Personaje histórico de gran relevancia en la monarquía inglesa. Ana Bolena fue la segunda esposa del Rey Enrique VIII, después de una controversial situación presentada con la Reina Catalina. Vivieron en una agitada situación religiosa y política de Inglaterra, la Revolución Inglesa. Reina de Inglaterra y luego madre de la Reina Isabel I.
Biografía e historia de Ana Bolena
Ana Boleyn (inglés), nació en el año 1507, según datos históricos, pero hay unos más recientes que indican que fue en el año 1501; hay dudas igualmente con su lugar de nacimiento, unos dicen que fue en Norfolk y otros en Kent, Inglaterra. Procedente de una influyente familia noble inglesa.
Su padre, Sir Thomas Boleyn, con títulos nobiliarios como Vizconde de Rochford, Conde de Wiltshire y Ormonde, y su madre, Lady Isabel Howard, hija del Duque de Norfolk.
Su infancia fue feliz, dentro de grandes comodidades y lujos. Hay datos que ubican parte de ella en Francia, en la corte del Rey Francisco I, donde recibió la más esmerada educación dentro del palacio. Tuvo dos hermanos, María y Jorge Boleyn. Pertenecían a una familia aristocrática reconocida y respetada.
Tenía ascendentes nobles, como sus bisabuelos que fueron alcaldes, duques, condes y otros de alta jerarquía en la sociedad inglesa. Admirada por unos, odiada y satanizada por otros, Ana fue ejecutada luego de un juicio dudoso en su contra, dejó tras de ella una revolución política y religiosa por los años 1535-36.
Familia
Su relación familiar fue más inclinada hacia su madre y hermano, Jorge. Con María tuvo un trato cordial, más no íntimo. Con su padre no tuvo gran roce, por lo menos, después de terminar su infancia.
Gracias al destacado comportamiento de su padre, Thomas Bolena, diplomático que manejaba varios idiomas, siempre era enviado a misiones en el extranjero, por el Rey Enrique VII. En uno de sus viajes conoció a Margarita de Austria, archiduquesa, hija de Maximiliano I, gobernadora de los Países Bajos.
Ella, en correspondencia hacia el trato y admiración que sentía ante Thomas, le ofreció residencia a Ana Bolena en su casa, como dama de honor. Para la fecha, Ana no cumplía con la edad requerida para obtener ese honor, ella solo contaba con 12 años.
Aun así, vivió por espacio de un año, entre 1513 hasta 1514, cuando su padre la envía a Francia a continuar sus estudios. Dejó buena impresión por sus refinados modales y buena educación. Allí fue dama de honor de la reina Claudia I de Francia, a la que servía como intérprete en inglés.
Completó sus estudios del idioma francés, protocolo, cultura francesa y se interesó por los preceptos de la iglesia, en esos momentos en proceso de cambios y renovación. Estuvo hasta el año 1522, cuando salió vía Calais, a Inglaterra, por instrucciones de su padre. (Ver: George Bernard Shaw)
Características físicas y personalidad de Ana Bolena
Era delgada, baja de estatura, de piel, ojos y suelta melena oscura, que impresionaban a los jóvenes y no tan jóvenes de la época. Aunque su belleza no era resaltante, tenía admiradores que la consideraban “absolutamente bella” y otros sólo decían que era “una mujer joven y apuesta”.
El color oscuro de su melena, sus ojos y piel, llamaba poderosamente la atención, por ser considerado como exótico, que la distinguía del color “pálido” del común de las mujeres de la Corte, pero que en aquel entonces consideraban “bellas”.
Hay una versión que sostiene que Ana Bolena sufría de polidactilia (malformación genética que supera el número de dedos normales de una persona), en su mano izquierda, ésto no ha sido comprobado y deduciendo por las creencias de su época, donde ese defecto se consideraba diabólico, no es posible que la hayan admitido en la Corte.
También se habla de un lunar en el cuello, que ella siempre trató de disimular con joyas. No existen pruebas de tales detalles en el cuerpo de Ana Bolena. Carismática, elegante, le gustaba la moda, que incluso, motivó a muchas damas de la corte a copiar sus modelos, también tenía habilidades como bailarina, cantante y era muy conversadora. Le gustaban el vino y los juegos de azar.
Todos estos atributos la colocaban en posición de ser continuamente elogiada y admirada, tanto por mujeres como por hombres que formaban parte del entorno del rey. Para sus detractores, fue una mujer neurótica, malhumorada, caprichosa y extravagante.
