucesor de Joram de Judá llega al trono en el duodécimo año de Joram de Israel contado al estilo israelita y en el undécimo contado al estilo judío, es evidente que el octavo y último de Joram de Judá corresponde exactamente con el undécimo del mismo cómputo de su homónimo israelita, por lo que el primer año del judío forzosamente se ha de corresponder con el cuarto del israelita contado a la manera de Judá. 8 Estrictamente, no sería preciso que el cómputo se atuviese al calendario civil judío; bastaría con que el escriba hubiese denominado año ascensional al año israelita en que el rey llegó al trono. En el caso que nos ocupa, es perfectamente posible, no obstante, asumir un cómputo judío completo para los años de Joram de Israel, razón por la que así aparece en los diagramas. No ocurre lo recíproco en otras ocasiones, como con Joás de Judá en la secuencia siguiente. 34 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS La cuestión del momento de la muerte de Joram de Israel es más compleja. En efecto, sabemos que Joram de Judá murió en el año undécimo (contado según el cómputo judío) o duodécimo (según el cómputo israelita) de Joram de Judá. Puesto que el último año atestiguado de Joram de Israel es precisamente el duodécimo, tal “año” podría ser, simplemente, los primeros días de la primavera del año B+1. Según tal suposición, Joram de Israel no habría tenido un duodécimo año en el cómputo judío. Por otra parte, si suponemos que el año duodécimo y último de Joram de Israel es el que corresponde al cómputo judío, su reinado se podría haber extendido hasta el verano del año B, lo que correspondería a su año decimotercero según el cómputo israelita. La única forma de zanjar el problema consiste en observar la estructura de la secuencia C, que sigue inmediatamente a la que estamos considerando. En esa secuencia C está perfectamente establecida la relación entre los reinados de Jehú de Israel y Joás de Judá, lo que permite anteponer a este rey judío los siete años de Atalía y el año de Ocozías. Como puede apreciarse, el segundo año de Atalía comienza antes que el segundo de Jehú, pero, puesto que Atalía debe su reinado a la acción de Jehú en Judá, el comienzo del reinado de la reina debe fijarse en algún momento de la primavera o del verano del año en que Jehú exterminó a la dinastía de los ómridas, C+45. Evidentemente, la parte anterior de ese año judío, iniciado en el otoño del año C+46 habría sido el primer año de Ocozías, antecesor de Atalía; el año ascensional del rey judío habría precedido al otoño de C+46. Dicho de otro modo, Ocozías de Judá no puede haber empezado a reinar después del verano del año C+46 (ni antes del otoño del año anterior), mientras que Jehú no puede haber empezado el suyo después del verano del año C+45, y no antes de la primavera del mismo año. Ello implica que el lapso mínimo que separa la llegada al poder de Ocozías en Judá y de Jehú en Israel es de medio año. El lapso máximo habría sido de casi dos años. Ahora bien, es evidente que el lapso que separa la llegada al poder de Ocozías en Judá y de Jehú en Israel es el mismo que media entre 35 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA la muerte de Joram de Judá y la de su homónimo israelita. Teniendo en cuenta que Joram de Judá murió en la primavera o el verano del año B+1, el lapso mínimo de medio año nos lleva al otoño o al invierno siguiente, lo cual demuestra que Joram de Israel sí que tuvo un año duodécimo según el cómputo judío, por lo que no puede haber muerto antes del otoño del año B+1. Como Jehú empezó a reinar en primavera o verano, es imprescindible que Joram de Israel haya llegado, como mínimo, a la primavera del año B. Ello implica que Joram de Israel debe de haber reinado trece años según el cómputo israelita, pese a que la Biblia no da tal cifra explícitamente. Por otra parte, un lapso cercano a los dos años entre la muerte de Joram de Judá y su homónimo israelita debe rechazarse, pues, en tal caso, el rey de Samaria habría reinado trece años no solo según su propio cómputo oficial sino también según el cómputo judío. 1.5.3. SECUENCIA C: La época de Jehú y Joacaz Tal como definimos en la secuencia anterior, la casa de Acab llegó a su fin en Israel en el año que definimos como B. Pero la casa de Acab había extendido también sus dominios hasta las altas esferas del reino judío. Por esa razón, cumpliendo la orden que se le diera por medio del profeta Eliseo, Jehú hizo una incursión en Judá para matar a su rey, Ocozías, hijo de Atalía, hija de Acab y Jezabel. Cuando se produjo la muerte de su hijo, Atalía usurpó los derechos de todos los herederos legítimos al trono y eliminó buen número de ellos. Finalmente, su gobierno llegó a su fin cuando uno de los herederos, el niño Joás, tuvo una edad mínima como para ser consciente de las decisiones que otros tomaban por él. La secuencia es: Jehú 1 B+2 B+1 a B = C+45 1 1 2 44 2 Ocozías Atalía 36 3 43 3 4 42 4 5 41 5 6 7 40 6 8 39 7 a 1 9 38 1 2 Joás 37 2 3 3 4 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS Jehú 10 36 11 35 4 5 12 13 34 5 6 33 6 7 14 32 7 8 15 31 8 9 16 30 9 10 17 18 29 19 28 10 11 11 12 27 12 13 20 26 13 14 14 15 Joás Jehú Joacaz 21 25 22 24 15 16 23 24 23 16 17 22 17 18 25 21 18 19 26 20 19 20 27 19 20 21 28 1 18 21 22 2 3 17 22 23 16 23 24 4 15 24 25 25 26 Joás Jehú Joacaz 21 25 22 24 15 16 23 24 23 16 17 22 17 18 25 21 18 19 26 20 19 20 27 19 20 21 28 18 21 22 1 2 17 22 23 3 16 23 24 4 15 24 25 25 26 Joás Joacaz 16 3 17 2 37 38 1 38 39 C 39 40 Joás También esta secuencia puede ser razonablemente explicada con el sistema cronológico de Thiele. Tal como indicábamos en la secuencia anterior, los cronistas bíblicos señalan que Ocozías de Judá subió al trono en el año undécimo (cómputo con año ascensional) o duodécimo (cómputo sin año ascensional) de Joram de Israel. Ése era el año que denominamos B+1. Obsérvese que en este esquema no se postula año ascensional para Atalía. La razón para ello es bien sencilla: si se reconociese que Atalía de Judá tuvo año ascensional, también debería atribuírsele año ascensional a Jehú de Israel, pues, si no se ha37 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA ce así, se llegaría al absurdo de que Atalía, que debía su trono al golpe de estado del rey israelita, llegase al poder antes que él. Ahora bien, no parece que sugerir año ascensional para Jehú sea la decisión más prudente, en vista del hecho de que ni sus antecesores ni sus sucesores emplearon tal cómputo. Los siete años del gobierno de Atalía, estuvo escondido el que había de ser reconocido como auténtico heredero del trono: Joás. Cuando sus protectores creyeron llegado el momento oportuno, el niño fue aclamado y Atalía depuesta y eliminada. Era el séptimo año de Jehú, durante el año C+39. Joás tuvo un largo reinado: 40 años le atribuyen los cronistas bíblicos. En el vigésimo tercero de ellos, contados según el sistema israelita, siguiendo la tradición inaugurada por Atalía, en cuya sangre israelita cabe descubrir el origen de la práctica, Joacaz accedió al trono de Israel, y se mantuvo en ese puesto durante 17 años. Puesto que el primero de los años de este rey corresponde a C+18/17, su decimoséptimo coincidiría con C+2/1, que, a su vez, constituiría el inicio del reinado de Joás, su sucesor. Pero, puesto que la Biblia indica que este llegó al poder en el año trigésimo séptimo de Joás de Judá, es preciso reconocer que el escriba utiliza en este caso el cómputo normal judío, que seguramente habrá tenido un respaldo oficial. Como en el caso anterior, parecería que hay un nuevo elemento de incertidumbre en el momento final de la secuencia, pues, ¿cómo debieran computarse los cuarenta años que reinó Joás, según el sistema israelita o según el judío? Si se computan según el sistema israelita, que es la solución adoptada en el diagrama, es claro que terminan el año C. En cambio, si se computasen según el sistema judío, terminarían el año C-1. Ahora bien, este cambio no tiene ninguna repercusión sobre la cronología general de los reyes hebreos, pues, como se verá cuando se analicen los datos de Joás de Israel y Amasías de Judá, es absolutamente necesario que Joás de Israel tuviese año ascensional. Siendo ello así, su segundo año coincidió con el año C/C-1. Ahora bien, suponer que Joás de Judá reinó hasta C-1 implicaría que, si se tienen en cuenta sincronismos posteriores, Amasías no podría ha38 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS ber tenido año ascensional. Por todo ello, por ser sumamente improbable que mientras Joás inauguraba en Israel el sistema de cómputo con año ascensional, lo abandonase Amasías de Judá, creemos que es más que justificado hacer acabar el reinado de Joás de Judá en el año C. 1.5.4. SECUENCIA E: De Manasés al fin de Judá Omitimos la secuencia D de los aspectos positivos del esquema cronológico de Thiele porque creemos que tiene varios puntos objetables que serán analizados meticulosamente en las páginas siguientes. Analizaremos a continuación, por tanto, la secuencia final de la historia de los reinos hebreos tal como la da Thiele. En dicha etapa no existen sincronismos entre Judá e Israel por la sencilla razón de que Israel había dejado de existir en ocasión del cautiverio asirio. Esta sección es, por tanto, y en principio, más sencilla de computar que las anteriores, y, además, en ella podemos señalar de antemano fechas absolutas. Aparte de las relaciones de los reyes judíos con los monarcas asirios, cuya importancia analizaremos en el capítulo siguiente, disponemos de una serie de sincronismos sumamente valiosos, fijados con una exactitud absoluta por saberse las fechas de un famoso rey oriental. Esa serie de sincronismos liga indisolublemente la caída definitiva de Jerusalén ante las tropas victoriosas de Nabucodonosor con un punto en el reinado de este, con lo que el final de la historia independiente de Judá, cuando fue depuesto Sedequías, el último rey judío, queda fijado a una fecha concreta. Efectivamente, los años del reinado de Nabucodonosor II son inamovibles, pues no solo se conocen relaciones numéricas para unir los reinados del Imperio Neobabilónico con los persas y seléucidas que siguieron, de las cuales existen múltiples confirmaciones astronómicas (entre las que podríamos mencionar el Canon de Ptolomeo), sino que se dispone de una tableta astronómica del reinado del propio Nabucodonosor II que, puesto que está fechada, permite establecer incontrovertiblemente los años de su reinado. Dicha tablilla astronómica, que se encuentra en el 39 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Museo de Berlín, y que es denominada VAT 4956, da las posiciones de la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter y Venus con respecto a las constelaciones y a estrellas como Régulo durante el año trigésimo séptimo de Nabucodonosor en que está datada. Desde 1915 se conocen los resultados de los cálculos astronómicos realizados por Paul V. Neugebauer y Ernst F. Weidner, quienes establecieron más allá de toda duda que ese año de Nabucodonosor II correspondió al año astronómico -567/566, es decir, 568/567 a.C.9 Figuran a continuación las tablas correspondientes a los reyes judíos de esta secuencia. Estas tablas carecen de la parte superior que en las anteriores correspondía a los reyes israelitas. Solamente en el lapso final se produce una aparente complicación en la forma de los diagramas. La parte superior reaparecerá, pero estará referida a los años de Nabucodonosor II. Dichos años se contaban en Babilonia como los israelitas, de primavera a primavera, aunque, a diferencia de lo que pasó en Israel en buena parte de su historia, los babilonios sí que computaban con año ascensional. Un segundo factor en la complicación que se evidencia en el lapso final de la tabla siguiente es que tanto los años de Nabucodonosor como los de los últimos tres reyes judíos se dan simultáneamente en dos calendarios, con cómputos de otoño a otoño y de primavera a primavera. Tal procedimiento se hace aquí necesario porque, como se verá, los cronistas hebreos utilizan a veces el sistema cronológico babilónico para fechar su propia historia, mientras que en otras ocasiones datan acciones de los ejércitos caldeos usando el calendario judío. Como podrá apreciarse, la justificación de las fechas absolutas, que aparecen ya desde el comienzo del 9 Paul V. NEUGEBAUER y Ernst F. WEIDNER, «Ein astronomischer Beobachtungstext aus dem 37. Jahre Nabukadnezars II. (-567/66)», en Berichte über die Verhandlungen der Königl. Sächsischen Gesellschaft der Wissenschaften zu Leipzig, Phil.-Hist. Klasse, 67 (1915), 2 .ª parte, págs. 66-67, 72. Pese a que algunos libros antiguos dan la fecha de 587 a.C. para la caída de Jerusalén, la mayoría de las obras de los eruditos dan hoy la fecha 586 a.C., como puede constatarse fácilmente al consultar obras de referencia tan diversas como la Enciclopedia de la Biblia de editorial Garriga, la Encyclopaedia Britannica, la Encyclopedia Americana o la Encyclopedia Judaica. 40 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS reinado de Manasés, depende de la estructura interna de la ordenación dinástica y de la exactitud de las últimas fechas, ligadas a las del Imperio Neobabilónico, caracterizado, como ya se ha dicho, por una precisión indiscutible. 698 697 ... 696 695 694 693 692 691 690 689 688 1 4 2 3 5 6 7 8 9 10 Manasés 687 686 11 685 684 683 12 13 14 682 681 680 679 678 677 15 16 17 18 19 20 21 Manasés 676 675 22 674 673 672 23 24 25 671 670 669 668 667 666 26 27 28 29 30 31 32 Manasés 665 664 33 663 662 661 34 35 36 660 659 658 657 656 655 37 38 39 40 41 42 43 Manasés 654 653 44 652 651 650 45 46 47 649 648 647 646 645 644 48 49 50 51 52 53 54 Manasés 643 642 55 a Manasés 641 640 639 1 Amón 2 a 1 638 637 636 635 634 633 2 3 4 5 6 7 8 Josías 41 CRONOLOGÍA DE 643 642 641 640 639 55 a Manasés 1 2 Amón 632 631 9 a 1 LA MONARQUÍA HEBREA 638 637 636 635 634 633 2 3 4 5 6 7 8 Josías 630 629 628 10 11 12 627 626 625 624 623 622 13 14 15 16 17 18 19 Josías 621 620 20 619 618 617 21 22 23 616 615 614 613 612 611 24 25 26 27 28 29 30 5 6 Josías Nabucodonosor de Babilonia Nabucodonosor deIIIIBabilonia a 1 a 610 609 31 a 1 Josías 2 1 3 2 4 3 4 5 608 607 606 605 604 603 602 601 600 a 3 a a 1 1 2 2 3 4 4 5 5 6 6 7 7 8 8 9 9 Joacaz Joacim Nabucodonosor II de Babilonia 7 6 8 7 599 598 9 8 9 11 a a 1 10 1 2 2 Joacim Joaquín Sedequías 42 11 597 596 595 10 11 a a 10 10 12 11 12 14 13 15 14 16 15 17 16 594 593 592 591 590 589 3 3 13 4 4 5 5 6 6 7 7 8 8 9 9 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS Nabucodonosor II de Babilonia 18 17 19 18 588 587 10 10 20 19 ... ... 586 585 11 11 (12) Sedequías Puede lograrse una sincronización perfecta entre los últimos reyes de Judá y Nabucodonosor II, pues disponemos de datos cronológicos computados por los escribas de ambas naciones en los que se mencionan relaciones con el otro país. Los datos bíblicos son particularmente abundantes en este respecto. Uno de ellos es el texto de Jeremías 25: 1, 3, que señala que desde el año decimotercero de Josías hasta el cuarto de Joacim transcurrieron veintitrés años, lo cual, como puede apreciarse en el esquema (628/627-605/604), es estrictamente cierto. El mismo texto señala que ese cuarto año de Joacim coincidió con «el año primero de Nabucodonosor, rey de Babilonia». Tal cosa sería imposible si se estimase que ambos años son babilónicos (contados de primavera a primavera), pero resulta cierta si se supone que Jeremías está haciendo referencia al cuarto año judío de Joacim y al primero babilónico de Nabucodonosor. Se sabe por la Crónica Babilónica10 que Nabucodonosor, príncipe heredero e hijo de Nabopolasar, rey de Babilonia, estaba al mando de una campaña militar en Siria durante el año vigésimo primero de su padre, que se inició en la primavera de 605 a.C. En el curso de dicha campaña se libró la decisiva batalla de Karkemish, en la que las fuerzas caldeas derrotaron a la importante guarnición egipcia de aquella localidad. Esta batalla de Karkemish es datada en Jeremías 46: 2 durante el cuarto año de Joacim, mientras que Daniel 1: 1, que al na10 Véase D.J.WISEMAN, Chronicles of Chaldean Kings (625-556 B.C.) in the British Museum, The Trustees of the British Museum, Londres, 2ª ed., 1961, 99 págs. 43 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA rrar la primera incursión babilonia contra Judá parece presentar las primeras consecuencias que para los judíos trajo la batalla de Karkemish, está datado en el tercer año de Joacim. Parecería haber una contradicción entre ambos datos; pero, si se analizan con cuidado, se hace evidente que no es así. El cuarto año de Joacim de Jeremías 46: 2 debe de estar contado a la manera babilonia y es, por tanto, del todo equivalente al año vigésimo primero de Nabopolasar. En cambio, el año tercero de Daniel 1: 1 está computado a la manera judía. Ello implica necesariamente que tanto la batalla de Karkemish como el posterior ataque a Jerusalén han de datarse en el intervalo que medió entre el 1 de Nisán y el 1 de Tishri de nuestro año 605 a.C., o sea, entre el 12 de abril y el 6 de octubre.11 De hecho, podemos ser aún más precisos, pues la Crónica Babilónica señala que la muerte de Nabopolasar acaeció el 8 de Abu, 15 de agosto de 605. Al enterarse de la noticia, el príncipe Nabucodonosor regresó apresuradamente a Babilonia para ascender al trono, y, por ello, según Flavio Josefo,12 tuvo que dejar atrás a sus cautivos, que no podían seguir su rápida marcha a través del desierto. Nabucodonosor fue reconocido rey a su llegada a Babilonia, el 1 de Ululu, 7 de septiembre de 605. Ello implica que tanto la batalla de Karkemish como la primera conquista babilonia de Jerusalén se produjeron entre el 12 de abril y el 7 de septiembre de 605 a.C. En esta última fecha comenzó el año ascensional de Nabucodonosor, que para los babilonios se extendió hasta el siguiente 1 de Nisanu, o 2 de abril de 604, mientras que para los hebreos duró únicamente un mes, hasta el 1 de Tishri, o 7 de octubre del propio 605 a.C. Esta diferencia hace que un mismo evento en el reinado de Nabucodonosor pueda estar datado en dos años distintos, depen11 Las fechas julianas proporcionadas están basadas en programas de ordenador que calculan lunaciones y el día de la semana de cualquier fecha histórica. La posibilidad de error es despreciable. Véase Richard A. PARKER y Waldo H. DUBBERSTEIN, Babylonian Chronology, 626 B.C.-A.D.45, The Oriental Institute of the University of Chicago, Chicago, 2 edición, 1946. 12 Flavio J OSEFO , Contra Apión, I, 19, en el tomo 1 de las obras de Josefo de la Loeb Classical Library, William Heinemann Ltd., Londres, 1926. 44 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS diendo de si el cómputo usado es el judío o el babilonio. Así, el primer año babilonio de este rey caldeo se extendió de la primavera de 604 a la primavera de 603, mientras que según el cómputo judío comenzó en el otoño de 605 y acabó en el de 604 a.C. Al comprobar que su reinado no se enfrentaba a enemigos internos en Babilonia, Nabucodonosor tenía las manos libres para actuar en otros territorios, y la posibilidad de que su regreso a su teatro de operaciones occidental afectase a la existencia de la nación hebrea debe de haber aconsejado a Joacim adoptar una postura sumamente prudente ante la poderío militar de los babilonios. Durante tres años, antes de la decisión que le llevaría al desastre, permaneció sumiso al señor de Babilonia, según 2 Reyes 24: 1. Probablemente, esos tres años fueron los transcurridos del 600 al 598 a.C. Tan pronto como concibió la locura de rebelarse contra el rey Nabucodonosor, este envió fuerzas que pusieron fin a su reinado de once años. La Biblia no es precisa en cuanto a la época del año en que estos acontecimientos tuvieron lugar, pero es probable que el final del reinado de Joacim deba ubicarse alrededor del 17 de diciembre de 598 a.C., 1 de Kislev del séptimo año de Nabucodonosor, mes en el que según la Crónica Babilónica reemprendió el rey caldeo operaciones militares contra Siria-Palestina. Exactamente tres meses más tarde –lo cual cuadra admirablemente bien con 2 Reyes 24: 8 y 2 Crónicas 36: 9– se produjo un nuevo ataque contra Jerusalén: el 2 de Addaru del séptimo año de Nabucodonosor, 16 de marzo de 597 a.C., sábado, el rey caldeo depuso a Joaquín, el hijo de Joacim. La referencia de 2 Reyes 24: 12 data estos hechos en el octavo año de Nabucodonosor, mientras que Jeremías 52: 28 implica el séptimo. Obviamente, los escribas que redactaron la Crónica Babilónica y el capítulo 52 de Jeremías emplean para sus cómputos el calendario babilónico, mientras que el autor de 2 Reyes sigue usando el judío. Joaquín fue llevado cautivo a Babilonia; fue sustituido por su tío Matanías, a quien Nabucodonosor le dio el nombre de Sedequías. Sería el último rey de Judá. Según 2 Reyes 25: 1, al noveno año de su reinado, Sedequías incurrió en el mismo error que sus antecesores y se rebeló contra 45 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Nabucodonosor. La reacción de este fue fulminante: 2 Reyes 25: 1; Ezequiel 52: 1-2; Jeremías 52: 4; 39: 1 indican que los caldeos pusieron sitio a Jerusalén el décimo día del décimo mes del noveno año de Sedequías. Tal fecha fue el sábado 15 de enero de 588 a.C. Sitiadores y sitiados se prepararon para el final inevitable. A los sitiados solamente les quedaba la vana esperanza de que las esporádicas salidas del ejército egipcio lograran levantar el sitio de manera definitiva, como señalan Jeremías 34: 21; 37: 7ss. Pero la triste realidad era que el levantamiento del asedio no fue duradero y que el final parecía aproximarse. En estas circunstancias la Biblia facilita un nuevo sincronismo en el libro del profeta Jeremías, concretamente Jeremías 32: 1, en donde se ponen en paralelo el décimo año de Sedequías y el decimoctavo de Nabucodonosor. Parece evidente que ambos años están contados a la manera judía, entre el otoño de 588 y el de 587 a.C. Durante el decimoctavo año de Nabucodonosor, 587/586 a.C, el sitio continuaba, tal como indica tristemente Jeremías 32: 1-2, y, según el significativo texto de Jeremías 52: 29, Nabucodonosor logró la primera entrada en la ciudad de Jerusalén durante este sitio, en ocasión del cual tomó ochocientos treinta y dos prisioneros. Era el comienzo del año 586 aC. Unos meses más tarde, el noveno día del cuarto mes del undécimo año de Sedequías (Jer. 39: 2-7; 52: 6-11; cf. 2 Rey. 25: 3-7), el jueves 19 de julio de 586 a.C, Jerusalén caía, sus príncipes eran ejecutados ante los ojos –que pronto perdería– de su padre, y el infeliz rey judío era llevado cautivo a Babilonia, en donde perecería miserablemente. Como señalan 2 Reyes 25: 8 y Jeremías 52: 12, era el año decimonoveno de Nabucodonosor, y ello es cierto tanto según el calendario babilónico como según el judío. Los habitantes de Jerusalén deben de haber sufrido toda suerte de atropellos durante las semanas que siguieron—tal es el contexto del libro de Abdías. Finalmente, el séptimo día del quinto mes de aquel año, el miércoles 15 de agosto de 586, se dio inicio a la deportación de la población y a la obra de destrucción de la ciudad (2 Rey. 25: 8-11; cf. Jer. 1: 3). Tal labor debe de haberse extendido varios días. Quien escribió Jeremías 52: 12-15 consignó una fecha que para él debía de ser más significa46 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS tiva como la más triste de la historia del pueblo hebreo: el décimo día de aquel mismo mes, el sábado 18 de agosto de 586 a.C. La ciudad fue destruida y gran parte de la población deportada, aunque Nabucodonosor volvería a llevarse cautivos en su vigésimo tercer año, 582/581 a.C. (Jer. 52: 30). La gloria de los reyes hebreos había pasado para siempre. Con anterioridad a Joacim había reinado Joacaz durante tres meses, y, antes de él, y durante 31 años, el buen rey Josías. Sabemos por la Biblia que la muerte de Josías le sobrevino en ocasión de una expedición del faraón Necao en ayuda de Asiria (2 Rey. 23: 29-30; 2 Cró. 35: 20-24). Ahora bien, la Crónica Babilónica13 indica que un gran ejército egipcio prestó ayuda al último y efímero rey asirio en el mes de Duzu (Tammuz), cuarto mes del decimoséptimo año de Nabopolasar. Dicho mes se inició el 25 de junio de 609 a.C. Aparentemente, las hostilidades egipcio-babilonias en el curso de esa campaña se extendieron hasta algún momento del mes de Ululu (Elul), que terminó el 20 de septiembre. Si hemos de considerar que Josías murió cuando el ejército egipcio en cuestión avanzaba rumbo norte, el fin de su reinado ha de ser anterior al 21 de septiembre de 609 a.C., fecha en que se inició el año judío 609/608 a.C. Evidentemente, los días anteriores a esa fecha constituirían el “año” ascensional de Joacaz y, los días que lo siguieron, hasta un total de tres meses, el “año” primero, no atestiguado en la Biblia, pero que resulta forzoso postular.14 Anteponiendo 13 D.J.WISEMAN, Chronicles of Chaldean Kings (626-556 B.C.) in the British Museum, The Trustees of the British Museum, Londres, 1974, págs. 45, 62-63. 14 Compárese con la práctica bíblica de atribuir meses (no años) de reinado a los soberanos que estuvieron en el poder menos de doce meses, como puede comprobarse en los casos de Zimrí, Zacarías y Salum. Si no se acepta la evidencia de la Crónica Babilónica para fijar el momento de la muerte de Josías en el año 609 a.C., habría que postular que su final se habría producido en el transcurso de alguna expedición egipcia acaecida con posterioridad a aquella registrada por los cronistas caldeos. Después de todo, no parece que pueda sostenerse que la referida crónica registre todas las operaciones militares de la nación enemiga africana. Algunas partes de la tablilla B.M. 21901 no se han conservado en su integridad y, en cualquier caso, si inmediatamente después de la muerte de Josías no se produjo ningún encuentro del ejército egipcio con el babilonio, los escribas caldeos no tendrían 47 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA al de Josías los reinados de Manasés, cuyo primer15 año habría sido 697/696 a.C., y de Amón, que reinó hasta 639/638, queda completo el análisis de la secuencia E. Hemos podido comprobar que el esquema ideado por Thiele es sumamente coherente en las secciones analizadas. Proporciona soluciones convincentes a dilemas que ningún otro sistema cronológico había sido capaz de explicar con anterioridad de forma tan completa y sistemática, y no parece posible que se pueda alterar dicho esquema en las cuatro secuencias analizadas. No obstante, pese al mérito que todo esto tiene, sirve de bien poco si no se logra hacer el enlace de las tres primeras secuencias con la última, con lo cual podrán ya darse fechas absolutas a aquellas. Pero es precisamente en esa quinta secuencia que falta por analizar donde se encuentran la mayor parte de las debilidades del esquema cronológico que estamos considerando. 1.6 Crítica del sistema cronológico de Thiele Al igual que valorábamos positivamente las respuestas satisfactorias aportadas por el esquema de Thiele a los dilemas de la cronología he- motivo alguno para consignar una campaña de la que quizás ni siquiera tenían conocimiento. En tal caso, habría que rebajar en un año todas las fechas de los diagramas desde Manasés hasta Josías. Como se verá más adelante, tal cosa no tendría incidencia sobre la presente tesis. Con todo lo anterior, a la luz del estado actual de la cuestión, parece preferible ubicar la muerte de Josías y el advenimiento de Joacaz inmediatamente antes del comienzo del año judío 609/608 a.C. 15 Hay quien atribuye año ascensional a Manasés. Pese a que no conocemos ninguna evidencia objetiva para negar tal cosa, hemos preferido indicar únicamente cuál fue su primer año, e indicar en el gráfico con puntos suspensivos el año anterior. Volveremos sobre este asunto cuando hablemos acerca de los sincronismos de la época de Ezequías. La razón de nuestra reticencia a atribuirle año ascensional a Manasés es el hecho de que existen evidencias de que cuando comenzó a reinar estaba asociado al trono como corregente, y es difícil, si no imposible, encontrar paralelos bíblicos de corregentes con año ascensional. En cualquier caso, como se ve, esta observación no afecta para nada la datación absoluta de este rey judío ni la de ningún otro. 48 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS brea, no es menos justo hacer una crítica de aquellos detalles de su reconstrucción que puedan mostrar una incapacidad de proporcionar explicaciones históricas de otras anomalías, y también de los anacronismos creados por un esquema erróneo en la secuencia D. Aunque exponer todas las dificultades inherentes al sistema cronológico de Thiele es una tarea que requiere una larga y detallada explicación, que llevará buena parte del resto de la presente tesis, debemos adelantar en este lugar cuáles son los problemas que subsisten y cuáles los anacronismos creados por su sistema cronológico. Deben señalarse, en primer lugar, las incompatibilidades del sistema de Thiele con las fuentes bíblicas. La Biblia indica en 2 Reyes 17: 1 que Oseas comenzó a reinar en el duodécimo año de Acaz de Judá. Tal cosa, según el esquema de Thiele, es imposible, ya que ambos personajes habrían empezado a reinar a la vez, durante el año 732/731 a.C., si bien Thiele le atribuye a Acaz, como veremos, una corregencia de tres o cuatro años. Aunque tal corregencia hubiese existido, seguiría siendo insuficiente para explicar cómo Oseas de Israel pudo llegar al trono el duodécimo año de Acaz. Este no es el único ejemplo en que el esquema de Thiele hace caso omiso de los datos bíblicos. En efecto, la Biblia le atribuye a Jotam de Judá un reinado de dieciséis años, tal como indica 2 Reyes 15: 33. Sin embargo, si bien existe un texto que parece atribuirle veinte, cuyo significado será comentado en un capítulo posterior, el esquema cronológico de Thiele no proporciona explicación alguna de ese dato bíblico, y difícilmente puede un lapso comprendido entre los años 750 y 732 a.C., los primeros once años del cual habrían sido de gobierno compartido con Azarías, y los cuatro últimos con Acaz, contener un periodo claramente definido de dieciséis años de gobierno tal como reclaman los cronistas bíblicos para Jotam. Existen aún dos contradicciones, mucho más fácilmente detectables que las dos anteriores. El texto de 2 Reyes 18: 1 indica que Ezequías llegó al trono en el año tercero de Oseas de Israel. Nuevamente, por el esquema de Thiele tal cosa es no solo imposible, sino absurda, pues, según él, cuando Ezequías obtuvo la dignidad real, Oseas ya había 49 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA muerto. La cuarta contradicción, 2 Reyes 18: 9, señala un sincronismo entre el cuarto año de Ezequías y el séptimo de Oseas, y el versículo 10 equipara el noveno de Oseas con el sexto de Ezequías, y no solo eso, sino que indica explícitamente que esos años de cada reinado coincidieron con la caída definitiva de Samaria ante las tropas asirias. Pues bien, según el esquema de Thiele no solo no se dan los sincronismos mencionados, sino que Ezequías habría comenzado a reinar ocho años después de la caída final de Samaria. No solo eso: la Biblia indica que cuando Ezequías comenzó a reinar, en 715 a.C. según el esquema de Thiele, tenía, según 2 Reyes 18: 1, veinticinco años. Pues bien, en los sincronismos mencionados por la Biblia, en los años 3º, 7º y 9º de Oseas, Ezequías habría sido un adolescente. Seguramente por ese motivo, Edwin R. Thiele no se animó a atribuirle a Ezequías una corregencia no mencionada por la Biblia. Pero al no reconocer que Ezequías reinaba ya antes de la caída de Samaria, su esquema queda en un callejón sin salida. Ezequías fue un rey reformador de muchas cosas en su país, entre las cuales estaba, desde luego, el fervor religioso, orientado de manera diametralmente opuesta al del reinado de Acaz, su malvado padre. Por ello, aparte de la cuestión ya citada de la edad, es increíble que esas reformas se efectuaran en una hipotética corregencia. No parece haber lugar para ella en la secuencia de hechos registrada en 2 Reyes 18: 1-10 y en 2 Crónicas 29: 1-2, textos en los que estas reformas se presentan realizadas inmediatamente después de la subida de Ezequías al trono. Y, sin embargo, tales reformas tuvieron lugar antes de la caída de Israel en manos de Asiria, como vuelve a indicar todo el capítulo 30 del segundo libro de Crónicas. En él se narra cómo Ezequías procuró fomentar la vuelta a las antiguas tradiciones, entre las que descollaba la observancia de la Pascua, a la que fue invitada toda la población del reino de Israel. Vemos, por tanto, que el esquema de Thiele no solo está en contradicción abierta con varios datos numéricos ofrecidos por las fuentes bíblicas en las que hemos de basarnos para hacer cualquier cronología hebrea –lo cual, al fin y al cabo, no tendría una importancia capital si hubiera razones históricas de peso para poner tales datos en tela de juicio o si 50 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS hubiera alguien dispuesto a admitir a priori errores repetidos en escritos antiguos bien atestiguados–, sino que sería preciso impugnar capítulos enteros de la Biblia, de carácter claramente histórico, para permitir que su sistema siguiera sosteniéndose en pie. Si alguien se empeña, como hizo Thiele en su día, en confeccionar un esquema que explique datos aparentemente conflictivos, debe seguir en ese empeño hasta el final y hacer uno que explique todos los datos. De otro modo, el esquema tendrá muy poca utilidad; será, como mucho, una hipótesis incompleta, y no dejará de insinuar a muchos que, puesto que muestra tan poco respeto por algunos datos, quizás no estaba justificado el esfuerzo de explicar los restantes. Como estudiosos de la historia, debiéramos tener el máximo respeto por los documentos antiguos tal como los encontramos en este momento, sea el documento que sea. Es cómodo, pero poco científico, esgrimir a cada paso el argumento de que tal o cual dato es un error de copista o una interpolación. Una cosa es clara: a no ser que se dieran evidencias contundentes de lo contrario, basadas en fuentes independientes, el capítulo 30 del segundo libro de Crónicas no es un error de copista, y quien lo juzgue de tal modo lo hará única y exclusivamente porque mina los fundamentos de un sistema cronológico aceptado sin suficientes garantías y sin el apoyo de las fuentes históricas de que disponemos. Hay una situación más relacionada con el rey Ezequías que se convierte en un anacronismo a causa del esquema de Thiele. En 2 Reyes 18: 7, texto que describe hechos ocurridos antes de la caída de Israel, se dice que Ezequías se rebeló contra el dominio de los asirios. Una jugada política tan señalada es increíble que la hubiera podido hacer un corregente (concepto usado por algunos de los seguidores de Thiele, aunque no por él mismo en este caso), máxime cuando contaría entonces doce o trece años, según los cálculos de Thiele. Esta cuestión de la edad se complica aún más si se argumenta que Ezequías cumplió sus veinticinco años no en ocasión de su llegada al trono, sino seis años antes de la caída de Israel. En efecto, 2 Reyes 16: 2 indica que Acaz tenía veinte años cuando empezó a reinar, y Thiele ubica el comienzo de su reinado en el año 732 a.C. El resultado de esas dos su51 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA posiciones sería que Ezequías era más viejo que su padre. Tampoco arreglaría gran cosa suponer que Acaz tenía veinte años al comienzo de su supuesta corregencia, en 735/734, pues, de todos modos, Ezequías habría nacido cuando su padre era un tierno infante. Estas observaciones revelan algo muy significativo: los datos bíblicos son coherentes entre sí, lo cual dice mucho en su propio favor. La incoherencia está en el esquema de Thiele. Pero si se reconoce que, efectivamente, Ezequías tenía veinticinco años al final de una supuesta corregencia con su padre, se incurriría en un manejo inconsistente de los datos bíblicos. Declaraciones tales en cuanto al comienzo del reinado siempre se refieren, en todos los casos en que hubo corregencia, al comienzo de ella, como puede comprobarse en 2 Reyes 14: 2; 16: 2 y 21: 1. No existen ya en el sistema cronológico de Thiele más contradicciones abiertas con la Biblia, pero presenta en varias ocasiones un manejo inconsistente de los datos de los cronistas. La primera que mencionaremos es la situación anómala, única en todo su esquema, de atribuir a Acaz una corregencia con Jotam que carece de números ordinales y que, además, no es mencionada explícitamente en la Biblia. En todas las demás corregencias, ya estén explícitamente señaladas en la Biblia, ya implícitamente, hay números ordinales que pueden atribuirse a cada año de la corregencia, es decir, existe algún cómputo de los años de reinado de cada soberano que considera los años que fue corregente. No pasa tal cosa con Acaz en el sistema de Thiele, y, caso de insistirse en tal corregencia,16 debiera darse una explicación satisfactoria de tal anomalía. 