PARC NATURAL DE S’ALBUFERA DE MALLORCA

S’Albufera de Mallorca fue declarada Parque natural el 28 de enero de 1988 (Decreto 4/1988). Es también Zona Húmeda de Importancia Internacional, incluida en el convenio de Ramsar y en la Red Natura 2000, como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC).

S’Albufera es la zona húmeda más extensa e importante de las Islas Baleares, tiene una superficie de 2.036,23 Ha mayoritariamente de humedal y se encuentra en los términos municipales de Muro y sa Pobla. Tiene un origen muy antiguo y ha variado en extensión y características según los cambios del nivel del mar. Parte del humedal se originó en la era terciaria, pero la actual zona húmeda se formó hace menos de 100.000 años. Las dunas litorales son más modernas, de unos 10.000 años de antigüedad.

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PARC NATURAL DE S’ALBUFERA DE MALLORCA

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  • El horario de visita es de 9 a 18 h entre el 1 de abril y el 30 de septiembre, y de 9 a 17 h entre el 1 de octubre y el 31 de marzo.
  • La visita ES GRATUITA pero SE REQUIERE UN PERMISO que se debe solicitar en el centro de recepción (abierto de 9 a 16 h todo el año, excepto el día de Navidad y el de Fin de Año). Las visitas en grupo requieren un permiso especial que debe solicitarse al Parque con antelación.
  • Para más información, llamar al 971 89 22 50.

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  • Respeten la naturaleza y los valores que han hecho posible este espacio protegido.
  • No está permitida la recogida de plantas, flores, animales o sus restos.
  • Circulen siempre por los caminos indicados, a poca velocidad con las bicicletas y respetando la señalización existente.
  • No se permite la entrada de las bicicletas de más de dos ruedas.
  • Respeten el horario de visita.
  • Los ruidos molestan a los animales y a los otros visitantes.
  • Circulen en silencio.
  • No se puede comer dentro de los observatorios ni hacer picnics dentro del Parque.
  • No se permiten las actividades deportivas (Running, footing, circuitos ecuestres o de bicicleta de montaña, etc.).
  • No entren con animales domésticos (especialmente perros).
  • En caso de incumplimiento de la normativa, el personal del Parque puede revocar el permiso de visita.
  • Uso de drones i vehículos eléctricos (excepto bicicletas).

PARC NATURAL DE S’ALBUFERA DE MALLORCA

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El acceso a S'Albufera es a pie o en bicicleta por el Pont dels Anglesos. Se puede aparcar el vehículo a motor en los viales de las urbanizaciones cercanas o en el aparcamiento habilitado para esta finalidad junto a la entrada del Parque.
Al Parque llegan las líneas de bus L351 i L352.

MAPA

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El agua es la base de la riqueza biológica de S’Albufera. El agua y la humedad del suelo permiten el crecimiento continuo de la vegetación, que varía según la profundidad, la proximidad al mar y el tipo de terreno. El Parque recibe el agua de lluvia a través de torrentes y manantiales.

En verano, las entradas de agua del mar no son importantes en cantidad, pero afectan a la vegetación y la fauna.

La vegetación está dominada por el carrizo (Phragmites australis), la masiega (Cladium mariscus) y la enea (Typha spp.). En los canales encontramos plantas que viven sumergidas: el Potamogeton pectinatus y la cama de ranas (Ceratophyllum demersum). En las zonas salobres crecen los juncos (Juncus spp.) y las hierbas saladas (Sarcocorniaspp.). Entre los árboles destacan el álamo blanco (Populus alba), el olmo (Ulmus spp.) y el tamarisco (Tamarix spp.). Las especies de las dunas, como la azucena marina (Pancratium maritimum), el “peu de milà” (Thymelaea velutina), el enebro de fruto grande (Juniperus oxycedrus macrocarpa) están adaptadas a las difíciles condiciones del arenal.