En lo religioso, era cristiana, en el marco del Renacimiento que florecía en ese siglo XV-XVI. Tenía sentido de la caridad, lo que demostraba cuando hacía camisas y las donaba para las personas pobres. Thomas Cromwell la definió como una mujer de “inteligencia, espíritu y coraje”.
La Corte Inglesa
Aquí empieza realmente su historia que dejó huellas en la sociedad y corte inglesa. Pasó de ser la chica dulce y alegre, bien vista por casi todos, a ser la responsable de la tormenta que azotó al Rey y su corte. Llegó, ese año de 1522, como dama de la Reina Catalina de Aragón, primera esposa de Enrique VIII. (Ver: Cristóbal Colón)
Fue un verdadero remolino en la vida habitual de la Corte. A su llegada, prepararon un baile de disfraces con las damas de la Corte y su hermana María, bailaron una innovadora y complicada danza, con llamativos trajes, que la hizo muy popular y la llamaron “el espejo de la moda”.
Contó con admiradores como Lord Henry Percy, un heredero del Condado de Northumberland, también en Inglaterra, con quien se supo que tuvo un romance que podía haber terminado en compromiso matrimonial, pero por intervención del Rey Enrique VIII, no se llevó a cabo.
El Rey VIII, quien tenía fama de mujeriego, no escapó de caer ante los encantos de Ana Bolena. Por este motivo, dotó de títulos y posesiones al padre de Ana, con la condición de que no le permitiera casarse con Henry Percy y así lo hizo, rompiendo el noviazgo en 1523. Enrique VIII hasta llegó al límite de hacer que el Cardenal Thomas Wolsey impidiera esa boda.
María y Ana Bolena
María, la hermana de Ana Bolena, fue la esposa de Sir William Carey, Caballero Privado del Rey, pero también fue amante de Enrique VIII y hasta se rumora que su hijo mayor, Henry Carey, es hijo realmente del Rey Enrique VIII. (Ver: William Shakespeare)
Ana, después de romper su noviazgo, fue enviada a las fincas rurales pertenecientes a su familia, por cierto tiempo, no conocido con exactitud. Cuando volvió a la Corte, el Rey Enrique VIII empezó a perseguirla obsesionadamente.
Hay que destacar en la historia, que la Reina Catalina de Aragón, no tenía hijos varones, los había perdido en sus embarazos. Tenía una hija, María, quien fue posteriormente María I de Inglaterra, que no satisfacía el ego y ambición de su padre, quien pedía a gritos un varón que lo sucediera en el trono.
La edad de Catalina no preveía un posible nuevo embarazo y esta situación tenía al Rey realmente preocupado, ya que su dinastía no estaba del todo asentada, había riesgo de guerra civil y por lo tanto, necesitaba a como diera lugar un hijo varón.
Enrique VIII y Ana Bolena
Catalina de Aragón, con 44 años de edad, ya no podía engendrar un futuro heredero del Rey. Éste pidió anular su matrimonio, directamente al Papado, alegando motivos políticos que venían de tiempos atrás, cuando en realidad la razón primordial era para complacer a Ana Bolena, con quien ya mantenía un romance, quien no aceptaba su proposición de ser amante, ni tener hijos, si antes no se casaban. (Ver: Teresa de Calcuta)
El Papa Clemente VII, se negó a conceder el divorcio al Rey, siguiendo instrucciones del Rey de España, Carlos V, quien a su vez, era sobrino de Catalina de Aragón. Esta decisión papal obstaculizaba tanto el posible matrimonio con Ana Bolena, como el tener hijos varones herederos al trono, según lo determinaba el derecho canónico. (Ver: Simón Bolívar)
Mientras todo eso ocurría, Ana Bolena disfrutaba una nueva vida, con toda clase de lujos, que Enrique VIII pagaba, tenía personal a su cargo, sirvientes, damas de honor y ciertas dependencias dentro del Palacio. También sumó partidarios a su relación con el Rey y posible matrimonio, incluyendo a sus familiares.
División religiosa
La Iglesia de origen inglés, por este motivo, sufrió una separación de la Iglesia romana, naciendo de este rompimiento, la reforma Luterana, constituyendo el culto anglicano. Este hecho conmocionó a los seguidores del Rey, por su profundo arraigo católico y rechazo, en tiempos atrás, a las costumbres luteranas.