16 No parece haber lugar para tal corregencia si se atiende a Isaías 7: 9, parte de una alocución dirigida por el profeta Isaías al rey Acaz de Judá, en un momento en que Jerusalén estaba sufriendo el asedio conjunto de Peka de Israel y de Rezín de Damasco. El mensaje de Isaías fue optimista ante el futuro que esperaba a Jerusalén; lejos de ser tomada la ciudad por los sitiadores, estos llegarían pronto a su fin «y dentro de sesenta y cinco años Efraín será quebrantado hasta dejar de ser pueblo». Las profecías de Isaías no tardaron en cumplirse. Al poco tiempo, Peka fue sustituido por Oseas, por imposición de Tiglath-pileser III, y Rezín eliminado. Poco después caía Samaria. Parece adecuada la interpretación tradicional de que los 65 52 EDWIN RICHARD THIELE Y LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS Las anomalías restantes tienen un carácter común. En ellas se da de nuevo un manejo inconsistente de un mismo tipo de datos bíblicos. La Biblia sincroniza el comienzo del reinado de Jeroboam II con el año decimoquinto de Amasías, que, según Thiele, corresponde con 782 a.C. Ahora bien, Thiele no sincroniza tal año con el primero de Jeroboam II, ya que, a la hora de computar los 41 años que reinó el soberano israelita, cuenta desde la corregencia, con lo que el lapso total de varios reinados consecutivos es mucho más corto que en otros casos en que él no sigue tal procedimiento, no conocido en otras partes de la Biblia. Lo mismo ocurre con Azarías, que habría comenzado a reinar el vigésimo séptimo año de Jeroboam II, 767 a.C. según Thiele; pero luego sus 52 años de reinado se computan no desde 767, sino desde 791 a.C., con lo que el año del sincronismo no viene a corresponder con el primero de Azarías. E idéntico es el caso de Peka. Su llegada al trono, según la Biblia, tuvo lugar en el año quincuagésimo segundo de Azarías, 740 a.C. según Thiele, pero sus veinte años son computados desde 752 hasta 732 a.C. No tiene nada de sorprendente computar el reinado desde el inicio de la corregencia, pero no resulta normal que los sincronismos de reinado hagan referencia a años posteriores al primero oficial. Thiele no sigue tal procedimiento en las corregencias que atribuye a Josafat, Joram, Jotam, Acaz o Manasés. Sorprende que un investigador tan erudito como Thiele, tan sagaz como para no reconocer una corregencia de Ezequías con Acaz, haya incurrido en tales incongruencias en el esquema interno de la cronología de los reyes hebreos y que haya podido contradecir en forma tan destacada textos enteros del Antiguo Testamento, máxime tra- años de Isaías 7: 9 terminan en 670 a.C., cuando Assarhaddón pobló el antiguo territorio de Israel con extranjeros (Esd. 4: 2; 2 Rey. 17: 24ss) y que comienzan en 735 a.C., momento en que Isaías pronunció la profecía. Ahora bien, en ese momento, como se desprende del texto, Acaz era el único rey de Judá, lo cual contradice la hipótesis de una corregencia entre Jotam y él. Según Thiele, solo en 731 a.C. comenzó Acaz su reinado como monarca absoluto. Con tal datación, se hace muy difícil admitir que la profecía de Isaías se haya cumplido. 53 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA tándose de un creyente en la inspiración divina de las Escrituras. Dedicaremos el capítulo siguiente a considerar las razones que lo llevaron a la formulación final de su esquema y la validez de las mismas. 54 2. SINCRONISMOS Y ANACRONISMOS CON ASIRIA 2.1. SECUENCIA Db: De Zacarías de Israel a Ezequías de Judá La dificultad clave con la que tropezó Thiele, y con la que tropieza todo investigador en esta etapa de la historia de Israel, proviene de la inconsistencia aparente de las declaraciones de 2 Reyes 16: 1; 17: 1; 15: 27, 30. Estos versículos señalan que el año 17º de Peka coincidió con el año ascensional de Acaz, que el 12º de Acaz fue el mismo que el ascensional de Oseas y que el reinado de veinte años de Peka terminó con la llegada de Oseas al trono. Este último sincronismo se ve confirmado por una inscripción asiria, que consideraremos más adelante, que indica que Tiglath-pileser III puso a Oseas en el trono después de que el pueblo hubiese depuesto a Peka. El problema fundamental que representa el citado conjunto de datos puede visualizarse en el esquema siguiente, que revela una discrepancia de nueve años para el acceso de Acaz al trono: Peka cia crepan de dis 9 años 17 Acaz 20 12 3 16 Oseas 7 9 Ezequías 4 6 Como pudo constatarse en el capítulo anterior, hay demasiados sincronismos entre Ezequías y Oseas como para no considerarlos. Estos dos reyes y el padre del primero constituyen un trío de monarcas cuyos reinados están indisolublemente ligados a la época de la caída de Israel ante los asirios. Aparte de la discrepancia de nueve años mencionada, si no fuera por el significado incierto de la declaración de 2 Reyes 15: 30, que parece implicar –al menos, así lo entendió Thiele– 55 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA un reinado de veinte años para Jotam, no de 16 como se indica en el versículo 33 del mismo capítulo, y que estos veinte años llegan a la subida de Oseas al trono, podríamos delimitar ya definitivamente con respecto a los tres reinados mencionados los veinte años del gobierno de Peka. Este rey es el último de una serie de monarcas israelitas cuyos años ascensionales están sincronizados con el reinado de Azarías de Judá, conforme a los datos contenidos en 2 Reyes 15: 8, 13, 17, 23, 27. Se trata de los reyes Zacarías (que reinó seis meses), Salum (un mes), Menahem (diez años), Pekahyá (dos años) y el propio Peka (veinte años). Peka comenzó a reinar, según 2 Reyes 15: 27, en el año quincuagésimo segundo (y último, a juzgar por el versículo 1 del mismo capítulo) de Azarías, y, sin embargo, al sucesor de este, Jotam, pese a que 2 Reyes 15: 5 y 2 Crónicas 26: 16-21 indican explícitamente que hubo corregencia con Azarías, no se le atribuye sincronización con los años de gobierno de su padre o de algún rey israelita anterior a Peka, sino, según 2 Reyes 15: 32, con el segundo año del propio Peka. Estos datos, considerados en sí mismos, nos permiten enfocar todo el problema con una única suposición razonable: los años de Peka que correctamente Thiele superpone a los reinados de Menahem y Pekahyá no forman parte de los veinte años que el versículo 27 atribuye a su reinado. Las correlaciones señaladas de los años segundo y decimoséptimo, mencionadas en 2 Reyes 15: 32; 16: 1, debieron entonces estar relacionadas con este reinado total, no con su reinado de veinte años. Estos años adicionales no fueron, probablemente, una corregencia, sino que pueden representar un gobierno rival centrado fuera de Samaria, posiblemente en Transjordania.1 Se trata de un ejemplo de datación doble, concepto usado por Thiele, correctamente y con mucho acierto, para demoler las dificultades en la era anterior,2 como ya se ha tenido ocasión de comprobar. Los resultados de todas las an1 2 Véase Francis D. NICHOL, editor, Comentario bíblico adventista del séptimo día, Pacific Press Publishing Association, Mountain View, California, vol. 2, 1980, págs. 86-87. Edwin R. THIELE, The Mysterious Numbers of the Hebrew Kings, Eerdmans, Grand Rapids, Michigan, 2ª ed., 1965, págs. 32, 64, 68-70. 56 SINCRONISMOS Y ANACRONISMOS CON ASIRIA teriores consideraciones pueden visualizarse en el esquema siguiente, en el que, como en los tres primeros, no incluimos fechas absolutas. Obsérvese que los sincronismos evidencian que los últimos reyes de Israel utilizaron año ascensional. Peka 1 Salum Menahem Zacarías Db+42 38 2 3 4 5 6 7 8 a 1 2 3 4 5 6 41 40 39 38 37 36 35 39 40 41 42 43 34 33 44 45 46 47 48 1 2 3 4 5 Azarías Jotam Peka Peka 7 8 Menahem 9 32 9 10 a 10 Pekahyá 31 1 30 Azarías49 6 51 7 8 12 13 14 15 16 17 1 2 3 4 5 6 7 2 a 29 50 11 28 52 27 1º 9 Jotam 26 25 24 23 22 2º 3º 4º 5º 6º 7º 10 11 12 13 14 15 8º a 16 Jotam Acaz Peka (18) 8 21 (19) 9 20 (20) 10 19 9º 1 10º 2 (21) 11 18 11º 3 (22) 12 17 12º 4 (23) 13 (24) 14 16 13º 5 15 14º 6 (25) 15 14 15º 7 (26) 16 13 16º 8 (27) 17 12 17º 9 (28) 18 11 18º 10 19º 11 Acaz Peka Oseas (29) (30) a 19 20 10 1 9 8 20º 12 (21º) 13 Acaz 2 7 ... 14 3 6 15 16 4 5 5 a 6 4 1 7 3 2 8 2 3 1 4 9 Db 5 6 ... Ezequías 57 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA El anterior esquema permite explicar absolutamente todos los datos dados por los cronistas bíblicos. En efecto, Zacarías, hijo de Jeroboam II, subió al trono de Israel en el trigésimo octavo año de Azarías de Judá, en el año Db+42. Solamente estuvo en el poder seis meses, pues, en el año trigésimo noveno del mismo Azarías, Salum conspiró contra él, en Db+41, aunque no tuvo apenas tiempo de saborear el éxito de su sedición, dado que, al cabo de un mes, durante el mismo año de Azarías y el mismo año juliano, Menahem ocupaba su lugar. Los datos numéricos aportados por los cronistas hebreos nos permiten constatar que Menahem no fue, no obstante, el único personaje que detentó un papel capital en la vida política israelita, pues Peka, capitán del ejército, debió de tener un gobierno rival en Transjordania cuyo primer año coincidiría con el tercero de Menahem, Db+38/37, aunque no lograría hacerse con el control de todos los hilos políticos de su país hasta nueve años más tarde, cuando eliminó a Pekahyá, sucesor de Menahem en el gobierno de Samaria. Pero, mientras tanto, el viejo Azarías de Judá asoció a su hijo Jotam al trono, en ocasión de un fulminante ataque de lepra registrado en 2 Reyes 15: 5 y 2 Crónicas 26: 16-21. Tal cosa ocurrió en el segundo año de Peka, Db+37/36, que era el cuarto de Menahem. Azarías siguió leproso el resto de sus días, pero los cronistas siguieron computando sus años de reinado, y en el quincuagésimo de ellos registraron la subida de Pekahyá al trono de Israel. Era el año Db+31/30, séptimo de la corregencia de Jotam. Durante el último año de la vida de Azarías, los cronistas señalan un nuevo sincronismo: el éxito de la conspiración de Peka contra el rey de Samaria. Casi simultáneamente, Peka y Jotam se hicieron los señores absolutos de Israel y Judá, respectivamente. Era el año Db+29/28. De ambos reyes, el que menos tiempo estuvo en el poder fue Jotam. Tras 16 años de gobierno, lapso en el que se incluyen los años de su corregencia, fue sucedido por Acaz en el decimoséptimo de Peka, contado desde el inicio de su gobierno en Transjordania. Tras 20 años como rey de Samaria, y a los 30 de iniciado su gobierno rival en Transjordania, Peka fue sustituido por Oseas en el duodécimo año de Acaz. Puede ahora entenderse claramente el significado de 2 Reyes 58 SINCRONISMOS Y ANACRONISMOS CON ASIRIA 15: 30. «A los veinte años de Jotam» debiera interpretarse «A los veinte años después del comienzo del reinado de Jotam». Ciertamente, de no ser por el cúmulo de datos ofrecido por los cronistas bíblicos, el texto en cuestión podría entenderse en la forma interpretada por Thiele, en el sentido de que Jotam reinó veinte años, y no dieciséis, pero, como se indicó en el capítulo anterior, tal cosa pone en entredicho innecesariamente otro texto bíblico para el cual no se da explicación satisfactoria. Basta echar una ojeada a algunas ediciones críticas de la Biblia anteriores a la publicación del esquema de Thiele para percatarse de los diferentes intentos que se han hecho para explicar el texto de 2 Reyes 15: 30. Entre ellos destaca, precisamente, por su lógica y por su defensa de la integridad de la Escritura como documento, uno que ya fue propuesto por Ussher, y que es el que aparece en The Oxford Self-Pronouncing Bible (versión King James),3 en una nota marginal de 2 Reyes 15: 30, que hace la siguiente paráfrasis del texto: «In the twentieth year after Jotham had begun to reign», es decir, «En el vigésimo año después de que Jotam hubiese comenzado a reinar», o, dicho de otro modo, desde la muerte de Uzías. El sincronismo no pudo ser más exacto: Azarías murió durante el noveno año de la corregencia de Jotam, por lo que ese noveno año se convirtió en el primero de una era que, como se ha señalado ya, estuvo caracterizada por la llegada al poder absoluto casi simultánea de Peka en Samaria y de Jotam en Jerusalén. Jotam solo reinó ocho años más, pero, evidentemente, los cronistas siguieron usando por algún tiempo esta era, como antes habían hecho con la era de Roboam, como puede comprobarse comparando 2 Crónicas 16: 1 y 1 Reyes 15: 16, 32 con los datos cronológicos relativos a Asá de Judá y Basá de Israel. El vigésimo año de esa era coincidió con el duodécimo de Acaz, y terminó en Db+9, año en el que el último rey de Israel, Oseas, llegó al poder. En su tercer año, durante Db+6/5, Ezequías sucedió a Acaz sobre el 3 The Oxford Self-Pronouncing Bible. The Holy Scripture Containing the Old and New Testaments. Authorized, King James Version, Oxford University Press, Oxford, 1901, págs. 421. 59 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA trono de David. Los años que siguieron fueron de intensa actividad política. Se acercaba el fin de Israel. Durante el séptimo año de Oseas y cuarto de Ezequías, Salmanasar V comenzó el asedio de Samaria, según 2 Reyes 18: 9. Al cabo de tres años, evidentemente contados de forma inclusiva, Samaria cayó. Era el año noveno de Oseas, prisionero de los asirios hacía ya algún tiempo, y sexto de Ezequías, y, en función de las siglas de esta secuencia, corría el año juliano Db. Esta solución es la única capaz de explicar todos los datos de las fuentes bíblicas de que disponemos. ¿Por qué el esquema de Thiele no está constituido de este modo? La respuesta es bien simple, y merece ser estudiada con atención: porque existen inscripciones asirias que señalan sincronismos que, según eminentes historiadores, impiden que los años superpuestos de Peka fueran adicionales a los veinte que la Biblia le atribuye. La exactitud de esta apreciación de Thiele y de otros historiadores será considerada a continuación. 2.2. Sincronismos y anacronismos con Asiria Aparte de las fuentes bíblicas, todo estudio serio de la cronología hebrea deberá tomar en consideración cualquier otro tipo de fuentes, que se limitan en un porcentaje muy elevado a ciertas inscripciones asirias. Los textos en cuestión, algunos de los cuales parecen compatibles únicamente con el esquema de Thiele, pertenecen a los reinados de Salmanasar III (859-824 a.C.), Adad-nirari III (810-783), Tiglath-pileser III (744-727), Salmanasar V (726-722), Sargón II (721705), Senaquerib (704-681) y Assarhaddón (680-669). El sincronismo de este último con el rey Manasés de Judá, basado en los anales del primero, que nombra entre sus tributarios a «Menasê» o «Minse rey de Judá», que, según algunos, se ve confirmado por el texto de 2 Crónicas 33: 11,4 está en armonía con la secuencia E tal como ha si4 Parece que hay más eruditos favorables a identificar al rey asirio aludido en 2 Crónicas 33: 11 con Asurbanipal que con Assarhaddón. Véase Giuseppe RICCIOTTI, Historia de Israel, Luis Miracle, S.A., 3ª ed., Barcelona, 1966, vol. 1, págs. 409-410. 60 SINCRONISMOS Y ANACRONISMOS CON ASIRIA do presentada y no es necesario considerarlo ya con mayor atención. Lo mismo ocurre en cuanto a la contemporaneidad entre Manasés y Asurbanipal. En lo tocante a los sincronismos de Salmanasar V, Sargón II y Senaquerib, serán analizados en el capítulo tercero, en el que se tratarán los sincronismos internacionales de la época de Ezequías. En cuanto a los demás sincronismos, serán analizados a continuación en orden inverso al de reinado de los reyes asirios mencionados. 2.2.1. Sincronismos y anacronismos con Tiglath-pileser III La mención en los textos de Tiglath-pileser III de un tal Azriyau de Ya’udi ha hecho divagar por largo tiempo a los estudiosos. Algunos eruditos querían hacer de él un equivalente de «Azarías de Judá». Aunque tal equiparación sería ciertamente posible si se juzga por el esquema cronológico de Thiele y si no se presta atención al momento puntual dentro del reinado del asirio, hoy se considera que la contemporaneidad de Tiglath-pileser III con Azarías de Judá en la época del texto en cuestión es puramente imaginaria, y que la doble similitud entre Azarías y Azriyau, y entre Judá y Ya’udi, es un hecho puramente fortuito. Actualmente, la mayor parte de los historiadores reconoce que «Azarías debía de estar muerto en esta época [730 a.C.]. Ya’udi no es Judá sino el otro nombre de Sam’al, donde una revolución antiasiria había conseguido destronar a Bar-sur.»5 Tiglath-pileser III declara también haber recibido tributo de Jehoahaz o Yahuazi de Judá. Este rey es el «Acaz del Antiguo Testamento, que es la abreviatura del nombre completo, (Jo)-Acaz».6 Esta identificación, reconocida universalmente, es posible tanto por el esquema de Thiele como por la reconstrucción de la secuencia Db ya expuesta. La Biblia registra este pago de tributo en 2 Reyes 16: 7-8. Los restantes 5 6 Paul GARELLI y V. NIKIPROWETZKY, El Próximo Oriente asiático. Los imperios mesopotámicos. Israel, Editorial Labor, S.A., Barcelona, 1977, pág. 64. D. Winton THOMAS, Documents from Old Testament Times, Harper & Row, Nueva York, 1961, pág. 57. 61 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA sincronismos de Tiglath-pileser III con los reyes israelitas son mucho más problemáticos que los dos expuestos hasta aquí, y, por ello, dedicaremos más espacio a su análisis. Tiglath-pileser III pretende en sus anales7 haber recibido tributo de Menahem, pero «a pesar de diversos intentos, la fecha exacta del tributo de Menahem no se puede conocer con certeza»8 por medio de los textos asirios. La Biblia registra este pago de tributo en 2 Reyes 15: 19. Los cronistas llaman en ese pasaje Pul al receptor del tributo. Como se verá cuando se atribuyan fechas absolutas a la secuencia Db, por la reconstrucción propuesta, Menahem llevaba varios años muerto cuando Tiglath-pileser III llegó al trono de Asiria. Es evidente que este sincronismo constituyó una importante fuente de presión que parecía requerir un período abreviado entre la muerte de Azarías y la caída de Israel. A continuación, no obstante, se analizará un factor adicional, que no se ha considerado debidamente, que muestra que las fuentes asirias no demandan necesariamente tal abreviación a expensas de la integridad del testimonio histórico de las fuentes hebreas. A la muerte de un rey asirio era costumbre elevar al trono al hijo del rey precedente que hubiese estado ejerciendo funciones de general en el ejército. Los pagos de tributo eran entregados, la mayoría de las veces, al general, representante del soberano, más bien que al rey personalmente. No tiene por qué haber desviación de la práctica aceptable al asumir que así ocurrió con Menahem. Este concepto es lo suficientemente significativo como para presentar evidencias en apoyo de la aplicación de esta premisa en este caso, al igual que en otros que consideraremos más adelante, en donde parece existir una discrepancia de unos pocos años entre las fuentes asirias y la cronología de la secuencia D tal como es defendida en la presente tesis. 7 Daniel David LUCKENBILL, Ancient Records from Assyria and Babylonia, The University of Chicago Press, Chicago, 1926,1927 (reimpresión: Greenwood Press, Westport, 1969), vol. 1, párr. 772. 8 THOMAS, loc. cit. 62 SINCRONISMOS Y ANACRONISMOS CON ASIRIA Menahem pagó su tributo a Pul, según 2 Reyes 15: 19. En un versículo posterior, el 29, relacionado con un incidente que ocurrió algunos años más tarde, el nombre cambia de Pul a Tiglath-pileser. La explicación más simple del cambio de nombre es que hubo un cambio en el status de Pul entre ambos sucesos: de general a rey. El hecho de que se diga de él que era rey de Asiria puede no tener más significado que el pasaje se escribió después del momento en que Pul llegó al trono asirio. En efecto, por largo tiempo se pensó que al igual que Tiglath-pileser fue el nombre con que los asirios conocieron a este rey, Pul sería el nombre que le daban los babilonios. Ahora, sin embargo, parece más probable que Pul o Pulu fuese el nombre propio de Tiglath-pileser III antes de su ascenso al trono, y que los babilonios siguieron usándolo porque nunca reconocieron la legitimidad de aquel monarca extranjero que les había sido impuesto.9 Según todo lo dicho, Menahem habría pagado tributo a este personaje antes de la subida de este al trono asirio. Tal cosa no puede probarse concluyentemente hoy por hoy, pero no es imposible. Poco sabemos de la vida de Pul antes de su ascensión al trono: lo que sí es cierto es que él se hizo pasar por hijo de Adad-nirari III (810-783), lo cual indica que a finales del reinado de Ashur-dan III o a comienzos del de Ashur-nirari V, cuando el poder central de Asiria brillaba por su ausencia, pudo muy bien haber realizado una expedición hacia el Mediterráneo. A este afortunado general le estaba deparada la gloria de convertirse, unos diez años más tarde, en el fundador del Imperio Asirio. Efectivamente, en 744 a.C., Pul llegaba al trono de Asiria y conduciría en lo sucesivo a sus ejércitos de victoria en victoria. El suceso más significativo para la historia subsiguiente de Israel y Judá es su oposición a la coalición que contra Acaz de Judá crearon Rezín, rey de Siria, y Peka, rey de Israel, episodio relatado en el capítulo 16 del segundo libro de Reyes y en el vigésimo octavo del segundo de 9 J.A.BRINKMAN, A Political History of Post-Kassite Babylonia (1158-722), Roma, 1968, págs. 61,62. 63 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Crónicas. En el año 734 a.C. Tiglath-pileser inició las operaciones contra los aliados, pero el golpe de gracia para ellos no llegó hasta el 732, cuando Damasco fue devastada y Rezín asesinado. Un historiador moderno hace el siguiente comentario sobre los sucesos que siguieron: Poco después de la caída de Damasco, sino contemporáneamente, tropas asirias invadieron el reino de Israel, que no opuso la menor resistencia. Se perdieron toda Galilea y Transjordania (2 Rey. 15: 29); la tribu de Nephtali y las transjordánicas fueron deportadas a Asiria (cf. 1 Cró. 5: 26), y del antiguo reino no quedó más que un tronco mutilado, el territorio montañoso en torno a Samaria. Entre estas ruinas no tardó en encenderse la sedición interna, siguiendo la vieja tradición. El rey Peqah no era ya más que una sombra, superviviente testigo de una catástrofe; un tal Oseas, hijo de Elah, conspiró contra él, lo mató y tomó su corona (2 Rey. 15: 30). Tiglath-pileser también narra el suceso: “La casa de Omri, toda su gente, junto con sus posesiones, yo los deporté a Asiria. Entonces estos derrocaron […] a Peqah su rey, yo puse a Oseas para su gobierno.”10 Con razón dice Ricciotti que Peka fue una sombra superviviente de la catástrofe, porque, según la opinión del autor de esta tesis, debió de morir unos pocos años más tarde. Este lapso indefinido se precisará cuando se den las fechas absolutas de la secuencia Db. Con este último sincronismo entre Tiglath-pileser III con Peka y Oseas, quedan mencionados todos los registrados en sus anales y en la Biblia. Como se ha podido ver, el único que parecería plantear un problema significativo es su sincronismo con Menahem. Abundando en lo dicho para explicar esta dificultad, podemos señalar que algunas veces los reyes asirios no hicieron distinción entre sus hazañas realizadas cuando eran generales y las realizadas ya como reyes. Y, aunque el autor de esta tesis no sea de la misma opinión, hay quien cree que la pretensión de Sargón II de haber conquistado Samaria responde a este mismo principio. Aunque algunos creen que tal preten10 RICCIOTTI, op. cit., pág. 371. 64 SINCRONISMOS Y ANACRONISMOS CON ASIRIA sión es una falsificación intencionada de la historia, otros creen que dicha pretensión era totalmente ética si Sargón era general en funciones en el momento de la caída definitiva de Israel.11 Del mismo modo, la mayoría de los eruditos no ha dudado en usar esta misma premisa para explicar discrepancias de algunos años en sus identificaciones. Por ejemplo, se identifica al rey So de 2 Reyes 17: 4 con el faraón egipcio Shabaka.12 Sin embargo, esta identificación debe asumir que era entonces general, puesto que Shabaka no fue rey sino hasta después del tiempo de Oseas, y nadie lo fecha antes de 715 a.C. Se han sugerido fechas aún más tardías.13 2.2.2. Un sincronismo olvidado: Adad-nirari III y Joás de Israel Las consideraciones contenidas en esta sección no son, ni mucho menos, problemáticas para la reconstrucción que se ha propuesto de la secuencia Db o de la Da, que se expondrá más adelante dentro de este mismo capítulo, pero se incluyen aquí, no obstante, porque son pertinentes al tema de los sincronismos con Asiria, y, además, corresponden a un sincronismo al que no se ha prestado la debida atención. La estela de Rimah indica que el rey asirio Adad-nirari III (810-783) sometió a un rey de Humri (Israel) llamado Ia’asu. Ahora bien, la estela alude al hecho de que dicho sometimiento tuvo lugar durante el avance hacia «el mar» (no «el País del mar», que haría referencia al Golfo Pérsico), es decir, hacia el Mediterráneo. Pero dicho avance, como se sabe por otras fuentes, tuvo lugar en el año 803 a.C.14 11 12 13 14 Tal es el pensamiento de Thiele, repetido un buen número de veces en sus escritos. Véase NICHOL, op. cit., pág. 64. The Cambridge Ancient History, vol. III: The Assyrian Empire (1 edición reimpresa con correcciones, 1954, arreglada por J.B.Bury et al.), pág. 272. Véase Étienne DRIOTON y Jacques VANDIER, Historia de Egipto, Editorial Eudeba, 3ª edición, Buenos Aires, 1973, págs. 465, 488-489, 538, 604. Véase H.CAZELLES, Académie des Inscriptions et Belles-Lettres, Comptes rendus des séances, 1969, págs. 106-107, citado por GARELLI y NIKIPROWETZKY, op. cit., pág. 180. 65 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Se presenta así un serio problema para el esquema de Thiele, pues, según él, en Israel no había en esa fecha ningún rey que tuviera un nombre equivalente a Ia’asu, sino que reinaba Joacaz. Joás, en quien sin duda puede verse la versión bíblica del nombre Ia’asu, no empezó a reinar, según el esquema de Thiele, sino hasta el año 798/797 AC. Aunque él, evidentemente, no desea mencionar este significativo sincronismo, tendría ahora que determinar si es que su esquema tiene un error superior a cinco años, como mínimo, o si debe aplicársele a Joás de Israel el principio que en el apartado anterior aplicábamos a Tiglathpileser III de Asiria. Ha de decidirse necesariamente por una de las dos posibilidades. En cualquier caso, su esquema cae forzosamente con esta consideración, pues, en caso de adoptar la posibilidad más benigna, la segunda, su cronología pierde toda la credibilidad de estar basada sólidamente en la cronología asiria. Si para el esquema de Thiele, caracterizado por inconsistencias con las fuentes bíblicas, puede esgrimirse el papel político ejercido por un príncipe antes de su llegada al poder, ¿por qué no podría emplearse el mismo principio para otro esquema que no adolece de tales inconsistencias y que considera debidamente no solo las fuentes bíblicas sino todas las extrabíblicas? Como podrá comprobarse, y esto no deja de ser importante, el año 803 a.C. correspondió, precisamente, al final del reinado de Joás de Israel, tal como hemos establecido la secuencia Db. Y también resulta altamente significativo que el final del reinado de Joás caiga exactamente en 803 a.C. siendo que se llega a dicha fecha por consideraciones que tienen que ver únicamente con la cronología interna de Israel y Judá, sin tener que recurrir para nada a los anales asirios. 2.2.3 Sincronismos y anacronismos con Salmanasar III Los sincronismos, reales o presuntos, que quedan por considerar tienen que ver con el reinado de Salmanasar III (859-824 a.C.) y son la base última de todo el sistema cronológico de Thiele y de muchos otros eruditos que lo precedieron. Como ya se indicó en el capítulo primero, en su sexto año de reinado, Salmanasar III se enfrentó con una coalición 66 SINCRONISMOS Y ANACRONISMOS CON ASIRIA de reyezuelos entre los que se encontraba Ahabbu mat Sir’ila, y en su año decimoctavo, según la inscripción de su Obelisco Negro, recibió el tributo de Iaua mâr Humri.15 Al identificar a Ahabbu con Acab y a Iaua con Jehú, cuyos reinados están separados por doce años según los datos bíblicos (si se tienen en cuenta las peculiaridades del calendario israelita), Thiele llega a la conclusión de que el sincronismo de Salmanasar III con Acab tuvo lugar precisamente en el último año del reinado de este, mientras que el tributo de Jehú se habría efectuado tan pronto como el nuevo rey de Israel hubo exterminado a la casa de Acab. Esta argumentación de Thiele ha sido universalmente aceptada y es la base última de todas las cronologías de la monarquía hebrea que hemos tenido ocasión de consultar. Ahora bien, ¿constituyen realmente tales sincronismos una base inequívoca para “establecer” una cronología que debe cuestionar la integridad del valor histórico de los datos bíblicos de los cronistas hebreos para la era posterior? Creemos que la respuesta debe ser rotundamente negativa. Además de las discrepancias continuas con la Escritura en la etapa cronológica subsiguiente, esta interpretación representa por sí misma una seria anomalía. Necesita asumir que Acab, como uno de los doce aliados confederados de Siria, participó como figura principal en una batalla contra Asiria librada en suelo sirio durante el mismo año en que, según 2 Reyes 22 y 2 Crónicas18, murió peleando contra Siria. Los monarcas orientales tienen fama de doblez política y de haber sido traicioneros en sus alianzas, pero parece más que improbable que Acab participase vez alguna en una aventura semejante, y que fuese tan voluble como parece dar a entender la interpretación que lo identifica con Ahabbu mat Sir’ila. Además, es menos probable aún que Acab hubiese podido reunir las fuerzas para una guerra contra Siria tan poco tiempo después de sufrir las enormes pérdidas que supuestamente Salmanasar III le habría infligido en la batalla de Qarqar. No hay ninguna razón para dudar del éxito del asirio en la batalla, como hacen 15 Véase James B. PRITCHARD, editor, Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament (ANET), Princeton University Press, Princeton, N.J., 3ª ed., 1969, págs. 279-281. 