Encontramos gran diversidad de hongos, 205 especies en total. Una de ellas, la Psathyrella halofila, nueva para la ciencia, fue descubierta en s’Albufera en el año 1992.

En cuanto a la fauna, las especies de peces más comunes son la anguila (Anguilla anguilla) y los mújoles (Chelon y Liza spp.). Abundan la rana común (Pelophylax perezi), reptiles como la culebra viperina (Natrix maura) y el galápago europeo (Emys orbicularis). También 22 especies de mamíferos como murciélagos, ratones y ratas.

Los invertebrados son muy diversos: libélulas, dípteros, escarabajos y mariposas nocturnas (más de 450 especies).

Se han observado un total de 303 especies de aves, 64 son reproductoras, entre sedentarias y estivales. Más de 10.000 aves invernan en s’Albufera: ánades, garzas, entre otras, además de grandes grupos de estorninos. El Parque es también importante para las aves migratorias, que realizan estancias de corta duración: cercetas carretonas, golondrinas... y para las divagantes, (de presencia ocasional), como las grullas.


AVES VISTAS EN S'ALBUFERA:


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  • Centro de información de sa Roca: abierto de 9 a 16 h todo el año, excepto el día de Navidad y 1 de enero. Teléfono 971 89 22 50.
  • Centro de Interpretación Can Bateman: abierto de 9 a 16 h todo el año, excepto el día de Navidad y 1 de enero.
  • Oficina de Gestión de sa Roca: horario de 8 a 15 h. Ctra. de Artà al Puerto de Alcúdia (Ma 12 Km. 26,7, Pont dels Anglesos). Teléfono 971 89 22 50. Fax 971 89 21 52. Correo electrónico: parc.albufera@gmail.com
  • Observatorios de aves y plataformas de observación
  • Laboratorio para el uso de investigadores
  • Vivienda para investigadores.

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  • Itinerari des Colombars
  •    
  • Itinerari de Sa Roca
  •    
  • Itinerari des Cibollar
  •    
  • Camí d'Enmig - Ses Puntes

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Itinerari des Colombars

Dificultad:Baja
Distancia:1.325 m. (Sólo ida)
Duración:2,5 h
Recomendaciones:Calzado cómodo
Temática:Ecosistemas halófilos, adaptados a altas concentraciones salinas

Color:   

El recorrido comienza delante del centro de interpretación Can Bateman; podemos visitarlo antes o después del itinerario. Nos permitirá conocer la historia de S’Albufera y nos introducirá en sus principales características físicas y biológicas.