Su deseo de continuar su reinado, lo hizo romper con el cristianismo y el Papado. Ana Bolena, para la fecha, tenía mucha influencia ya que hizo despedir al Cardenal Wolsey en 1529, por considerarlo un traidor a su familia. Éste se alió con Catalina y el Papa para forzar el exilio de Ana Bolena.
Al descubrirse este complot, el rey Enrique VIII ordenó su aprisionamiento, pero el Cardenal murió en 1530, debido a una enfermedad terminal, evento que lo salvó de que fuera muriera en la guillotina por traición. Después de eso, la reina Catalina fue desterrada y Ana Bolena tomó posesión del Castillo.
El poder de Ana Bolena
Ana Bolena, tras la muerte del Cardenal, adquirió mucha más fama y poder. Tenía autorización de nombrar nuevos miembros y despedir al personal de la Corte. Su ambición de obtener la corona, la hizo convencer al Rey Enrique de que se acogiera a las normativas radicales en contra de la Iglesia, que mantenían la idea de que el Rey debía manejar la Iglesia y no así el Papado.
Al morir el Arzobispo de Canterbury, líder anglicano, Ana Bolena designó al Capellán de su familia, Thomas Cranmer, como nuevo Arzobispo.
No sólo en el área eclesiástica Ana fue factor de poder. En su nuevo puesto estableció alianzas con Francia, entablando una relación con el embajador Gilles de la Pommeraye, a quien cautivó con su personalidad y belleza, éste la ayudó a preparar un discurso con el que buscaría el apoyo ante Francisco I de Francia, para celebrar su matrimonio. (Ver: Alexander von Humboldt)
Antes de ir a pronunciar su discurso en Calais, Enrique VIII le otorgó el marquesado de Pembroke. Por su parte, Ana a su padre le consiguió el Condado de Wiltshire y el de Ormonde. A su hermana María, quien había enviudado, la ayudó con una pensión mensual y a su hijo, Henry, lo envió a un prestigioso monasterio católico reformado, de la orden del Cister.
Matrimonio de Ana y Enrique VIII
Ana Bolena, con su discurso pronunciado en Calais, logró que le aprobaran el matrimonio al Rey Enrique VIII. Al fín se casaron, aunque no en forma fastuosa, lo hicieron en Dover,- puerto de Inglaterra, en el Canal de la Mancha- de manera secreta. Ana se embarazó a los pocos meses y se celebró otro matrimonio, para cumplir con los requisitos reales, el 25 de Enero de 1533, en Londres.
El recién nombrado Arzobispo de Canterbury, Thomas Cranmer, anuló el matrimonio del Rey Enrique VIII con la Reina Catalina de Aragón. El 28 de Mayo de ese mismo año autenticó y validó el matrimonio de Enrique VIII y Ana.
Ana Bolena fue coronada como Reina de Inglaterra, en la Abadía de Westminster el 1° de Junio de 1533. También se declararon en desacato a la Iglesia Romana, designando al Rey Enrique como autoridad máxima de la Iglesia de Inglaterra, poniendo fin así al catolicismo en ese país, para orgullo y beneplácito de Ana Bolena, quien no confiaba en el Papado, pues consideraba que era un foco de corrupción dentro del cristianismo.
La hija de Ana Bolena
El 7 de septiembre, la Reina dio a luz una niña, en el Palacio de Placentia, a quien llamaron Isabel, como homenaje a la madre de Enrique, Isabel de York. Esta niña sería en un futuro la Reina de Inglaterra, Isabel I. (Ver: Henry Morton Stanley)
Pocos meses después, Ana, Enrique y su hija, la princesa Isabel, se fueron a vivir a Hatfield House, casa de campo en el condado de Hertfordshire, donde sería más sano el crecimiento de la niña y Ana Bolena estaría más tranquila, ante el posible acoso de la hija de Catalina. Enrique VIII esperó con ansias un nuevo embarazo para tener al fin su tan deseado varón.
El castillo de Ana Bolena
En Hatfield House habían más de 300 empleados, entre los que se contaban sacerdotes –que servían de consejeros religiosos, confesores y capellanes-, sirvientes, damas de honor y mozos de establo. Tenía una vida de verdadera reina, mucho más cómoda y atendida que su antecesora, Catalina de Aragón.