67 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA tantos historiadores, perplejos por la constatación de que Acab parece no haber sufrido ninguna derrota. En efecto, Acab no sufrió ninguna derrota a manos de Salmanasar III por la sencilla razón de que murió antes de que el asirio tomara el poder, y bastante antes, desde luego, de la batalla de Qarqar. En ningún sitio confirma la Biblia o cualquier otra fuente el presunto sincronismo de estos dos monarcas, y, a partir de este momento, será tratado como un anacronismo. A revelarlo como tal dedicaremos las siguientes líneas. En este caso no es posible asumir que el incidente corresponde a una época anterior en la que Salmanasar III fuese general bajo un rey anterior, puesto que se menciona el nombre de Daian Ashur, bajo cuyo eponimato, en el sexto año de Salmanasar, se libró la batalla. La solución del problema es bien simple. Como ya se comentó en el caso de Azriyau de Ya’udi, la mera similitud de nombres puede no ser determinante. Sin duda, Ahabbu se parece a Acab, pero, ¿implica ello que fueron el mismo personaje? Y, ¿qué decir de Sir’ila o Shirlai? ¿Es tan evidente que se trata del país de Israel? Desde luego, para quien no se fije demasiado en las consonantes, ambos nombres se parecen mucho menos que Ya’udi y Judá, y vimos que esta última equivalencia era errónea. También lo es equiparar Shirlai con Israel, y de ello existen bastantes evidencias en los propios textos asirios. En estos, Israel recibe siempre el nombre de Humri, país de Omrí o país de la casa de Omrí.16 En la época de Salmanasar III, Omrí ya había reinado en Israel, y, desde luego, en la época de la batalla de Qarqar llevaba ya bastante tiempo muerto. Si Salmanasar III hubiese peleado con Acab, el hijo de Omrí, ¿no habría empleado él la denominación que emplearon todos los demás reyes asirios, incluso él mismo cuando llamó a Iaua «hijo de Omrí», pese a que Jehú no era hijo de tal personaje? La interpretación que hace que Jehú entregue tributo al rey asirio durante su primer año de reinado presenta otra anomalía, si bien no es tan seria como la referente a Acab. Desde luego, la Biblia no menciona ningún tributo de Jehú a Salmanasar III, aunque no vemos razones pa16 Véase RICCIOTTI, op. cit., pág. 347. 68 SINCRONISMOS Y ANACRONISMOS CON ASIRIA ra excluirlo, pues, por la reconstrucción propuesta de la secuencia Db, remontándonos en el tiempo, Jehú resulta ser rey de Israel en el año decimoctavo de Salmanasar III, aunque habría comenzado a reinar antes. La anomalía es que parece improbable que un rey que tiene el coraje de exterminar a la casa de Acab (y de Omrí) en Israel, y luego en Judá, tenga la debilidad de ir a postrarse inmediatamente ante los pies del monarca asirio. Quizá puede argüirse que el ejército de Jehú no podía competir con el de Asiria. Sin duda, pero entonces se puede acusar a Jehú de falta de oportunidad por dar su golpe de estado en un momento en que, presuntamente, la maquinaria militar de Salmanasar III estaba en todo su esplendor y no para convertirse, precisamente, en un aliado de Asiria. 2.3. Debilidad de la autodefensa de Thiele En un reciente artículo aparecido en una publicación periódica,17 Thiele pretendía “curarse en salud” de todos los ataques que en lo futuro pudieran hacerse a su esquema cronológico. Para probar lo inamovible de su sistema cronológico, utilizaba dos argumentos: 1) su sistema era exacto porque estaba basado en los sincronismos de Salmanasar III, Tiglath-pileser III y Senaquerib, y tales sincronismos no podían tocarse porque «nos permiten probar la exactitud de los datos cronológicos de los libros de los Reyes»; 2) la constitución interna de su esquema era también inamovible porque el lapso que separa dos acontecimientos determinados de la historia asiria es idéntico al que, según la Biblia, separa otros dos acontecimientos de la historia hebrea que sean simultáneos a aquellos.18 17 Se trataba de una carta al editor de la Adventist Review firmada por Thiele. Apareció en el número del 9 de noviembre de 1978. Esta carta surgía como respuesta a ciertas protestas que el Dr. Donovan A. Courville había logrado publicar en esa revista denominacional contra la reconstrucción cronológica de Thiele. Debe puntualizarse, no obstante, que el Dr. Courville usó documentación que no puede calificarse como ortodoxa según la metodología de la historia. 18 Su carta concluía con una recomendación al lector de que leyera las conclusiones de su autor «tal como están publicadas por la denominación adventista del sépti- 69 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Veamos la validez de estas dos argumentaciones. La primera pensamos que no es lógico aducirla. En la Biblia hay cientos de detalles, cronológicos o de otro carácter, que no son susceptibles de comprobación directa alguna, pero ello no tiene que inquietar a nadie en absoluto, ni en sus afanes devocionales ni en los eruditos. Cada nación tiene sus propias fuentes históricas, no siempre contrastables con las de otra, y, a partir de dichas fuentes dispares, los historiadores han reconstruido, con fortuna o sin ella, la cronología de los distintos pueblos de la antigüedad. Sin embargo, no todos los datos –en ocasiones, poquísimos, o, quizás, ninguno– de la cronología de una determinada nación pueden ponerse en paralelo con los de otra en forma absolutamente precisa. Lo único que se puede hacer en tales ocasiones es admitir un paralelismo aproximado de épocas en la historia de ambas naciones, sin que se pueda hacer una afirmación tajante en cuanto a reinados contemporáneos o coetáneos. Los datos de los libros de los Reyes, a los que alude Thiele, constituyen el armazón cronológico de la historia de los reyes hebreos, y dicho armazón es independiente de la cronología asiria en la mayor parte de sus puntos, siendo una de las pocas excepciones importantes admisible la de la fecha de la caída de Samaria. Como ya se ha indicado, la Biblia no menciona en ningún lugar los “sincronismos” de Salmanasar III con Acab y Jehú. Aunque admitamos, sin embargo, el sincronismo con Jehú y rechacemos el sincronismo de Acab, o incluso admitiéndolo también, esos “sincronismos” no nos permiten “probar” nada. Thiele utiliza un razonamiento en círculo vicioso: ha usado el lapso de doce años que separa el sexto del decimoctavo de Salmanasar III como equivalente de los doce años que también separan el último año de Acab y el primero de Jehú. Como las fechas de Salmanasar III se conocen con seguridad, Thiele ha fijado los reinados de Acab y Jehú en la escala cronológica. En mo día» en el Comentario bíblico adventista del séptimo día y en el Seventh-day Adventist Bible Dictionary. Esa es la razón por la que hemos utilizado esas obras de referencia con cierta preferencia a otras, sin prejuzgar en ningún caso su valor teológico. 70 SINCRONISMOS Y ANACRONISMOS CON ASIRIA el apartado anterior se han presentado objeciones a los supuestos sincronismos, pero Thiele argumenta que dichos “sincronismos” «nos permiten probar la exactitud» de los libros de los Reyes. Pese a lo loable que pueda ser intentar «probar la exactitud» de dichos documentos, exactitud, por otra parte, no siempre defendida por el propio Thiele, se ve claramente que tal argumentación no es consistente. Lo único que hacen esos “sincronismos” es sustentar el esquema de Thiele; pero si esos sincronismos no son tales, ningún creyente tendría razón alguna para inquietarse, y mucho menos un historiador. Está fuera de dudas el valor histórico de las fuentes de los libros de los Reyes, y el que un “sincronismo” extrabíblico quedara desacreditado en nada afectaría a los conocimientos que de dichas fuentes se tiene. En todo caso, los sincronismos usados por Thiele para la reconstrucción de su esquema pueden, muy razonablemente, probar también «la exactitud de los datos cronológicos de los libros de los Reyes» tal como están siendo expuestos en las distintas secuencias a lo largo de esta tesis. Sin embargo, nunca esos sincronismos podrán utilizarse para probar o defender nada. No hay nada que probar, ni nada que defender. La única misión de un historiador que se adentre en el campo de las cronologías es conocer todos los datos aportados por las fuentes y utilizarlos para la confección de un esquema serio y útil para explicar los demás aspectos de la historia de las naciones. La mejor prueba, si se la quiere buscar, de la fiabilidad de unas fuentes cronológicas estriba en la posibilidad de la confección de un esquema tal, caracterizado por el menor número de anomalías –internas o externas– posible. Después de sus consideraciones sobre los sincronismos, Thiele ofrecía una razón que, en apariencia, tiene más peso. Dice que entre la muerte de Acab y el decimocuarto año de Ezequías, la Biblia requiere que haya 152 años, lo cual se ve confirmado porque ése es el mismo lapso que separa, en la historia asiria, la batalla de Qarqar de la invasión de Judá por Senaquerib en 701 a.C. Además, dice que, según la Biblia, hay 140 años entre el advenimiento de Jehú y el decimocuarto año de Ezequías, lo cual cuadra de nuevo con los 140 71 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA años que en la cronología asiria separan el decimoctavo año de Salmanasar III y el 701 a.C. La tercera prueba ofrecida por Thiele es que, según la Biblia, mediaron 118 años entre el advenimiento de Jehú y la caída de Samaria, el mismo lapso que en la cronología asiria media entre el año decimoctavo de Salmanasar III y el quinto de Salmanasar V. Estas tres pruebas, aparentemente impresionantes y eruditas, no están bien estructuradas. En primer lugar, observemos que las tres pruebas deben forzosamente reducirse a dos, puesto que la segunda es del todo dependiente de la primera y cubre el mismo lapso, con excepción de los doce años que separan el sexto del decimoctavo de Salmanasar III y que Thiele supone que son los mismos que median entre la muerte de Acab y el advenimiento de Jehú. Así que solo consideraremos probatorios los dos periodos de 152 y 118 años. Ahora bien, al autor de esta tesis le parece claro que estas pruebas no son tales, pues la Biblia no requiere en ninguna parte que esas cifras sean reales. Según los datos de la Biblia, pueden obtenerse, con una base igual o mejor, 164 y 155 años, respectivamente. Cuando Thiele da a entender que la Biblia exige esos periodos, debiera más bien decir que él creyó que los datos bíblicos podían comprimirse de tal modo que resultasen esos periodos, sacados exclusivamente de la cronología asiria y de sus pretendidos sincronismos con la historia hebrea. Vemos de nuevo cómo la segunda línea de argumentación usada por Thiele para defender su esquema cronológico incurre en razonamientos en círculo vicioso, y, por tanto, como la primera, carece de valor. Aunque aún quedan por considerar varios aspectos de la cronología de los reyes hebreos, en especial la época del rey Ezequías de Judá, podría ser adecuado terminar este párrafo con unas consideraciones muy pertinentes, escritas por el propio Thiele: Lo que se hacía en la antigüedad se hacía sin consultar si satisfaría o no las mentes de los eruditos de nuestra era moderna. Lo sabio por nuestra parte es tomar la evidencia tal como es y aceptar su veredicto. Si los datos re72 SINCRONISMOS Y ANACRONISMOS CON ASIRIA velan situaciones históricas no sospechadas hasta el presente, ¿quiénes somos nosotros para criticar o condenar?19 ¡Hermosas palabras de un gran historiador! ¡Lástima que su autor no siempre haya estado a la altura de ellas! 2.4. Secuencia Da: La época de Joás y Jeroboam II en Israel Una vez explicadas la mayoría de las cuestiones de los sincronismos con Asiria que afectaban a la estructura de la secuencia Db, podemos anteponer a esta los reinados de los monarcas hebreos remontándonos hasta Joás de Israel, con lo cual enlazaríamos ya con la secuencia C. De hecho, como podrá comprobarse, esta secuencia se superpone nueve años a la C. Antes de pasar a la explicación detallada de la estructura de esta secuencia, pasaremos a presentarla en forma gráfica: Joás a (Jeroboam II) 1 2 3 4 5 6 7 1 8 9 C+9 C+8 C+7 C+6 C+5 C+4 C+3 C+2 C+1 2 3 10 11 C = Da+55 a 54 1 2 Amasías Joás 4 5 Jeroboam II 12 13 53 52 3 6 7 8 9 10 11 12 13 14 14 15 16 17 18 19 20 21 22 51 4 50 5 49 6 48 7 47 8 46 9 45 10 44 11 43 12 13 Amasías 19 THIELE, «The Synchronisms of the Hebrew Kings – A Re-evaluation II», en Andrews University Seminary Studies (AUSS), Berrien Springs, Michigan, vol. II, 1964, pág. 135. 73 CRONOLOGÍA DE Joás LA MONARQUÍA HEBREA Jeroboam II 15 16 a Jeroboam II 23 24 42 41 14 1 2 3 4 5 6 7 8 9 25 26 27 (28) (29) (30) (31) (32) (33) 40 39 16 15 38 37 17 Amasías 36 35 34 33 32 18 19 20 21 22 23 24 1 2 3 4 5 6 7 Azarías Jeroboam II 10 (34) 31 11 (35) 30 Amasías 12 (36) 29 13 (37) 28 14 (38) 27 25 26 27 28 8 9 10 11 15 (39) 26 16 (40) 25 17 (41) 24 18 (42) 23 19 (43) 22 20 (44) 21 29 12 Azarías 13 14 15 16 17 18 Azarías Jeroboam II 21 (45) 20 22 (46) 19 19 23 (47) 18 20 24 (48) 17 21 25 (49) 16 22 26 (50) 15 23 27 (51) 14 24 28 (52) 13 25 29 (53) 12 26 30 (54) 11 27 31 (55) 10 28 29 Azarías Jeroboam II 32 (56) 9 33 (57) 8 30 34 (58) 7 31 35 (59) 6 32 36 (60) 5 33 37 (61) 4 34 38 (62) 3 35 39 (63) 2 36 40 41 (64) (65) 1 37 Da = Db+41 Db+42 38 39 ... Azarías A la muerte de Joacaz de Israel, ocurrida durante el año trigésimo séptimo de Joás de Judá, Joás de Israel comenzaba sus dieciséis años de reinado. Era el año C+2. Al año segundo de este rey, su homónimo judío murió, y fue sucedido, en el año C, por Amasías, quien había de tener un reinado bastante más largo que Joás de Israel. Durante su de74 SINCRONISMOS Y ANACRONISMOS CON ASIRIA cimoquinto año, a la muerte del rey israelita, llegó al poder en Samaria un rey que, según 2 Reyes 14: 25-28, logró mejorar la situación geopolítica de Israel: Jeroboam II. Tuvo un largo reinado de cuarenta y un años, tras los cuales su hijo Zacarías reinó seis meses. Puesto que el advenimiento de Zacarías se hizo coincidir con el año Db+42, tal año equivale en este esquema a Da, durante el trigésimo octavo año de Azarías. Este sincronismo nos permite, contando hacia atrás, situar el primer año de este rey judío en Da+38/37, es decir, como corregente de su padre Amasías durante el decimoctavo año de este. Ahora bien, la llegada de Azarías al trono de Judá es sincronizada en 2 Reyes 15: 1 con el año vigésimo séptimo de Jeroboam II, y, sin embargo, cuando Azarías inició su corregencia, Jeroboam II solo había ejercido el poder en Samaria durante tres años, mientras que en el momento en que Azarías heredó todo el poder a la muerte de su padre Amasías, Jeroboam había sido señor de Samaria durante solo 14 años. ¿Cómo entender, entonces, el sincronismo con el vigésimo séptimo año de Jeroboam II? La solución del problema no es difícil, y no debiera sorprender a los conocedores del esquema cronológico de Thiele: probablemente, al igual que más tarde haría Peka en la misma nación, el año Da+38/37 correspondió al vigésimo séptimo año de Jeroboam contado a partir de un momento señalado en su vida, y no, necesariamente, a partir del inicio de su reinado oficial. El año primero de ese ciclo correspondió al año C+9/8, durante el décimo año de Joacaz de Israel. ¿Qué pudo pasar en esa fecha que fuera significativo para el posterior reinado de Jeroboam? Sin ánimo de ser o querer parecer dogmáticos, dado lo escueto de las fuentes, se puede emitir una hipótesis bastante plausible. Joacaz, el segundo rey israelita de la dinastía de Jehú, vio cómo su territorio sufría los acosos de los reyes de Damasco, y durante largo tiempo la nación tuvo que pasar por una gran angustia. La Biblia narra este episodio así: Y se encendió el furor de Jehová contra Israel, y los entregó en mano de Hazael rey de Siria, y en mano de Ben-adad hijo de Hazael, por largo tiempo. Mas Joacaz oró en presencia de Jehová, y Jehová lo oyó; porque 75 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA miró la aflicción de Israel, pues el rey de Siria los afligía. (Y dio Jehová salvador a Israel, y salieron del poder de los sirios; […]).20 Aunque el texto en cuestión no señala explícitamente qué salvador era ése, creemos justificado señalar que existe una relación entre ese texto del capítulo 13 del segundo libro de los Reyes y el que sigue del capítulo 14, que señala que Jeroboam II ...restauró los límites de Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar del Arabá, conforme a la palabra de Jehová Dios de Israel, la cual él había hablado por su siervo Jonás hijo de Amitay, profeta que fue de Gat-héfer. Porque Jehová miró la muy amarga aflicción de Israel; que no había siervo ni libre, ni quien diese ayuda a Israel; y Jehová no había determinado raer el nombre de Israel de debajo del cielo; por tanto, los salvó por mano de Jeroboam hijo de Joás.21 Aunque, desde luego, es posible que durante el reinado de Jeroboam II, Israel haya pasado por momentos difíciles, parece más que probable que «la muy amarga aflicción de Israel» con la que acabó Jeroboam que se menciona en este texto sea la misma de los tiempos de Joacaz, máxime cuando los cronistas hebreos no hacen constar ningún tipo de sometimiento político o militar de Israel en los tiempos de Joás, hijo de Joacaz y padre de Jeroboam II. Pese a que, lamentablemente, la Biblia no indique las edades de los reyes de Israel,22 no parece imposible, ni mucho menos, que en su décimo año de reinado tuviese Joacaz un nieto capaz de desempeñar funciones de general en su ejército. Si Jehú tenía unos cuarenta años en el momento en que acabó con la casa de Acab, podría haberse dado el caso de que su hijo Joacaz tuviese ya edad de tener hijos. Por ello, el hijo de este, Joás, podría ya haber engendrado a Jeroboam diez años antes de la muerte de su abuelo, con lo que Jeroboam habría tenido una veintena de años 20 2 Reyes 13: 3-5. Reyes 14: 25-27. El énfasis no está en el original. 22 Como hipótesis sobre tales edades, véase el Apéndice D. 21 2 76 SINCRONISMOS Y ANACRONISMOS CON ASIRIA en el décimo año de Joás. Desgraciadamente, no hay suficientes datos en los libros de los Reyes como para precisar estos extremos. Para lo que sí hay datos, y abundantes, es para elaborar un sistema cronológico como el desarrollado en la presente tesis, que se muestra respetuoso no solo con los sincronismos internacionales, sino también con todos los datos bíblicos en su valor documental. Para culminar esta cronología tan solo resta unir la secuencia D con la E, con lo cual ya podrán darse fechas absolutas a todas las secuencias, desde la A, cuidando, desde luego, de respetar los sincronismos que faltan por considerar: los de la época de Ezequías de Judá. 77 3. LOS SINCRONISMOS INTERNACIONALES DE LA ÉPOCA DE EZEQUÍAS Y SUS IMPLICACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS En los capítulos anteriores se ha ido desarrollando un meticuloso esquema cronológico caracterizado por una consistencia completa con todos los datos aportados por las fuentes bíblicas, que respeta a la vez los sincronismos que se han mencionado. Si bien quedan otros sincronismos por considerar, sería deseable pasar cuanto antes a la datación absoluta, si no de todos, sí al menos de la mayor parte de sus detalles. Para ello, nada más necesario que fijar en nuestra escala del tiempo un suceso de gran relevancia registrado tanto en la Biblia como en los textos asirios: la caída de Samaria. 3.1. La fecha clave de la caída de Samaria Edwin R. Thiele partió para la confección de la parte final de su esquema cronológico de la fecha de la caída de Samaria ante los asirios. Es curioso comprobar que algunos consideran que la toma de dicha ciudad acaeció en el año 723/722 a.C.;1 otros, en cambio, piensan que su- 1 Edwin R. THIELE, The Mysterious Numbers of the Hebrew Kings, University of Chicago Press, 1ª ed., Chicago, 1951, págs. 122-128; Eerdmans, 2ª ed., Grand Rapids, Michigan, 1965, págs. 141-154; A Chronology of the Hebrew Kings, Zondervan Publishing House, Grand Rapids, Michigan, 1977, pág. 51. Véase también Siegfried H. HORN, Seventh-day Adventist Bible Dictionary, Review and Herald Publishing Association, Washington, D.C., 1960, págs. 517, 948-949 y Francis D. NICHOL, editor, Comentario bíblico adventista del séptimo día, Pacific Press Publishing Association, Mountain View, California, vol. 2, 1980, pág. 164. 79 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA cedió en 722/721 a.C.2 Aunque a algunos les podrá parecer que la discrepancia es irrelevante, podrá apreciarse que sí que tiene importancia, y grande, según vayamos siguiendo el desarrollo del presente capítulo. Sugerimos en este lugar un sistema diferente para calcular las fechas de Ezequías y de los últimos monarcas de Israel. En lugar de partir de la fecha “segura” de la caída de Samaria en 722 a.C.,2 partiremos para nuestros cálculos de la fecha mucho más segura, indiscutible, ya mencionada, de la caída de Jerusalén ante los babilonios en el año 586 a.C. Si recapitulamos las fechas absolutas ya facilitadas para la secuencia E, podemos obtener la siguiente tabla, de manejo mucho más simple: Manasés Amón Josías Joacaz Joacim Joaquín Sedequías 697-642 a.C. 642-640 a.C. 640-609 a.C. 609 a.C. 609-598 a.C. 598-597 a.C. 597-586 a.C. Por supuesto, algunas de las fechas anteriores pueden diferir, en más o en menos, en algunos meses. De hecho, las cifras usadas son las mismas que da Thiele en sus libros. Si ahora añadiésemos a la fecha del inicio del reinado de Manasés los 29 años que la Biblia atribuye al gobierno de Ezequías, podríamos saber con seguridad los límites de su reinado y también, por los sincronismos dados por la propia Biblia, la fecha exacta de la caída de Samaria. Pero sabemos que Thiele no hace eso, sino que erróneamente le atribuye a Ezequías las fechas 715686 a.C. por las presiones que las teorías convencionales han ejercido sobre su reconstrucción cronológica. El error puede advertirse claramente, pues si seguimos el método que acabamos de proponer, obtendremos para el comienzo del reinado de Ezequías la fecha 726/725 a.C., y, de este modo, la caída de Samaria en el sexto año de Ezequías 2 Martin 80 NOTH, Historia de Israel, Garriga, Barcelona, 1966, pág. 244. LOS SINCRONISMOS INTERNACIONALES DE LA ÉPOCA DE EZEQUÍAS Y SUS IMPLICACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS habría acontecido en nuestro año 720/719 a.C. La cercanía de esta fecha a las sugeridas por distintos historiadores es un detalle a tener en cuenta que puede poner en evidencia que algo anda mal en la interpretación convencional de los datos del reinado de Ezequías. En efecto, la posibilidad de que, por medios totalmente independientes de los propuestos por Thiele, hayamos llegado por casualidad a una fecha tan cercana a la intuida por él es tan extraordinariamente remota que debe ser puesta a un lado. Ezequías empezó a reinar en 726/725 a.C. y Samaria cayó en 720 a.C., no en 723/722 ni en 722/721 a.C. Pero, se preguntará, ¿no prueban las inscripciones asirias que Samaria cayó en 722 a.C.? En absoluto. En este caso, y en otros, se han venido siguiendo opiniones infundadas demasiado servilmente en el análisis de los datos relacionados con la historia del Antiguo Testamento. Analicemos el asunto. Existen en la Biblia dos pasajes que hacen referencia directa al fin del reino de Israel. Se encuentran en 2 Reyes 17; 18: 9-12. En 2 Reyes 17: 4 se nos dice que Oseas, rey de Israel, conspiraba contra el rey de Asiria, y el texto menciona específicamente su nombre: Salmanasar. Se trata de Salmanasar V, cuyo reinado está limitado con seguridad por los años 727 y 722 a.C. El versículo noveno del capítulo 18 del segundo libro de Reyes nos dice que en «el cuarto año del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas, hijo de Elá, rey de Israel, subió Salmanasar rey de los asirios contra Samaria, y la sitió». El dato cronológico corresponde, según la revisión propuesta en este capítulo, al año 722 a.C., en algún momento del otoño o a comienzos del invierno. Como precisamente Salmanasar V murió en lo que nosotros denominamos mes de diciembre de 722 a.C., el comienzo del sitio de Samaria debió de ser una de las últimas cosas que hizo. Desde el comienzo de su reinado, Salmanasar se había empeñado en hacer volver a la obediencia a diversas ciudades que se rebelaron contra el dominio asirio a la muerte de Tiglath-pileser III.3 Hubieron de ser particularmente agotadoras las campañas que 3 George RAWLINSON, The Five Great Monarchies of the Ancient World, vol. 2, Dodd, Mead & Company, Nueva York, s.f., pág. 138, nota 3. 81 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA este rey realizó en Fenicia y que debieron de ocupar todo su reinado. La prolongada ausencia del rey de su capital fomentó las intrigas y finalmente Sargón II, de discutida ascendencia, seguramente un usurpador, llegó al trono el 12 de Tebet (diciembre/enero) de 722/721 a.C. Casi todos los estudiosos de la historia bíblica aseguran que Samaria cayó en este momento, cuando se produjo el cambio de monarca en Asiria. Aseveramos aquí que esto no puede probarse y que no tiene más apoyo que una cronología errónea de los reyes hebreos. Está totalmente fuera de lugar la teoría que hace de Salmanasar V el conquistador de Samaria.4 En efecto, la Biblia indica que fue este rey quien inició su sitio, pero cuando habla de su caída, años más tarde, 2 Reyes 17: 4-6 habla solamente de «el rey de Asiria» sin especificar su nombre. Significativo especialmente es el texto de 2 Reyes 18: 9-10. El versículo 9 nos dice que Salmanasar inició el sitio, pero el 10 continúa: «y la tomaron al cabo de tres años». El verbo plural implica un sujeto plural. Aunque ese «ellos» elíptico podría hacer referencia a los asirios en general, parece más probable que se aplique a los soberanos que sucesivamente dirigieron el sitio: Salmanasar V y Sargón II. De hecho, son fatales para la teoría que hace de Sargón II solamente el deportador –no el conquistador– de Samaria, las propias inscripciones de este. No es el camino más leal pretender que las declaraciones de Sargón constituyen una falsedad. Ello podría aseverarse si la cronología hoy aceptada de la caída de Samaria fuese exacta, pero no puede probarse que lo sea. Dice Sargón II: 4 Thiele cree que la Crónica Babilónica, que es el único registro importante conocido del reinado de Salmanasar V, declara que este rey quebró la resistencia de la ciudad de Samaria. Pero la traducción no es segura. El nombre de la ciudad puede ser Shamara’in o Shabara’in. La mayor parte de los historiadores sostiene que esta Shabara’in conquistada por Salmanasar V fue la Sibraim de Ezequiel 47: 16. En cualquier caso, si alguna vez Salmanasar V hubiera conquistado Samaria, no habría sido un hecho decisivo, puesto que la conquista definitiva fue llevada a cabo en 720 por Sargón II. Lo único que debió de hacer Salmanasar V fue comenzar el sitio y poner término, de hecho, al reinado de Oseas en 722 a.C., durante el séptimo año de este, si bien los cronistas bíblicos le adjudicaron los dos años que siguieron, hasta el fin de Israel como nación independiente. 82 LOS SINCRONISMOS INTERNACIONALES DE LA ÉPOCA DE EZEQUÍAS Y SUS IMPLICACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS Al principio de mi reinado y en mi primer año […] sitié y capturé la ciudad de Samaria; deporté como prisioneros 27.290 personas que la habitaban. De entre ellos equipé 50 carros e hice que el resto de ellos ocupase las posiciones que les fueron asignadas. Puse sobre ellos un funcionario y les impuse el tributo del rey anterior.5 Aquí Sargón menciona específicamente «el principio» de su gobierno, lo cual hace referencia a su año ascensional, 722/721 a.C. y al «primer año» de su reinado, que corresponde a 721/720 a.C. Sargón II nos asegura que en esa época realizó aún operaciones militares contra Samaria. Sin embargo, este no fue el fin de la lucha de Asiria contra Israel. Según aún añade en el prisma de Nimrud, «restauré la ciudad de Samaria y la hice suelo habitable».6 Lo que se deduce de estas palabras de Sargón es que él no se llevó entonces a todos los israelitas que moraban en Samaria, sino tan solo a una parte. Acertadamente dice Rawlinson: Sargón no parece haber efectuado la deportación de los samaritanos de una vez. Aparentemente, actuó con ellos tal como Senaquerib intentó actuar con los judíos de Jerusalén (2 Rey. 18: 31-32: “Así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid a mí, y coma cada uno de su vid y de su higuera, y beba cada uno las aguas de su pozo, hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra”, etc.7 5 6 7 D. Winton THOMAS, editor, Documents from Old Testament Times, Harper Torchbooks, Harper & Row Publishers, Nueva York, 1961, pág. 60. Véanse también Elena CASSIN, Jean BOTTERO y Jean VERCOUTTER, Los imperios del antiguo oriente. III. La primera mitad del primer milenio, Historia Universal Siglo XXI, Siglo XXI, Madrid, 1977, vol. 4, pág. 163; James B. PRITCHARD, editor, Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament (ANET), Princeton University Press, Princeton, N.J., 3ª ed., 1969, pág. 284; La sabiduría del antiguo oriente, Garriga, Barcelona, 1966, págs. 230-231; Giuseppe RICCIOTTI, Historia de Israel, Luis Miracle, 3ª ed., Barcelona, 1966, vol. 1, págs. 373-374. THOMAS, loc. cit.; RICCIOTTI, loc. cit. RAWLINSON, op. cit., págs. 141-142, nota 5. 83 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Samaria no había aprendido la lección. A pesar de que, con benignidad, Sargón había dado un respiro a la desdichada ciudad –él dice: «Hice que los [habitantes] que permanecieron recobraran su posición [social]»–,8 los habitantes de Samaria decidieron probar suerte una vez más. Narra Sargón en sus anales: En mi segundo año de reinado Ilubi’di de Hamath […] reunió un poderoso ejército en Qarqar y violó el juramento de los grandes dioses. Arpad, Simirra, Damasco y Samaria, indujo él a que se rebelaran contra mí […]. Sib’e su turtan, hizo él entrar consigo en la liga, y para atacar, batalla y combate se levantó contra mí. En nombre de Assur, mi señor, le infligí una derrota. Sib’e huyó solo, como un pastor al que le han robado la grey, y escapó de allí. Hanunu hice yo prisionero y lo conduje con cadenas a mi ciudad de Assur. La ciudad de Rapihu destruí, devasté, incendié […].9 Conquisté y deporté las ciudades de Shinutu, Samaria y todo Israel [país de Omrí].10 Que esta destrucción final de la resistencia israelita en Samaria tuvo lugar durante el segundo año del reinado de Sargón, y no antes, se puede colegir del anterior texto de Sargón cuando se lo compara con el siguiente comentario moderno: Hacia el final de la primavera de […] 720, Sargón presentó batalla, cerca de Qarqar, a la coalición siria y, esta vez, con éxito. Esta victoria le permitió reconquistar las provincias rebeldes de Arpad, Simirra y Damasco. Luego, después de apoderarse de Gaza, en Filistea, venció al turtan de Egipto y destruyó Rafia, en la frontera egipcia. A finales de año, volvió a Samaria, la reconstruyó y la convirtió en centro de la nueva provincia de Samarina.11 8 PRITCHARD, La sabiduría del antiguo oriente, pág. 231. RICCIOTTI, op. cit., pág. 375. 10 THOMAS, op. cit., pág. 62. 11 CASSIN et al., op. cit., pág. 49. El énfasis no está en el original. 9 84 LOS SINCRONISMOS INTERNACIONALES DE LA ÉPOCA DE EZEQUÍAS Y SUS IMPLICACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS El colapso definitivo del reino de Israel se produjo en 720, no en 722, fecha en que, según 2 Reyes 17: 4, habría sido hecho prisionero Oseas. El lacónico comentario de otro historiador sobre los sucesos relacionados con la batalla de Rafia es: Así desapareció, sumergido por las ondas, el mayor de los dos pedazos en que se había dividido el navío de Israel después del antiguo naufragio, el cisma de Jeroboam.12 La cuestión de la fecha de la caída definitiva de Samaria ya ha sido suficientemente tratada, y la conclusión de que el hecho tuvo lugar en 720 a.C. nos permitiría ya datar prácticamente todo el esquema de la cronología de los reyes hebreos. Vamos, sin embargo, a diferir esta solución definitiva hasta que quede resuelto el asunto más serio de todos los referentes a la cronología de esta época: los sincronismos internacionales durante el reinado de Ezequías. 