Etapas

En seguida que salimos del Centro de interpretación Can Bateman nos encontramos con un puente de madera que cruza el Canal des Sol, uno de los principales canales del Parque, que se abrió en la segunda mitad del siglo XIX, como muchos otros, con la finalidad de desecar la zona inundada. Un auténtico ejército de 1.500 hombres, procedentes de toda Mallorca y de fuera, trabajó a las órdenes de los ingenieros ingleses, de modo que se transformó radicalmente el humedal, hasta que en el año 1871 se habían conseguido desecar 2.146 hectáreas. Después de sufrir nuevas inundaciones y salinizaciones, la mayor parte de la zona fue abandonada y retornó a su estado natural. El agua del Canal des Sol tiene dos orígenes diferentes: la escorrentía superficial y las surgencias freáticas interiores. Por dicho canal de vez en cuando puede verse pasar alguna anguila (Anguilla anguilla), uno de los peces más apreciados y característicos de S’Albufera. La anguila se pesca en éste y en otros canales con la modalidad tradicional llamada «pesca con cucada». Este método de pesca consiste en capturar los peces con una caña que tiene un hilo del que cuelga un cebo hecho sólo de lombrices, sin anzuelos. La voracidad de las anguilas permite estirarlas y sacarlas del agua, y depositarlas con habilidad dentro de un gambarón situado dentro de la acequia, donde se mantienen vivas. El destino final es la elaboración de deliciosos platos típicos de la comarca: espinagadas, anguilas fritas o rehogadas, fideos o cazuela de anguilas..., que nunca faltan por San Antonio en Sa Pobla y Muro. Además podemos observar otros peces, como las lisas y los mújoles, así como la carpa (Cyprinus carpio), especie introducida accidentalmente en el Parque y que provoca importantes desequilibrios ecológicos en el medio acuático. Movidas por la escorrentía, veremos diferentes plantas sumergidas, como la cola de zorro (Ceratophyllum demersum) o el Potamogeton pectinatus, que sirven de alimento y refugio a una multitud de pequeños animales, así como a algunas aves acuáticas, como, por ejemplo, las fochas (Fulica atra), negras y con el pico blanco.
Siguiendo el itinerario, llegamos al Pont de Sa Roca, que cruza el Gran Canal. En esta zona pueden observarse las profundas transformaciones que modificaron S’Albufera a finales del siglo XIX: los puentes, los canales, los sifones..., infraestructuras que servían para reconducir el agua, con la finalidad de desecar esta zona húmeda. Las compuertas existentes se utilizan actualmente para mejorar la gestión del agua de dicha zona. El agua recorre el Gran Canal, de 50 metros de anchura y 2.700 metros de recorrido, hasta llegar a desembocar al mar por S’Oberta, donde se encuentra el Pont dels Anglesos, de la misma época que el puente donde nos encontramos. Ambos puentes tienen cinco arcos. Están construidos con piezas de piedra arenisca sobre un cimiento de estacas de pino. Tiene una longitud de 110 metros y una anchura original de 5 metros. Los cinco arcos rebajados tienen una luz ligeramente decreciente hacia los extremos: el arco central tiene 9,30 m, los dos intermedios 8 metros y los dos laterales 7,10 metros. El Gran Canal debe limpiarse periódicamente, ya que los sedimentos que llevan los torrentes van llenándolo. La obra de construcción del canal se acabó en el año 1871. En estos puntos, ya debemos fijarnos en la flora y en la fauna que nos rodean. Los olmos (Ulmus minor), con sus raíces, sostienen el sustrato de las riberas que trascurren paralelas al Gran Canal y forman los caminos principales de S’Albufera. Junto a otras especies constituyen el bosque de ribera, que en verano ofrece una agradable sombra a los visitantes. Las aves acuáticas que más fácilmente observaremos en la zona son las fochas (Fulica atra) y el ánade real (Anas platyrhynchos), la anátida más abundante y conocida: los machos destacan por su cabeza verde. El galápago europeo (Emys orbicularis) toma el sol, en los días de buen tiempo, a las orillas del canal y, si levantamos la cabeza, el imponente halcón de Eleonor (Falco eleonorae) nos enseña, en primavera y en verano, sus artes de caza para capturar libélulas y otros insectos. En dirección hacia el norte, recorremos el camino de Es Senyals. Recibe su nombre de una compuerta que había al final, que dirigía el agua hacia Can Blau o hacia Sa Manegueta. Tenía dos colores, blanco y rojo, y, según como se colocara, mostraba uno u otro color.
