Ciudad Real Digital | Cultura en tiempos de crisis | Crítica de la película "Patch Adams"

jueves, 16 de mayo

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Estreno en Royal City

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Patch Adams ()

Director: Tom Shadyac

Intérpretes: Robin Williams, Monica Potter, Philip Seymour Hoffman, Bob Gunton, Daniel London, Peter Coyote, Irma P. Hall, Richard Kiley, Barry Shabaka Henley

Sinopsis: Basada en una historia real, la película es la biografía del médico Patch Adams (Robin Williams), que revolucionó a la comunidad médica oficial aplicando singulares terapias consistentes en hacer reír y proporcionar afecto a los pacientes enfermos de cáncer.

Crítica de José Luis Vázquez

Valoración: 5 estrellas

El de PATCH ADAMS representa un cine “buenista”, idealista, utópico, de inmejorables sentimientos que creo irrita, parece incluso ofender a buena parte de mi gremio. De hecho, constituye éste uno de los ejemplos más representativos de ese divorcio muchas veces surgido entre crítica y público.

Número uno en el box office USA en su momento, un taquillazo en toda regla, tuvo en cambio pésimas reseñas, incluso crueles, en el momento de su estreno, hace ya casi veinte años, en 1998. A propósito de esta reflexión primera, permítame que rescate unas líneas de una de las pocas opiniones laudatorias que me parecen de lo más certeras: “Una comedia dramática agresivamente reconfortante que será achicharrada por la crítica, pero bien recibida por el público de a pie”. Pues eso.

¿Y por quién me decanto esta vez? Sin dudarlo, por esos espectadores que acudieron esperanzados a recibir unas buenas porciones de melaza y no se sintieron defraudados. Porque no siempre se tiene que ser sutil siéndolo curiosamente a la vez y evitar las emociones a flor de piel. Eso es justamente esta aleccionadora y preciosa propuesta, que siempre me deja una sonrisa de oreja a oreja finalizada su proyección y pese a que lo que cuenta de fondo es ciertamente dramático, trágico.

Basada en un personaje real, el revolucionario Doctor Hunter “Patch” (Parche) Adams, parece ser que no le hizo mucha gracia al original el retrato que del mismo hizo un arrebatador Robin Williams. Y de acuerdo, seguramente ya no solo traiciona su físico sino que puede que también una buena parte de su espíritu, pero creo que ello va en favor de un desarrollo más dinámico, legítimamente sentimentalón y solvente, más peliculero vamos, a la hora de mostrar al personaje y su historia.

Estoy refiriéndome a alguien que practicaría una nueva, una muy novedosa forma de ejercer la medicina. Desde el humanismo, desde considerar al paciente precisamente un ser humano y no un número, de otorgar a la risa el poder terapéutico, “sanador” o aliviador que tiene.

No deja de ser la recreación heterodoxa, dentro de un inmaculado y un envoltorio convencional, sobre un personaje igualmente heterodoxo, alguien empeñado en acortar las distancias entre el enfermo y el profesional, en alejarse de inútiles elitismos académicos, en sociabilizar la medicina, en evitar burocracias o en alejarse de formalismos latosos.

A este individuo, como ya he venido a señalar unos párrafos antes, lo encarna de forma vitalista, exultante, payasa, divertida, entusiasta, contagiosa un estupendo, un convenientemente excesivo Robin Williams. Prácticamente casi no había en ese momento quien pudiera igualarle dentro de ese estilo. Le venía como un guante para incorporarlo a su galería distinguida por individuos de este calibre o estilo. El protagonista de EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS, JUMANJI, EL INDOMABLE WILL HUNTING o GOOD MORNING VIETNAM contagia toda la energía de su inspirador, indistintamente que se aleje o no de su verdadera, su auténtica imagen. Esto, además, lo de no ajustarse al homenajeado suele ser una constante, una letanía mil veces repetida.

En cualquier caso, es un adecuadísimo inductor para mostrar que la risa, lo más contagiosa a ser posible, funciona perfectamente como terapia alternativa… o complementaria. También para demostrar la tremenda fuerza que tienen los sentimientos afectuosos, los afectos sentidos de verdad.

Para ello utiliza algo siempre tan efectivo como un contrapunto, en este caso el personificado en Bob Gunton, el decano de la Universidad de Medicina.

Y claro, para este viaje resultan necesarios momentos bellamente desaforados, fuera de horma, como esa escena de la mariposa o esos versos de un poema de Pablo Neruda. Y, principalmente, las propias reflexiones del biografiado. Y las risas felices y agradecidas de los niños. Y un romance, convenientemente alterado, con una chica encantadora y que presenta ramificaciones dolorosas.

Detrás, un director discreto que aquí logró su mejor trabajo, Tom Shadyac (7 largometrajes, su actor fetiche el cargante Jim Carrey), que se dedica a ponerse humildemente al servicio de la historia, sin pretender ir de divo, mostrándose en todo momento eficaz, profesional, al servicio de su impagable héroe.

También podrán disfrutar con la breve interpretación del malogrado y camaleónico Philip Seymour Hoffman, espléndido como un antiguo compañero del protagonista.

Fueron muchos los que la tildaron de azucarada, sentimental… Es posible ¿y qué? También es tierna, amable, comprensiva, empática, festiva, luminosa. Y habla con lenguaje prístino, entendible, asequible de amor, comprensión, amistad, imaginación, creatividad, solidaridad, ilusión, honestidad, amor.

Relucientemente bonita.

Nota: Reflexiones del auténtico Patch Adams:

“Soy el loco que cree que la risa lo cura todo”

“No te empeñes en ser conocido, sino en alguien que valga la pena conocer”

“No conozco una sola enfermedad que se cure con la seriedad, con la ira o con la apatía. Lo más curativo es el amor, el humor y la creatividad”

“¿Qué hay de malo en la muerte señor? A qué le tenemos tanto miedo, por qué no tratar la muerte con cierta humanidad, dignidad y decencia y, Dios perdone, hasta con humor”

“Tú eres el autor de tu propia felicidad y te corresponde a ti decidir cada mañana temprano tener un día feliz”

“Si tratan una enfermedad, ganan o pierden; si tratan a una persona, les garantizo que siempre ganarán sin importar las consecuencias”.

José Luis Vázquez