3.2. Sincronismos internacionales de la época de Ezequías de Judá Como acabamos de señalar, el problema más importante que nos queda por resolver, y del cual depende en gran medida toda la coherencia del esquema cronológico de esta tesis, es el de los sincronismos internacionales de Ezequías. La cuestión que tenemos planteada puede resumirse del siguiente modo: • Los eruditos dicen que la invasión de Senaquerib mencionada en 2 Reyes 18: 13; 19: 36; 2 Crónicas 32: 1-21a e Isaías 36; 37: 137 ocurrió en el año 701 a.C. • La Biblia indica, en 2 Reyes 19: 9; Isaías 37: 9, que, en ocasión de la fallida invasión de Senaquerib, el faraón Tirhacá (Taharqa), de la XXV dinastía, marchó contra el rey asirio. Pero Taharqa en 701 12 RICCIOTTI, loc. cit. 85 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA AC no era aún faraón13 (se le llama «rey de Etiopía» porque la XXV dinastía era de origen etíope), pues no comenzó a reinar sino hasta 689 AC. De esta discrepancia algunos historiadores extraen la conclusión de que no puede otorgarse credibilidad histórica a este relato bíblico.14 • Pero otro dato sumamente significativo, que impide que pretendamos explicar que la Biblia le aplicó a Taharqa el título de rey porque lo fue más tarde, es que Taharqa, según el estudio más completo que se ha hecho de esta época de la historia egipcia,15 nació en 708 a.C., por lo cual es totalmente imposible que dirigiese una operación militar en 701. Bastantes historiadores “resuelven” el problema afirmando, lisa y llanamente, que la Biblia está equivocada en cuanto al nombre del faraón egipcio.16 • La Biblia parece implicar que Senaquerib murió poco tiempo después de su derrota ante Jerusalén, tal como se lee el relato en 2 Reyes 19: 36-37; 2 Crónicas 32: 21; Isaías 37: 37-38. Sin embargo, la historia asegura que desde la invasión de Judá hasta su muerte, Senaquerib, que hasta 701 a.C. solo había reinado cuatro años, vivió aún veinte años más. Ante tales anacronismos, hemos de decidir, como estudiantes de la historia, entre calificar a la Biblia como un libro de leyendas (las cuales siempre tienen parte de verdad), o considerarla como un documento histórico digno de ser tenido en cuenta, aunque con ello corramos el riesgo de tener que replantearnos las interpretaciones habituales que se dan a las evidencias históricas. Creemos que vale la pena intentar esta segunda vía y a tal empeño dedicaremos el resto de la tesis. 13 Etienne DRIOTTON y Jacques VANDIER, Historia de Egipto, Eudeba, 3.ª edición, Buenos Aires, 1973, pág. 488. 14 Así, RICCIOTTI, op. cit., pág. 43. 15 M.F.MACADAM, The Temples of Kawa. I. The Inscriptions, Londres, 1919, págs. 19,20. 16 NOTH, op. cit., pág. 249; MACADAM, loc. cit. 86 LOS SINCRONISMOS INTERNACIONALES DE LA ÉPOCA DE EZEQUÍAS Y SUS IMPLICACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS Cuando Ezequías llegó al trono de Judá, todo el Oriente Cercano se encontraba en plena efervescencia. En 727 había muerto Tiglathpileser III e inmediatamente las diversas ciudades de Siria-Palestina sometidas al yugo asirio se rebelaron. Tan pronto como Ezequías subió al trono de Acaz, decidió romper con la política abyecta de su padre, y, conforme a 2 Reyes 18: 7, «se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió». Esta rebelión debe de ser más o menos contemporánea de aquella otra que, según 2 Reyes 17: 4, Oseas de Israel intentó contra Salmanasar V. Ocupó toda la vida de este rey asirio sofocar esta rebelión general, y, de hecho, su labor fue concluida tan solo por su sucesor, Sargón II. Durante las campañas asirias contra Samaria, Judá se mantuvo, muy prudentemente, al margen de toda operación política exterior beligerante. Sin embargo, Asiria no podía estar tranquila ante la independencia del próspero reino de Ezequías. Por eso, poco tiempo después de que cayera Samaria, los ejércitos asirios volvieron a penetrar en Palestina para plantear un ataque en regla contra Judá. Eso, ni más ni menos, es lo que indican 2 Reyes 18: 13 e Isaías 36: 1: «A los catorce años del rey Ezequías, subió Senaquerib rey de Asiria contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó». El año catorce de Ezequías, según la cronología defendida en la presente tesis, corresponde a 712/711 a.C. Estamos en pleno reinado de Sargón II. La Biblia llama rey a Senaquerib, según el principio enunciado en el capítulo anterior, en consonancia con la costumbre asiria de no diferenciar entre los hechos realizados por un príncipe cuando era general del ejército y los hechos ocurridos una vez que había tenido lugar la entronización. Esta fecha de 712/711 a.C. es la misma en que, según los datos históricos asirios, y citando Isaías 20: 1, «vino el Tartán a Asdod, cuando lo envió Sargón rey de Asiria, y peleó contra Asdod y la tomó». Poco sabemos en cuanto a esta campaña asiria contra Judá, entre otras cosas porque los anales de Sargón que la debían de mencionar están tan dañados que no pueden leerse debidamente, aunque sí que se conocen algunos datos de interés. Parte del trozo legible de la inscripción de Sargón en la que se menciona esa 87 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA campaña hacia el oeste, realizada en 711 a.C. y en la que estuvo involucrada Judá, dice lo siguiente: A los reyes de las tierras de Philiste [Filistea], Iauda [Judá], Edom, Moab, que habitan cerca del mar, que pagaban tributo a mi señor Assur, [enviaron mensajes] inflamados y llenos de desdén para ponerlos en enemistad conmigo ante Piru [faraón] rey de Egipto.17 Sigue a continuación la referencia de su victoria sobre Iamani de los filisteos. El resto de la inscripción, en donde podría esperarse que estuviera registrada su campaña contra Judá, está dañada y no puede leerse. Ha habido historiadores que han reconocido, no obstante, que esta inscripción del reinado de Sargón II tiene que ver con el incidente de 2 Reyes 18: 13: Mientras que Sargón se ocupaba de estas pequeñas, pero insólitas guerras, Egipto estaba planeando nuevamente conseguir algún punto de apoyo en Palestina. Se escogió esta vez a Asdod como punto inicial de otro esfuerzo. De algún modo, Filistea, Moab, Edom, y, lo más sorprendente de todo, Judá, fueron empujadas hacia esta nueva oposición a Asiria. Ezequías era ahora rey de Judá y en la reciente alianza general con Egipto estaba haciendo oídos sordos a los consejos y advertencias de Isaías.18 Tras esta campaña, un tanto fugaz, relacionada con la lucha contra Asdod, la Historia muestra que Sargón dirigió sus fuerzas contra Babilonia, que estaba fuera del control asirio desde la muerte de Salmanasar V, en manos en Merodac-baladán II. 17 Daniel David LUCKENBILL, Ancient Records of Assyria and Babylonia, The University of Chicago Press, Chicago, 1926,1927 (reimpresión: Greenwood Press, Westport, 1969), vol. 2, párr. 195. 18 R.W.ROGERS, A History of Babylonia and Assyria, Abingdon Press, 1915, 6ª ed., vol. 1, págs. 334,335. 88 LOS SINCRONISMOS INTERNACIONALES DE LA ÉPOCA DE EZEQUÍAS Y SUS IMPLICACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS La siguiente noticia que tenemos de las relaciones de Ezequías con Asiria es ya del reinado personal de Senaquerib, y se encuentra registrada en 2 Reyes 18: 14-16: Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria que estaba en Laquis: Yo he faltado; deja de atacarme y pagaré todo lo que me impongas. Y el rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro. Dio, por tanto, Ezequías toda la plata que fue hallada en la casa de Jehová y en los tesoros de la casa real. Entonces Ezequías quitó el oro de las puertas del templo de Jehová y de los quiciales que el mismo rey Ezequías había cubierto de oro, y lo dio al rey de Asiria. Este incidente se ve confirmado en forma notable por el llamado prisma de Senaquerib, que narra la campaña del año 701 a.C. contra Judá: Los funcionarios, los patricios y el pueblo [común] de Eqrón que habían encadenado a Padi, su soberano, [porque era] leal a [su] solemne juramento [prestado] por el dios Asur, y le habían entregado a Ezequías el Judío –[y] él [Ezequías] le mantuvo encadenado, ilegalmente, como si él [Padi] fuese un enemigo—se habían atemorizado, y habían pedido [auxilio] a los reyes de Egipto [y] los arqueros, los carros y la caballería del rey de Etiopía, ejército innumerable– y habían acudido para asistirlos. En el llano de Elteqeh, sus líneas de batalla se dispusieron contra mí y afilaron sus armas. Debido a un oráculo fidedigno de Asur, mi señor, luché con ellos y les infligí una derrota. En el tumulto de la batalla, yo personalmente capturé vivos a los aurigas egipcios con sus príncipes y [también] los aurigas del rey de Etiopía. Asedié Elteqeh [y] Timnah, [las] conquisté y me llevé sus despojos. Asalté Eqrón y maté a los funcionarios y patricios que habían cometido el crimen y colgué sus cadáveres de estacas que rodeaban la ciudad. A los ciudadanos [plebeyos], culpables de delitos menores, consideré prisioneros de guerra. Al resto de ellos, los que no estaban acusados de crímenes ni de mala conducta, liberé. Hice que Padi, su rey, viniera de Jerusalén y le establecí 89 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA por señor suyo en el trono, imponiéndole el tributo [debido] a mí [como] superior [suyo]. En cuanto a Ezequías el Judío, no se sometió a mi yugo. Puse sitio a 46 de sus ciudades fuertes, baluartes e innumerables aldehuelas de sus inmediaciones, y [las] conquisté mediante terraplenes bien construidos y arietes acercados [a los muros], [combinados con] el ataque de infantes, y [usando] minas, brechas y trabajo de zapa. Saqué de ellas 200.150 personas, jóvenes y ancianos, varones y hembras, caballos, mulas, asnos, camellos, ganado mayor y menor sin cuento, y [los] consideré botín. A él mismo hice prisionero en Jerusalén, su residencia real, como a un pájaro en una jaula. La cerqué con terraplenes a fin de molestar a los que abandonaban la puerta de su ciudad. Las ciudades que había pasado a saco desgajé de su país y las entregué a Mitinti, rey de Asdod, a Padi, rey de Eqrón, y a Sillibel, rey de Gaza. Así reduje su país, pero aumenté aún el tributo y los presentes [debidos] a mí [como su] superior, que le impuse [después] además del tributo anterior, para que se pagase anualmente. El propio Ezequías, al que el temible esplendor de mi señorío había abrumado, y cuyas tropas irregulares y escogidas, que entró en Jerusalén, su residencia real, para fortalecer[la], le habían desertado, me envió más tarde a Nínive, mi ciudad señorial, además de 30 talentos de oro, 800 talentos de plata, piedras preciosas, antimonio, grandes bloques de piedra roja, lechos [ataraceados] con marfil, sillas [ataraceadas] con marfil, cueros de elefante, madera de ébano, madera de boj [y] toda clase de valiosos tesoros, sus hijas, concubinas, músicos y músicas. Para entregar el tributo y rendir obediencia como un esclavo envió su mensajero [personal].19 Por esta narración podemos intuir la causa de esta gran humillación para Ezequías: el rey había desoído los consejos de Isaías de no inmiscuirse en la política internacional y había formado parte en intrigas políticas antiasirias con reyezuelos que habían solicitado el apoyo de Egipto. El resultado no pudo ser más catastrófico: el reino de 19 PRITCHARD, La sabiduría del antiguo oriente, págs. 235-237; ANET, págs. 287288. 90 LOS SINCRONISMOS INTERNACIONALES DE LA ÉPOCA DE EZEQUÍAS Y SUS IMPLICACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS Judá estaba en manos de Asiria y los tesoros acumulados en 24 prósperos años de reinado iban rumbo a Nínive. Precisamente en este contexto, muy pocos años después del episodio anterior, debemos situar la grave enfermedad que sufrió el rey Ezequías. El suceso aparece registrado en 2 Reyes 20: 1-11; 2 Crónicas 32: 24; Isaías 38. Aunque hay varios detalles relacionados con su curación que resultan desconcertantes, lo único que interesa en este momento es precisar cuándo sucedió la misma. De la declaración de que la vida del rey iba a prolongarse 15 años, y del hecho de que la Biblia computa su reinado como de 29 años, muchos20 deducen que la enfermedad de Ezequías le sobrevino en su decimocuarto año, y comparan esta cifra con 2 Reyes 18: 13 e Isaías 36: 1. Sin embargo, esta no es la única interpretación posible. Como ya se indicó, la Biblia parece dar a entender que Senaquerib murió muy poco tiempo después de su derrota ante Jerusalén, presumiblemente en vida de Ezequías. Ahora bien, es totalmente seguro que Senaquerib murió en 681 a.C. Esto implica que, si lo anterior es cierto, Ezequías vivió, al menos, hasta esa fecha. Y, sin embargo, Thiele pensaba que Ezequías murió en 687, seis años antes de la muerte de Senaquerib. ¿Cuál es entonces la solución del enigma que tenemos planteado? Hela aquí: los quince años adicionales de vida que según la Biblia le fueron milagrosamente concedidos al rey judío no están incluidos en los 29 computados en 2 Reyes 18: 2 y 2 Crónicas 29: 1. En ocasión del comienzo de la gravísima enfermedad del rey de Judá, acaecida presumiblemente en 697/696 a.C., ya entrado en su vigésimo noveno año de reinado y cuando Judá estaba dominada desde hacía casi cinco años por Asiria, su hijo Manasés debe de haber comenzado la corregencia. Según 2 Reyes 21: 1 y 2 Crónicas 33: 1 era tan solo un niño de 12 años. Desde ese momento hasta su muerte pasaron cincuenta y cinco años, el reinado más largo de toda la historia de Judá. Sin embargo, los pri- 20 Entre ellos, el propio Thiele. Véase NICHOL, op. cit., pág. 959. 91 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA meros quince o dieciséis 21 años de ese total, Ezequías continuó manteniendo el primer lugar en el reino. De este modo, esos quince años adicionales de Ezequías llegan, precisamente, hasta el año 682/681 a.C. En la Biblia se señala un importante sincronismo internacional directamente relacionado con el episodio de la curación de Ezequías de su rara enfermedad. Se trata de la visita de los embajadores de Babilonia, y el hecho aparece registrado en 2 Reyes 20: 12-19; 2 Crónicas 32: 27-31; Isaías 39: 1-8. Habían pasado cinco años desde la campaña victoriosa de Senaquerib y, aun así, el reino de Ezequías tenía tal potencialidad económica que había conseguido de nuevo llenar parcialmente sus arcas hasta el punto de asombrar a los mensajeros de Merodac-baladán II. Este soberano caldeo se había rebelado contra el dominio asirio en el año 722 a.C., a la muerte de Salmanasar V. Por doce años, hasta 710, fue el soberano indiscutido de Babilonia. Sargón II se encargó en esa fecha de volver a hacer respetar la autoridad asiria. Sargón mantuvo el dominio de Babilonia hasta su muerte en 705. Senaquerib fue también el dueño de Babilonia por dos años. Entonces, en 703 a.C., una facción babilónica puso en el trono local a un tal Marduk-zakirshumi II, que reinó solamente un mes, pues Merodac-baladán, con la ayuda de Elam, se encargó de eliminarlo y volvió a tomar el cetro. Senaquerib reaccionó con vigor. A la cabeza de un primer ejército, cercó, en las proximidades de Kutha, a una parte de sus enemigos, mientras que sus generales se enfrentaban delante de Kish al grueso de la coalición. Tomada al asalto Kutha, Senaquerib acude en auxilio de sus generales cerca de Kish. La reagrupación de los generales asirios aseguró su victoria. Merodac-baladán, vencido, huyó de nuevo. Senaquerib entró vencedor 21 El contar 15 o 16 depende de lo largo que fuese el lapso entre el inicio de la corregencia de Manasés y el siguiente año nuevo, así como del momento de la muerte de Ezequías en 681 a.C., durante el decimosexto año desde el inicio de la corregencia de Manasés. 92 LOS SINCRONISMOS INTERNACIONALES DE LA ÉPOCA DE EZEQUÍAS Y SUS IMPLICACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS en Babilonia e instaló en el trono a un notable babilonio, educado en Asiria, Belibni. Pero los destacamentos asirios persiguieron en vano a Merodacbaladán por la marisma del País del Mar. No se le pudo encontrar. Senaquerib se vengó devastando su país de origen, Bit-Yakin. Todas las tribus sublevadas se sometieron, y Senaquerib volvió a Asiria con un enorme botín.22 Pero Merodac-baladán siguió intrigando, aunque ya no conseguiría arrancar el cetro de las manos asirias. Tiempo después, Aprovechando que Senaquerib estaba profundamente comprometido en el oeste, el tenaz Merodac-baladán reapareció y volvió a comenzar en el sur mesopotámico su trabajo de subversión. Para acabar de una vez, Senaquerib envió, en 700, una expedición al corazón mismo de Bit-Yakin. Merodacbaladán retrocedió ante los invasores. Pero, finalmente, acorralado en sus últimos reductos, embarcó una parte de sus tropas, sus dioses, e incluso los huesos de sus antepasados, y navegó por la laguna hacia la costa elamita de Nagitu, donde buscó refugio. Las tropas asirias, que no pudieron impedir su huida, batieron las marismas y los cañaverales de Bit-Yakin, saquearon la región hasta la frontera de Elam y trajeron, entre los prisioneros, a príncipes reales y a los hermanos del fugitivo. Asimismo, llevaron cautivo al rey de Babilonia, Belibni, cuya lealtad había sido más que sospechosa en este asunto. A fin de solventar este irritante y siempre renaciente problema de las relaciones con Babilonia, Senaquerib decidió esta vez poner en el trono babilonio a su propio hijo mayor, el príncipe heredero Ashshurnadinshumi.23 El escurridizo Merodac-baladán se había así salvado una vez más. Pero desde Elam siguió intrigando continuamente. Precisamente durante su estancia en aquel país debe de haber enviado la embajada a Ezequías, hacia 696 o 695 a.C. Poco después, en 694 a.C., Senaquerib, exasperado por la irritante política del tenaz príncipe caldeo, hizo construir ex profeso una flota para ir en su busca hasta Elam. La campa22 23 CASSIN et al., op. cit., pág. 58. Íd., pág. 59. 93 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA ña fue un éxito militar, pero no pudieron atraparlo.24 Poco después debió de morir. Su gente, los caldeos, había de dominar pronto el mundo mesopotámico, y también había de apoderarse de todas las riquezas de los judíos. Pero, de momento, nada parecía más lejano. Senaquerib era un soberano feroz, temido y odiado en todo el Cercano Oriente. Un solo pueblo parecía no temerle: Judá, cuya confianza en Yahvé se había desarrollado en gran manera debido a la sabia actitud del buen rey Ezequías, que al fin actuaba en consonancia con los consejos que le eran comunicados por el profeta Isaías. Entonces, en 682 a.C., Senaquerib decidió lanzar el ataque definitivo contra aquel reino. Fue el principio del fin para él. Sintetizamos las referencias de los hechos bien conocidos de su desastre ante Jerusalén en la siguiente lista de versículos, en la que van en la misma línea los pasajes paralelos: 2 Reyes 18: 17-19 18: 20-27 18: 28-30 18: 31-32 18: 33-35 18: 36-37 19: 1-7 19: 8-14 19: 15-34 19: 35-36 19: 37 24 Íd., 94 pág. 61. 2Crónicas 32: 1-8 32: 9-10 (cf. 32: 12) 32: 11, (18) 32: 13-16, 19 32: 20 (cf. 32: 17) (cf. 32: 20) 32: 21a 32: 21b Isaías 36: 2-4 36: 5-12 36: 13-15 36: 16-17 36: 18-20 36: 21-22 37: 1-7 37: 8-14 37: 15-35 37: 36-37 37: 38 LOS SINCRONISMOS INTERNACIONALES DE LA ÉPOCA DE EZEQUÍAS Y SUS IMPLICACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS La última línea no representa sucesos separados de los anteriores por un lapso de 20 años, sino tan solo por semanas. El orgulloso monarca asirio planeó acabar con Judá y neutralizar la influencia de Egipto definitivamente. Blasfemó contra el Dios de los hebreos y el ángel de Yahvé exterminó el ejército acampado contra Jerusalén. En Egipto reinaba desde hacía siete años el etíope Taharqa. El relato dado por Herodoto en cuanto a la invasión de Senaquerib es sumamente significativo: Después de este [un rey Anysis ciego, sucesor del etíope Sabakon; se trata entonces del sucesor de Shabataka, Taharqa], se dice que reinó el sacerdote de Efaistos, de nombre Sethon, y que abrigando un habitual desprecio por los soldados egipcios, como inútiles para él, además de varias injurias que les infligió, les quitó también los terrenos que les habían sido dados por los reyes precedentes a razón de 12 terrenos a cada uno. Pero más tarde Senacheribos, rey de los árabes y de los asirios, guió un gran ejército contra Egipto, y entonces los soldados de los egipcios no quisieron prestar ayuda al sacerdote. Este, viéndose en mala situación, entró en el templo y se lamentó, junto a la estatua, de todas las calamidades que tenía que sufrir. Ahora bien, mientras así se lamentaba, le tomó el sueño y le pareció descubrir en la visión al dios que estaba junto a él para consolarlo, asegurándole que no sufriría ninguna perturbación enfrentándose con el ejército de los árabes, porque él mismo le enviaría aliados. Reconfortado por este sueño, tomó consigo aquellos egipcios que se prestaron a seguirle, y acampó en Pelusio, porque por allí está el ingreso [en el país]; pero no le siguió ningún soldado, sino figoneros, peones y gente de plaza. Llegados allí, se lanzaron sobre los enemigos, de noche, ratones de campo, que devoraron aquí el carcaj de uno, allí los arcos, en otro sitio los ligamentos de los escudos; de modo que a la mañana, dándose estos a la fuga expoliados [de armas], cayeron muchos. Y ahora este rey está representado en piedra en el templo de Efaistos, y tiene en la mano un ratón y una inscripción que dice: «El que me mire que sea religioso.»25 25 HERODOTO, Los nueve libros de la historia, ii,141. Citado en RICCIOTTI, op. cit., págs. 404,405. 95 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Se ha interpretado que los ratones de Herodoto hacen referencia indirecta a la peste. Pudiera ser. El autor de esta tesis cree que resulta razonable admitir que la confusa tradición relatada a Herodoto por los «egipcios y los sacerdotes» fue compuesta como resultado de la inesperada retirada del ejército invasor: no hubo una batalla entre egipcios y asirios como 19 años atrás había habido en Elteqeh. Desde el punto de vista del Antiguo Testamento, los egipcios debieron su salvación al milagro obrado por el Dios de Israel para aplastar al blasfemo monarca asirio y salvar a su pueblo. «Entonces Senaquerib, rey de Asiria, se fue, e hizo su morada en Nínive.»26 El prisma de Senaquerib no puede contener nada semejante al relato de la vergonzosa derrota sufrida por este rey tal como la registra la Biblia. Aunque Senaquerib hubiese querido dar cuenta de lo sucedido, no tuvo tiempo material para hacerlo. Su desastre militar propició la situación coyuntural adecuada para la eliminación del monarca asirio. «Este se volvió, por tanto, avergonzado a su tierra; y entrando en el templo de su dios, allí lo mataron a espada sus propios hijos.»27 Tal es el testimonio histórico ofrecido por la Biblia desde hace siglos. Aceptarlo literalmente nos permite asumir exactitud y buena fe no solo en las fuentes hebreas, sino también en las asirias. Estas especifican que el asesinato del rey ocurrió el 4 de enero de 681 a.C., 20 de Tebet.28 Hacía casi cuatro meses que se había celebrado el año nuevo judío del último de los quince años posteriores al vigésimo noveno de Ezequías. Es bastante probable que las noticias de la guerra civil que siguió en Asiria y hasta la de la entronización de Assarhaddón, ocurrida el 21 de febrero, 8 de Adar del mismo año, hayan llegado a Jerusalén antes de la muerte de Ezequías, que sin duda habrá sentido una inmensa admiración ante el minucioso cumplimiento de la profecía de Isaías. Ezequías murió antes de que llegase el otoño de aquel año. 26 27 28 Isaías 37: 37. 2 Crónicas 32: 21. Véase CASSIN et al., op. cit., pág. 65. 96 LOS SINCRONISMOS INTERNACIONALES DE LA ÉPOCA DE EZEQUÍAS Y SUS IMPLICACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS Al fin hemos hallado armonía entre los datos internos de la cronología de los reyes hebreos, entre lo que los historiadores y arqueólogos han descubierto de las naciones del Cercano Oriente y entre los sincronismos existentes entre los unos y las otras. El resultado no puede sino aumentar nuestra confianza en el valor histórico del Antiguo Testamento. Pero todo esto es posible si, y solo si, Samaria cayó en 720 a.C. y si Ezequías murió en 681 a.C. 3.3. La datación absoluta de la SECUENCIA D y su enlace con C y E En vista de las consideraciones anteriores, no representa ya dificultad alguna dar fechas absolutas a cada uno de los años de la secuencia D. El año que denominábamos Db es el año 720 a.C. En él inició Ezequías su sexto año de reinado. Su año vigésimo noveno llega al 697/696 a.C., año que coincidió con el primero de Manasés. Todos los datos necesarios pueden visualizarse con mayor claridad en el siguiente esquema, en el que figuran no solo los datos que aparecían en las secuencias Da y Db, sino también una parte mayor de la secuencia C y el enlace de Db con la secuencia E. Joacaz 1 2 3 4 5 6 7 8 9 (Jeroboam II) 835 834 833 832 831 22 23 ... 23 24 24 25 25 26 10 11 1 2 830 829 828 827 826 825 26 27 27 28 28 29 29 30 30 31 31 32 32 33 Joás Joacaz 12 Joás 13 (Jeroboam II) 3 4 14 15 16 17 a 1 2 3 4 5 5 6 7 8 9 10 11 12 13 824 823 822 821 820 819 818 817 816 815 814 33 34 Joás 34 35 35 36 36 37 37 38 38 39 39 a 40 1 2 3 4 Amasías 97 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Joás Jeroboam II 6 7 (Jeroboam II ) 14 15 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 16 a 24 813 812 811 810 809 808 807 806 805 804 803 5 6 7 8 9 10 11 12 13 15 14 Amasías Jeroboam II 1 25 2 26 802 801 16 3 27 4 (28) 5 (29) 6 (30) 7 (31) 8 (32) 9 (33) 10 (34) 11 (35) 800 799 798 797 796 795 794 793 792 17 Amasías 18 19 20 21 22 23 24 25 26 1 2 3 4 5 6 7 8 9 Azarías Jeroboam II 12 (36) 13 (37) 14 (38) 15 (39) 16 (40) 17 (41) 18 (42) 19 (43) 20 (44) 21 (45) 22 (46) 791 790 789 788 787 786 785 784 783 782 781 Amasías 27 28 29 12 10 13 14 15 16 17 18 19 20 11 Azarías Azarías Jeroboam II 23 (47) 24 (48) 25 (49) 26 (50) 27 (51) 28 (52) 29 (53) 30 (54) 31 (55) 32 (56) 33 (57) 780 779 778 777 776 775 774 773 772 771 770 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 Azarías ZacaríasSalum Salum Menahem Menahem Zacarías Jeroboam II 34 (58) 35 (59) 36 (60) 37 (61) 38 (62) 39 (63) 40 41 (64) (65) a 1 2 769 768 767 766 765 764 763 762 761 760 759 32 Azarías 98 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 LOS SINCRONISMOS INTERNACIONALES DE LA ÉPOCA DE EZEQUÍAS Y SUS IMPLICACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS Peka 1 Peka 2 3 Menahem 3 4 4 5 5 6 6 7 7 8 8 9 10 9 a 10 Pekahyá 1 11 2 a 1 758 757 756 755 754 753 752 751 750 749 748 43 44 Azarías 1 45 46 47 48 49 50 51 2 3 4 5 6 7 8 52 2º 1º 9 10 Jotam Jotam Peka 12 2 13 3 14 4 15 5 16 6 17 7 (18) 8 (19) 9 (20) 10 (21) 11 (22) 12 747 746 745 744 743 742 741 740 739 738 737 3º 11 4º 12 5º 13 6º 14 7º 15 8º 16 a Jotam 9º 1 10º 2 11º 3 12º 4 13º 5 Acaz Peka Oseas (23) 13 (24) 14 (25) 15 (26) 16 (27) 17 (28) 18 (29) (30) a 19 20 1 2 3 736 735 734 733 732 731 730 729 728 727 726 14º 6 15º 7 16º 8 17º 9 18º 10 19º 11 20º 12 21º 13 ... 14 15 Acaz Oseas 4 16 a Ezequías Caída de Israel 5 6 7 8 9 725 724 723 722 721 720 719 718 717 716 715 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Ezequías 714 713 712 711 710 709 708 707 706 705 704 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 Ezequías 99 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Enfermedad de Ezequías 703 702 701 700 699 698 697 696 695 694 693 23 24 25 26 27 28 29 Ezequías (30) (31) (32) (33) 2 3 4 5 1 Manasés Muerte de Ezequías 692 691 690 689 688 Ezequías 687 686 685 684 683 682 681 (34) (35) (36) (37) (38) (39) (40) (41) (42) (43) 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 (44) 16... Manasés 3.4. Cuadro cronológico propuesto para los reinos hebreos A la vista de la anterior secuencia, es tarea fácil añadirle los datos correspondientes a las demás de modo que se pueda tener una línea continua de reinados desde Roboam (o desde Saúl, si se quiere) hasta Sedequías. Tal cosa se hará en forma minuciosa en el Apéndice C, en beneficio de los lectores que quieran comprobar los diagramas año por año. Con el fin de simplificar y tener los datos más al alcance de la mano, ofrecemos aquí una tabla más puramente numérica. Los reyes hebreos y los lapsos que reinaron son los siguientes: 100 LOS SINCRONISMOS INTERNACIONALES DE LA ÉPOCA DE EZEQUÍAS Y SUS IMPLICACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE LOS REYES HEBREOS REINO UNIFICADO Saúl David Salomón 1056/1055[?]-1034/103329 1034/1033-994/993 994/993-954/953 JUDÁ Roboam Abiyam (o Abías) ISRAEL 954/953-936 936-934/933 Jeroboam I 953/952-932/931 Nadab 932/931-931/930 Asá 934/933-893/892 Basá 931/930-908/907 Josafat 893/892-868/867 Elá 908/907-907/906 Joram, corregencia provisional Joram, corregencia 876/875-870 Zimrí 870-868/867 Tibní 907/906-903/902 Joram, reinado total 870-863 Omrí 907/906-896/895 Ocozías Atalía Joás Amasías Azarías, corregencia 863-862 862-856 856-817 817-789/788 800/799-789/788 Acab Ocozías Joram Jehú Joacaz 896/895-875 875-874 874-862 862-835/834 835/834-819 907/906 Azarías, reinado total 800/799-749/748 Joás 819-803/802 Jotam, corregencia 757/756-749/748 Era de Jeroboam II Jotam, reinado total 757/756-742/741 Reinado de Jeroboam II 803/802-762 Acaz 742/741-726/725 Zacarías 826/825-762 762/761 Ezequías 726/725-681 Ezequías con Manasés 697/696-681 Manasés, reinado total 697/696-643/642 Salum 761 Menahem 761-751/750 Peka en Transjordania 758/757-749/748 Amón 643/642-641/640 Pekahyá 751/750-749/748 Josías Joacaz Joacim Joaquín Sedequías Caída de Jerusalén 641/640-609 609/608 609/608-597 597 597-586 586 Peka, reinado oficial Oseas Caída de Samaria 749/748-729 729-722 720 29 Acerca del reinado de Saúl, véase la explicación detallada que figura en el Apéndice C inmediatamente después de las tablas cronológicas. 101 4. IMPLICACIONES DE LA ESTRUCTURA REVISADA DE LA HISTORIA DE ISRAEL SOBRE LA CRONOLOGÍA DE OTRAS NACIONES DEL CERCANO ORIENTE ASIÁTICO Una vez resuelta la cuestión de los sincronismos entre la historia hebrea y la asiria, debe mencionarse otra parecida, aunque menos trascendental. No solo existen sincronismos, bíblicos y no bíblicos, entre los reinos hebreos y ciertos reyes asirios, sino que hay también ciertas indicaciones de contemporaneidad entre ciertos reyes hebreos y soberanos de otras naciones antiguas. Estos sincronismos no son, sin embargo, determinantes para la cronología de los reyes hebreos, sino más bien al revés. Hemos visto que, si bien la cronología interna de los reyes de Judá e Israel es independiente en su mayor parte de las fuentes extrabíblicas, deben tenerse muy en cuenta los sincronismos con Asiria, cuya cronología es inamovible hasta el siglo X a.C. En cambio, no ocurre lo mismo con otras naciones asiáticas de la antigüedad, cuya cronología depende de ciertos sincronismos internacionales, algunos de los cuales aparecen en el Antiguo Testamento. Entre tales pueblos figuran Siria, Fenicia, y, en menor medida, Moab. Se pensará que estas cuestiones de sincronismos no solo afectarán a Asia, sino también a África, y, muy especialmente, a Egipto. Así es, en efecto. Hemos querido limitar, no obstante, la exposición de este capítulo a los sincronismos de los tres pueblos nombrados para excluir a Egipto de estas consideraciones por el hecho de que introducirnos en el terreno de la cronología faraónica constituiría un empeño cuyos frutos no compensarían el esfuerzo de emprenderlo, máxime cuando algunas identificaciones están abiertas a debate y existen amplias divergencias en las explicaciones de distintos eruditos. No obstante, mencionaremos, por supuesto, los sincronismos conocidos. Al igual 103 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA que los pueblos asiáticos anteriormente nombrados, Egipto no tiene una cronología absoluta autosuficiente en la época que se atribuye al siglo X a.C., sino que depende, precisamente, de un presunto sincronismo con la historia hebrea: el expolio del templo de Salomón, realizado por el faraón Sisac en el quinto año de Roboam. Puede señalarse, simplemente, que ese año correspondió a nuestro 949/948 a.C., y que, por tanto, fuese quien fuese ese Sisac, ocupaba el trono de Egipto en ese momento. Aparentemente, fue él el faraón responsable de llevar hostilidad a las relaciones otrora amistosas entre Salomón y el gran reino africano, y parece que ya desde los últimos tiempos de Salomón manifestó abiertamente su hostilidad hacia el gobierno de Jerusalén y su voluntad de que se produjese una secesión.1 Nada más se dirá en esta tesis en cuanto a la identidad de este personaje. La siguiente mención bíblica de un sincronismo internacional que puede tener que ver con Egipto se encuentra en 2 Crónicas 14: 9-13. Se trata de la incursión fallida, durante el año decimoquinto de Asá de Judá, de un personaje llamado Zera etíope. Se ha especulado que un rey que comandase un ejército procedente de Etiopía (nombre dado a Nubia en la antigüedad) necesariamente había de ser faraón de Egipto, pues sería inconcebible que pudiera pasar a Asia sin el consentimiento del presuntamente superior ejército egipcio. Existe otro sincronismo igualmente abierto a discusiones, que aparece registrado en 2 Reyes 17: 4. Se habla en dicho texto de un faraón llamado So, que hizo alianza con Oseas de Israel contra Salmanasar V de Asiria. También en este caso se ha especulado que este «So» podría ser el mismo personaje que aquel faraón a quien Sargón II llama Sib’e.2 Afortunadamente, los sincronismos restantes ya no son discutibles: Necao, faraón inmiscuido en la política exterior judía en la época de Josías, Joacaz y Joacim,3 y Apries, a quien la Biblia llama Hofrá,4 de la época del ocaso de Judá. 1 Véase 1 Reyes 11: 40. Giuseppe RICCIOTTI, Historia de Israel, Luis Miracle, S.A., 3.