A sólo un centenar de metros del puente encontraremos una pequeña plataforma de observación, llamada plataforma de Es Cibollar. Fue construida por la Asociación Balear de Amigos de los Parques con fondos de la familia Bishop y se encuentra encima del Canal de Rec (canal de riego). El Canal de Rec servía para conducir y distribuir las aguas dulces de la fuente de Son Sant Joan por los cultivos de arroz o de cáñamo repartido por toda S’Albufera. Tenía 72 kilómetros de longitud, pero actualmente sólo se conservan más o menos en buen estado los tramos paralelos al Camí de Ses Puntes o al Camí des Senyals. El agua era impulsada desde la fuente por una gran rueda hidráulica movida por un motor de vapor. Desde la plataforma podemos observar con facilidad la gran diferencia de vegetación que existe entre una parte y otra del Camí des Senyals. En la cara de poniente, donde llegan las aguas más dulces, abundan las cañas (Arundo donax), el carrizo (Phragmites australis) y la masiega (Cladium mariscus). En cambio, en la parte más próxima al mar, con aguas más salobres, están presentes los juncos (Juncus sp.), los tamariscos (Tamarix sp.) y las salicornias, plantas adaptadas a convivir con importantes concentraciones de sal en su medio. De las cañas y el carrizo se aprovechaban todas las partes de la planta: las hojas, las cepas y, especialmente, los tallos, altos, endurecidos, lisos y huecos, usados con profusión por su ligereza y resistencia. Otras especies que deben observarse son el carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus), la culebra viperina (Natrix maura), muy abundante en este camino y la Carex sp., planta de hojas delgadas, estrechas y flexibles cuyas raíces tuberculosas son el alimento de numerosos ánades.
Siguiendo el mismo camino, pasado un kilómetro, llegaremos a un desvío hacia la izquierda que nos conducirá hacia Es Colombars, justo pasado un pequeño puente por debajo del cual pasa el canal Ferragut. Es Colombars es una de las dos zonas con mayor número de balsas o llissers, conformada por una retícula de canales perpendiculares que la cruzan de lado a lado. Al ser una de las zonas más inaccesibles de S’Albufera y con grandes llissers, constituye el principal refugio para la invernada de algunas aves acuáticas. En esta zona, y sobre todo en Es Cibollar, abundan las charcas salobres donde las comunidades de plantas se disponen en un mosaico complejo, según los pequeños cambios de relieve y composición del suelo. Abundan los carrizos y los juncos como el Scirpus maritimus, que fructifica en verano y cuyas semillas son un buen alimento para las ánades invernales. En las charcas salobres existen muchos invertebrados, presa de diversos pájaros, como rascones, anátidas y aves limícolas como los chorlitejos (Charadrius sp.), correlimos (Calidris sp.), cigüeñuelas (Himantopus himantopus), avefrías (Vanellus vanellus) y Gallinago gallinago, entre otras. Ya en el camino que se adentra en Es Colombars, por encima de un paso hecho con maderas que permite caminar por zonas inundadas, llegaremos hasta el observatorio de aves de Es Colombars. Éste es el punto final de nuestro itinerario (si bien nos quedará la vuelta). Desde el observatorio podemos contemplar numerosas especies animales y vegetales, así como el llamado «malecón de Gesa», creado en el año 1979, cuando se instalaron las tuberías de refrigeración de la central térmica de Es Murterar. Entre las plantas que allí veremos destacan la alacranera (Arthrocnemum macrostachyum), el tamarisco (Tamarix sp.) y el salvio (Inula crithmoides). Entre las aves, debe ponerse atención en el águila pescadora (Pandion haliaetus), el porrón común (Aythya ferina) y el cormorán grande (Phalacrocorax carbo). El águila pescadora es grande y pesca mújoles y lisas en los canales y estanques mayores. Las pocas parejas que viven en la costa norte de la Serra de Tramuntana vienen a pescar en las aguas de S’Albufera.