Sus ideas contra el Papado la hicieron famosa entre algunos grupos de la sociedad inglesa, hubo quienes la catalogaron hasta de heroína. Fue bien vista por Martín Lutero, por la realeza francesa y ganó muchos seguidores. Seguía con sus obras de caridad, fue pionera en dirigir lo que se llamó “El nuevo aprendizaje” en Inglaterra, mezclando doctrinas luteranas con algunos vestigios de la católica. (Ver: Hitler)
Llegó a formar una Corte envidiable y muy extravagante, como se esperaba en el siglo XVI, para reflejar el poderío de la monarquía. Ana no escatimó en gastar exageradamente en la compra de vestidos, joyas, finos abanicos de plumas de avestruz, tocados, monturas de jinetes, los mejores muebles y tapicerías traídas desde todo el mundo. Transformó varios de sus palacios para complacer sus gustos y derrochar su dinero a montones.
Crisis matrimonial
Enrique VIII esperó sin éxito el nacimiento de su heredero al trono. Empezó a perder interés por Ana. Ésta a su vez había perdido apoyo entre sus miembros de la Corte y amigos, dado el cambio de temperamento y arrogancia con la que actuaba. Intentó apartar al Rey de su madre y de su hija María, prohibiéndole las visitas o cualquier trato cercano. El Rey no volvió a ver a su madre.
A María, la hija de Catalina, la despojó de su título de princesa y la nombró dama de honor de Isabel, en visible acto de humillación hacia María. En 1534, sufrió un aborto y en 1536 tuvo otra pérdida, esta vez de un feto varón, ya formado, el mismo día del entierro de Catalina de Aragón, el 29 de Enero. Esto hizo caer en desgracia a Ana Bolena.
Ana Bolena empezó a temer por su matrimonio después de su último aborto. Ya el rey Enrique estaba frecuentando a Juana Seymour, quien fue trasladada a otras dependencias, el trato del rey hacia su hermano Jorge ya no era el mismo, éste fue sustituido en la Orden de la Liga (Orden de Caballería), por el hermano de Juana Seymour.
Muerte de Ana Bolena
El 2 de mayo de 1536, Ana Bolena fue detenida y trasladada a la Torre de Londres (Palacio Real). Ella exigió que le notificaran los cargos por los cuales estaba siendo detenida, no sabía tampoco el destino de su familia.
Aquí la historia se divide, hay quienes la juzgaron y quienes la defendieron. Entre los cargos que le atribuían estaban el de incesto, adulterio y alta traición. Entre los acusados de ser los amantes de Ana Bolena estaban Mark Smeaton, músico flamenco que trabajaba para la reina Ana Bolena, confesó, luego de ser torturado por Thomas Cromwell.
Sir Henry Norris, amigo de la pareja real, quien fue absuelto tras declarar su inocencia y asegurar que Ana Bolena también lo era. Norris por ser aristócrata no fue torturado; Sir Francis Weston y William Brereton –mozo de la cámara privada del Rey-, quien se presume fue acusado injustamente, por una venganza del Rey en su contra.
Por último fue acusado el hermano de Ana, Jorge Bolena, a quien le inferían el cargo de incesto con ella, su propia hermana, durante el ultimo año.
¿Realmente era culpable?
Quedan serias dudas de este bochornoso caso contra la Reina, tomando en cuenta que el día anterior, el Rey Enrique VIII, había dejado abandonada y humillada en un torneo en Greenwich a la reina Ana, supuestamente por un ataque de celos, al verla entregar un premio a uno de los concursantes.
Otro detalle importante es que ya Enrique VIII se había visto coqueteando con su amante Juana Seymour, a la vista de todos y generando fuertes comentarios dentro y fuera de la Corte. En Londres circularon panfletos en claro apoyo a la Reina Ana Bolena.
El 30 de mayo Enrique VIII se casó con Juana Seymour. Ésta finalmente le dio un hijo varón, Eduardo VI, murió joven sin dejar herederos. No fue posible extender la dinastía de Tudor. María, la hija de Catalina de Aragón ascendió al trono llamándose luego “la católica María I de Inglaterra”.
Después de su muerte y sin dejar herederos, la sucedió Isabel I, la hija de Ana Bolena. Isabel I terminó de sepultar la dinastía Tudor, nunca se casó, no tuvo herederos.
Ejecución
El día de su ejecución fue el 19 de mayo de 1536, luego de diecisiete días encarcelada. La llevaron a la Torre Verde, por ser digna de una ejecución privada. Los encargados de vigilarla comentaron que se le vio muy feliz y sin preocupaciones.
Los datos históricos aseguran que llevaba puesto un oscuro vestido gris de damasco, de pieles, sobre una enagua roja. Tenía un tocado Gable con el pelo recogido. Se arrodilló mientras rezaba, le quitaron el tocado y le taparon los ojos con una venda. Su ejecución fue rápida.