ª edición, Barcelona, 1966, vol. 1, pág. 375. Véase, supra, pág. 84, cita 9. 3 Véanse 2 Reyes 23: 29, 31-35; 2 Crónicas 35: 20-24; 36: 1-4. 4 Jeremías 44: 30. 2 Véase 104 IMPLICACIONES DE LA ESTRUCTURA REVISADA DE LA HISTORIA DE ISRAEL SOBRE LA CRONOLOGÍA DE OTRAS NACIONES DEL CERCANO ORIENTE ASIÁTICO Una vez mencionados, pues, los sincronismos de los reinos hebreos con los faraones, pasamos a considerar las cronologías de los tres pueblos asiáticos mencionados anteriormente. 4.1. Los sincronismos con Siria El primer rey sirio contemporáneo de los reyes hebreos que es mencionado en la Biblia es Hadad-ézer. No era rey de Damasco, sino de Soba, y fue derrotado por el rey David un par de veces, a juzgar por los textos de 2 Samuel 8: 3-12; 10: 16 (y sus paralelos de 1 Cró. 18: 3-10; 19: 16-19). Puesto que ésa es prácticamente toda la información que tenemos acerca de él, es difícil poder hacer más que darle un lapso de reinado comprendido, grosso modo, entre 1030 y 1000 a.C., aunque hay considerables posibilidades de error por ambos extremos de su reinado. De los primeros reyes ligeramente posteriores a él que reinaron en Damasco tampoco se saben demasiadas cosas. El primero de ellos fue un tal Rezón, enemigo de Salomón, según 1 Reyes 11: 23-25, a quien quizás quepa identificar con el abuelo de Ben-Adad I, un tal Hezyón, presumiblemente también rey de Damasco, mencionado en 1 Reyes 15: 18. Habría reinado, aproximadamente, de 980 a 950 a.C. Su hijo fue Tabrimón, y fue, al contrario que su padre, aliado de Judá, durante el reinado de Abiyam, según se deduce del último versículo mencionado y del que le sigue. Habría reinado de 950 a 920 a.C. Afortunadamente, se sabe algo más del resto de los reyes de Damasco mencionados en la Biblia. El primero de estos es BenAdad I, hijo de Tabrimón. Ben-Adad volvió nuevamente a la política hostil hacia Judá, aunque amistosa hacia Israel, a la sazón dirigida por Basá. Sin embargo, según se indica en 1 Reyes 15: 18, 20 y 2 Crónicas 16: 2, 4, traicionó su alianza con Basá por el dinero que Asá de Judá le entregó. También se sabe de él que fue contemporáneo de Omrí de Israel, como demuestra el interesante texto de 1 Reyes 20: 34. Pudo reinar de 920 a 890 a.C. Fue sucedido por su hijo Ben-Adad II, personaje que, sorprendentemente, algu105 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA nos libros de historia5 no diferencian de su padre, al ignorar el último texto mencionado. Fue él quien continuó la última línea antiisraelita seguida por su antecesor. En este caso, los objetivos de sus ataques fueron Acab y Joram, según los sincronismos apuntados en 1 Reyes 20 y 2 Reyes 6: 24. Debió de reinar desde aproximadamente 890 hasta 863/862 a.C., fecha en que fue asesinado por Hazael. Esta es una de las pocas fechas de la historia de Siria en la época de los reyes de Israel que puede ser establecida con una cierta precisión, deducida, en este caso, de los sincronismos existentes entre este rey y Joram de Israel, y entre el propio Joram de Israel y Ocozías de Judá con Hazael, asesino y sucesor de Ben-Adad II. No solo contra estos dos reyes hebreos luchó Hazael, sino que sus campañas siguieron durante los reinados de Jehú y Joacaz de Israel y de Joás de Judá. Los versículos que arrojan luz acerca de su reinado son 2 Reyes 8: 7-15, 28, 29-9: 14-15; 10: 32; 12: 17-18; 13: 3, 22, 24-25; 2 Crónicas 22: 5-6. Su reinado debió de durar hasta, aproximadamente, 830 a.C. Fue sucedido por su hijo Ben-Adad III, quien continuó los ataques de su padre contra Joacaz de Israel, aunque sin fortuna, a juzgar por 2 Reyes 13: 3, 24-25, que menciona tres victorias de Joás de Israel, hijo del anterior. Pudo acabar su reinado Ben-Adad III hacia 800 a.C., o aún antes. Según 2 Reyes 14: 28, Damasco pasó por un tiempo al control de Judá en tiempos de Joás o Amasías, aunque dicho control fue arrebatado por Jeroboam II, quien, aparentemente, lo mantendría el resto de su vida. El último rey de Damasco mencionado en la Biblia es Rezín, quien debió de lograr la independencia de Damasco una vez desaparecido Jeroboam II, hacia 761 a.C.6 Aliado a Peka de Israel, Rezín atacó a Judá repetidamente durante los reinados de Jotam y Acaz, según cons5 Véase, por ejemplo, Paul GARELLI y V. NIKIPROWETZKY, El próximo oriente asiático. Los imperios mesopotámicos. Israel, Editorial Labor, Barcelona, 1977, págs. 37-38, 41, 47 y, sobre todo, 305. 6 Por supuesto, las obras históricas que aceptan la cronología de Thiele adoptan una cronología más corta para Rezín. Ubican el inicio de su reinado hacia 740 a.C. Véase GARELLI y NIKIPROWETZKY, op. cit., pág. 305. 106 IMPLICACIONES DE LA ESTRUCTURA REVISADA DE LA HISTORIA DE ISRAEL SOBRE LA CRONOLOGÍA DE OTRAS NACIONES DEL CERCANO ORIENTE ASIÁTICO ta en 2 Reyes 15: 37; 16: 5, 9; Isaías 7: 1. Su fortuna acabaría cuando Tiglath-pileser III decidiera atender, a su manera, la solicitud de ayuda enviada por Acaz de Judá. Rezín pereció en 732 a.C., y Damasco pasó al dominio asirio. 4.2. La cronología de los reyes de Tiro Al contrario de lo que ocurre con Siria, en la Biblia hay pocos sincronismos entre los reyes hebreos y los de las diversas ciudades-estado de Fenicia. Sin embargo, esta escasez de datos parece estar contrarrestada por la existencia de una cronología interna de los reyes de una de esas ciudades: Tiro. El autor de esa cronología es Menandro de Éfeso, y nos ha llegado merced a uno de los escritos de Flavio Josefo,7 Contra Apión, en cuyo primer libro, en los epígrafes 17 y 18 lo cita el historiador judío. Los datos que él da están sintetizados en la siguiente tabla: Rey Años de reinado Abibaal ? Hiram, su hijo 34 Baleázaro, su hijo 7 Abdastarto, su hijo 9 4 usurpadores, el mayor de los cuales reinó 12 los otros tres habrían reinado [18] Astarto, hijo de Deleastarto 12 Aserymo, su hermano 9 Pheles, su hermano, quien lo asesinó 8 meses Etbaal, sacerdote de Astarté 32 Badezoro, su hijo 6 Matgeno, su hijo 9 Pigmalión 47 7 Años de vida ? 53 43 29 ? ? 54 54 50 68 45 32 56 Flavio JOSEFO, Contra Apión, i, 17, 18 en las obras completas en 10 volúmenes, edición de la Loeb Classical Library, publicados conjuntamente por la Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts y por William Heinemann., Londres (1926-1965). 107 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Es posible atribuir 18 años a los últimos tres usurpadores que sucedieron a Abdastarto, pese a que Josefo no menciona ese lapso, gracias a otros datos que él proporciona. Él indica que en el séptimo año de Pigmalión, su hermana Dido huyó a la costa norte de África y fundó allí Cartago, e indica explícitamente que desde el primer año de Hiram hasta la fundación de Cartago transcurrieron 155 años y 8 meses; del mismo modo, y lógicamente, señala que desde el año duodécimo de Hiram, que, según él, coincidió con el inicio de la edificación del gran templo de Jerusalén, en los días de Salomón, hasta el séptimo de Pigmalión, transcurrieron 143 años y ocho meses. Una suma de todos los lapsos indicados por Josefo lleva a la conclusión de que los últimos tres usurpadores reinaron 18 años. La cronología dada por Josefo puede ser contrastada con la bíblica en dos puntos. En primer lugar, durante el reinado de Hiram, contemporáneo, según la Biblia, de David y Salomón; en segundo lugar, durante el reinado de Etbaal, «sacerdote de Astarté», identificado usualmente con el «Et-baal rey de los sidonios» mencionado en 1 Reyes 16: 31, que fue el suegro de Acab. Desgraciadamente, Josefo está necesariamente equivocado, al menos, en cuanto al reinado de Hiram. Este reinaba, según 2 Samuel 5: 11, 5 y 1 Crónicas 14: 1, al menos ya en el octavo año de David, 1026/1025 a.C. Por otra parte, vivió, al menos, hasta el vigésimo cuarto año de Salomón, según 1 Reyes 9: 10-12; 7: 11; 2 Crónicas 8: 1-2, año que correspondió al 971/970 a.C., fecha veinte años posterior al momento en que Salomón inició las obras de construcción del gran templo de Jerusalén, en su año cuarto, según 1 Reyes 6: 1. Todas estas consideraciones implican que Hiram de Tiro reinó, como mínimo, 56 años. Desgraciadamente, no es posible sugerir que los años que faltan a la cifra de treinta y cuatro dada por Josefo corresponden a una corregencia con su padre Abibaal, ya que Josefo indica explícitamente que su Hiram vivió tan solo 53 años. Tal dato, erróneo a todas luces, implica que todos los datos que Josefo transmite acerca de Hiram son falsos. Hiram no reinó 34 años, ni vivió 53, ni el templo de Jerusalén inició su construcción en su duodécimo año, sino que Hiram reinó, como mínimo, 56 años, viviría aproximadamen108 IMPLICACIONES DE LA ESTRUCTURA REVISADA DE LA HISTORIA DE ISRAEL SOBRE LA CRONOLOGÍA DE OTRAS NACIONES DEL CERCANO ORIENTE ASIÁTICO te tres cuartos de siglo, y el comienzo de las obras del templo de Jerusalén habría tenido lugar no antes de su trigésimo sexto año. Tales inexactitudes no pueden sino hacer que adoptemos una actitud escéptica ante la validez de toda la cronología de Menandro. Nuestro escepticismo puede, no obstante, compensarse un tanto gracias al sincronismo probable de Acab de Israel con Etbaal. En efecto, tal sincronismo implica que los años extremos en que este rey de Tiro pudo comenzar su reinado de 32 años son, teniendo en cuenta el ya mencionado sincronismo de Hiram con Salomón y los años de reinado de cada uno de los reyes de Tiro, 928 y 875 a.C., y, por lo tanto, Cartago tuvo que fundarse no antes de 874 y no después de 821 a.C., si bien esta fecha resultaría excesivamente tardía, pues si Etbaal era el suegro de Acab, habría comenzado su reinado considerablemente antes de la muerte del israelita, a quien entregó a su hija Jezabel en matrimonio. A modo de ensayo, y adoptando todo tipo de reservas ante esta cronología fenicia, podemos proponer un cuadro cronológico que acepta todos los datos dados por Josefo excepto los referentes a Hiram. Si se supone que donde Menandro dice 34 quiso decir 64, respetando, eso sí, los totales por él indicados, podrían proponerse las siguientes fechas para los reyes de Tiro: Abibaal Hiram Baleázaro ?-1031 1031-967 967-960 Abdastarto 960-951 1 usurpador 951-939 3 usurpadores 939-921 Astarto 921-909 Aserymo 909-900 Pheles 900 Etbaal 900-868 Badezoro 868-862 Matgeno 862-853 Pigmalión 853-806 109 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Con tales fechas para Pigmalión, la fundación de Cartago habría que datarla sobre 846 a.C. Aparte de la referencia de Josefo, existen otras menciones, no siempre coincidentes, de la fundación de Cartago. La fecha tradicional ronda el año 825 a.C. Si logra demostrarse que tal fecha es correcta y desea mantenerse la identificación de Etbaal de Tiro con el suegro de Acab, sería necesario postular algún otro error en la cronología de Menandro, presumiblemente en la longitud de los reinados de Badezoro o Matgeno. 4.3. La Piedra Moabita y la cronología de Israel La tercera nación asiática cuya estructura cronológica depende, en parte, de la hebrea contemporánea es Moab. De ella se conocen muy pocos datos, tanto bíblicos como extrabíblicos, correspondientes a la época que estamos considerando. Desde que David subyugara, según 2 Samuel 8: 2, a Moab, no aparecen en el Antiguo Testamento muchos datos referentes a esta nación. El dato más significativo aparece en 2 Reyes 1: 1; 3: 4-27. En estos textos se indica, en primer lugar, que Moab estuvo sometida a Israel durante el reinado de Acab, quien recibía tributo del rey moabita. Sin embargo, a la muerte de Acab, presumiblemente ya durante el breve reinado de Ocozías de Israel, y, sin duda, en una escala mayor durante el reinado de su hermano y sucesor, Joram, el rey Mesa se rebeló. Joram montó contra él una coalición con la ayuda de Josafat de Judá y con un rey de Edom cuyo nombre no es mencionado en el texto, pero que sin duda debía de haber iniciado una dinastía reinante en su país.8 El texto de 2 Reyes 3 habla de un éxito parcial de la coalición. Tras el encuentro de las fuerzas rivales y de un cruento sacrificio oficiado por el rey de Moab en la persona de su primogénito, los asaltantes se retiraron y «hubo gran enojo contra los israelitas». No es posible, en el estado actual de nuestros conocimientos, especificar en qué consistió este «enojo» o qué lo pro8 Según 1 Reyes 22: 47, Edom había pasado bastante tiempo sin rey, como mínimo la mayor parte del reinado de Josafat. 110 IMPLICACIONES DE LA ESTRUCTURA REVISADA DE LA HISTORIA DE ISRAEL SOBRE LA CRONOLOGÍA DE OTRAS NACIONES DEL CERCANO ORIENTE ASIÁTICO vocó exactamente. A pesar de todo, el sincronismo anotado tiene un cierto interés de cara a fijar a Mesa, rey de Moab, en nuestra escala del tiempo, si bien dicho sincronismo no puede aportar ninguna precisión al esquema ya formulado de la cronología de los reyes hebreos, al no existir fechas absolutas independientes para Mesa. El sincronismo entre Mesa y ciertos reyes de Israel no solo se conoce mediante la Biblia. El propio Mesa hizo grabar una inscripción, conocida comúnmente con el nombre de Piedra Moabita, cuyo descubrimiento, allá por 1868, constituyó una auténtica sensación. Dicha piedra, también conocida con el nombre de Estela de Mesa, narra las victorias obtenidas por este rey sobre Israel. Son particularmente significativas para el estudio que estamos realizando algunas de sus declaraciones. Helas aquí: Yo soy Mesha, hijo de Kemosh, […] rey de Moab, el debonita. Mi padre reinó en Moab 30 años, y yo reiné después de mi padre. […] Omri, rey de Israel, había oprimido a Moab por muchos días porque Kemosh estaba enojado con su país. Y le sucedió su hijo, y dijo él también: «Oprimiré a Moab». En mis días él habló así (?), pero he triunfado sobre él y sobre su casa, e Israel ha perecido para siempre. Y Omri había ocupado la región de Medeba e Israel habitó allí durante sus días y durante la mitad de los días de su hijo, 40 años, pero Kemosh moró en ella en mi tiempo.9 No parece que pueda probarse que Kemosh fuera el nombre del padre de Mesa (o Mesha), puesto que ese era el nombre del dios nacional, como puede verse en varias partes del texto, pero puede ser de interés la indicación de que el padre de Mesa reinó 30 años sobre Moab. Lamentablemente, no se indica cuánto tiempo reinó el propio Mesa, cosa, por otra parte, imposible de precisar con exactitud. En todo caso, debe de haber alcanzado, al menos, el final del reinado del último opresor israelita de Moab. Existe, eso sí, un detalle interesante 9 Véanse RICCIOTTI, op. cit., págs. 356-358; Francis D. NICHOL, editor, Comentario bíblico adventista del séptimo día, Pacific Press Publishing Association, Mountain View, California, vol. 2, 1980, págs. 861,862. 111 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA en la estela, que era desconocido por fuentes bíblicas. Se trata de la sujeción a la que se dice que Omrí sometió a Moab. Dicha situación se prolongaría, se dice, durante todo el reinado de Omrí y la mitad del reinado de su hijo, lo cual hace, según la estela, un total de 40 años. Tales declaraciones son, desde el punto de vista bíblico, imposibles. En efecto, el Antiguo Testamento señala, por duplicado, tal como hemos visto, que solo después de la muerte de Acab, hijo de Omrí, se rebeló Mesa, y no «durante la mitad de los días» de Acab. Por otra parte, Omrí reinó solamente 12 años, y Acab 22, por lo que ni aun añadiendo el reinado completo de Acab a los 12 años de Omrí se obtendrían los 40 años especificados. A falta de más datos, se hace difícil dar una explicación completa de tal anomalía, pero es posible, no obstante, lanzar algunas hipótesis provisionales que pueden resultar de interés para el presente estudio. Debe señalarse que hay pocas cosas que hagan destacar el reinado de Omrí sobre otros reyes israelitas mencionados en la Biblia. De hecho, aparte de los datos puramente cronológicos y de su oposición a Tibní, el único dato de interés referido al reinado de Omrí es el hecho de que fue él el fundador de Samaria. Un acontecimiento internacional tan significativo como la subyugación de Moab no resulta muy comprensible que sea silenciado en la Biblia. Por otra parte, el propio nombre de Omrí no es, desde el punto de vista bíblico, demasiado representativo. Es frecuente encontrar, en círculos históricos, la denominación de ómridas aplicada a los descendientes de este rey israelita; sin embargo, en la Biblia se denomina a tal familia «la casa de Acab», no la casa de Omrí. Tal cosa debe de haber surgido, sin duda, de la gran importancia que el reinado de Acab tuvo para Israel. Su reinado estuvo caracterizado por intensas relaciones internacionales, amistosas unas, con Fenicia sobre todo, hostiles otras, como con Siria y Moab. Dichas relaciones hostiles, que en aquel reinado fueron casi siempre ventajosas para Israel, llegaron a un fin menos deseable para los hebreos solo con la muerte de Acab. La desaparición de este enérgico rey y la debilidad de Ocozías, su hijo y sucesor en el gobierno de Samaria, propiciaron la rebelión de Mesa de Moab. 112 IMPLICACIONES DE LA ESTRUCTURA REVISADA DE LA HISTORIA DE ISRAEL SOBRE LA CRONOLOGÍA DE OTRAS NACIONES DEL CERCANO ORIENTE ASIÁTICO A la vista de tales consideraciones, puede ser legítimo preguntarse: ¿quién fue ese Omrí que subyugó a Moab, y quién ese hijo de Omrí a la mitad de cuyo reinado Mesa se independizó? Lo cierto es que, si se toman literalmente las indicaciones bíblicas, la respuesta no parecería demasiado difícil: el rey a quien Mesa denomina Omrí es el personaje a quien la Biblia llama Acab, y el hijo de ese Omrí fue Joram, el hijo de Acab. Esta respuesta sorprendente podría gozar de cierto apoyo de otra evidencia extrabíblica que ya ha sido mencionada en el capítulo segundo.10 Las fuentes asirias denominan a Israel el «país de Omrí», expresión que, nuevamente, recuerda la bíblica «casa de Acab». Una fuente asiria incluso atribuye a Jehú el calificativo de «hijo de Omrí», cuando, en realidad, no era hijo ni de Omrí ni de Acab, sino que fue, precisamente, el encargado de exterminar a la «casa de Acab». De ser ciertas estas conclusiones provisionales, el hecho de que Israel recibiese el nombre de Omrí en fuentes asirias podría explicarse en forma más adecuada gracias a la Piedra Moabita. Esta indica, como se ha señalado, que entre Omrí y la mitad del reinado de su hijo, tuvieron dominada Moab durante cuarenta años. Es imposible obtener tal lapso sumando los reinados de Omrí y Acab, pero también lo es sumando los 22 años de Acab con los dos de Ocozías y los once o doce de Joram. La única forma de lograr ese lapso de 40 años exactos es computar doce años del Omrí bíblico, veintidós de Acab (21 de cara a la suma), dos de Ocozías (1 de cara a la suma) y seis de Joram. Ello hace un total de 40 años, lapso idéntico al mencionado por Mesa. Ahora bien, esos seis años de Joram serían esa «mitad de los días» del hijo de Omrí, pues Joram reinó, según la Biblia, una docena de años. Los 34 restantes de ese total de 40 corresponderían entonces, salvo el breve lapso perteneciente a Ocozías, a ese Omrí, que sería el Acab bíblico. Esto nos lleva a la conclusión de que la fama que tiene el nombre de Omrí en las fuentes históricas no bíblicas la debe a las actuaciones que su hijo Acab tuvo después de su reinado, o, incluso, a una hipotética actuación política o militar fundamental durante su propio 10 Véase, supra, págs. 66-67. 113 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA reinado, en el que podría haber representado un papel de visir, embajador, o, quizás, de corregente o cerebro de la política general de la nación. Todo esto implica que la rebelión de Mesa puede fecharse con bastante precisión. En efecto, si esa rebelión llegó a su punto culminante en el sexto año de Joram de Israel, habría tenido lugar hacia 868 a.C. En ese año juliano comenzó, precisamente, el último año de la vida de Josafat de Judá, aliado de Joram contra Mesa de Moab, lo cual constituye un curioso sincronismo cuya explicación última dudamos que sea la casualidad. Mesa podría haber comenzado a reinar, entonces, grosso modo, hacia el final de la vida de Acab, por lo que el padre de ese rey moabita, que reinó 30 años según el propio Mesa, habría iniciado su reinado en los comienzos mismos del de Omrí, cuando Acab podía estar ya dando pasos significativos hacia el afianzamiento de la dinastía de su padre sobre Israel, cuya supremacía estaba disputando Tibní. Por otra parte, puesto que parece que esos 40 años de opresión que sufrió Moab se remontan al comienzo del reinado de 12 años de Omrí, es bastante posible que tal conquista, que la Biblia atribuye indirectamente a Acab, fuera un paso decisivo para lograr la victoria final sobre el partido rival de Tibní. Tras cinco o seis años de guerra civil, los ómridas se hicieron con el poder en Israel, nación a la que llevaron a cotas notables de prosperidad, prosperidad que, en parte, dependía de la opresión a la que se sometió a Moab durante 40 años. 114 CONCLUSIONES Pese a que cuando se expuso el sistema cronológico de Thiele ya se mencionaron varias características generales de la cronología de los reyes hebreos y de los métodos usados por los cronistas para computar sus reinados, nos parece oportuno destacar en este capítulo final, a modo de conclusión, los postulados principales confirmados en esta tesis y algunos otros que ofrecemos como primicia, que permiten la reconstrucción de una tabla cronológica de esos monarcas. Dichos postulados y conclusiones podemos limitarlos a los siguientes puntos: • La monarquía unificada de los tiempos de Saúl, David y Salomón, y el reino de Judá, constituido por los descendientes del último rey nombrado, utilizaron siempre un año civil que se iniciaba en el séptimo mes del año. Puesto que el orden de sus meses se iniciaba en la primavera, el inicio oficial del año coincidía con el otoño. • El reino de Israel, desde su secesión en 953 a.C. hasta el final de su historia en 720 a.C. utilizó siempre un año civil similar al de otros pueblos del antiguo Cercano Oriente, es decir, un año que comenzaba a la vez que el primero de sus meses, en la primavera. • En la mayor parte de su historia, Judá, como antes se había hecho en tiempos de Saúl, David y Salomón, utilizó un cómputo con año ascensional para los reinados de sus monarcas. Se trata de un sistema sencillo de aplicar y es el único que permite que no exista confusión a la hora de sumar los reinados de soberanos sucesivos. A diferencia del sistema usado en Israel, este evita que se añada indebidamente un año por rey. Solamente existe una excepción, sin considerar la cuestión de las corregencias, que no sigue esta regla del reino de Judá: durante el reinado de Atalía no se computó año ascensional, cosa fácil de entender, dada la relación de parentesco existente entre esta mujer de la casa de Acab y el reino del norte. Por otra parte, en tiempos del sucesor de Atalía, Joás, parece que no se olvidó totalmente el sistema impuesto en su tierra 115 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA por la reina mencionada, ya que existen evidencias de un doble cómputo, judío e israelita, para los años de su reinado. • El reino de Israel siguió el sistema de cómputo sin año ascensional, que tiene la peculiaridad de “inflar” el reinado de cada uno de los reyes que lo empleó. Hay, como en el caso anterior, algunas excepciones a esta regla seguida en el reino de Israel. El primero en apartarse de ella fue Joram, quien, probablemente por la amistad que lo unía a los reyes de Judá, utilizó, como después haría Joás de Judá, ambos sistemas.1 Su ejecutor y sucesor, Jehú, volvió, en cambio, al viejo sistema israelita, que se mantendría hasta el reinado de Joacaz. A partir de Joás de Israel todos los reyes del reino del norte computaron sus reinados mediante el sistema con año ascensional. • En el reino de Judá se utilizó con alguna frecuencia la práctica de la corregencia. Según los datos de que disponemos, el primero en utilizar tal práctica fue Josafat, quien asoció a su hijo Joram al trono, si bien este caso concreto tiene la peculiaridad de haber tenido una corregencia provisional, en ocasión de una expedición militar de Josafat, antes del inicio de la corregencia definitiva, que se inició en el vigésimo segundo año de Josafat. El siguiente caso de corregencia aparece casi 70 años más tarde, cuando Amasías asoció a su hijo Azarías al trono, si bien tal circunstancia fue propiciada por una enfermedad súbita del rey judío. El propio Azarías, en su vejez, asoció a Jotam al trono en 757/756 a.C. Sería el último ejemplo de corregencia anterior a la caída de Samaria. El único ejemplo restante del que hay evidencias de que haya constituido una corregencia es el de Manasés, que fue asociado al trono cuando su padre, Ezequías, sufrió una enfermedad aguda que estuvo a punto de causarle la muerte, durante el año 697/696 a.C. 1 En realidad, no es necesario que tal o cual rey haya abrazado un sistema cronológico distinto de forma oficial. Lo único que consta en estos casos es que algún escriba utilizó un sistema de cómputo no habitual. 116 CONCLUSIONES • Por los datos de que disponemos, no parece necesario, ni conveniente, adjudicar años ascensionales a los corregentes, y no hay excepciones a esta regla.2 • No hay evidencias bíblicas que sugieran la existencia de corregencias en el reino de Israel a lo largo de su historia. Hay, en cambio, evidencias de reinados paralelos y de datación doble para ciertos reyes que lograron sobrevivir a sus rivales. El primer ejemplo de que se dispone en cuanto a reinados paralelos es el de Omrí y Tibní, rivalidad que se prolongó 5 o 6 años. El último ejemplo conocido de tal práctica en la historia de Israel, y que ya fue reconocido por Thiele, aunque no con todas sus implicaciones, es la doble datación de Peka de Israel, que debió de iniciar un gobierno rival, en Transjordania quizás, durante el tercer año de Menahem. Durante el reinado de este rey y de Pekahyá, su sucesor, este gobierno no gozaría de sanción “oficial”, pero, una vez desaparecido Pekahyá, Peka pudo hacerse con el dominio de Samaria e inició un nuevo cómputo con su año ascensional correspondiente, sin abandonar por ello el cómputo anterior, que hacía remontar su gobierno diez años atrás. • El único posible ejemplo de corregencia en Israel, que ha sido apuntado en el capítulo anterior, a modo de hipótesis,3 la de Acab con Omrí, es una especulación deducida de documentos extrabíblicos que permite explicar ciertas anomalías en la Piedra Moabita. Si estudios ulteriores demostrasen concluyentemente la exactitud de tal especulación, quedaría confirmado que la opresión israelita de Moab comenzó al inicio mismo del reinado de Omrí y que el cerebro maestro de la operación habría sido su hijo Acab. • En algunas ocasiones, el reino de Judá utilizó el concepto de eras para datar algunos hechos. Hay tres evidencias bíblicas de tal prác- 2 3 El esquema de Thiele se caracteriza por la inconsistencia al seguir este principio, ya que a algunos corregentes judíos les atribuye año ascensional, mientras que a otros no. No se afirmó que fuera realmente una corregencia, al menos oficial. 117 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA tica, si bien la primera de ellas se remonta a los tiempos de Salomón. Se encuentra en 1 Reyes 6: 1, texto que indica que el cuarto año de Salomón coincidió con el 480 del éxodo de Egipto. Una vez producida la escisión de Israel y Judá, se tiene el primer ejemplo de cómputo por era en 2 Crónicas 16: 1, en donde, una vez analizado el texto, se ve una clara alusión al año trigésimo sexto desde el inicio de la era de Roboam. El otro caso, que Thiele no vio, es el de 2 Reyes 15: 30, en donde se sincroniza la muerte de Peka con el vigésimo año de la era de Jotam de Judá, rey que solo gobernó durante dieciséis años. • Existe también una evidencia de que el reino de Israel usó igualmente la noción de era en un momento concreto de su historia. Durante el décimo año de Joacaz de Israel, 826/825 a.C., su nieto Jeroboam, que contaría a la sazón con una veintena de años de edad, tuvo la gloria de detener las incursiones de Ben-Adad III de Damasco contra Israel, aunque, probablemente, esa sería tan solo la fecha del inicio de la recuperación. La lucha contra Damasco continuó durante el reinado de Joás, padre de Jeroboam e hijo de Joacaz. Posiblemente Jeroboam mantuvo un papel protagonista en las operaciones militares que siguieron y, por todo ello, a ojos de los cronistas el año 826/825 a.C. adquirió la suficiente relevancia como para ser el primero de los años de la era del que después de Joás sería rey, Jeroboam II, la era de la recuperación de Israel. • Todos los documentos históricos antiguos, sean bíblicos o no, merecen, en principio, el máximo respeto. Esta tesis ha revelado que las pretensiones de Adad-nirari III de haber subyugado a Joás de Israel y las de Sargón II de ser el conquistador de Samaria son legítimas y no queda ya razón para ponerlas en duda. Ambos sincronismos, junto con otros que han sido mencionados, permiten constatar la exactitud de la cronología defendida en esta tesis, sustentada, entre otras, por la fecha 803 a.C., momento en que se produjo el sometimiento de Joás de Israel, al fin de su reinado, y por la de 720 a.C., año en que Samaria cayó definitivamente ante las tropas de Sargón II. 118 CONCLUSIONES • En la mayor parte de las ocasiones, la cronología de los reyes hebreos es lo suficientemente coherente como para no depender, una vez fijado uno de sus años en nuestra escala del tiempo, de sincronismos con otras naciones. Sin embargo, una vez fijado un sincronismo clara e inequívocamente establecido, como la caída de Jerusalén en el undécimo año de Sedequías y el decimonoveno de Nabucodonosor II, en 586 a.C., es posible, una vez estructurada internamente la cronología, comprobar su exactitud mediante otros sincronismos conocidos. El primero de tales sincronismos es el que señala la contemporaneidad de Jehú de Israel y Salmanasar III de Asiria, durante el año 841 a.C., que fue el decimoctavo del asirio y el vigésimo segundo del israelita. El siguiente sincronismo, mencionado en la consideración anterior, permite ubicar el final del reinado de Joás de Israel en 803 a.C., precisamente en el momento en que Adad-nirari III de Asiria indica que sometió al rey Ia’asu de Humri. Este importante y sumamente preciso sincronismo, ignorado por la reconstrucción de Thiele, permite constatar la exactitud de la cronología defendida en esta tesis, y, de paso, permite sugerir la posibilidad de que Amasías de Judá pudo deber su liberación de mano de Joás de Israel a esta incursión de Adad-nirari III, quien podría haber recibido una compensación del judío para forzar su liberación. El resto de los sincronismos están relacionados con la época de la caída de Israel ante Asiria. Son los que abarcan la época en que Pul aún no había llegado al poder en Asiria, cuando recibió tributo de Menahem de Israel, y la época inmediatamente posterior en que, siendo ya rey (Tiglath-pileser III), empezó a dominar los destinos de las naciones dirigidas por Peka y Oseas, y, por un tiempo, Acaz. Oseas de Israel, el último rey de aquella nación, fue contemporáneo de otro rey asirio, Salmanasar V, igual que Ezequías de Judá. Ezequías, sin embargo, sobrevivió a Salmanasar, y vio los tiempos en que ocuparon el trono de Nínive Sargón II y Senaquerib. Vivió al menos hasta el momento en que, muy poco antes de la muerte del asirio, en 681 a.C., sufrió este contun119 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA dentes pérdidas inesperadas ante Jerusalén. Los sincronismos que restan son los que ponen en relación los reinados de Assarhaddón y Asurbanipal de Asiria y Manasés de Judá, el de Mesa de Moab con los de Joram de Israel y Josafat de Judá, y los de Nabucodonosor II de Babilonia y Joacim, Joaquín y Sedequías de Judá. Existe, en esta última época de la historia del reino de Judá, un sincronismo adicional entre Josías, Joacaz y Joacim con el faraón Necao y otro de Sedequías con Apries. Todos ellos, y, sobre todo, los anteriores, permiten constatar la consistencia de los datos históricos aportados por los cronistas hebreos. Con estos resultados a la vista, queda justificado el trabajo de realizar la investigación que culminó con la escritura de estas páginas. Afortunadamente, hoy sabemos muchas más cosas del mundo oriental de las que se sabían en los tiempos de San Jerónimo, y ya no se puede seguir diciendo que el estudio de las peculiaridades de la cronología de los reyes hebreos sea cosa de ociosos más que de estudiosos. Ese estudio puede ayudarnos a adquirir informaciones sumamente valiosas en cuanto a los sistemas de cómputo utilizados por los pueblos antiguos, y a comprender mejor que de ninguna otra forma la relación que mantuvieron entre sí Israel y Judá y las naciones limítrofes. Y, ciertamente, de paso, esos datos pueden llegar a formar un esquema cuya estructura interna es tan coherente y acorde con todo lo conocido por la historia, que no deja de ser legítima una observación que surge al constatar tal hecho: ningún otro pueblo antiguo posee una cronología tan exacta, ni unas crónicas tan completas. Los antiguos hebreos parecen haber sido superiores a otros pueblos limítrofes no solo en sus concepciones morales y religiosas, sino también en su concepto del mundo y en su forma de explicarlo, y mostraron una mentalidad casi moderna y “occidental” al relatar los hechos que a sus ojos tenían trascendencia universal. 