PARC NATURAL DE S’ALBUFERA DE MALLORCA

Itinerari de Sa Roca

Dificultad:Baja
Distancia:760 m (Sólo ida)
Duración:1h y 30 min
Requisitos:-
Recomendaciones:El recorrido es prácticamente plano y se ha de realizar a pie. En el centro de información podeis consultar cualquier aspecto para hacer este itinerario
Temática:Flora, fauna y paisaje

Color:   

Este itinerario recorre la parte central del Parque, una de las más diversas y ricas. Puede conectarse con otros itinerarios, especialmente con el de Es Cibollar, si se desea tener una visión amplia de los diferentes ecosistemas que existen en la zona húmeda.

Etapas

El recorrido empieza delante del centro de interpretación Can Bateman; se puede visitar antes o después del itinerario. Nos permitirá conocer la historia de S’Albufera y nos introducirá en sus principales características físicas y biológicas. El edificio de Can Bateman, junto con el resto de edificios administrativos del Parque, está situado en un punto conocido como "Sa Roca", centro neurálgico de S’Albufera. En el siglo XIX, una empresa inglesa montó la máquina de vapor más potente para desecar la zona húmeda de s'Albufera. Se trataba de una gran rueda hidráulica que permitía extraer el agua. Cerca instalaron gran parte de la maquinaria y los edificios necesarios para llevar a cabo dicha tarea. Más adelante, ya entrado el siglo XX, una importante empresa papelera edificó allí una fábrica de papel, que utilizaba carrizo y mansiega como materia prima. La fábrica de papel funcionó hasta el año 1966. Finalmente, con motivo de su compra por parte del Govern de les Illes Balears y de la declaración del Parque natural, Sa Roca se convirtió en el punto de concentración de los edificios administrativos, el centro de visitantes del Parque y las dependencias del personal. Desde Can Bateman debemos tomar un camino estrecho que parte a mano izquierda, en dirección sur. Este sendero, que sólo puede seguirse a pie, nos llevará al cabo de unos 150 metros hasta el observatorio de aves de Es Ras, financiado por el Consell de Mallorca, desde donde podemos realizar observaciones interesantes.
El observatorio domina una gran explanada conocida como Es Ras, donde la gestión con ganado ha conseguido abrir importantes superficies de aguas libres, aprovechadas en la actualidad por numerosas especies de flora y fauna. Aunque cueste creerlo, antes de que se soltara el ganado, este paraje era un cañizal alto e impenetrable. En Es Ras pastan diferentes tipos de ganado, sobre todo vacas de raza mallorquina. Esta raza estuvo a punto de desaparecer y aún hoy cuenta con una parte importante de su población en el Parque natural de S’Albufera. En invierno Es Ras se halla completamente anegado, pero suele secarse a principios de verano, para llenarse de agua nuevamente con las tormentas de septiembre. En los caminos que rodean Es Ras, en una zona protegida del ganado, se pueden ver algunas especies vegetales interesantes, como, por ejemplo, los álamos (Populus alba) y las zarzas (Rubus ulmifolius). Las dos nos acompañarán en nuestro itinerario. También veremos algún conejo (Orictolagus cuniculus), fácilmente observables en los atardeceres de primavera y verano en las zonas más secas. Casi prácticamente durante todo el año florecen los cinco en rama (Potentilla reptans). Los reconoceremos porque son pequeñas plantas rastreras de hojas serradas separadas en cinco folíolos y flores amarillas muy brillantes, que parecen enceradas. En las zonas anegadas veremos numerosas especies de animales, entre las que destacan las aves acuáticas. La garza real (Ardea cinerea) es un ave muy grande, de color gris, con el cuello y las patas muy largas, y el pico recto y poderoso, que pesca peces, cangrejos y ranas. Puede verse con facilidad durante todo el año. También durante todo el año puede verse el pato colorado (Netta rufina), ánade de coloración tostada, con la cara más clara. Esta anátida fue reintroducida en los años noventa del siglo XX, ya que la especie se había extinguido a principios del siglo XIX. En cambio, el pato cuchara (Anas clypeata) es casi exclusivamente invernal. Tiene el pico ancho y grueso, y abunda en las áreas abiertas y de aguas poco profundas. El macho tiene la cabeza oscura y los flancos rojos. Sin embargo, no sólo hay aves. En esta área son abundantes los invertebrados, como el cangrejo de río rojo (Procambarus clarkii), introducido accidentalmente en los años noventa. También es frecuente ver, a la puesta de sol, algún murciélago pequeño como por ejemplo Pipistrellus pipistrellus, el más abundante de todos. Vuela en grandes bandadas al atardecer y por la noche sobre las zonas pobladas de árboles, cazando insectos. Duerme de día en cuevas y grietas de edificios próximos a S’Albufera.
