Gobierno interviene Palacio Nacional para toma de posesión

Un hombre corpulento se asoma entre las láminas de aluminio que esconden la fachada del Palacio Nacional, intervenido desde finales de abril por trabajadores del Ministerio de Obras Públicas (MOP). No usa ropa de trabajo, pero sí una camisa celeste que le da autoridad en la improvisada obra de restauración. “Nos han dado 20 días para terminar la obra. Tiene que estar listo ya todo el 1 de junio”, afirma.

Con sólo una seña, los empleados entienden que deben levantar los cortaflujos para evitar que se acerquen los fotógrafos, periodistas, o curiosos que se detienen a observar el Palacio Nacional. El mismo edificio donde el presidente reelecto, Nayib Bukele, dio su discurso de victoria en las elecciones del 4 de febrero, y desde donde se espera tome posesión para un nuevo mandato el 1 de junio.

Dos trabajadores del MOP confirmaron que hay presión por finalizar la obra antes de la fecha señalada. “Sólo nos han dado la fecha del 1 de junio, creemos que es por eso (la toma de posesión de Bukele)”, explicó un empleado.

El Ministerio de Cultura anunció desde el pasado 10 de abril que el Palacio Nacional se mantendría cerrado al público “por trabajos de mejora, mantenimiento y restauración”; sin embargo, historiadores y arquitectos han calificado estas obras como “destrucción” del patrimonio.

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Monumento Nacional

Los expertos criticaron el levantamiento de baldosas históricas instaladas desde inicios del siglo pasado, así como la modificación de los senderos del jardín interno del Palacio Nacional, declarado como “Monumento Nacional” desde el 10 de julio de 1980.

El historiador e investigador salvadoreño Carlos Cañas Dinarte, consideró que “se trata de un atentado contra el patrimonio cultural” y “demuestra la prepotencia e ignorancia de cuantas leyes hay que protegen al patrimonio cultural edificado”.

“No es lo mismo contratar a expertos en restauración a poner a reos en fase de confianza a cargo del MOP. Un edificio patrimonial requiere intervenciones técnicas”.

Carlos Cañas Dinarte, historiador

El historiador Héctor Lindo agregó que el Palacio Nacional es considerado patrimonio nacional “por su relevancia histórica, mérito arquitectónico e importancia cultural”, y puso en duda que la intervención haya sido realizada por expertos.

“No puedo creer que haya expertos en mantenimiento de edificios históricos que recomienden el vandalismo como método de preservación”.

Héctor Lindo, historiador

“Ese ripio se lo llevaron” 

Uno de los puntos más criticados en la intervención del Palacio es la destrucción de los pisos de mosaico, diseñados en Italia e importados a El Salvador desde los inicios de la construcción, en 1905, según indicó Cañas.

La arquitecta Yolanda Vaquerano agregó que estos pisos se denominan baldosas hidráulicas, que son caracterizadas por su diversidad de diseños hechos a mano, al estilo art nouveau y el art decó.

“Será una tristeza si esos pisos que tienen más de cien años fueron removidos sin tener una verdadera justificación y sin un criterio técnico. En el caso de El Salvador, la tendencia siempre es destruir lo que no se entiende”, lamentó.

LA PRENSA GRÁFICA consultó a uno de los empleados del MOP en el Palacio Nacional sobre la remoción de las baldosas para tomar fotografías, y si el Ministerio los había resguardado por su valor histórico. “Todo ese ripio ya se lo llevaron, esos eran escombros nada más”, afirmó.

El ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, defendió la intervención del MOP y acusó a gobiernos anteriores de “dejar un balcón hecho con cartón o con durapax”. Cañas rechazó esta afirmación y explicó que los balcones no fueron remozados debido a que son los puntos de salida de ondas sísmicas. “No valía la pena poner los porque volverían a caer”, dijo.

Este medio trató de contactar al MOP y a Cultura sobre la intervención, pero no respondieron.