120 APÉNDICES CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA APÉNDICE A - Datos bíblicos sobre reinados de Israel y Judá Rey Reino Sincronismo de ascensión Referencia 1 Reyes Roboam Jeroboam I Abiyam (o Abías) Asá Nadab Basá Elá Zimrí Tibní Omrí Acab Josafat Judá Israel Judá Judá Israel Israel Israel Israel Israel Israel Israel Judá Ocozías Israel 27º/31º de Asá 38º de Asá 4º de Acab 12: 1 12 :20 15: 1 15: 9 15: 25 15: 28, 33 16: 8 16: 15 16: 21-23 16: 15-16, 21-23 16: 29 22: 41 17º de Josafat 22: 51 18º de Jeroboam I 20º de Jeroboam I 2º de Asá 3º de Asá 26º de Asá 27º de Asá 2 Reyes Joram Israel Joram Ocozías (o Joacaz) Jehú Atalía (o Atalyá) Joás Joacaz Joás Amasías Jeroboam II Azarías (o Uzías) Zacarías Salum Menahem Pekahyá Peka Judá Judá Israel Judá Judá Israel Israel Judá Israel Judá Israel Israel Israel Israel Israel 122 2º de Joram de Judá 18º de Josafat 5º de Joram de Israel 12º/11º de Joram 7º de Jehú 23º de Joás 37º de Joás de Judá 2º de Joás 15º de Amasías 27º de Jeroboam II 38º de Azarías 39º de Azarías 39º de Azarías 50º de Azarías 52º de Azarías 1: 17 3: 1 8: 16; cf. 1: 17 8: 25; 9: 29 9: 12-13 11: 1, 3 12: 1 13: 1 13: 10 14: 1 14: 23 15: 1 15: 8; 14: 28 15: 13 15: 17 15: 23 15: 27 APÉNDICES Años de reinado Otros datos, generales y cronológicos 1 Reyes 1 Reyes 2 Crónicas 12: 1-24; 14: 21-31 12 :25-14: 20 15: 1-5 15: 9-24, 16, 32 15: 25-32 15: 33-16: 7 16:8-9, 10-12 16: 8-20 16: 21-23 16: 21-28 16: 29-22: 40, 1, 2, 29-38 22: 41-50 10: 1- 12: 16 17 22 3 41 2 24 2 (7 días) 14: 21 14: 20 15: 2 15: 10 15: 25 15: 33 16: 8 16: 15 12 16: 23 22 16: 30 25 22: 42 2 13: 1 13: 2 16: 13 20: 31 3:1 8 8: 17 1 8: 26 28 10: 36 7 11: 3-4 40 12: 1 17 13: 1 16 13: 10 29 14: 2 41 14: 23 52 15: 2 (6 meses) 15: 8 (1 mes) 15: 13 10 15: 17 2 15: 23 20 15: 27 13: 1-22, 1 14: 1-16: 14; 16: 1; 15: 10 18:1-34 17: 1, 20: 37 22: 51-53; 2 Rey. 1: 1-18 22: 51 2 Reyes 12 2 Crónicas 2 Crónicas 2 Reyes 3: 1-8: 29; 3: 4-27; 6: 24-33; 7: 1-20; 8: 7-15, 28-29 21: 5, 20 8: 16-24 22: 2 8: 25-27, 17, 26, 28-29; 9: 14-28 9: 1-10: 36, 32-33 22: 12; 23: 1 11: 1-21 24: 1 12: 1-21, 6ss, 17ss 13: 1-9, 3 13: 10-21, 12, 22-25 25: 1 14: 1-22, 8, 13, 17 14: 23-24, 25-29 26: 3 15: 1-7, 2, 5; 14: 21 15: 8-12, 10 15: 13, 14-16 15: 17-22, 19-20 15: 23-26, 25 15: 27-31, 29-30 2 Crónicas 22: 5-6 21: 1-20 22: 1-9, 12; 21: 5, 20; 21: 17; 22: 1 22: 7-9 22: 10-23: 21, 1ss; 22: 12 24: 1-27, 4ss, 23, 25 25: 1-28, 17-25 26: 1-23, 16-21 123 CRONOLOGÍA DE Rey LA MONARQUÍA HEBREA Reino Sincronismo de ascensión Referencia 2 Reyes Oseas 20º de Jotam 12º de Acaz Israel 15: 30 17: 1 Jotam Judá 2º de Peka 15: 32 Acaz Judá 17º de Peka 16: 1 Ezequías Judá 3º de Oseas 18: 1 Otros datos y sincronismos Manasés Judá Amón Judá 2 Cró. 33: 10-13 Josías Judá 2 Rey. 23: 23, 28-30; 2 Cró. 35: 19-24 Joacaz Judá 2 Rey. 23: 33; 2 Cró. 36: 3 2 Rey. 23: 34-35; 24: 1; 2 Cró. 36: 4, 6-7; Jer. 25: Joacim (o Joyaquim) Judá 1ss; Dan.1: 1-2 Joaquín (o Jeconías) 2 Rey. 24: 10-16; 2 Cró. 36: 10; Jer. 22: 24-30; Judá 24: 1-10; 29: 1-2; Eze.1: 2; 17 :12; etc. Sedequías 2 Rey. 24: 17; 25: 1-21; 2 Cró. 36: 10, 13, 17-21; Judá Jer. 39: 1-10; 52: 1-29 APÉNDICE B - Tabla Comparativa de Distintas Cronologías de los Reinos Hebreos Confeccionadas con Anterioridad a la Publicación de las Dataciones de Edwin R. Thiele LSB1 JUDÁ ROBOAM ABÍAS ISRAEL JEROBOAM I JUDÁ ISRAEL JUDÁ ISRAEL 931-913 913-911 931-910 931-915 914-911 931-910 NADAB ASA 910-909 911-870 BAASA ELA ZIMRI 124 DHORME2 910-909 911-870 909-886 886-885 7 DÍAS 909-886 886-885 7 DÍAS APÉNDICES Años de reinado 2 Reyes Otros datos, generales y cronológicos 2 Crónicas 2 Reyes 2 Crónicas 15: 30; 17: 1-6, 7-23; 18: 9-11, 12 9 17: 1 27: 1, 8 15: 32-38, 37 27: 1-9 16 16: 2 28: 1 16: 1-20, 5, 7-10; Isa. 7: 1-8 28: 1-27, 5-16, 20-22 29 18: 2 29: 1 16 (20) 15: 33 (15: 30) 18: 1-20: 21; 18: 7, 13, 17-19: 37;20: 1-11; Isa. 36: 1-37: 38 55 21: 1 2 21: 19 31 22: 1 (3 meses) 22: 31 11 23: 36 (3 meses) 24: 8 11 24: 18 29: 1-32: 33; 30: 1-31: 1; 32: 1-21, 24 33: 1 21: 1-18 33: 1-20 33: 21 21: 19-26 33: 21-25 34: 1 22: 1-23: 30 34: 1-35: 27 36: 1-4 23: 31-35 36: 1-4 36: 5 23: 36-24: 7 36: 5-8 36: 9-10 24: 8-17 36: 9-10 36: 11 36: 11-21 24: 18 - 25: 21 Notas 1, 2. 3. 4. 5 6 en página 128. RICCIOTTI3 JUDÁ 932-915 915-913 ISRAEL 932-911 HAAG4 JUDÁ 929-913 912-910 911-910 913-873 ISRAEL 929-909 JUDÁ 932-916 915-913 909-908 910-870 910-887 887-886 886 PIROT-CLAMER5 ISRAEL 932-911 JUDÁ ISRAEL 931/30-914 914/13-912 931/30-910 911-910 912-872 908-885 885-884 884 SCHEDL6 910-909 912/11-871 910-887 887-886 886 909/8-886 886-885 885 TIBNI 885-880 125 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA LSB JUDÁ ISRAEL JUDÁ OMRI ACAB JOSAFAT DHORME ISRAEL 885-874 874-853 870-848 OCOZÍAS JORAM JORAM JUDÁ ISRAEL 884-874 873-853 869-848 853-852 852-841 848-841 852-851 851-841 847-842 LSB DHORME RICCIOTTI HAAG PIROT-CLAMER SCHEDL JUDÁ ISRAEL JUDÁ ISRAEL JUDÁ ISRAE OCOZÍAS JEHÚ 841 841-814 842 841-813 ATALÍA 841-835 842-834 JOACAZ 814-798 813-796 JOÁS 835-796 834-796 JOÁS 798-783 796-780 AMASÍAS 796-781 796-780 JEROBOAM II OZÍAS = AZARÍAS 783-743 781-740 ZACARÍAS SAL-LUM MENAHEM JOATAM ACAZ EZEQUÍAS MANASÉS AMÓN JOSÍAS JOACAZ JOAQUIM JECONÍAS = JOAQUÍN SEDECÍAS 126 780-746 743 743 743-738 740-736 PEQAHYAH PÉQAH OSEAS 780-740 736-716 716-687 687-642 642-640 640-609 609 609-598 598 598-587 6 MESES 1 MES 740-735 746-736 738-737 737-732 732-724 736-716 716-688 688-642 642-640 640-609 609 609-598 598-597 597-587 734 734-730 730-721 APÉNDICES RICCIOTTI JUDÁ ISRAEL HAAG JUDÁ 886-875 875-853 873-849 ISRAEL JUDÁ 884-873 873-854 872-849 853-852 852-842 849-842 PIROT-CLAMER ISRAEL 872-849 ISRAEL 885/84-874 870-845 854-853 853-842 876-852 851/50-841 845/44-841 849/48-845 JUDÁ ISRAEL 849-842 JUDÁ ISRAEL JUDÁ ISRAEL 842 842-815 842 842-815 842-836 842-836 815-799 814-798 836-797 836-797 799-784 798-783 797-769? 797-769 JUDÁ 886-875 875-854 854-853 853-842 849-842 SCHEDL EL JUDÁ ISRAEL 784-744 769?-737? 744 744 744-735 735-733 733-718? 733-731 731-725 718?-684 689-641 641-639 639-609 609 608-597 597 597-586 815-799 799-784 798-790 783-743 790-739 743 743 743-737 738-736 736-721 721-693 693-639 639-638 638-608? 608? 608-598 598 598-587/6 842-815 837-798 783-743 769-738 737?-733 842 842-837 743 743 742-738 739-737 737-736 736-732 732-721 737-726 725-697 696-642 641-640 639-609 609 608-598 597 596-586 738-737 737-731 730-722 841 841/40-814 841/40-836 814/13-798 836/35-797 798/97-783 797/96-768 783/82-753 793/92-783 768/67-740 792/91-768 753 753 753/52-743 740/39-735 751/50-740 742-741 735/34-728 740-731 730-722 728/27-698 698-643/42 642-641/40 640-609 127 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA La tabla comparativa anterior está inspirada en la que aparece dentro del artículo «Cronología Bíblica» de la Enciclopedia de la Biblia de Editorial Garriga. La tabla aparece, concretamente, en las columnas 675-678 del volumen 2. Como podrá apreciarse, las diferencias entre los diversos autores no son siempre pequeñas, y es frecuente que surjan puntos de conflicto entre una postura y otra. En la tabla anterior son de destacar las fechas atribuidas por Schedl a Ezequías y su curiosa negativa a reconocer que Acab y Ocozías fueron dos personajes diferentes. Cuando se analiza la tabla cuidadosamente, se aprecian repetidos ejemplos en que las dataciones propuestas no se atienen a las fuentes bíblicas, tal como aparecen resumidas en el Apéndice A. Sin duda, esa es la razón por la que todas estas cronologías han ido sustituyéndose paulatinamente en los libros modernos por la propuesta por Edwin R. Thiele, caracterizada, como hemos visto, por un menor número de contradicciones con las fuentes. La tarea emprendida en esta tesis ha dado como resultado un cuadro cronológico que está en conflicto con cada una de las cronologías de la tabla anterior y también con la de Thiele, lo cual, per se, no necesita prejuzgar su bondad, a la vista de ciertas notables contradicciones entre tendencias dentro de la anterior tabla. El único criterio válido para juzgar la bondad de un esquema cronológico es su adecuación con todas las fuentes conocidas. Tal ha sido el empeño fundamental de esta tesis. 1 2 3 4 5 6 La Sainte Bible, editada por la Ecole Biblique de Jérusalem, París, 1948. Véase el apéndice cronológico de la española Biblia de Jerusalén. Édouard DHORME, L’Ancien Testament, obra en dos volúmenes editada en París en 1956 y 1959; Recueil Edouard Dhorme, Etudes bibliques et orientales, París, 1951. Giuseppe RICCIOTTI, Historia de Israel, Luis Miracle, 3ª ed., Barcelona, 1966, pág. 332. Tales son las fechas que baraja H. HAAG en «La campagne de Sennacherib contre Jérusalem en 701», en Revue biblique, 58, 1951, págs. 348-359. Estas fechas aparecen en el artículo «Chronologie Biblique», de L. PIROT y F. PRAT, en el Dictionnaire de la Bible, Supplément (obra que comenzó a editar el propio Louis Pirot), vol. 1, París, 1928, cols. 1245-1269. C. SCHEDL, «Textkritische Bemerkungen zu den Synchronismen der Könige von Israel und Juda», en Vetus Testamentum, 12 (1962), Leiden, págs. 88-119. 128 APÉNDICES APÉNDICE C - Tablas completas de los reinados desde Saúl hasta Sedequías Ofrecemos a continuación, en beneficio de los lectores que deseen seguir los distintos sincronismos año por año, las tablas completas de todos los reyes hebreos con las dataciones absolutas establecidas en la presente tesis. Las explicaciones completas para su perfecta comprensión figuran en el cuerpo de la obra. Al final de ellas, no obstante, figura un resumen de los principales detalles cronológicos de estas tablas, así como una breve exposición de los datos conocidos de Saúl, David y Salomón. 1056 1055 1054 1053 1052 1051 1050 1049 1048 1047 1046 a 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Saúl 1045 1044 1043 1042 1041 1040 1039 1038 1037 1036 1035 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 Saúl 1034 1033 1032 1031 1030 1029 1028 1027 1026 1025 1024 22 a 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Saúl David 1023 1022 1021 1020 1019 1018 1017 1016 1015 1014 1013 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 David 129 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA 1012 1011 1010 1009 1008 1007 1006 1005 1004 1003 1002 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 David 1001 1000 999 998 997 996 995 994 993 992 991 33 34 35 36 37 38 39 40 David a 1 2 3 Salomón 990 989 988 987 986 985 984 983 982 981 980 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 Salomón 979 978 977 976 975 974 973 972 971 970 969 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 Salomón 968 967 966 965 964 963 962 961 960 959 958 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 Salomón Jeroboam I 1 2 3 4 5 6 7 957 956 955 954 953 952 951 950 949 948 947 37 38 39 40 Salomón a 1 2 3 4 5 6 7 Roboam Jeroboam I 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 946 945 944 943 942 941 940 939 938 937 936 8 Roboam 130 9 10 11 12 13 14 15 16 17 a 1 Abiyam o Abías APÉNDICES Jeroboam I 19 Nadab Basá 20 21 22 1 2 1 2 3 4 5 6 7 935 934 933 932 931 930 929 928 927 926 925 2 3 a 1 2 3 4 5 6 7 8 9 Abiyam o Abías Asá Basá 8 9 10 11 12 13 14 924 923 922 921 920 919 10 11 12 13 15 16 17 18 918 917 916 915 914 14 15 16 17 18 19 20 Asá Tibní Elá Zimrí1 Basá 19 20 21 22 23 24 2 Omrí 1 2 1 2 3 4 5 3 4 5 6? 913 912 911 910 909 908 907 906 905 904 903 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 Asá Omrí Acab 6 7 8 9 10 11 12 1 2 3 4 5 902 901 900 899 898 897 896 895 894 893 892 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 Asá a 1 Josafat Acab 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 891 890 889 888 887 886 885 884 883 882 881 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 2 3 4 5 Josafat Joram Ocozíasa Acab 17 18 19 20 21 22 1 2 1 1 2 3 4 5 880 879 878 877 876 875 874 873 872 871 870 13 Josafat 14 15 16 17 18 19 20 21 (1) (2) ... ... ... (Joram) 22 ... 23 1 2 Joram 131 CRONOLOGÍA DE MONARQUÍA HEBREA LA Joram 6 7 6 8 7 8 9 9 10 10 11 12 11 Jehú 12 (13) 1 2 3 4 869 868 867 866 865 864 863 862 861 860 859 Josafat24 25 5 4 6 7 8 1 a 2 1 3 4 5 3 Joram Joram Ocozías Atalía Jehú 5 6 7 8 9 10 858 857 856 855 854 853 6 a 1 7 Atalía 1 2 2 3 3 4 11 12 13 14 15 852 851 850 849 848 4 5 5 6 6 7 7 8 8 9 9 10 Joás Jehú 16 17 18 19 20 21 847 846 845 844 843 842 10 11 11 12 12 13 13 14 14 15 22 23 24 25 26 841 840 839 838 837 15 16 16 17 17 18 18 19 19 20 20 21 Joás Jehú Joacaz 27 28 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 (Jeroboam II) 1 836 835 834 833 832 831 21 22 22 23 23 24 24 25 25 26 830 829 828 827 826 26 27 27 28 28 29 29 30 30 31 31 32 Joás Joacaz 11 Joás 12 (Jeroboam II) 2 3 13 14 15 16 4 5 6 7 825 824 823 822 821 820 32 33 Joás 132 33 34 34 35 35 36 36 37 17 a 8 1 2 3 4 9 10 11 12 819 818 817 816 815 37 38 38 39 38 a 39 1 Amasías 2 3 APÉNDICES Joás 5 6 (Jeroboam II) 13 14 7 8 9 10 11 12 13 14 15 15 16 17 18 19 20 21 22 23 814 813 812 811 810 809 4 5 6 7 8 808 807 806 805 804 9 10 11 12 13 14 Amasías Joás Jeroboam II 16 a 1 (Jeroboam II) 24 25 2 3 4 5 6 7 8 9 10 26 27 (28) (29) (30) (31) (32) (33) (34) 803 802 801 800 799 798 797 796 795 794 793 15 16 17 Amasías 18 19 20 21 22 23 24 25 1 2 3 4 5 6 7 8 Azarías Jeroboam II 11 (35) 12 (36) 13 (37) 14 (38) 15 (39) 16 (40) 17 (41) 18 (42) 19 (43) 20 (44) 21 (45) 792 791 790 789 788 787 786 785 784 783 782 Amasías 26 27 28 9 10 11 29 12 Azarías 13 14 15 16 17 18 19 Azarías Jeroboam II 22 (46) 23 (47) 24 (48) 25 (49) 26 (50) 27 (51) 28 (52) 29 (53) 30 (54) 31 (55) 32 (56) 781 780 779 778 777 776 775 774 773 772 771 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 Azarías Jeroboam II 33 (57) Zacarías Salum Menahem ZacaríasSalum Menahem 34 (58) 35 (59) 36 (60) 37 (61) 38 (62) 39 (63) 40 41 (64) (65) a 1 770 769 768 767 766 765 764 763 762 761 760 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 Azarías 133 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Peka 1 Menahem 2 3 759 758 Peka 2 3 4 5 6 7 8 4 5 6 7 8 9 10 757 756 755 42 43 44 Azarías 1 9 10 Pekahyá a 1 2 a 754 753 752 751 750 749 45 46 47 48 49 50 51 2 3 4 5 6 7 8 52 1º 9 Jotam Jotam Peka 11 1 12 2 13 3 14 4 15 5 16 6 17 7 (18) 8 (19) 9 (20) 10 (21) 11 748 747 746 745 744 743 742 741 740 739 738 2º 10 3º 11 4º 12 5º 13 6º 14 7º 15 8º 16 a Jotam 9º 1 10º 2 11º 3 12º 4 Acaz Peka Oseas (22) 12 (23) 13 (24) 14 (25) 15 (26) 16 (27) 17 (28) 18 (29) (30) a 19 20 1 2 737 736 735 734 733 732 731 730 729 728 727 13º 5 14º 6 15º 7 16º 8 17º 9 18º 10 19º 11 20º 12 21º 13 ... 14 15 Acaz Oseas Caída de Israel 3 4 5 6 7 8 9 726 725 724 723 722 721 720 719 718 717 716 16 a 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Acaz Ezequías 715 714 713 712 711 710 709 708 707 706 705 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 Ezequías Enfermedad de Ezequías 704 703 702 701 700 699 698 697 696 695 694 22 Ezequías 23 24 25 26 27 28 29 (30) (31) (32) 2 3 4 1 Manasés 134 APÉNDICES 693 692 691 690 689 Ezequías 688 687 686 685 684 683 (33) (34) (35) (36) (37) (38) (39) (40) (41) (42) (43) 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 Manasés Muerte de Ezequías 682 681 680 679 678 677 676 675 674 673 672 Ezequías (44) 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 16 Manasés 671 670 27 669 668 667 28 29 30 666 665 664 663 662 661 31 32 33 34 35 36 37 Manasés 660 659 38 658 657 656 39 40 41 655 654 653 652 651 650 42 43 44 45 46 47 48 Manasés 649 648 49 647 646 645 50 51 52 644 643 642 641 640 639 53 54 Manasés 638 637 3 55 a 1 Amón 2 a 1 Josías 636 635 634 633 632 631 630 629 628 4 7 5 6 8 9 2 10 11 12 13 Josías 135 CRONOLOGÍA DE 627 626 14 625 624 623 15 16 17 LA MONARQUÍA HEBREA 622 621 620 619 618 617 18 19 20 21 22 23 24 Josías 616 615 25 614 613 612 26 27 28 611 610 609 608 607 606 29 30 31 a 1 Josías a 1 a a 1 2 3 2 3 Joacaz Joacim Nabucodonosor II de Babilonia a 1 a 2 1 605 604 4 4 3 2 4 3 5 4 6 5 7 6 8 7 9 8 10 9 11 10 603 602 601 600 599 598 597 596 595 5 8 5 6 6 7 7 8 9 9 10 11a a 10 11 a a Joacim 1 1 2 2 3 3 Joaquín Sedequías Nabucodonosor II de Babilonia 12 11 13 12 14 13 15 14 16 15 17 16 18 17 19 18 20 19 21 20 22... 21... 594 593 592 591 590 589 588 587 586 585 584 4 4 5 5 Sedequías 136 6 6 7 7 8 8 9 9 10 10 11 11 (12) APÉNDICES Las incertidumbres en el anterior esquema son mínimas, como ha podido apreciarse en los capítulos anteriores. La incertidumbre mayor tiene que ver con el reinado de Saúl, el primer rey de Israel, acerca del cual únicamente se indicaron, en el capítulo tercero, y en forma tentativa, los extremos de su reinado. Como podrá apreciarse, le hemos atribuido un reinado de 22 años, separados del primero de Roboam por los cuarenta años que reinó David1 y los cuarenta del sucesor de este, Salomón.2 Puesto que no parece haber razones para dudar de la autenticidad de estos dos últimos lapsos, el final del reinado de Saúl puede fijarse en 1034/1033 a.C. Existe, no obstante, un problema en determinar en qué momento exacto comenzó su reinado, aunque, por supuesto, tal problema no afecta en lo más mínimo el resto de la cronología hebrea posterior. Tal como nos ha llegado la Biblia, parece que no existe ningún texto en el Antiguo Testamento que determine la duración del gobierno de este rey. Existe, no obstante, uno en el Nuevo Testamento, en Hechos 13: 21. El texto en cuestión, parte de un discurso de San Pablo, indica que cuando los israelitas le pidieron al profeta Samuel que les diese un rey, «Dios les dio a Saúl hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, por cuarenta años». No existen dudas en cuanto a la legitimidad de esta traducción, y todos los manuscritos antiguos del Nuevo Testamento concuerdan en la cifra: 40 años. No obstante, la aceptación de una cifra tan abultada puede plantear algunos problemas cuando se estudia minuciosamente el Antiguo Testamento. Si Saúl reinó 40 años, David, que contaba 30 años en el momento de su entronización sobre Judá,3 habría nacido durante el décimo año de reinado de Saúl. David entró en contacto con Saúl y los miembros de su séquito posiblemente en el mismo año en que el joven pastor se enfrentó con Goliat de Gat,4 cuando no contaría más de 18 años, 1 2 3 4 2 Samuel 5: 4; 1 Reyes 2: 11; 1 Crónicas 26: 31; 29: 27; 3: 4. 1 Reyes 11: 42; 2 Crónicas 9: 30. 2 Samuel 5: 4. 1 Samuel 16: 14-17: 53. 137 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA momento en que Saúl habría reinado ya 28. A partir de ese momento, el Antiguo Testamento relata una hermosa historia acerca de la amistad fraternal que se formó entre David y Jonatán, el príncipe heredero.5 Ahora bien, en ocasión del primer enfrentamiento militar contra los filisteos ocurrido al comienzo del reinado de su padre,6 Jonatán ya tenía edad de combatir, por lo que habría contado unos 45 años en el preciso instante en que David lograba su señalado éxito sobre el filisteo. Parece inconcebible una amistad tan estrecha como la indicada por el relato bíblico entre un hombre ya maduro y un adolescente. Por otro lado, Mefi-bóset, único hijo de Jonatán, nació tan solo cinco años antes de la muerte de Jonatán y Saúl ante los filisteos,7 lo cual implicaría que Jonatán, heredero legal del trono, esperó para proporcionar un sucesor al linaje de su padre hasta cumplir los 50 o 52 años. Todo ello parece muy improbable. Estas dos evidencias parecen apuntar a un reinado para Saúl más breve de 40 años. En estas condiciones parece tentador aceptar el testimonio de Flavio Josefo en el sentido de que Saúl reinó veinte años. Eso es lo que dice en Antigüedades x, 8, 4. En cambio, un buen número de manuscritos hacen que el desglose que Antigüedades vi, 14, 9 realiza de los años de su reinado resulte 40, pues dicho texto, según esos manuscritos, asigna 18 años de reinado a Saúl en vida del profeta Samuel y 22 tras su muerte. No obstante, la cifra de 22 años de reinado tras la muerte de Samuel parece, según los datos bíblicos de que disponemos, y de los ofrecidos por el propio Josefo en el resto de sus escritos, desmesuradamente grande. Es más, dos de los textos latinos consignan 2 años en lugar de 22, y dos es la cifra que aparece en las mejores traducciones que se han consultado, que entienden que el 22 representa una enmienda hecha por un copista cristiano a fin de hacer armonizar las afirmaciones de Josefo con la de San Pablo de Hechos 13: 21. Desde luego, en lo que no hay du5 6 7 Véanse 1 Samuel 18: 1-5; 19 :1-7; 20; 23: 16-18. 1 Samuel 13: 1-2ss. 2 Samuel 4: 4; en 1 Crónicas 8: 34; 9: 40 se le llama Merib-báal. 138 APÉNDICES da es en la unanimidad de los manuscritos acerca del texto de Antigüedades x, 8, 4. Desgraciadamente, no obstante, no todas las cifras dadas por Josefo son siempre exactas. Así, por ejemplo, el historiador judío afirma, en Antigüedades vi, 13, 5, que Samuel juzgó Israel un total de treinta años, doce antes de la monarquía y dieciocho durante el reinado de Saúl, cifra acorde con la ya señalada del noveno párrafo del capítulo siguiente del mismo libro. La cifra de 18 años puede ser adecuada, pero la de 12 es imposible. Según Antigüedades v, 11, 4, Samuel comenzó su labor de profeta a los doce años de edad, inmediatamente antes de la muerte del sumo sacerdote Elí y de una importante derrota israelita ante los filisteos, quienes incluso llegaron a tomar el arca del pacto. Este sagrado objeto de culto israelita volvió a Israel, después de curiosas incidencias, tras pasar algunos meses en tierra filistea. Según 1 Samuel 7: 2ss, desde el momento del retorno del arca hasta que Samuel “inauguró” oficialmente su labor de juez sobre Israel pasaron veinte años, con lo que el profeta tendría unos 31 años. Antes no habría podido emprender tal trabajo en forma legal, pues la ley mosaica estipulaba que no se podían ejercer funciones sagradas con menos de 30 años.8 Si en ese momento comenzó Samuel la judicatura de 12 años que le atribuye Josefo antes de la elección de Saúl como rey, el profeta habría tenido 44 años cuando el pueblo le pidió un rey. Tal cosa es, a todas luces, imposible. Según la Biblia, Samuel era ya anciano cuando pasó tal cosa, y sus propios hijos pasaban ya de la treintena cuando Saúl fue ungido rey;9 es más, el propio Saúl debía de estar muy cerca de los 40 años. En vista de tales incongruencias en algunas de las cifras aportadas por Josefo, hemos optado por otra vía para intentar dilucidar cuál pudo ser la duración del reinado de Saúl. Las cifras acerca de Samuel se harían coherentes si se intercalasen 30 años de judicatu8 9 Números 4: 3, 23, 30, 35, 39, 43, 47. 1 Samuel 8: 1-5ss. 139 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA ra entre los veinte años de 1 Samuel 7: 2 y los doce que Josefo dice que antecedieron a la monarquía. De haber sido así, Samuel habría tenido 74 años cuando ungió a Saúl y habría muerto a los 92 años. Con todo, no creemos obligatorio descartar la cifra de doce años apuntada por Josefo, pues podría tener algún elemento de autenticidad. El Antiguo Testamento debió de tener en algún momento una indicación en cuanto a la duración del reinado de Saúl. Lamentablemente, en el día de hoy no podemos estar seguros de esos datos cronológicos. No obstante, pueden extraerse algunas conclusiones interesantes, aunque hipotéticas, del texto de 1 Samuel 13: 1. Algunas biblias tienden a parafrasear este texto de modo que diga: «Había ya reinado Saúl un año; y cuando hubo reinado dos años sobre Israel…». La dificultad de los traductores frente a este texto es mayúscula, pues el texto hebreo, hoy evidentemente corrompido, dice literalmente «Saúl tenía … año10 cuando comenzó a reinar y reinó dos años sobre Israel». La corrupción del texto es antigua, como lo demuestra el hecho de que la Septuaginta no lo traduce. En conjunto, pues, lo que parece más probable es que cuando el texto en cuestión se redactó debía de leerse, más o menos, así: «Saúl tenía […] años cuando comenzó a reinar y reinó [… y] dos años sobre Israel». ¿Hay forma de determinar las cifras que habrían de ir dentro de los corchetes? Evidentemente, no hay indicaciones numéricas en el texto que puedan ayudarnos, pero, por las consideraciones antes hechas, nos atreveríamos a sugerir veinte para el segundo corchete y 40 o 41 para el primero. Siendo ello así, Saúl habría reinado veintidós años y habría muerto, aproximadamente, a los 63 años, junto con su hijo Jonatán, que contaría con unos 40, y quien, por tanto, habría engendrado a Mefi-bóset a los treinta y cinco, lo cual parece razonable. ¿Qué hacer, entonces, con los veinte años señalados por Josefo y con los cuarenta de San Pablo? En cuanto a Josefo, podría sugerirse que la cifra de veinte años es un número redondo deducible sin de10 O «Saúl era hijo de … año». 140 APÉNDICES masiadas dificultades del relato bíblico sobre el reinado de Saúl. Ciertamente, los hechos conocidos podrían incluirse fácilmente en un reinado de esa duración, que aquí definimos más exactamente como de veintidós años. En cuanto a la cifra dada por San Pablo, es más difícil definirse. Vamos, no obstante, a aventurar una hipótesis. Puesto que San Pablo, en su discurso, no está haciendo cronología, sino indicando, grosso modo, las grandes divisiones de la historia de Israel, no parecería inadecuado atribuir la cifra de cuarenta años a la era de Saúl. Dicha era comprendería, desde luego, los 22 años de reinado de ese personaje, y también podrían estar comprendidos en ella los aproximadamente siete años que reinó Is-bóset sobre Israel.11 Siguiendo con la hipótesis, quizás deberían corresponder también a la era de Saúl los años en que los hijos del profeta Samuel echaron oprobio sobre el nombre de su padre mediante su impiedad y corrupción manifiestas.12 Aquí precisamente podrían tener algún significado real los 12 años de judicatura atribuidos por Josefo a Samuel con anterioridad a la monarquía. Si realmente Samuel contaba 74 años de edad cuando ungió a Saúl, y si contrajo matrimonio y engendró a sus hijos tras su proclamación oficial como juez 42 años antes, sus hijos habrían llegado a la treintena requerida por la ley, precisamente, unos doce años antes de la unción de Saúl. De ese modo, y haciendo algunos pequeños ajustes sin mayor trascendencia, podría llegarse al siguiente cuadro de conjunto para Elí, Samuel, Saúl, Jonatán, Is-bóset, Mefi-bóset y David: 11 2 Samuel 5: 5. Pese a que una primera lectura de 2 Samuel 2: 10 parecería dar a en- tender que el reinado total de Is-bóset fue de dos años, no es difícil comprobar que no es tal el caso. Lo único que significa este texto es que después de haber reinado el hijo de Saúl dos años en la ciudad de Mahanaim, sucedieron los acontecimientos que el relato bíblico describe a continuación: la guerra de Abner, general de Saúl, contra David (vers. 12-32), la larga guerra entre la casa de Saúl y la de David (2 Sam. 3: 1) y la insurrección de Abner contra Is-bóset y el pacto con David (2 Sam. 3: 6-39). 12 1 Samuel 8: 1-5. 141 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA 1215 a.C. Nace Elí. 1157 Elí, juez. 1129 Nace Samuel. 1126 Samuel en el tabernáculo. 1117 Samuel amonesta a Elí. Muerte de este y de sus hijos. Los filisteos capturan el arca del pacto. 1116 Los filisteos devuelven el arca del pacto. 1097-1095 Nacen los dos hijos de Samuel. 1096 Nace Saúl. Samuel, juez. Importante victoria sobre los filisteos. 1075 Nace Jonatán. Saúl tiene 22 años. 1074 Nace Is-bóset (cf. 2 Sam. 2: 10). 1066 Joel y Abías, hijos de Samuel, inician sus labores. Comienzan los 40 años de Hechos 13: 21. 1064 Nace David. Jonatán tiene 11 años. 1056/55 Saúl es ungido rey. 1046 David en la corte. Tiene 18 años; Jonatán, 29. 1041 Nace Mefi-bóset. 1036 Muere Samuel. 1034/33 Muere Saúl. Su hijo Is-bóset comienza a reinar sobre Israel. David comienza a reinar sobre Judá, con capital en Hebrón. 1031 Comienzan las intrigas para acabar con Is-bóset y lograr la 1026 Después de que sus propios allegados traicionen y eliminen reunificación del país. a Is-bóset, se llega a la unidad. David reina sobre Jerusalén, recién conquistada a los jebuseos. Una vez analizada la cuestión de la duración del reinado de Saúl, podemos pasar ya a esbozar en forma puramente cronológica los principales sucesos relacionados con la historia de los reyes hebreos, las fechas absolutas de cuyos años de reinado se han resumido en las primeras páginas de este apéndice. Como es lógico, comenzaremos con un breve resumen del reino unificado de tiempos de Saúl, David y Salomón, y pasaremos después a la monarquía dividida. 142 APÉNDICES Fecha Reino unificado 1056/1055 SAÚL es ungido secretamente por Samuel como rey de Israel (1 Sam. 9; 10: 1-16). Hacia Saúl es aclamado rey, aunque con ciertas reticencias entre parte del pueblo (1 Sam. 10: 17-27). Empieza, sin embargo, a ganar popularidad entre todos los sectores de la población israelita hacia con la conquista de Jabés de Galaad a los amonitas (1 Sam. 11), lo cual le supone la aclamación de la totalidad del pueblo. Saúl reúne un ejército contra los filisteos, a los que vence con la ayuda de su hijo Jonatán (1 Sam. 13; 14). Antes de la victoria total recibe, no obstante, una seria amonestación de labios de Samuel por haberse inmiscuido en cuestiones de culto (1 Sam. 13: 10-15). Hacia se produce un ataque de Saúl a los amalecitas. Su desobediencia a las directrices de Samuel le supone ser desechado por este (1 Sam. 15). Hacia Samuel unge secretamente a David como sucesor de Saúl (1 Sam. 15: 1-13). Desde aproximadamente David pasa algún tiempo en la corte de Saúl (1 Sam. 16:1423), en calidad de músico, y cobra gran popularidad cuando hacia vence a Goliat, lo cual posibilita una victoria decisiva sobre los filisteos (1 Sam. 17). Ante el aumento de la popularidad del joven, Saúl intenta matarlo (1 Sam. 18: 6-30; 19), cambiando su anterior política de acercamiento (había pretendido casarlo con una de sus hijas mayores). David huye a Samuel y es perseguido (1 Sam. 19: 18-24). El príncipe Jonatán difiere de la política de su padre Saúl (1 Sam. 18: 1-5; 19: 1-7; 20), al igual que Mical, hija menor de Saúl y esposa de David. Hacia David huye cerca del sacerdote Ahimélec, y luego junto a Aquís, rey de los filisteos (1 Sam. 21). Posteriormente huirá a la cueva de Adulam, a Mizpá de Moab y al bosque de Haret (1 Sam. 22: 1-5). Hacia Saúl realiza una matanza de sacerdotes (1 Sam. 22: 6-23) porque habían ayudado a David a huir. Hacia David, con ayuda de los partidarios que se le han ido uniendo, derrota a los filisteos (1 Sam. 23: 1-5). Saúl, no obstante, sigue persiguiendo a David. Una nueva invasión de los filisteos 1054 1053 1047 1046 1046/1045 1045 1044 1043 1041/1040 143 CRONOLOGÍA DE 1038 1036 1035 1034 1034/1033 1034/1033 1033-1026 1026 1025 1023 1021 1016 1013-1012 1009 144 LA MONARQUÍA HEBREA lo obliga a abandonar el sitio de las posiciones de David (1 Sam. 23: 6-29). Hacia David, en ocasión de una de las persecuciones a que le somete el rey de Israel, perdona la vida de Saúl (1 Sam. 24). Hacia se produce la muerte de Samuel. David sigue sus correrías por Israel (1 Sam. 25). Nuevamente perdona la vida a Saúl (1 Sam. 26). Hacia David se ve obligado a huir al territorio de Aquís, rey de los filisteos (1 Sam. 27: 1-7). Desde ese territorio se dedica a atacar a los amalecitas (1 Sam. 27: 8-12). En los filisteos se preparan para la guerra contra Saúl. David consigue no intervenir en la batalla contra Israel (1 Sam. 29), y, mientras se desarrolla la lucha, ataca nuevamente a los amalecitas, que habían asaltado su campamento (1 Sam. 30). En se produce la muerte de Saúl y de la mayoría de sus hijos, entre ellos Jonatán (1 Sam. 31). DAVID es proclamado rey sobre Judá (2 Sam. 2: 1-7). Puesto que Is-bóset, hijo de Saúl, lo es, a su vez, sobre Israel (2 Sam. 2: 8-11), estalla la guerra civil. Finalmente, Is-bóset y sus más destacados partidarios son asesinados a traición por ex-partidarios suyos que esperan poder lograr favores de David (2 Sam. 3: 1, 6-39; 4). En David es reconocido rey sobre todo Israel (2 Sam. 5: 1-5). Instaura la capital en Jerusalén, ciudad recién conquistada a los jebuseos (2 Sam. 5: 1-10). Hacia Hiram de Tiro felicita a David por sus éxitos. Este derrota dos veces a los filisteos (2 Sam. 5: 11-12, 17-25). Hacia David traslada el arca del pacto a Jerusalén (2 Sam. 6). Hacia el profeta Natán prohíbe a David que edifique el templo (2 Sam. 7: 4-17). Hacia David obtiene importantes victorias militares sobre Filistea, Moab, Siria y Edom (2 Sam. 8). Trata con bondad a Mefibóset, hijo de Jonatán (2 Sam. 9). Hacia David derrota a Amón y Siria (2 Sam. 10). Comete adulterio con Betsabé, a cuyo esposo, Urías, hace dar muerte (2 Sam. 11). Hacia nace Salomón, uno de los frutos de esa unión (2 Sam. 12: 2425). El príncipe Absalón, en venganza por la violación de su hermana Tamar, mata a Amnón, su hermano por parte de padre, y huye (2 Sam. 13). Hacia APÉNDICES 1008 1005 1000 999 998-996 996 994 994/993 994/993 992 991 989-982 982-969 969 967 961-955 954/953 se hace volver a Absalón (2 Sam. 14), quien hacia se subleva contra su padre David, que abandona Jerusalén. La guerra acaba hacia cuando, contraviniendo las órdenes de David, Joab, jefe del ejército, mata a Absalón (2 Sam. 15-18). David vuelve entonces a Jerusalén (2 Sam. 19). Hacia David tiene que enfrentarse a una nueva sublevación, dirigida esta vez por Seba, un miembro de la tribu de Benjamín, a la que pertenecía Saúl, que intenta aislar a Judá del resto de la nación (2 Sam. 20). Hacia se producen tres años de hambre (2 Sam. 21: 1-14). Hacia tienen lugar las últimas luchas de David contra los filisteos (2 Sam. 21: 15-22). David intenta censar al pueblo, pero la peste hace que se detenga (2 Sam. 24). En se prepara la sucesión de David (1 Rey. 1; 2: 1-9). En muere David (1 Rey. 2: 10-12). SALOMÓN sucede a David (1 Rey. 2: 12). Hacia son ejecutados o depuestos algunos de los enemigos políticos de Salomón (1 Rey. 2: 13-38). Comienza a conseguir los elementos finales para la edificación del templo (1 Rey. 5: 18), y mantiene con Hiram de Tiro la política amistosa establecida por David. Hacia Salomón se casa con una princesa egipcia (1 Rey. 3: 1-3). Construcción del templo (1 Rey. 6). Construcción de otros complejos arquitectónicos, como el palacio (1 Rey. 7: 1-12). Época de apogeo de las transacciones comerciales de Salomón (1 Rey. 9: 10-23). Hacia se produce la visita diplomática de la reina de Saba (1 Rey. 10: 1-13). Apostasía de Salomón (1 Rey. 11: 1-10), y comienzo de las dificultades políticas y decadencia de Israel (1 Rey. 11: 11-40). Salomón se arrepiente (Ecl.) y muere (1 Rey. 11: 41-43). 