Siguiendo el itinerario, llegaremos hasta la colina de Sa Roca, a la cual se accede después de cruzar el pequeño puente de madera. En el puentecillo debemos fijarnos en la gran cantidad de peces y vegetales sumergidos que viven en el pequeño canal que lo atraviesa. Toda una red trófica compuesta por algas, plantas, insectos y otros invertebrados, peces, tortugas, culebras, ranas y aves buceadoras, se encuentra presente en las aguas de canales y lagunas. Una vez en lo alto de la pequeña colina de Sa Roca nos daremos cuenta de la verdadera extensión del Parque y de cuáles son sus ecosistemas principales. Además de Es Ras, podremos observar las grandes, casi interminables, masas de cañizo que se extienden hacia el interior, hacia los pueblos de Muro y Sa Pobla. Esos cañizales son uno de los grandes tesoros del Parque, donde viven especies protegidas, difíciles de ver en otros parajes. Es el caso del carricero tordal (Acrocephalus melanopogon), pequeño pájaro insectívoro, de colores grises y tostados, con una ceja blanca sobre su ojo. Sobrevolando los cañizales es frecuente ver las golondrinas (Hirundo rustica) y algún aguilucho (Circus aeruginosus). Las golondrinas se reúnen en grandes concentraciones (decenas de miles de aves) en el Parque cada otoño y primavera, cuando migran desde Europa hacia África, o en sentido inverso. En el cañizal, aunque a primera vista parezca que sólo hay cañizo, están presentes muchas otras plantas. Destacan, sin duda, la masiega (Cladium mariscus) y la correhuela mayor (Calystegia sepium). La masiega es una planta espesa, de hojas muy largas y delgadas, con pequeños dientes en los bordes que hacen que resulte una planta peligrosa al tacto. La correhuela mayor, es una enredadera vivaz, de hojas triangulares y flores grandes de color blanco, vive encima de las cañas y del cañizo. Florece en verano y en invierno se seca. La colina de Sa Roca fue levantada por los gestores del Parque con el material que se extrajo de la laguna de aclimatación, que puede verse a sus pies, mirando hacia los edificios administrativos. Esta pequeña laguna sirve para liberar los animales que se encuentran heridos o que necesitan pasar un tiempo de aclimatación antes de ser definitivamente liberados. Allí pueden verse algunas aves, así como ranas, tortugas y peces.
Siguiendo el itinerario, llegaremos hasta una encrucijada de caminos, justo después de pasar un primer canal, el canal de Es Sol, por encima del puente de Sa Roca. Si nos fijamos, veremos que a mano izquierda parte un camino estrecho, que va hasta un nuevo observatorio de aves, el observatorio del Canal Gran. Desde allí podremos disfrutar muy de cerca de las evoluciones de numerosos peces, como el mújol (Mugil cephalus), pez muy abundante en S’Albufera, que puede alcanzar el medio metro de longitud, con una gran cabeza que facilita su identificación. Acompañando los mújoles, podemos ver lisas y carpas, algún galápago y numerosas especies de aves, entre las que destacan por su abundancia las fochas (Fulica atra), las pollas de agua (Gallinula chloropus), los calamones (Porphyrio porphyrio) y diferentes especies de ánades. Tampoco será difícil ver algún zampullín chico (Tachybaptus ruficollis) y, si estamos en invierno, algún cormorán grande (Phalacrocorax carbo). En este observatorio acaba el itinerario. Se recomienda volver atrás unos metros hasta el puente de Sa Roca, por donde pasan los demás itinerarios del Parque. Es especialmente interesante seguir el itinerario de Es Cibollar, igualmente a pie. Dicho itinerario es un complemento perfecto de lo que acaba de ver, ya que se adentra en bosquecillos de olmos y extensiones de humedal salado, ecosistemas completamente diferentes a los que hemos recorrido hasta ahora.

