La Lluvia de Oro, Tommaso Grossi

[La pioggia d’oro]. Poema en sextinas, en dialecto milanés, de Tommaso Grossi (1790-1853), publicada en 1822. En ella, a través de una inge­niosísima invención, que en su origen fue de Melchiorre Cesarrotti, se presenta al pueblo primitivo de los Tracios, al que Orfeo trata de despertar a las civilización, ha­ciendo nacer en ellos el sentido del amor y de la fe en Júpiter. Está dividida en cuatro partes, en cada una de las cuales se asiste a una revelación singular de la divinidad: en la primera, se siente a Júpiter a través del rayo y de la tempestad; en la segunda se revela a través de una grandiosa escena de corte y de riqueza; en la tercera hace cantar a sus musas la grandeza del cielo y su propia fuerza frente a los gigan­tes. Pero en cada una de estas pruebas, a pesar de que Orfeo les incita a creer, los hombres se revelan; primero reaccionan contra la furia de la tempestad, después se agitan contra la escena de la riqueza, movi­dos por la envidia; por fin, en el canto épico, se duermen. Solamente cuando, im­pulsados por la miseria y el hambre, al invocar a Júpiter éste les socorre con ali­mentos y bebidas, los hombres reconocen y bendicen a Dios. La narración, llena de agudeza y de garbo, rica en tonos humoris­tas, termina con una moraleja: esto es, que los fuertes inspiran miedo, los ricos despier­tan la envidia, los sabios nos abruman, sólo los generosos de sus bienes son profunda­mente amados.

M. Maggi