145 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA JUDÁ Fecha ROBOAM, hijo de Salomón, inicia su reinado. Aunque su falta de tacto político provoca la secesión del reino del norte, 954/953 953 actúa con cierta justicia durante tres años (2 Cró. 11: 17). 953-951 En su quinto año de reinado, tiene que sufrir la invasión y el pago de tributos a «Sisac», faraón de Egipto (1 Rey. 14: 25; 2 Cró. 12: 2). Murió tras 17 años de reinado. 949/948 ABIYAM o ABÍAS, hijo de Roboam, empieza a reinar durante el año decimoctavo de Jeroboam I, monarca contra el que combatió (2 Cró. 13), probablemente contando con la alianza de Tabrimón de Damasco (1 Rey. 15: 18-19). Murió tras 3 años de reinado. 936 ASÁ, hijo de Abiyam, comenzó su reinado en el vigésimo año de Jeroboam I. Por lo que puede deducirse de los datos bíblicos, debió de seguir las luchas de su padre contra el reino del norte los últimos años de Jeroboam I, 934/933 934-932/931 932/931 todo el reinado de Nadab y, probablemente, el comienzo del de Basá. Después, el país disfrutó de diez años de paz (2 Cró. 14: 1), que se interrumpieron cuando «Zera etíope» lanzó una campaña fallida contra Judá (2 Cró. 14: 9; cf.15: 10). Contemporáneamente, Asá inició una gran reforma religiosa (2 Cró. 15). Era el año trigésimo quinto desde la llegada de Roboam al trono (2 Cró. 15: 19). Al año siguiente se reanudó la guerra contra Israel, en donde reinaba Basá (1 Rey. 15: 16, 32). Era el año trigésimo sexto de la era de Roboam (2 Cró. 16: 1). Probablemente entró entonces en una alianza con BenAdad I de Damasco para atacar al rey de Israel (1 Rey. 15: 16-22). Durante 146 932/1-931/0 931/930 931/930-929 929-919 919 918/7-908/7 APÉNDICES ISRAEL JEROBOAM I se subleva contra la casa de David y logra la escisión efectiva de las diez tribus del norte, que constituirán desde ese momento el reino de Israel. Una de sus líneas políticas encaminadas a marcar la diferencia social y religiosa con Judá fue la instauración de festividades nuevas (1 Rey. 12: 33). Tendrá que enfrentar los ataques que contra su reino lanzan Abiyam, hijo y sucesor de Roboam (2 Cró. 13), y Asá, sucesor de Abiyam. Muere tras 22 años de reinado, caracterizados por la difusión de nuevos ritos religiosos, contrarios a las prácticas de Judá. NADAB sucede a su padre Jeroboam I en el trono de Israel, durante el segundo año de Asá (1 Rey. 15: 25). Continuó con Asá las relaciones hostiles iniciadas durante el reinado de su padre. Fue asesinado por Basá durante el año tercero de Asá de Judá (1 Rey. 15: 27-30). BASÁ inaugura la segunda dinastía reinante en Israel. Debió de seguir manteniendo relaciones poco cordiales con Judá durante los primeros meses de su mandato. Después se produciría una tregua de diez años, tras los cuales se entabló una prolongada lucha contra Asá de Judá, aliado del rey de Damasco (1 Rey. 15: 16-22). 147 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA JUDÁ Fecha estas luchas, o, quizás, con anterioridad a ellas, privó a su propia madre de la dignidad de «reina madre». 908/907 907/906 907/906 903/902 896/895 En Asá enfermó de los pies. Era su año trigésimo noveno (2 Cró. 16: 12). Murió poco más de un año después. JOSAFAT, hijo de Asá, comienza a reinar en el cuarto año de Acab (1 Rey. 22: 41). En su tercer año emprende un nuevo esfuerzo para la educación religiosa del pueblo (2 Cró. 17: 7-9). 895/894 893/892 890/889 882-880 879 y 878 878-876 Hacia logró victorias importantes sobre Moab y Amón, siendo ya, probablemente, aliado de Acab (2 Cró. 20: 1-34), y, en el caso de Moab, seguramente con el consentimiento expreso del rey israelita. 148 877 APÉNDICES ISRAEL ELÁ, hijo de Basá, inicia su corto reinado en el vigésimo sexto año de Asá de Judá (1 Rey. 16: 8). Tras «do»s años de reinado, fue asesinado por Zimrí en el vigésimo séptimo año de Asá (1 Rey. 16: 10-12). ZIMRÍ, el asesino del anterior, fue el único y fugaz rey de la tercera dinastía de Israel, pues solo estuvo en el poder una semana (1 Rey. 16: 15). OMRÍ, militar de carrera, es aclamado rey en el vigésimo séptimo año de Asá de Judá (1 Rey. 16: 15-16), pero TIBNÍ impide que su dominio político sea indiscutido. Uno de los primeros logros de esta cuarta dinastía de Israel (si se descarta a Tibní del orden dinástico) es la conquista de Moab. Solo cuando Tibní desaparece en el trigésimo primer año de Asá, alcanza Omrí todo el poder. Hacia 02 fundó Samaria, nueva capital del Estado (1 Rey. 16: 21-24). Según 1 Rey. 20: 34, parece que Ben-Adad I de Damasco lo obligó a conceder a los mercaderes sirios ciertas facilidades en las plazas de Samaria, lo cual implicaría conflictos bélicos entre ambas naciones. Murió tras doce años de reinado. ACAB, hijo del anterior, y segundo rey de la cuarta dinastía, inicia su reinado en el trigésimo octavo año de Asá (1 Rey. 16: 29). Entró en relaciones con Etbaal, rey de Sidón, con cuya hija, Jezabel, se casó. Se fomentó el culto de las divinidades fenicias. No fueron cordiales, en cambio, las relaciones con Moab, conquistada al comienzo del reinado de Omrí. Hacia su país sufrió una sequía de tres años que había sido predicha por el profeta Elías (1 Rey. 18: 1). En Acab se enfrenta dos veces seguidas contra Ben-Adad II de Siria (1 Rey. 20), tras lo cual se llega a tres años de paz con Siria (1 Rey. 22: 1). Seguramente en este lapso comete Acab el crimen vil de eliminar a Nabot para quedarse con la viña de este pobre súbdito suyo. Al final de los tres años de paz, 149 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA JUDÁ Aliado de Acab marchará también contra Siria. Durante la ausencia de Josafat de Jerusalén, su hijo Joram inicia una corregencia provisional. Fecha 875 875 En construyó naves en Ezión-geber, en el golfo de Aqaba, con la ayuda de Ocozías de Israel (1 Rey. 22: 47-49; 2 Cró. 20: 35-37). 874 874 En durante el quinto año de Joram de Israel, Joram de Judá es asociado al trono por Josafat, esta vez en forma plenamente oficial (2 Rey. 8: 18). Josafat marcha en contra Moab como aliado de Joram de Israel (2 Rey. 3: 4-27). Contrariamente a lo que ocurrió durante la mayor parte de su reinado (1 Rey. 22: 47), los edomitas, aliados de los hebreos, ya tenían rey (2 Rey. 3: 9, 26). La campaña no fue favorable para los hebreos. Poco después, en tras veinticinco años de reinado, murió, cuando su hijo Joram llevaba asociado oficialmente al trono cuatro años. 870 868 868/867 JORAM de Judá sucede a su padre Josafat. 868/867 Hacia Edom se subleva contra Judá (2 Cró. 21: 8-10). Hacia Filistea y Arabia se sublevan igualmente (2 Cró. 21: 16-17; 22: 1). Para colmo de males, en Joram enfermó gravemente. Moriría dos años más tarde (2 Cró. 21: 19), contados de forma inclusiva. 866/865 865/864 OCOZÍAS, hijo de Joram de Judá, comienza a reinar en el duodécimo año de Joram de Israel (2 Rey. 8: 25-26). 863 864 863/862 Marcha, junto con Joram de Israel, contra Hazael, el nuevo rey de Damasco, con resultados negativos para los aliados (2 Rey. 8: 28-29). Murió poco después que Joram de Israel a manos de Jehú (2 Rey. 9: 14-28). 150 862 APÉNDICES ISRAEL siendo aliado de Josafat de Judá, marcha nuevamente contra los sirios, y perece en el combate (1 Rey. 22: 2, 29-38). OCOZÍAS, hijo de Acab, empieza a reinar en el año decimoséptimo de Josafat (1 Rey. 22: 51). Coincidiendo con su fugaz y débil mandato tuvo lugar el primer conato de independencia de Moab (2 Rey. 1: 1). Mantuvo relaciones cordiales con Josafat de Judá, con quien planeaba emprender empresas comerciales con terceras naciones. JORAM de Israel, hermano de Ocozías e hijo de Acab, comienza a reinar en el decimoctavo año de Josafat (2 Rey. 3: 1), que era el segundo de la corregencia provisional de Joram de Judá (2 Rey. 1: 17). En marcha, en compañía de Josafat de Judá, a sofocar la sublevación de Mesa de Moab, pero el resultado no es bueno para los isrraelitas (2 Rey. 3: 4-27). Probablemente este fracaso sería tenido por Ben-Adad II de Siria como momento coyuntural adecuado para lanzar diversos ataques contra Israel (2 Rey. 5: 1ss; 6: 8-23), que culminaron en con el sitio de Samaria (2 Rey. 6:24-33; 7: 1-20), que terminó sin consecuencias para los hebreos. Probablemente en esa misma época se iniciaron los siete años de hambre mencionados en 2 Reyes 8: 1. Muy poco después, en Ben-Adad II de Damasco fue asesinado y sustituido por Hazael, rey que se encargaría de neutralizar el ataque conjunto de Joram de Israel y Ocozías de Judá, en el que resultó herido Joram (2 Rey. 8: 28-29; 2 Cró. 22: 5-6). 151 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA JUDÁ Fecha 862 ATALÍA o ATALYA, madre de Ocozías de Judá, e hija de Acab de Israel, usurpa el trono cuando Jehú asesina a su hijo. Mientras ella reina siguiendo las costumbres del reino del norte, el legítimo heredero, Joás, entonces niño, es escondido por sus partidarios, quienes, cuando lo creen oportuno, al cabo de 7 años, sacan al niño a la luz y provocan el destronamiento y ejecución de Atalía (2 Rey. 11: 1ss; 2 Cró. 22: 12; 23: 1ss). 862 862-857 856 856 JOÁS de Judá tiene siete años cuando empieza a reinar (2 R.11:21; 2 Cró. 24: 1), durante el séptimo año de Jehú (2 Rey. 12: 1). A partir de comienza a reparar el templo, totalmente descuidado en la época de Atalía (2 Cró. 24: 4ss; 2 Rey. 12: 6ss). Hacia contemporáneamente con el ataque lanzado por Hazael contra Joacaz de Israel, tuvo que sufrir el acoso de este rey sirio, que solo pudo desviar con oro (2 Rey. 12: 17ss). 841 835 835/834 834 830 826/825 819 Hacia el final de su reinado, en hizo asesinar a Zacarías, hijo del sacerdote Joiada, quien fuera su protector en su niñez (2 Cró. 24: 17-22). Antes de que acabase el año judío, en se produjo lo que para muchos fue el justo castigo de tan vil acción: los sirios, dirigidos seguramente por Ben-Adad III, atacaron sus posiciones. Aunque no acabaron ellos con la vida de Joás, propiciaron su caída. Fue asesinado por un amonita y un moabita (2 Cró. 24: 23-26). AMASÍAS, hijo de Joás de Judá, empieza a reinar en el segundo año de Joás de Israel (2 Rey. 14: 1). Hacia 152 818 817 817 806 APÉNDICES ISRAEL Murió poco antes que Ocozías de Judá, asesinado, como él, por Jehú. JEHÚ extermina la casa de Acab e inaugura la quinta dinastía de Israel. Su largo reinado de 28 años (2 Rey. 10: 36) no responde a las esperanzas que muchos habían puesto en él. Los primeros 5 o 6 años de su reinado deben de haber estado dominados por el hambre mencionada en 2 Rey. 8: 1, iniciada durante el reinado de Joram. Según el Obelisco Negro, Salmanasar III somete a Jehú a un pago de tributo. Probablemente hacia el final de su reinado estuvo sometido a los ataques de Hazael, rey de Damasco (2 Rey. 10: 32-33), preludio de otros ataques que el rey sirio lanzaría posteriormente. JOACAZ, hijo de Jehú, comienza reinar en el vigésimo tercero de Joás (2 Rey. 13: 1). Sus 17 años de reinado no fueron prósperos. Hacia debió de sufrir el ataque de Hazael de Damasco, y, poco después, el de su hijo Ben-Adad III (2 Rey. 13: 3). En el nieto de Joacaz, Jeroboam, futuro rey, comienza a detener, poco a poco, el acoso sirio (cf. 2 Rey. 13: 3-5; 14: 25-27). Era el décimo año de Joacaz, quien murió 7 años después. JOÁS de Israel, hijo de Joacaz, comienza a reinar en el año trigésimo séptimo de Joás de Judá. Hacia hubo de soportar los efectos de algunas incursiones moabitas (2 Rey. 13: 20-21), pero logró superar la situación y logró hacia triunfos militares sobre Ben-Adad III de Damasco (2 Rey. 13: 22-25). 153 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA JUDÁ logró una notable victoria sobre Edom. Hubo una auténtica matanza de edomitas (2 Rey. 14: 7; 2 Cró. 25: 5-16). En el transcurso del frenesí de la matanza hubo un brote de idolatría entre las tropas judías. Hacia fue derrotado por Joás de Israel (2 Rey. 14: 8-13) y hecho prisionero por él (2 Cró. 25: 17-25). Lograría la liberación bien tras la derrota de Joás ante Adad-nirari III, bien tras la muerte del rey israelita, en tras lo cual viviría aún quince años más (2 Rey. 14: 17). Fecha 804 803 803/802 En asoció a su hijo Azarías al trono, durante su decimoctavo año, que coincide con el 27 de la «era» de Jeroboam II (2 Rey. 15: 1). Por supuesto, Amasías siguió ocupando el primer puesto en el reino hasta que una conspiración puso al príncipe corregente en el poder (2 Rey. 14: 19-20). AZARÍAS o UZÍAS sucede a Amasías en el trono de David. Poco después, hacia reedificó Elat y restituyó esta ciudad a Judá (2 Rey. 14: 21-22; 2 Cró. 26: 2). Hacia logró éxitos militares sobre los filisteos, árabes y amonitas (2 Cró. 26: 6-8). Hacia emprendió Azarías obras públicas encaminadas a la mejor defensa de Jerusalén y del resto de sus dominios, así como la construcción de máquinas de guerra (2 Cró. 26: 9-10, 15). 800/799 789/788 785 770 765 762 761 761 758 758 154 APÉNDICES ISRAEL Hacia luchó contra Amasías de Judá y lo tomó prisionero (2 Rey. 13: 2; 2 Cró. 25: 17-24). Murió tras 16 años de reinado, tras haber sufrido una derrota ante Adad-nirari III de Asiria. JEROBOAM II, hijo de Joás, reina en el año decimoquinto de Amasías (2 Rey. 14: 23). Aunque algunas de las victorias militares sobre los sirios resumidas en 2 Rey. 14: 25-29 pudieron tener lugar en años posteriores de su largo reinado, puede pensarse más plausiblemente que hayan tenido lugar durante los reinados de su abuelo y su padre. ZACARÍAS, hijo de Jeroboam II, comienza su reinado durante el año trigésimo octavo de Azarías (2 Rey. 15: 8). Estuvo en el poder seis meses tan solo, hasta que fue asesinado por Salum (2 Rey. 15: 10). SALUM, quien reinó un mes durante el año trigésimo noveno de Azarías (2 Rey. 15: 13), fue el único componente de la sexta dinastía israelita. Fue, a su vez, asesinado por Menahem (2 Rey. 15: 14-16). MENAHEM inaugura la séptima dinastía en Israel. Hacia podría datarse el tributo que pagó a Pul, quien después llegaría al trono de Asiria con el nombre de Tiglath-pileser III. El tributo habría sido el antecedente inmediato que permitió que Peka se hiciese con cierta medida de control político en alguna zona de Israel, quizás en Transjordania. 155 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA JUDÁ En cuando intentó atribuirse funciones sacerdotales, sufrió un fulminante ataque de lepra que lo obligó a asociar al trono a su hijo Jotam (2 Rey. 15: 5; 2 Cró. 26: 16-21), aunque él siguió siendo, al menos en teoría, el gobernante supremo de Judá hasta su muerte. Era el año segundo desde que Peka iniciase su gobierno secesionista en tiempos de Menahem (2 Rey. 15: 32). Fecha 757/756 751/750 JOTAM, hijo y corregente de Azarías, asume el poder a la muerte de su padre. Igual que algunos de sus antecesores, emprendió edificaciones importantes (2 Cró. 27: 2-4). Hacia la misma época, logró una importante victoria militar sobre los amonitas y logró que le pagaran tributo por 3 años (2 Cró. 27: 5). Durante los últimos años de su reinado, hubo de sufrir el ataque conjunto de Peka de Israel y de Rezín de Damasco (2 Rey. 15: 37). ACAZ, hijo de Jotam, empieza a reinar durante el decimoséptimo año de Peka contado desde el inicio de su gobierno en Transjordania (2 Rey. 16: 1). Hacia tuvieron lugar una serie de hechos nada favorables para Judá: • Rezín y Peka sitiaron Jerusalén, aunque no pudieron tomarla (2 Rey. 16: 5; Isa. 7: 1ss; 2 Cró. 28: 5-15). • Acaz pidió ayuda a Tiglath-pileser III de Asiria, quien se encargó de ir eliminando a los opositores de Acaz, pero sin favorecer a este, ya que lo metió en estrecheces económicas (2 Cró. 28: 20-22). • Edom se sublevó (2 R. 16: 6; 2 Cró. 28: 17) y los filisteos atacaron su territorio (2 Cró. 28: 16). 749/748 747 747-745 744 744-742/741 742/741 735 733 Probablemente visitó Damasco en cuando cayó dicha ciudad ante las fuerzas asirias. Inspirándose en lo que 156 732 APÉNDICES ISRAEL PEKAHYÁ, hijo de Menahem, reina en el año quincuagésimo de Azarías. No hubo nada destacable en su gobierno de 2 años, durante los cuales Peka debió de aumentar su influencia hasta el punto de que finalmente decidió prescindir de quien gobernaba en Samaria y eliminó a Pekahyá. PEKA se hace con el control absoluto en Israel, al eliminar a Pekahyá, con lo que se convierte en el único representante de la octava dinastía israelita. Hacia se convierte en aliado de Rezín de Damasco para luchar contra Jotam de Judá, y más tarde, hacia continuará la alianza sirio-israelita, contra Acaz (2 Rey. 15: 37; 16: 5). Hacia sufrió las consecuencias de su política ofensiva cuando, en respuesta de una solicitud que le fuera hecha por Acaz de Judá, Tiglath-pileser III de Asiria lleva a cabo lo que se ha dado en llamar «cautiverio galileo», llevándose deportada buena parte de la población israelita (2 Rey. 15: 30). Fue asesinado poco después por Oseas, durante el vigésimo año de la era de Jotam (2 Rey. 15: 30). 157 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA JUDÁ Fecha vio allí, construyó un altar en Jerusalén (2 Rey. 16: 10-18; 2 Cró. 28: 2225). Murió tras 16 años de reinado. 729 EZEQUÍAS sucede a Acaz en el tercer año de Oseas (2 Rey. 18: 1). 726/725 En su primer año repara nuevamente el templo (2 Cró. 29: 3-6) y se rebela contra Asiria con éxito (2 Rey. 18: 7). El propio rey invita a los israelitas del reino del norte a celebrar la Pascua (2 Cró. 30: 1-31: 1). 725/724 Hacia ataca a los filisteos (2 Rey. 18: 8). 724 723 722/721 720 Su reinado es próspero y solo a partir de su decimocuarto año empieza a ser inquietado por Asiria. En esa fecha, Sargón envía sus ejércitos contra Judá, dirigidos probablemente por el príncipe Senaquerib (Isa. 20: 1; 36:1; 2 Rey. 18: 13). Sin embargo, el éxito de los asirios, obligados a dirigir inmediatamente después sus fuerzas contra Babilonia, es muy limitado. Ezequías se meterá después, contra los consejos del profeta Isaías, en alianzas antiasirias, hasta que en sufre una derrota en toda regla ante el poderío militar de Senaquerib, ya rey, a quien paga un tributo considerable. En 158 711/710 701 697/69 APÉNDICES ISRAEL OSEAS, que reina con el beneplácito de Tiglath-pileser III, constituye el único miembro de la última dinastía que reinó en Israel. Mató a Peka y reinó en su lugar en el duodécimo año de Acaz (2 Rey. 17: 1). Hacia pagó tributo a Salmanasar V (2 Rey. 17: 3), pero en se descubren sus enredos diplomáticos con el faraón «So» (=Sib’e?) (2 R.17:4), por lo que los asirios se deciden a dar el golpe definitivo contra Israel. En el séptimo año de Oseas y el cuarto de Ezequías (2 Rey. 17: 5; 2 Cró. 18: 9-10), Salmanasar V apresa a Oseas e inicia el sitio de Samaria, que durará «tres» años. La ciudad cayó en durante el noveno año de Oseas y sexto de Ezequías (2 Rey. 17: 6; 2 Cró. 18: 10), reinando Sargón II en Asiria. Era el fin del reino de Israel. 159 CRONOLOGÍA DE Fecha 697/696 696/695 682 681 681 647 645 643/642 643/642 641/640 633/632 623/622 622 160 LA MONARQUÍA HEBREA JUDÁ cuando su reino seguía sometido al control asirio, sufre una grave enfermedad, que está a punto de costarle la vida. En ese momento asocia a su hijo Manasés al trono. Ezequías recibe la seguridad de Isaías de que el Señor prolongará su vida quince años más y que verá la liberación de Jerusalén de manos del rey de Asiria (2 Rey. 20: 1-11; 2 Cró. 32: 24; Isa. 38). Muy poco tiempo después, cuando ya se había producido su curación, Ezequías recibe a los embajadores de Merodac-baladán II de Babilonia, que intentaba por todos los medios recuperar el trono que le fuera arrebatado por los asirios. En Senaquerib lanza un último ataque contra Judá, pero los resultados son desastrosos para él y su ejército. Se retira en confusión, y, al llegar a Nínive, es asesinado por dos de sus hijos (2 Rey. 18: 17-19: 37; 2 Cró. 32: 1-21; Isa. 36: 2-37: 38). Ezequías debió de morir algunas semanas después en aquel mismo año juliano, con lo que pudo constatar el fin del blasfemo monarca asirio y el exacto y asombroso cumplimiento de la profecía que Isaías le había hecho 15 años antes. MANASÉS inicia su largo reinado en solitario, caracterizado, según los cronistas, por una impiedad sin precedentes. Hacia fue capturado por algún general asirio, quien lo llevó prisionero a Babilonia (2 Cró. 33: 10), conquistada a la sazón por Asurbanipal desde el año anterior. La prisión debe de haber sido breve. Hacia emprendió Manasés obras de reforma en Jerusalén, tanto arquitectónica como moral (2 Cró. 33: 14-20). Este rey, que había contemplado horas tristes y amargas para los hebreos durante los reinados de Senaquerib, Assarhaddón y Asurbanipal, murió a los 55 años de iniciada la corregencia, arrepentido de sus muchos errores. AMÓN, hijo de Manasés, comenzó su impío reinado de dos años. Fue asesinado por un grupo sedicioso que pretendía hacerse con el poder. No triunfaron, sin embargo, totalmente en su propósito, pues la mayoría del pueblo logró que el príncipe Josías subiera al trono (2 Cró. 33: 21-25; 2 Rey. 21: 19-26). JOSÍAS, de ocho años de edad, inicia su reinado (2 Cró. 34: 1; Jer. 3: 6). En el octavo año de su reinado emprende una vigorosa reforma religiosa entre el pueblo (2 Cró. 34: 3-7), fenómeno que fue en aumento hasta su decimoctavo año, cuando, en ocasión de unas mejoras en el templo, se descubrió en su interior el libro de la ley, cuya lectura trajo consigo un importante reavivamiento moral y religioso (2 Rey. 22: 3-23: 30; 2 Cró. 34: 8ss), con la abolición efectiva de la idolatría, consentida o fomentada por reyes anteriores. Se celebra una gran festividad de la Pascua en aquel mismo año (2 Rey. 21: 21-23; 2 Cró. 35: 1-19). También realiza una incursión iconoclasta en el territorio del antiguo reino de Israel. A pesar de todo ello, los cronistas señalan que no se apartó de Judá la ira de Dios. En APÉNDICES 609 609 609 605 605 600 598 598 597 597 589 588 586 intentó inmiscuirse en la política internacional de la época, declarándose enemigo de los intereses egipcios. Tal intromisión le costó la vida, pues las tropas del faraón Necao le dieron muerte en batalla (2 Rey. 23: 28-30; 2 Cr.35:20-27). JOACAZ, también llamado SALUM (1 Cró. 3: 15; cf. Jer. 22: 11), tras la muerte de su padre Josías, se sentó en su trono por un lapso de tan solo tres meses. Necao lo apresó y lo deportó a Egipto, en donde murió, y puso en su lugar a su hermano Eliaquim, a quien le dio el nombre de Joacim, además de imponerle un fuerte tributo (2 Rey. 23: 31-35; 2 Cró. 36: 1-4; Jer. 22: 11-12). JOACIM se vio apartado muy pronto de su alianza forzada con Egipto desde el momento en que Nabucodonosor II de Babilonia asestara un serio golpe al poderío de Necao sobre Siria-Palestina con la batalla de Karkemish, inmediatamente antes de su ascenso al poder en Babilonia. En inmediatamente antes aún de su ascenso al trono, atacó Jerusalén (Dan. 1: 1). La sumisión de Joacim al señor de Babilonia debió de ser sumamente abyecta desde cuando habrían comenzado los tres años de subyugación mencionados por la Biblia (2 Rey. 24: 1). Joacim intentó locamente acabar con tal sometimiento en lo que se tradujo en un fulminante ataque de Nabucodonosor en diciembre de aquel año. Aunque la intención original del rey caldeo parece haber sido llevar a Joacim cautivo a Babilonia (2 Cró. 36: 6), el rey judío murió, probablemente como consecuencia de malos tratos infligidos por la soldadesca babilónica, y su cadáver no recibió los honores propios de su encumbrada posición en vida (Jer.22: 18-19; 36: 30; cf. 2 Rey. 24: 6). JOAQUÍN o JECONÍAS, hijo de Joacim, comienza a reinar en Jerusalén, en donde solo gobierna tres meses, que vieron el sitio de la ciudad durante el octavo año de Nabucodonosor, al final de los cuales Joaquín fue depuesto y deportado a Babilonia. Era el 16 de marzo de Fue sustituido por su tío Matanías, a quien Nabucodonosor le dio por nombre Sedequías (2 Rey. 24: 10-17; 2 Cró. 36: 10). SEDEQUÍAS comienza su reinado durante el octavo año de Nabucodonosor II. En se rebeló contra Nabucodonosor (2 Rey. 24: 20; 2 Cró. 36: 13), que atacó Jerusalén el 15 de enero de –décimo día del décimo mes del noveno año de Sedequías (2 Rey. 25: 1; Jer. 52: 4)–. El sitio se prolongará bastantes meses. En el noveno día del cuarto mes del undécimo año de Sedequías, 19 de julio, el rey judío intenta escapar del sitio, pero es descubierto, capturado junto con sus más fieles adeptos, ejecutados sus hijos ante sus ojos antes de que le fueran arrancados, y, finalmente, deportado a Babilonia (2 Rey. 25: 2-7; Jer. 52: 5-11; 39:1-7). Poco después, el 15 de agosto, séptimo día del quinto mes del undécimo año de Sedequías, que era el decimonoveno de Nabucodonosor, los babilonios destruyeron el gran templo de Jerusalén y arruinaron la ciudad, poniendo fin al Estado independiente de Judá (2 Rey. 25: 8ss; Jer. 52: 12ss). 161 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA APÉNDICE D - Edades de los monarcas hebreos en momentos significativos de su vida Figuran a continuación las fechas más significativas en la vida de los monarcas hebreos y las edades correspondientes. Las edades se computan según el estilo hebreo, según el cual todo niño tenía un año al nacer. Las cifras que aparecen sin interrogante son seguras, salvo las edades, en las que es posible un error de meses que, al redondear, puede llegar al año. La base para el cálculo de tales fechas y edades son las cifras bíblicas que aparecen en las referencias contenidas en el Apéndice A. La edad base para los cómputos correspondientes aparece en negrita. Las fechas referentes al nacimiento y las edades de los reyes de Israel son siempre fruto de suposiciones más o menos probables, y, por ello, van siempre seguidas de interrogante. El que no figure el nombre de ningún sucesor no indica que un rey muriese sin descendencia, sino, únicamente, que ningún descendiente suyo llegó a reinar. Obsérvense las diferencias existentes con el Apéndice C de The Mysterious Numbers of the Hebrew Kings, en el que figuran únicamente las edades de la mayoría de los reyes de Judá. Las fechas ofrecidas en este apéndice se ajustan a los cómputos del cuerpo de la presente tesis, y son presentadas, por tanto, como exactas. La mayoría de las edades de los reyes judíos son también precisas, con un margen de error de meses. Como se ha indicado, se ha intentado dar aquí edades probables no solo de algunos reyes judíos de quienes no disponemos de datos cronológicos completos (David, Salomón, Roboam, Abías y Asá), sino también de todos los reyes israelitas. Salvo excepciones, se ha trabajado con la hipótesis –tan buena como cualquier otra– de que los distintos reyes tenían alrededor de una treintena de años al llegar al trono. Obsérvese, por contraste, la temprana edad de Salomón cuando llegó al poder, lo cual parece hablar en favor de la alta inteligencia de su madre al triunfar sobre las pretensiones de otras mujeres del harén de David. Si la propuesta aquí ofrecida en cuanto a los años de Salomón es correcta, pareciera que el joven rey estaba decidido a conseguir descendencia que garantizase la continuidad de la dinastía pese a cualquier eventuali162 APÉNDICES dad, pues parece haber engendrado a Roboam más o menos a la vez que ascendía al trono de David. Su nieto Abías habría seguido el ejemplo de Salomón al engendrar a Asá también en su adolescencia. Tal precocidad solo se volvió a repetir más de medio siglo después, cuando Joram de Judá engendró a Ocozías a los 18 años, siendo príncipe. Si las edades apuntadas aquí son correctas, resultaría también que en el reino de Israel Jehú inició una tradición real consistente en matrimonios relativamente precoces que contribuyeron a un envejecimiento relativo de la monarquía en unos diez años por término medio. Tal tendencia habría llegado a su culminación con Zacarías, el último de la dinastía, cuya probable decrepitud pudo contribuir a los deseos de cambio por parte de la población israelita. Con todo, quien parece haberse destacado más que ningún otro en la precocidad de su paternidad fue Acaz. Los doce años que la presente cronología le atribuye en el momento del nacimiento de Ezequías son realmente sorprendentes, aunque existen precedentes, tanto bíblicos como extrabíblicos, de tal precocidad. Por lo visto, algunos reyes hebreos tenían la insensatez suficiente como para permitirse el lujo de ser padres recién acabada la niñez; afortunadamente para sus naciones, no obstante, su llegada al trono era normalmente demorada por algún tiempo. También precoces fueron Amón y Josías, y, algo menos, Joacim. En el extremo opuesto parece haber estado Manasés. Sin embargo, es bastante posible que Amón no haya sido su primogénito. Este puede haber muerto, o haber sido descartado como heredero del trono por razones que nos son desconocidas. Una ilustración parcial de esto es el hecho de que el tercer hijo de Josías, Joacaz, reinó antes que el segundo, Joacim (el primero, Johanán, debe de haber muerto en su juventud; véase 1 Cró. 3: 15). Probablemente tales irregularidades hayan sido debidas a factores políticos o ideológicos, si no sentimentales. En cuanto a la longevidad de los reyes hebreos, buen número de ellos sobrepasó los cincuenta años. Sin embargo, pocos parecen haber igualado los 70 años de David. Únicamente Jeroboam II, con una edad que probablemente sobrepasó los 80 años, Peka, que debe de haber igualado la edad de David al morir, y Manasés, con 76 años, pudieron competir en esto con el fundador de la dinastía de Judá. 163 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Corregencia con el antecesor Rey Reino Saúl Is-bóset David Salomón Roboam Jeroboam I Abías Asá Nadab Basá Elá Zimrí Tibní Omrí Acab Unificado Israel Judá Unificado Unificado Judá Israel Judá Judá Israel Israel Israel Israel Israel Israel Israel Josafat Nacimiento Nacimiento Fecha Edad Nombre 1096/5? 1073/2 1063/2 - - Is-bóset1 Salomón 1009/8? 994/3 990? 970? 955? 965? 970? 940? 945? 945? 950? 930? - - Judá 927/6 - - Roboam Abías Nadab Asá Josafat Elá Acab Ocozías Joram Joram Ocozías Joram Israel Judá 905? 901/0 Ocozías Jehú Judá Israel 884 900? 876/5 870 - 26 32 - 1 2 3 -2 -3 Ocozías Joás Joacaz Jonatán, hermano mayor de Is-bóset, debe de haber nacido el año anterior, cuando su padre tenía unos 23 años de edad. Aunque por un tiempo reinaron a la vez, Tibní y Omrí nunca fueron corregentes. Como se indicó en el capítulo cuarto de la presente tesis, es posible que Acab ejerciese un importante papel político y militar en Israel desde el comienzo del reinado de su padre Omrí. La fecha en cuestión sería 907/6 a.C., cuando Acab con 164 APÉNDICES del sucesor Edad a la corregencia del sucesor Rey único Edad Fecha 24? 55? Edad Muerte Fecha Edad 1056/5 1034/3 1034/3 1026 994/3 954/3 953/2 936 934/3 932/1 931/0 908/7 907/6 907/6 907/6 896/5 41? 40 30 38 16? 41 38? 35? 22? 34? 40? 33? 39? 39? 44? 35? - 1034/3 1026 994/3 63? 48 70 954/3 936 932/1 934/3 893/2 931/0 908/7 907/6 907/6 903/2 896/5 875 56? 59 59? 37? 63? 35? 63? 34? 39? 43? 55? 56? 893/2 35 868/7 60 18 875 868/7 31? 34 52 58 - 874 863 32? 39 23 21? 863 862 224 39? - 862 835/4 23 66? 16? 25? 26? 16? 29? 31? 21? 26? 31 27 4 taría unos 24 años de edad (y su padre alrededor de una veintena más). No obstante, no existe indicación bíblica de que haya existido corregencia oficial. El texto de 2 Cró. 22: 2 dice que Ocozías tenía 42 años cuando comenzó a reinar, pero tal edad es imposible, pues entonces Ocozías habría nacido en 904 a.C., es decir, 3 o 4 años antes que su padre. Evidentemente, «cuarenta y dos años» en dicho texto es una corrupción del original «veintidós», que es la cifra dada en 2 Rey. 8: 26. 165 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA Corregencia con el antecesor 5 6 7 Rey Reino Nacimiento Fecha Edad Atalía Joás Joacaz Joás Amasías Jeroboam II Azarías Zacarías Salum Menahem Pekahyá Peka Oseas Jotam Acaz Ezequías Manasés Amón Josías Judá Judá Israel Israel Judá Israel Judá Israel Israel Israel Israel Israel Israel Judá Judá Judá Judá Judá Judá 903? 