Tumba de Ana Bolena
Los restos de Ana Bolena, su cuerpo y su cabeza, fueron sepultados en la Capilla de San Pedro ad Vincula. El gobierno no le proporcionó un ataúd digno de su rango, por lo que su tumba no tenía señales identificativas. Isabel I, su hija, al llegar a ser reina tampoco hizo lo propio, no le importó reinvindicar el nombre e importancia de su madre, haciendo llevar los restos a otro sitio más digno.
Fue en medio de una remodelación de la capilla, al identificar sus restos, que gracias a la Reina Victoria, le dieron un sitio más apropiado y marcaron el piso de mármol con el nombre de Ana Bolena. (Ver: Napoleón Bonaparte)
Películas sobre Ana Bolena
De la vida y obra de Ana Bolena se han escrito y producido libros, películas, óperas, obras de teatro y otras tantas manifestaciones artísticas que han obtenido éxitos y fracasos, pero han dado vida y conocimientos a nuevas generaciones sobre este personaje importante de la historia.
“Las hermanas Bolena” fue una película española, producida y dirigida por Justin Chadwick, en el año 2008. Es una adaptación de una novela homónima escrita por Philippa Gregory. Hay otras basadas en la vida de Ana Bolena y el rey Enrique VIII, como por ejemplo, “Ana de los mil días”, de origen británico, producida en 1969 y dirigida por Charles Jarrot. “Anna Boleyn” del año 1920, producción alemana, dirigida por Ernst Lubitsch.
Libro sobre Ana Bolena
“El diario secreto de Ana Bolena” es una novela histórica, escrita por Robin Maxwell, publicada en el año 2008. Cuenta que Isabel I, al morir su madre, Ana Bolena, encontró el diario personal y por medio de él conoció facetas de su madre que no conocía. A medida que se adentra en su vida y sufrimiento, se da cuenta que no era la madre que ella pensó.
Se deduce que quieren hacer ver que a raíz de la lectura de este diario, fue que Isabel I no quiso casarse ni traer herederos al trono.
Ópera sobre Ana Bolena
Ana Bolena fue inmortalizada en una ópera, género musical teatral, llamada del mismo nombre. Es una tragedia lírica, original de Gaetano Donizetti, compositor de Lombardía. Escrita en 1830, época de oro de sus composiciones. Fue representada por la famosa cantante de ópera María Callas, en la década de los sesenta del siglo XX.
La trama se desarrolla en base al romance que tenía Enrique VIII con Juana Seymour, con la que tiene planes de casamiento pero está aún casado con Ana Bolena. Planifican el juicio y posterior muerte de la reina y su supuesto amante, para quedarse con el trono.
Frases de Ana Bolena
Fueron pocas las frases emitidas que hayan pasado a la posteridad. Pero hay dos o tres relevantes en el momento que se utilizaron.
“No te daré mucho trabajo, tengo el cuello muy fino”, palabras que le dijo a su verdugo antes de morir decapitada.
“Prefiero perder mi vida que mi honestidad”, en respuesta al acoso a que era sometida por el rey Enrique VIII.
“Parece que queréis calzar los zapatos de un muerto”, dirigida a Henry Norris, aludiendo a su futuro si el rey Enrique VIII descubría sus intenciones hacia ella.
Misceláneas
- Además de Ana Bolena, el rey Enrique VIII también ordenó decapitar a Catalina Howard, prima de Ana y la quinta de sus esposas, también acusada de traición, incesto y adulterio.
- Enrique VIII le otorgó el título de Marquesa de Pembroke, convirtiéndola en la primera mujer en recibir esa distinción en Inglaterra.
- Isabel I, hija de Ana Bolena, se convirtió en la reina más famosa en la historia de la realeza inglesa.
- Luego de su muerte, Ana fue conmemorada como mártir por los protestantes ingleses.
- Cuando murió Catalina de Aragón, Enrique VIII y Ana Bolena fueron al funeral vestidos de amarillo brillante, en clara alusión a la alegría generada por su muerte. Este hecho no ha sido confirmado.
- Se pensó que Ana Bolena y Enrique VIII, pudieron haber envenenado a Catalina de Aragón, ya que el corazón lo tenía ennegrecido. Pero estudios médicos posteriores determinaron que ese color se debía al cáncer de corazón que padeció. En esa época no era conocida esa enfermedad.