Se cumple medio siglo desde que la nobleza de los vinos Brunello empezó a fermentar gracias a la familia Marone Cinzano con su finca Col d’Orcia en Montalcino. Era 1973 cuando inscriben su primer hectárea de viñedo a Brunello, dando así origen a una historia llena de matices y sabor en cada copa de vino. Hoy, la finca cuenta con 79 hectáreas de una totalidad de 149 vitati, todas dedicadas a la agricultura ecológica, reflejo palpable de una tradición emprendedora hecha en Italia y famosa en el mundo entero.
50 años degustando el sabor de Marone Cinzano
Desde sus inicios, la llegada de la familia Marone Cinzano a Col d’Orcia revolucionó el panorama vinícola de Montalcino. Con una sólida tradición empresarial ligada a la producción y comercio internacional de vinos y licores, el icónico Alberto Marone Cinzano ve el potencial del Sangiovese en el territorio, contribuyendo a la obtención de la Denominación de Origen Calificada para el Brunello de Montalcino en 1983.
El éxito y crecimiento de Col d’Orcia no han parado desde entonces. Desde 1982, el viñedo se enriquece con Poggio al Vento, la reserva de la denominación, que logra situarse como el primer Brunello galardonado como vino tinto del año por la Guía Slow Food y Gambero Rosso en 1997.
El guiño al desarrollo sostenible se hace presente en Col d’Orcia en 2010 al obtener la certificación ecológica, demostrando que un enfoque holístico y sostenible puede ser implementado incluso en empresas con más de 100 hectáreas. Hoy, Brunello y Montalcino representan una emblema del sabor italiano alrededor del mundo, una historia de éxito escrita por muchas manos y protagonizada por la familia Marone Cinzano, quien celebra estos primeros 50 años brindando con una añeja y rara Brunello 1973.
El actual dueño de la finca, Francesco Marone Cinzano, resalta el compromiso de la finca con el futuro, enfocándose en beneficio del entorno y las futuras generaciones, «con la ambición de seguir un camino de crecimiento que pueda hacer aún más grande los vinos de Montalcino, y el nombre de nuestra familia, en el mundo».
Además, a lo largo de estos años, en Col d’Orcia no solo se ha cosechado el potencial del Brunello como un gran vino de añejamiento, también se apostó fuertemente por los vinos jóvenes producidos con Sangiovese de Montalcino, conquistando rápidamente la red comercial de Cinzano. Es más, gracias al esfuerzo de Enzo Tiezzi, presidente del Consorcio y director de Col d’Orcia, el Rosso di Montalcino obtuvo la Doc en 1983.
En suma, Col d’Orcia ha logrado en estos 50 años ser reconocida como una bodega sostenible certificada por la Certificazione Equalitas y Slow Wine, reafirmando su posición como una de las principales productoras de Brunello en la región de Montalcino y una verdadera carta de presentación del vino italiano al mundo. Todo un brindis a la excelencia.