862 880? 863? 841 845? 815/4 820? 795? 800? 775? 800? 760? 781/0 761/0 750/49 718/7 664/3 648/7 -5 800/799 -6 757/6 697/6 - 16 25 22 - Joacaz Joacim Joaquín Sedequías Judá Judá Judá Judá 631 633 615 617 - - Nacimiento Nombre Amasías Joás Jeroboam II Azarías Zacarías Jotam Pekahyá Acaz Ezequías Manasés Amón Josías Joacim Joacaz Sedequías Joaquín - Aunque Jeroboam II desempeñó un papel fundamental en el ejército israelita desde 826/5, en los días de su abuelo Joacaz, tal cometido no parece equivalente a una corregencia. El gobierno de Peka en Transjordania desde 758/7, cuando contaría poco más de unos 40 años, no fue una corregencia. No se conoce el momento de la muerte de Oseas. Este rey fue capturado por los asirios en el transcurso de su séptimo año, en 722 a.C., pero los cronistas hebreos 166 APÉNDICES del sucesor Edad Fecha 22 18? 19? 27 26? 35 26? 21 12 33 55 17 16 18 32 19 - 8 Edad a la corregencia del sucesor Rey único Edad Muerte Fecha Edad 862 856 835/4 819 817 803/2 789/8 762 761 761 751/0 749/8 729 749/8 742/1 726/5 681 643/2 641/0 42? 7 46? 45? 25 43? 27 59? 35? 40? 25? 52? 32? 33 20 25 38 22 8 42 44 -7 54 - 856 817 819 803/2 789/8 762 749/8 761 761 751/0 749/8 729 ? 742/1 726/5 681 643/2 641/0 609 48? 46 62? 61? 53 84? 67 60? 35? 50? 27? 72? ? 40 36 70 76 24 40 609 609 598 597 23 25 189 21 - ?8 598 ?10 ?11 ? 36 ? ? siguieron computando su reinado hasta la caída de Samaria dos años después. Debe de haber alcanzado al menos las inmediaciones de los cuarenta años. Aunque acabó su reinado en 609/8, no se sabe el año de la muerte de Joacaz. Según Jer. 22: 10, jamás había de regresar a Judea, lo que presumiblemente ha de traducirse como que murió en su exilio egipcio. En el momento de la destrucción de Jerusalén en 586 a.C., si es que aún vivía, contaría 46 años, y podría haber llegado a encontrarse con conocidos suyos cuando, tras el asesinato del gobernador Gedalías, 167 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA un grupo de judíos decidió emigrar a Egipto escapando de la tutela de Nabucodonosor. 9 Según 2 Cró. 36: 9 Joaquín tenía 8 años en el momento de subir al trono. Semejante juventud no cuadra bien ni con la imputación de maldad que el mismo versículo le hace (cf. 2 Rey. 24: 9) ni con el hecho de que el judío, que solo reinó tres meses, tenía ya varias esposas en el momento de su cautividad (2 Rey. 24: 15). En este caso, «ocho» es una corrupción de una edad original de «dieciocho», que es la dada en 2 Rey. 24: 8. 10 Joaquín dejó de reinar en 597 a.C., pero se desconoce el momento de su muerte. Sabemos por 2 Rey. 25: 27 y Jer. 52: 31 que Joaquín fue liberado de su prisión babilónica por Awel-Marduk, el hijo de Nabucodonosor, en el año trigésimo séptimo de iniciado el cautiverio (y su efímero reinado), es decir, hacia 560 a.C., cuando el depuesto rey judío contaría con 55 o 56 años de edad. Se sabe por 1 Cró. 3: 17-19, en donde se lo llama Jeconías, que fue abuelo de Zorobabel, a quien Ciro nombró en 538 a.C. gobernador de la comunidad judía restaurada inmediatamente después del fin del exilio. De haber vivido entonces Joaquín habría contado con unos 77 o 78 años de edad. Pedaías, Salatiel y otros hijos suyos habrían tenido alrededor de los 50, y su ilustre nieto unos 30. 11 Aunque dejó de reinar en 586 a.C., no se conoce el momento de la muerte de Sedequías. No es de suponer que haya sido especialmente bien tratado en Babilonia, por lo que no parece probable que haya sobrevivido mucho tiempo a su captura en 586 a.C. Contaba entonces 32 años de edad. Posiblemente no pasará de los 40. 168 BIBLIOGRAFÍA GENERAL 1. FUENTES 1.1. Bíblicas Biblia de Jerusalén. Versión española dirigida por José Ángel Ubieta. Desclée de Brouwer, Bilbao, 1967. Reimpresión de 1971, 1.693 págs. The Oxford Self-Pronouncing Bible. The Holy Bible Containing the Old and New Testaments. Authorized, King James Version. Oxford University Press, Oxford, 1901, 1.215 págs. Sagrada Biblia. Versión directa de los originales por Eloíno NÁCAR FUSTER y Alberto COLUNGA CUETO, O.P. Revisión del texto por una comisión de escrituristas presidida por Maximiliano GARCÍA CORDERO, O.P. Biblioteca de Autores Cristianos, 2ª ed., Madrid, 1967. 1.430 págs. Santa Biblia. Antigua versión de Casiodoro DE REINA (1569) revisada por Cipriano DE VALERA (1602) y cotejada posteriormente con diversas traducciones y con los textos hebreo y griego. Revisión de 1977. Clie, Terrassa, 1979. 1.256 págs. Para el original hebreo del Antiguo Testamento, estudiado sobre todo para el texto de 1 Samuel 13: 1, se han consultado Biblia Hebraica Stuttgartensia quae antea cooperantibus A.Alt, O.Eißfeldt, P. Kahle ediderat R. Kittel. Editio funditus renovata. Adjuvantibus H. Bardtke, W. Baumgartner, P. A. H. de Boer, O. Eißfeldt, J. Fichtner, G. Gerleman, J. Hempel, F. Horst, A. Jepsen, F. Maass, R. Meyer, G. Quell, Th. H. Robinson, D. W. Thomas cooperantibus H. P. Rüger et J.Z iegler ediderunt K[arl] ELLIGER et W[ilhelm] RUDOLPH. Textum Masoreticum curavit H.P.Rüger. Masoram elaboravit G.E.Weil. Editio secunda emendata opera W. Rudolph et H.P. Rüger. Deutsche Bibelgesellschaft, Stuttgart, 1983. Biblia Hebraica. Adjuvantibus W. Baumgartner, G. Beer, J.Begrich, J. A. Bewer, F. Buhl, J. Hempel, F. Horst, M. Noth, O. Procksch, G. Quell, Th. 169 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA H. Robinson, W. Rudolph, H. H. Schaeder. Edidit Rudolf KITTEL. Textum Masoreticum curavit P. Kahle. Editionem tertiam denuo elaboratam ad finem perduxerunt editionem septimam auxerunt et emendaverunt A.Alt et O.Eißfeldt. Editio sexta decima emendata typis editionis septimae expressa. Württembergische Bibelanstalt, Stuttgart, 1973. 1.434 págs. Del mismo modo, para el original griego del discurso neotestamentario de Hechos 13, se han consultado: H Kain» Diaq»kh. 2ª ed. con revisión del aparato crítico. The British and Foreign Bible Society, Londres, 1972, 787 págs. Novum Testamentum Graece post Eberhard Nestle et Erwin Nestle communiter ediderunt Kurt ALAND, Matthew BLACK, Carlo M. MARTINI, Bruce M. METZGER et Allen WIKGREN. Apparatum criticum recensuerunt et editionem novis curis elaboraverunt Kurt Aland et Barbara Aland una cum Instituto studiorum textus Novi Testamenti Monasteriensi (Westphalia). Deutsche Bibelgesellschaft, Stuttgart, 26ª ed., 8ª reimpresión, 1985. The Greek New Testament. Kurt ALAND, Matthew BLACK, Carlo M. MARTINI, Bruce M. METZGER y Allen WIKGREN (eds.) en cooperación con el Institute for New Testament Textual Research, Münster, Westphalia. 3ª ed.. United Bible Societies, Nueva York, Londres, Edimburgo, Amsterdam y Stuttgart, 1975, 918 págs. METZGER, Bruce M., A Textual Commentary on the Greek New Testament. A Companion Volume to the United Bible Societies’ Greek New Testament (3ª ed.), por Bruce M. Metzger en representación de y en cooperación con el Comité Editorial del Nuevo Testamento griego de las Sociedades Bíblicas Unidas, United Bible Societies, Londres y Nueva York, 1ª ed., 1971; edición corregida, 1975, 767 págs. 1.2 Extrabíblicas LUCKENBILL, Daniel David, Ancient Records of Assyria and Babylonia, 2 tomos. The University of Chicago Press, Chicago, 1926-1927. Reimpreso por Greenwood Press, Westport, Connecticut, 1969. PRITCHARD, James B., editor, Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament, con suplemento. 3ª ed. Princeton University Press, Princeton, 170 BIBLIOGRAFÍA GENERAL Nueva Jersey, 1969. Obra más conocida por su abreviatura ANET. — La sabiduría del antiguo oriente. Garriga, Barcelona, 1966, 432 págs. Se trata de una refundición muy abreviada de ANET. THOMAS, D.Winton, editor, Documents from Old Testament Times. Harper Torchbooks. Harper & Row, Publishers, Nueva York, 1961, 302 págs. WISEMAN, D.J., Chronicles of Chaldean Kings (625-556BC) in the British Museum. The Trustees of the British Museum, Londres, 1961. 99 págs. y 21 láminas. (1ª ed. publicada en 1956.) 2. OBRAS DE Y ACERCA DE AUTORES ANTIGUOS EUSEBIO DE CESAREA. Véase QUASTEN, infra, págs. 327, 328. JERÓNIMO, Ad Vital, ep. 71, 5, en MIGNE, J.P., Patrologia Latina, 22, 676. Véase infra. JOSEFO, Flavio. Obras completas en 10 volúmenes, edición de la Loeb Classical Library, publicados conjuntamente por la Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts y por William Heinemann Ltd., Londres (19261965). Se han consultado particularmente los volúmenes: I. The Life. Against Apion. Traducido por H.St.J.Thackeray (1926). IV.-X. Antiquities. Traducidos por H.St.J.Thackeray, Ralph Marcus, Allen Wikgren y L.H.Feldman (1930, 1934, 1937, 1943, 1963, 1965). MIGNE, Jacques-Paul, Patrologiae Cursus Completus Ommnium SS. Patrum, Doctorum Scriptorumque Ecclesiasticorum Qui Ab Aevo Apostolico ad Innocentii III Tempora Floruerunt, o, para abreviar, Patrologia Latina, o, simplemente, PL, obra monumental de 221 volúmenes (en 222), publicada en París de 1844 a 1855, aunque los cuatro últimos tomos lo fueron de 1862 a 1864. Solo se ha usado el 22 para la referencia indicada de San Jerónimo. Véase supra. QUASTEN, Johannes, Patrología. II. La edad de oro de la literatura patrística griega. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1962. 627 págs. USSHER, James, The Annals of the World. J.Crook and Bedell, Londres, 1658. 907 págs. — Chronologia Sacra. Oxford, 1660. 171 CRONOLOGÍA DE LA MONARQUÍA HEBREA 3. OBRAS MODERNAS DE CARÁCTER GENERAL O ESPECÍFICAMENTE CRONOLÓGICO ALBRIGHT, William Foxwell, The Biblical Period from Abraham to Ezra. Nueva York, 1963. — «The Chronology of the Divided Monarchy of Israel», en Bulletin of the American Schools of Oriental Research (BASOR), nº 100 (diciembre de 1945). — «New Light from Egypt on the Chronology and History of Israel and Judah», en BASOR, nº 130 (abril de 1953). BRINKMAN, J.A., A Political History of Post-Kassite Babylonia (1158-722). Roma, 1968. The Cambridge Ancient History, vol. III: The Assyrian Empire, 1ª ed. reimpresa con correcciones, Cambridge University Press, Cambridge, 1954, arreglada por J.B.BURY et al. La obra completa consta de doce volúmenes, aunque algunos de ellos están subdivididos en dos o más partes.Las ediciones 2ª y 3ª de algunos tomos son muy distintas a la 1ª edición. CASSIN, Elena; BOTTERO, Jean y VERCOUTTER, Jean, Los imperios del Antiguo Oriente. III. La primera mitad del primer milenio. Historia Universal Siglo XXI, vol. IV, 6ª ed., Madrid, 1977. 344 págs. CAZELLES, H., Académie des Inscriptions et Belles-Lettres. Comptes rendus des séances, 1969, 106-117. Citado por GARELLI y NIKIPROWETZKY, infra, págs. 180, 277. DRIOTON, Étienne y VANDIER, Jacques, Historia de Egipto. Editorial Eudeba, 3ª ed., Buenos Aires, 1973. 645 págs. Enciclopedia de la Biblia. Ediciones Garriga, Barcelona, 1963, vol. 2. 1252 cols. GARELLI, Paul y NIKIPROWETZKY, V., El próximo oriente asiático. Los imperios mesopotámicos. Israel. Editorial Labor, Barcelona, 1977. 332 págs. Pertenece a la colección «Nueva Clío. La historia y sus problemas» y hace el número 2 bis. HORN, Siegfried H., Seventh-day Adventist Bible Dictionary. Review and Herald Publishing Association, Washington, D.C., 1960. 1185 págs. — y WOOD, Lynn H., The Chronology of Ezra 7, 2ª ed. revisada. Review and Herald Publishing Association, Washington, D.C., 1970. 192 págs. 172 BIBLIOGRAFÍA XXX GENERAL MACADAM, M. F. Laming, The Temples of Kawa. I. The Inscriptions. Londres, 1919. La obra completa consta de tres volúmenes. NEUGEBAUER, Paul V. y WEIDNER, Ernst F., «Ein astronomischer Beobachtungstext aus dem 37. Jahre Nabukadnezars II. (-567/66)», en Berichte über die Verhandlungen der Königl. Sächsischen Gesellschaft der Wissenschaften zu Leipzig, Phil.-Hist. Klasse, 67 (1915), zweite Teil, págs. 28-89. NICHOL, Francis D., Comentario bíblico adventista del séptimo día, vol. 2. Pacific Press Publishing Association, Mountain View, California, 1980. 1034 págs. NOTH, Martin, Historia de Israel. Ediciones Garriga, Barcelona, 1966. 429 págs. PIROT, Louis, Dictionnaire de la Bible. Supplément. Librairie Letouzey et Ané, París, vol. 1, 1928. 1304 cols. RAND, W.W., El diccionario de la Santa Biblia. Editorial Caribe, San José de Costa Rica, 1971. 768 págs. RAWLINSON, George, The Five Great Monarchies of the Ancient Eastern World, vol. 2. Dodd, Mead & Company, Nueva York, s.f. 580 págs. RICCIOTTI, Giuseppe, Historia de Israel, vol. 1 (la obra completa consta de dos). Luis Miracle, 3ª ed., Barcelona, 1966. 465 págs. ROGERS, R.W., A History of Babylonia and Assyria, vol. 1. Abingdon Press, Nueva York, 1915. SCHEDL, C., «Textkritische Bemerkungen zu den Synchronismen der Könige von Israel und Juda», en Vetus Testamentum, 12 (1962). J.Brill, Leiden, págs. 88-119. THIELE, Edwin Richard, A Chronology of the Hebrew Kings. Zondervan Publishing House, Grand Rapids, Michigan, 1977. 93 págs. Esta obra es un intento de divulgación de su obra capital: — The Mysterious Numbers of the Hebrew Kings. 1ª ed. Chicago University Press, 1951; 2ª ed., Eerdmans, Grand Rapids, Michigan, 1965. 232 págs. — «The Chronology of the Kings of Judah and Israel», en Journal of Near Eastern Studies (JNES), nº 3 (julio de 1944). — «The Synchronisms of the Hebrew Kings – A Re-evaluation», en Andrews University Seminary Studies (AUSS), Berrien Springs, Michigan, números I (1963) y II (1964). 173 ÍNDICE DE REFERENCIAS BÍBLICAS ÉXODO 12: 1-2 13: 4 23: 15-16 24: 18 34: 22 20, 21 20 21 20 20 LEVÍTICO 23: 24-25 21 NÚMEROS 4: 3 4: 23 4: 30 4: 35 4: 39 4: 43 4: 47 137 137 137 137 137 137 137 15: 1-13 16: 14-23 17 17: 54-58 18: 1-5 18: 6-30 19 19: 1-7 19: 18-24 20 21 22: 1-5 22: 6-23 23: 1-15 23: 6-29 23: 16-18 24 25 26 27: 1-7 27: 8-12 29 30 31 DEUTERONOMIO 16:1 20 1 SAMUEL 7: 2 7: 2ss 8: 1-5 8: 1-5ss 9: 1-10-16 10: 17-27 11 13: 10-15 13: 14 14 15 138 137 139 137 141 141 141 141 141 141 141 141 141 141 118 141 141 141 141 141 141 141 141 141 141 142 136 142 142 142 142 142 142 142 142 2 SAMUEL 2: 1-7 2: 8-11 2: 10 3: 1 3: 6-39 3: 12 4: 4 5: 1-5 5: 1-10 5: 4 5: 5 5: 11 5: 11-12 5: 17-25 6 142 142 139, 140 139, 142 139, 142 104 136 142 142 135 139, 107 107 142 142 142 175 CRONOLOGÍA DE 7: 4-17 8 8: 2 9 10 10: 16 11 12: 24-25 13 14 15-18 19 20 21: 1-14 21: 15-22 24 LA 142 142 109 142 142 104 142 142 142 143 143 143 143 143 143 143 1 REYES 1 2: 1-9 2: 10-12 2: 11 2: 12 2: 13-38 3: 1-3 5: 1-8 6 6: 1 7: 1-12 7: 11 9: 10-12 9: 10-23 10: 1-13 11: 1-10 11: 11-40 11: 41-43 11: 42 12: 1 12: 1-24 12: 20 12: 25-14: 20 12: 33 14: 20 14: 21 176 143 143 143 135 143 143 143 143 143 107, 117 143 107 107 143 143 143 143 143 135 120 121 120 121 29, 145 121 121 MONARQUÍA HEBREA 14: 21-31 14: 25 15: 1 15: 1-5 15: 2 15: 6 15: 9 15: 9-24 15: 10 15: 16 15: 16-22 15: 18-19 15: 25 15: 25-32 15: 27-30 15: 28 15: 32 15: 33 15: 33-16: 7 16: 8 16: 8-9 16: 8-20 16: 10-12 16: 15 16: 15-16 16: 21-23 16: 21-24 16: 21-28 16: 23 16: 24 16: 29 16: 29-22: 40 16: 30 18: 1 20 20: 34 22: 1 22: 2 22: 2-37 22: 29-38 22: 41 22: 47 22: 47-49 22: 51 11: 23-25 11: 40 121 144 120 121 121 29 120 121 121 30, 59, 121, 144 144, 145 143 18, 120, 121, 145 121 145 18, 120 30, 59, 121, 144 18, 120, 121 121 18, 120, 121, 147 121 121 121, 147 120, 121, 147 120, 147 120, 121 147 121 18, 121 31 18, 120, 147 121 121 147 147 147 147 147 32 147 146 147 32, 147 147 104 103 ÍNDICE 15: 18 15: 20 20 20: 34 16: 31 22: 1 22: 2 22: 29-38 22: 41-50 22: 42 22: 47 22: 51 22: 51-53 DE REFERENCIAS BÍBLICAS 104 104 105 104 107 121 121 121 121 121 109 120, 121 121 2 REYES 1: 1 109, 149 1: 1-18 121 1: 3 109 1: 4-27 109 1: 17 18, 19, 32, 120, 149 3 109 3: 1 18., 32, 120, 121, 149 3: 1-8: 29 121 3: 4-27 121, 148 3: 9 148 3: 26 148 5: 1ss 149 6: 8-23 149 6: 24 105 6: 24-33 121, 149 7: 1-20 121, 149 8: 1 149, 151 8: 7-15 105, 121 8: 16 19, 32, 120 8: 16-24 121 8: 17 121 8: 18 148 8: 25 18, 33, 120 8: 25-26 148 8: 25-27 121 8: 26 121, 166 8: 28-29 105, 121, 148, 149 8: 36-37 94 9: 1-10: 36 121 9: 14-15 9: 14-28 9: 23-27 9: 29 10: 32 10: 32-33 10: 36 11: 1 11: 1ss 11: 1-21 11: 3 11: 3-4 12: 1 12: 1-21 12: 6 12: 6ss 12: 7 12: 17-18 12: 17ss 13: 1 13: 1-9 13: 2 13: 3 13: 3-5 13: 10 13: 10-21 13: 12 13: 20-21 13: 22-25 13: 24-25 14: 1 14: 1-2 14: 1-22 14: 2 14: 7 14: 8 14: 8-13 14: 13 14: 15-27 14: 17 14: 19-20 14: 21 14: 21-22 14: 23 14: 23-24 14: 25-27 105 121, 148 19 18, 33, 120 105 121, 151 121, 151 120 150 121 120 121 120, 121, 150 121 121 150 121 105 150 17, 120, 121, 151 121 153 105, 121, 151 76, 151 120, 121 121 121 151 121, 151 105 120, 150 17 121 52, 121 152 121 152 121 151 17, 121, 152 152 121 152 120, 121, 153 121 76 177 CRONOLOGÍA DE LA 14: 25-28 75 14: 25-29 121, 153 14: 28 105, 120 15: 1 75, 120, 152 15: 1-7 121 15: 2 121 15: 5 56, 58, 121, 154 15: 8 56, 120, 121, 153 15: 8-12 121 15: 10 121, 153 15: 13 56, 120, 121, 153 15: 14-16 121, 153 15: 17 56, 120, 121 15: 17-22 121 15: 19 62, 63, 121 15: 20 121 15: 23 56, 120, 121 15: 23-26 121 15: 25 121 15: 25-27 19 15: 27 55, 56, 120, 121 15: 27-31 121 15: 29 64 15: 29-30 121 15: 30 55, 58, 59, 64, 117, 122, 155 15: 32 56, 122, 154 15: 33 49 15: 37 106, 154, 155 16: 1 55, 122, 154 16: 2 51, 52 16: 5 154, 155 15: 5 106 16: 7-8 61 16: 9 106 16: 10-18 156 17 81 17: 1 49, 55, 122, 157 17: 3 157 17: 4 65, 81, 85, 87, 103 17: 4-6 82 17: 5 157 17: 6 157 17: 24ss 53 18: 1 49, 50, 122, 156 18: 1-10 50 18: 2 91 178 MONARQUÍA HEBREA 18: 7 18: 8 18: 9 18: 9-10 18: 9-12 18: 13 18: 14-16 18: 17-19 18: 20-27 18: 28-30 18: 31-32 18: 33-35 18: 37 19: 1-7 19: 8-14 19: 9 19:15-34 19: 35-36 19: 36 19: 36-37 19: 37 20: 1-11 20: 12-19 21: 1 21: 19-26 21: 21-23 22 22: 3-23: 30 22: 24-25 23: 23 23: 28-30 23: 29 23: 29-30 23: 31-35 23: 33 23: 34-35 24: 1 24: 6 24: 8 24: 9 24: 10-16 24: 10-17 24: 12 24: 15 24: 17 24: 20 51, 87, 156 156 50, 60 82 81 85, 87, 88, 91, 156 89 94, 158 94 94 83 94 159 94 94 85 94 94 85 86 94 91, 158 92 52, 91 158 158 67 158 105 122 122, 159 103 46, 47 103, 159 122 122 45, 122, 159 159 45, 166 166 122 159 45 166 122 159 ÍNDICE 25: 1 25: 1-21 25: 3-7 25: 8 25: 8ss 25: 8-11 25: 27 DE REFERENCIAS BÍBLICAS 45, 46, 159 122 46 46 159 46 166 1 CRÓNICAS 3: 4 3: 15 3: 17-19 5: 26 8: 34 9: 40 14: 1 18: 3-10 19: 16-19 26: 31 29: 27 135 159, 161 166 64 136 136 107 104 104 135 135 2 CRÓNICAS 8: 1-2 9: 30 10: 1-12: 16 11: 17 12: 2 13 13: 1 13: 1-21 13: 2 13: 3-20 14: 1 14: 1-16: 14 14: 9 14: 9-13 15 15: 10 15: 19 15: 20-24 16: 1 16: 2 107 135 121 144 144 144, 145 121 121 121 29 30, 144 121 30, 144 103 144 30, 121, 144 30, 144 103 30, 59, 117, 121 104 16: 11 16: 12 16: 13 16: 4 17: 1-20: 37 17: 7-9 18 18: 1-34 18: 9-10 18: 10 20: 1-34 20: 31 20: 35-37 21: 1-20 21: 5 21: 8-10 21: 16-17 21: 17 21: 19 21: 20 22: 1 22: 1-2 22: 1-9 22: 2 22: 5-6 22: 7-9 22: 10-23: 21 22: 12 23: 1 23: 1ss 24: 1 24: 1-27 24: 4ss 24: 17-22 24: 23 24: 23-26 24: 25 25: 1 25: 1-28 25: 5-16 25: 17-24 25: 17-25 26: 1-23 26: 2 26: 3 26: 6-8 144 145 121 104 121 146 67 121 157 157 146 121 32, 148 121 121 148 148 121 148 121 121, 148 121 121 121, 166 105, 121, 149 121 121 121, 150 121 121, 150 121, 150 121 121, 150 150 121 150 121 121 121 152 153 121, 152 121 152 121 152 179 CRONOLOGÍA DE 26: 9-10 26: 15 26: 16-21 27: 1 27: 1-9 27: 2-4 27: 8 28: 1 28: 1-27 28: 5-15 28: 5-16 28: 16 28: 17 28: 20-22 28: 22-25 29: 1 29: 1-2 29: 1-32 29: 3-6 30: 1-31: 1 32: 1-21 32: 21 32: 24 32: 27-31 33: 1 33: 10 33: 10-13 33: 11 33: 14-20 33: 21-25 34: 1 34: 1-35: 27 34: 3-7 34: 8ss 35: 1-19 35: 19.24 35: 20-24 36: 1-4 36: 3 36: 4 36: 5 36: 5-8 36: 6 36: 6-7 36: 9 36: 9-10 180 LA 152 152 56, 58, 121, 154 123 123 154 123 123 123 154 123 154 154 123, 154 156 91, 123 50 123 156 156 85, 158 86, 96, 123 91, 158 91 91, 123 158 122 60 158 123, 158 123, 158 123 158 158 158 122 47 103, 123, 159 122 122 123 123 159 122 45, 122, 166 123 MONARQUÍA HEBREA 36: 10 36: 11 36: 11-21 36:13 36: 17-21 159 123 123 122, 159 122 ESDRAS 4: 2 53 ISAÍAS 7: 1 7: 1-8 7: 1ss 7: 9 20: 1 36 36: 1 36: 1-37: 38 36: 2-4 36: 2-37: 38 36: 5-12 36: 16-17 36: 18-20 36: 21-22 37: 1-7 37: 1-37 37: 8-14 37: 9 37: 15-35 37: 36-37 37: 37 37: 37-38 38 39: 1-8 106 123 154 52, 53 87, 156 85 87, 91, 156 123 94 158 94 94 94 94 94 85 94 85 94 94 96 86 91, 94, 158 92 JEREMÍAS 1: 3 3: 6 22: 10 22: 11 22: 11-12 46 158 166 159 159 ÍNDICE 22: 18-19 22: 24-30 24: 1-10 25: 1 25: 1ss 25: 3 29: 1-2 32: 1 32: 1-2 34: 21 36: 20 37: 7ss 39: 1 39: 1-7 39: 1-10 39: 2-7 46:2 52: 1-29 52: 4 52: 5-11 52: 6-11 52: 12 52: 12-15 52: 12ss 52: 29 52: 30 52: 31 52: 58 52: 4 DE REFERENCIAS BÍBLICAS 122 122 122 43 122 43 122 46 46 46 122 46 46 122 122 46 43, 44 122 122 159 46 46 46 122 46 47 166 45 46 EZEQUIEL 1: 2 17: 12 47: 16 52: 1-2 122 122 82 46 DANIEL 1: 1 1: 1-2 43, 44, 159 122 JUAN 5: 39 11 HECHOS 13: 21 135, 136, 140 ROMANOS 15: 4 11 181 ÍNDICE GENERAL ALFABÉTICO El presente índice, que no pretende ser exhaustivo, es fundamentalmente onomástico y temático. La tipografía en él empleada diferencia los nombres de AUTORES de los documentos, lugares, temas y personajes encontrados en el cuerpo de la obra. A Abdastarto, 106, 107, 108 Abías (hijo de Samuel), 140 Abías (rey), véase Abiyam Abibaal, 106, 107, 108 ABIDENO, 13 Abiyam, 25, 27, 28, 29, 101, 104, 120, 128, 129, 144, 145 Abner, 139 Absalón, 142, 143 Acab, 18, 24, 25, 28, 31, 32, 33, 36, 67, 68, 70, 71, 72, 101, 105, 107, 108, 109, 111, 112, 113, 116, 120, 124, 126, 129, 146, 147, 148, 149, 150, 162, 165 Acab, casa de, 31, 36, 67, 69, 76, 111, 112, 114, 151 Acaz, 26, 49, 50, 51, 52, 53, 55, 57, 58, 59, 61, 63, 87, 99, 101, 105, 106, 118, 122, 132, 154, 155, 156, 157, 161, 164 Adad-nirari III, 60, 63, 65, 117, 118, 152, 153 Adad-rimani, 25 Ahabbu mat Sir’ila, 25, 67 Ahimélec, 141 ALBRIGHT, William Foxwell, 15 ALEJANDRO POLISTOR, 13 Amasías, 17, 19, 25, 38, 39, 53, 73, 74, 75, 97, 98, 101, 105, 115, 118, 120, 124, 130, 131, 150, 152, 153, 164 Amitay, 76 Amnón, 142 Amón (país), 142, 146 Amón (rey), 26, 41, 42, 48, 80, 101, 122, 124, 133, 158, 161, 164 Anysis, 95 año ascensional, 23, 24, 27, 29, 33, 34, 35, 37, 38, 39, 40, 44, 47, 48, 55, 56, 57, 83, 114, 115, 116, año ascensional, cómputo con y sin, 23, 24, 27, 29, 34, 57, 114, 115, 116, Apión, véase Contra Apión Apries, 103, 119 Arabá, Mar de, 76 arca del pacto, 137, 140, 142 Asá, 18, 25, 27, 28, 29, 30, 31, 59, 101, 103, 104, 120, 122, 129, 144, 145, 146, 147, 160, 161, 162 Aserymo, 106, 108 Ashshurnadinshumi, 93 Ashur-dan III, 24, 63 Ashur-nirari V, 63 Asiria, anacronismos, 55-77 Assarhaddón, 53, 60, 96, 119, 158 Astarto, 106, 108 Asurbanipal, 60, 61, 119, 158 Atalía, 19, 25, 35, 36, 37, 38, 101, 114, 120, 124, 130, 150, 164, Atalyá, véase Atalía Awel-Marduk, 166 Azarías, 19, 25, 49, 53, 56, 57, 58, 59, 61, 62, 74, 75, 98, 99, 101, 115, 120, 124, 131, 132, 152, 153, 154, 155, 164 Azriyau de Ya’udi, 61, 68 183 CRONOLOGÍA DE LA B Baasa, véase Basá Badezoro, 106, 108, 109 Baleázaro, 106, 108 Basá, 18, 25, 28, 29, 30, 59, 101, 104, 120, 129, 144, 145, 147, 162 Belibni, 93 Ben-Adad I, 104, 147 Ben-Adad II, 104, 105, 147, 149 Ben-Adad III, 105, 117, 150, 151 Betsabé, 142 BOTTERO, Jean, 83 BRINKMAN, J.A., 63 BURY, J.B., 65 C calendario babilonio, 20, 22, 29, 40, 44, 45, 46 calendario hebreo, 19-22, 29, 34, 40, 67 calendario juliano, 24, Canon de PTOLOMEO, 39 Cartago, 107, 108, 109 CASSIN, Elena, 83, 84, 93, 96 CÁSTOR, 13 cautiverio asirio, véase Samaria, caída de cautiverio babilónico, 20 cautiverio galileo, 155 CAZELLES, 65 CEFALIÓN, 13 Chronicon de DIODORO DE TARSO, 14 cisma de Jeroboam I, 15, 27, 29, 30, 85 CLAMER, 123, 125 CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, 13 Contra Apión, 13, 44, 106 184 MONARQUÍA HEBREA corregencias, 16, 25-26, 33, 49, 50, 52, 53, 56, 58, 59, 75, 91, 92, 101, 107, 114-116, 148, 149, 158, 162-166 Crónica Babilónica, 43-47, 82 Crónica de EUSEBIO, 13, 14 cronología asiria, 24, 66, 70, 42 cronología fenicia, 108 D Daian Ashur, 68 Damasco, 52, 64, 75, 84, 104, 105, 106, 117, 144, 145, 147, 148, 149, 151, 154, 155 datación doble, 56, 116 David, 17, 60, 101, 104, 107, 109, 114, 127, 128, 135, 136, 139, 140, 141, 142, 143, 145, 152, 160, 161, 162, 163 DHORME, Édouard, 122, 124, 126 Dido, 107 dificultades cronológicas, 18, 19, 32-36, 55-60, 61-65 DIODORO DE TARSO, 14 DIONISIO DE HALICARNASO, 13 DRIOTON, Étienne, 65 E eclipse asirio, gran, 24 Edom, 88, 109, 142, 148, 152, 154 Elá (padre de Oseas), 64, 81 Elá (rey), 25, 28, 30, 101, 120, 122, 129, 147, 162 Elah, véase Elá Elí, 137, 139, 140 Eliaquim, 159; véase Joacim Eliseo, 36 Elteqeh, 89, 96 enfermedad de Ezequías, véase Ezequías, enfermedad de ÍNDICE GENERAL ALFABÉTICO Era de Jeroboam II, 105, 117, 152, 153 Era de Jotam, 56, 117, 155 Era de Roboam, 27, 117, 144 Era de Saúl, 139 eras, 27, 56, 117, 118 Estela de Mesa, véase Piedra Moabita Estela de Rimah, véase Rimah, Estela de Etbaal, 106, 107, 108, 109, 147 EUSEBIO DE CESAREA, 12, 13 Ezequías, 26, 48, 49, 50, 51, 52, 53, 55, 57, 59, 60, 61, 71, 72, 77, 79, 80, 81, 85, 87, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 94, 96, 97, 99, 100, 101, 115, 118, 122, 124, 126, 132, 133, 156, 157, 158, 161, 164 Ezequías, enfermedad de, 91, 92, 100, 115, 132, 158 Ezión-geber, 148 F Fenicia, 82, 102, 106, 111 Flavio JOSEFO, véase JOSEFO, Flavio G GARELLI, Paul, 61, 65, 105 generalato en Asiria, 63, 65, 68, 87, Goliat, 135, 141 GORDON, Cyrus H., 15 H HAAG, H., 123, 125, 126 Hadad-ézer, 104 Hazael, 75, 105, 148, 149, 150, 151 Hebrón, 140 HERODOTO, 95, 96 Hezyón, 104 Hiram, 106, 107, 108, 142, 143 Hofrá, 103 HORN, 16, 20, 79 Humri, 25, 65, 67, 68, 118 I Ia’asu, 65, 66, 118 Iaua mâr Humri, 25, 67, 68 Iauda (=Judá), 88 interregnos, 14, 16 Is-bóset, 139, 140, 142, 162, 164 Isaías, 52, 53, 88, 90, 94, 96, 156, 158 J Jeconías, véase Joaquín Jehoahaz, 61 Jehú, 17, 19, 24, 25, 31, 35, 36, 37, 38, 67, 68, 69, 70, 71, 72, 75, 76, 101, 105, 112, 115, 118, 120, 124, 130, 148, 150, 151, 161, 162 Jeremías, 43, 46 Jeroboam I, 25, 28, 29, 101, 120, 128, 129, 144, 145, 162 Jeroboam II, 19, 25, 26, 53, 58, 73, 74, 75, 76, 97, 98, 101, 105, 117, 120, 124, 130, 131, 152, 153, 162, 164, 166 JERÓNIMO, 12, 13, 14, 18, 119 Jerusalén, 17, 21, 33, 39, 40, 44, 45, 46, 52, 59, 80, 83, 86, 89, 90, 91, 94, 95, 96, 101, 103, 107, 108, 118, 119, 126, 140, 142, 143, 148, 152, 154, 156, 158, 159, 166 Jerusalén, Caída de, 39, 40, 44, 45, 46, 80, 101, 118, 159, 166 Jezabel, 36, 108, 147 185 CRONOLOGÍA DE LA Jo-Acaz (=Acaz), véase Acaz Joab, 143 Joacaz (=Ocozías de Judá), véase Oco-zías de Judá Joacaz de Israel, 17, 19, 25, 36, 37, 38, 66, 74, 75, 76, 97, 101, 105, 115, 117, 120, 124, 130, 150, 151, 162, 164, 166 Joacaz de Judá, 26, 42, 47, 48, 80, 101, 103, 119, 120, 122, 124, 134, 159, 161, 164, 166 Joacim, 26, 42, 43, 44, 45, 47, 80, 101, 103, 119, 122, 134, 159, 161, 164 Joaquim, véase Joacim Joaquín, 26, 42, 45, 80, 101, 119, 122, 124, 134, 159, 164, 166 Joás de Israel, 17, 19, 25, 38, 39, 65, 66, 73, 74, 76, 77, 97, 98, 101, 105, 115, 117, 118, 120, 124, 130, 131, 150, 151, 152, 153, 162, 164 Joás de Judá, 17, 19, 25, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 74, 97, 101, 105, 114, 115, 117, 120, 124, 130, 150, 151, 164 Joatam, véase Jotam Joel, 140 Johanán, 161 Joiada, 150 Jonás, 76 Jonatán, 136, 138, 139, 140, 141, 142, 164 Joram de Israel, 18, 19, 25, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 53, 101, 105, 109, 112, 113, 115, 119, 120, 124, 129, 148, 149, 151, 162 Joram de Judá, 18, 19, 25, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 101, 115, 120, 124, 129, 148, 149, 161, 162 Josafat, 18, 25, 31, 32, 33, 34, 53, 101, 109, 113, 115, 119, 120, 124, 129, 130, 146, 148, 149, 162 186 MONARQUÍA HEBREA JOSEFO, Flavio, 13, 44, 106, 107, 108, 109, 136, 137, 138, 139 Josías, 26, 41, 42, 43, 47, 48, 80, 101, 103, 119, 122, 124, 133, 134, 158, 159, 161, 164 Jotam, 25, 26, 49, 52, 53, 56, 57, 58, 59, 99, 101, 105, 115, 117, 122, 132, 154, 155, 164 Joyaquim, véase Joacim K Karkemish, 43, 44, 159, King James version, 59 L lepra, 58, 154 LUCKENBILL, Daniel David, 62, 88 M MACADAM, M.F. Laming, 86, Mahanaim, 139 Manasés, 26, 39, 41, 42, 48, 53, 60, 61, 80, 91, 92, 97, 100, 101, 115, 119, 122, 124, 132, 133, 158, 161, 163, 164 MANETÓN, 13 máquinas de guerra, 152 Marduk-zakir-shumi II, 92 MARTI, Karl, 15 Matanías, véase Sedequías Matgeno, 106, 108, 109 McCURDY, J. Frederic, 15 Mediterráneo, 63, 65 Mefi-bóset, 136, 138, 139, 140 Menahem, 19, 26, 56, 57, 58, 62, 63, 64, 98, 99, 101, 116, 118, 120, 124, 131, 132, 153, 154, 155, 164 ÍNDICE GENERAL ALFABÉTICO MENANDRO DE ÉFESO, 106, 108, 109 Menasê, 46; véase Manasés Merodac-baladán II, 88, 92, 93, 158 Mesa, 109, 110, 111, 112, 113, 119, 149 Mesha, véase Mesa Mical, 141 MIGNE, Jacques Paul, 12 Minse, 60; véase Manasés Moab, 88, 102, 109, 110, 111, 112, 113, 116, 119, 141, 142, 146, 147, 148, 149 N Nabopolasar, 43, 44, 47 Nabot, 147 Nabucodonosor II, 39, 40, 42, 43, 44, 45, 46, 47, 118, 119, 134, 159, 166 Nadab, 18, 25, 28, 29, 101, 120, 122, 129, 144, 145, 162, Natán, 142 Necao, 47, 103, 119, 159 NEUGEBAUER, Paul V., 40 NICHOL, Francis D., 21, 56, 65, 79, 91, 110 NIKIPROWETZKY, V., 61, 65, 105 NOTH, Martin, 80, 86 Nubia, 103 O Obelisco Negro, 67, 151 Ocozías de Israel, 25, 31, 32, 101, 109, 111, 112, 120, 124, 126, 148, 149, 162 Ocozías de Judá, 17, 18, 19, 25, 33, 35, 36, 37, 101, 105, 120, 124, 130, 148, 149, 150, 151, 161, 162, 166 Omrí, 18, 25, 28, 30, 31, 68, 101, 104, 110, 111, 112, 113, 116, 120, 124, 129, 147, 162, 165 Omrí, casa de, 64, 68, 69, 111 Omrí, país de, 68, 84, 112 ómridas, 35, 111, 113 Oseas, 26, 49, 50, 52, 55, 56, 57, 58, 59, 60, 64, 65, 81, 82, 85, 87, 99, 101, 103, 118, 122, 124, 132, 155, 156, 157, 164, 166 Ozías, véase Azarías P PABLO, 135, 136, 138, 139 País del Mar, 65, 93 Pascua, 50, 156, 158 Peka, 19, 26, 52, 53, 55, 56, 57, 58, 59, 60, 63, 64, 75, 99, 101, 105, 116, 117, 118, 120, 122, 132, 153, 154, 155, 157, 163, 164, 166 Pekahyá, 19, 26, 56, 57, 58, 99, 101, 116, 120, 132, 155, 164 Péqah, véase Peka Pëqahy~h, véase Pekahyá persas, 39 peste, 96, 143 PFEIFFER, Robert H., 15 Pheles, 106, 108 Piedra Moabita, 109-113, 116, Pigmalión, 106, 107, 108, 109 PIROT, Louis, 123, 125, 126 Piru (=faraón), 88 PORFIRIO, 3 Prisma de Senaquerib o de Taylor, 89, 96 PRITCHARD, James B., 67, 83. 84, 90 PTOLOMEO, Claudio, 39 187 CRONOLOGÍA DE LA Pul, 62, 63, 118, 153; véase Tiglathpileser III Pulu, 63; véase Tiglath-pileser III Q Qarqar, 25, 67, 68, 71, 84 QUASTEN, Johannes, 13, 14 R Rafia, 84, 85 RAND, W.W., 14 Rapihu, véase Rafia RAWLINSON, George, 81, 83 Rezín, 52, 63, 64, 105, 106, 154, 155 Rezón, 104 RICCIOTTI, Giuseppe, 60, 64, 68, 83, 84, 85, 86, 95, 103, 110, 123, 125, 126 Rimah, Estela de, 65 ROBINSON, Theodore H., 15 Roboam, 25, 28, 29, 59, 100, 101, 103, 117, 120, 122, 128, 135, 144, 145, 160, 161, 162 ROGERS, R.W., 88 Rosh Hashanah, 21 S Saba, Reina de, 143 Sabakon, 95 Sal-l_m, véase Salum de Israel Salmanasar III, 25, 60, 66, 67, 68, 69, 70, 72, 118, 151 Salmanasar V, 60, 61, 72, 81, 82, 87, 88, 92, 103, 118, 157 Salomón, 14, 16, 17, 27, 101, 103, 104, 107, 108, 114, 117, 127, 128, 135, 140, 142, 143, 144, 160, 161, 162, 188 MONARQUÍA HEBREA Salum de Israel, 19, 26, 47, 56, 57, 58, 98, 101, 120, 124, 131, 153, 159, 164 Salum de Judá, véase Joacaz de Judá Sam’al, 61 Samaria, 17, 31, 34, 36, 56, 58, 59, 64, 75, 83, 84, 111, 116, 147, 149, 155 Samaria, caída de, 50, 52, 60, 64, 70, 72, 79-85, 87, 97, 101, 115, 117, 157, 166 Samarina, 84 Samuel, 135, 136, 137, 138, 139, 140, 141, 142 San Jerónimo, véase JERÓNIMO San Pablo, véase Pablo Sargón II, 60, 61, 64, 82, 83, 87, 88, 92, 103, 117, 118, 157 Saúl, 100, 101, 114, 127, 135, 136, 137, 138, 139, 140, 141, 142, 143, 162 SCHEDL, C., 123, 125, 126 Seba, 20, 143 Sedecías, véase Sedequías Sedequías, 26, 39, 42, 43, 45, 46, 80, 100, 101, 118, 119, 122, 127, 134, 159, 164, 166 seléucidas, 39 Senacheribos, véase Senaquerib Senaquerib, 60, 61, 69, 71, 83, 85, 86, 87, 89, 91, 92, 93, 94, 95, 96, 118, 156, 158 Sethon, 95 Shabaka, 65 Shabara’in, 82 Shabataka, 95 Shamara’in, véase Shabara’in Shirlai, véase Sir’ila Sib’e, 84, 103, 157 Sibraim, 82 sincronismos, 15, 18, 24-26, 29, 32, ÍNDICE GENERAL ALFABÉTICO 38, 39, 48, 50, 53, 55-77, 78-101, 102, 103, 104-106, 117, 118, 119, 122, 127 Sir’ila, 25, 67, 68 Siria, 33, 43, 45, 63, 67, 75, 76, 84, 102, 104-106, 111, 142, 147, 148, 149, 159 Sisac, 103, 144 So, 65, 103, 157 Soba, 104 T Tabrimón, 104, 144 Taharqa, 85, 86, 95 Tamar, 142 tartán, véase turtan templo de Salomón, 14, 89, 103, 107, 108, 142, 143, 150, 156, 158, 159 THACKERAY, H.St.J., 13 THIELE, Edwin Richard, 15, 16, 17-54, 55, 56, 59, 60, 61, 65, 66, 67, 69-73, 75, 79, 80, 81, 82, 91, 105, 114, 116, 117, 118, 122, 126 THOMAS, D. Winton, 61, 62, 83, 84 Tibní, 25, 28, 30, 101, 111, 113, 116, 120, 123, 129, 147, 162, 164 Tiglath-pileser III, 52, 55, 60, 6165, 69, 81, 106, 118, 153, 154, 155, 157 Tirhacá, véase Taharqa Tiro, 106-109, 142, 143 Tirsa, 30 Transjordania, 26, 56, 58, 64, 101, 116, 153, 154, 166 turtan, 84 U USSHER, 14, 16, 59 Uzías, 59; véase Azarías V VANDIER, Jacques, 65, 86 VAT 4956, 40 VERCOUTTER, Jean, 83 Vital, 12 W WEIDNER, Ernst F., 40 WISEMAN, D.J., 43, 47 WOOD, Lynn H., 20 Y Ya’udi, 61, 68 Yahuazi, 61 Z Zacarías (hijo de Joiada), 150 Zacarías (rey), 19, 26, 47, 55, 56, 57, 58, 75, 98, 101, 120, 124, 131, 153, 161, 164 Zera etíope, 30, 103, 144 Zimrí, 25, 28, 30, 47, 101, 120, 122, 129, 147, 162 189 w w w. a u l a 7 a c t i v a . o r g Ejemplar gratuíto