PARC NATURAL DE S’ALBUFERA DE MALLORCA

Itinerari des Cibollar

Dificultad:Baja
Distancia:725 m (Sólo ida)
Duración:1.5 h
Requisitos:Se hace a pie
Recomendaciones:En el centro de información podeis consultar cualquier aspecto relacionado con este itinerario
Temática:Flora, fauna y paisaje

Color:   

Este itinerario recorre, junto con el de Sa Roca, la parte central del Parque, una de las más diversas y ricas. Es recomendable hacerlo con calma, con paradas largas y constantes en los puntos de interés (observatorios, puentes, canales).

Etapas

El recorrido comienza delante del centro de interpretación Can Bateman; podemos visitarlo antes o después del itinerario. Nos permitirá conocer la historia de S’Albufera y nos introducirá en sus principales características físicas y biológicas. El edificio de Can Bateman, junto con el resto de edificios administrativos del Parque, se encuentra situado en lo que se conoce como Sa Roca, centro neurálgico de S’Albufera. A lo largo de los últimos siglos en Sa Roca se han instalado diferentes empresas. En el siglo XIX la empresa encargada de desecar S’Albufera tenía montada allí una gran rueda hidráulica que permitía extraer agua. Más adelante, ya entrado el siglo XX, una importante empresa papelera edificó allí una fábrica de papel, que utilizaba carrizo y masiega como materia prima. Con motivo de su compra por parte del Gobierno de las Illes Balears y de la declaración del Parque natural, Sa Roca pasó a concentrar los edificios administrativos, el centro de información del Parque y las dependencias del personal.
Tomaremos el camino de la derecha, hacia el norte. En seguida nos encontraremos con un pequeño puente de madera que cruza el Canal des Sol para dirigirnos hacia la ribera del Gran Canal. Éste es el canal principal del Parque, que lo cruza de poniente a levante, hasta llegar al mar. Recoge las aguas de los torrentes de Muro y Sant Miquel, dos de los más importantes de toda la isla. El Gran Canal no es de origen natural. La obra que lo construyó terminó en el año 1871. Anteriormente las aguas de S’Albufera desembocaban en el mar por el estanque de Els Ponts y sólo ocasionalmente salían por este punto. Se debe limpiar el Gran Canal periódicamente, ya que los sedimentos que llevan los torrentes van cegándolo. En la ribera del Gran Canal, en los puntos donde el carrizo (Phragmites australis) nos permita acercarnos al agua, disfrutaremos de numerosos peces, como, por ejemplo, el mújol (Mugil cephalus), muy abundante en S’Albufera y que puede llegar a medio metro de longitud, con una gran cabeza que lo hace fácil de identificar. También veremos lisas y carpas, algún galápago europeo (Emys orbicularis) y numerosas especies de aves, entre las que destacan por su abundancia las fochas (Fulica atra), las pollas de agua (Gallinula chloropus), los calamones (Porphyrio porphyrio) y diferentes especies de ánades. Veremos algún zampullín chico (Tachybaptus ruficollis) y, en invierno, algún cormorán grande (Phalacrocorax carbo).
Siguiendo la ribera del Gran Canal hasta una encrucijada de caminos, a mano derecha nos encontramos con el puente de Sa Roca, que cruza el Gran Canal. El puente de Sa Roca tiene una longitud de 110 metros y una anchura original de 5 metros. Sus cinco arcos rebajados tienen una luz ligeramente decreciente hacia los extremos: el arco central mide 9,30 metros; los dos intermedios 8 metros y los dos laterales 7,10 metros. En este punto debemos fijarnos en la flora y la fauna que nos rodean. Los olmos (Ulmus minor), con sus raíces, sostienen el sustrato de las riberas que trascurren paralelas al Gran Canal y que forman los caminos principales de S’Albufera. Forman el llamado «bosque de ribera». Las aves acuáticas que más fácilmente observaremos en la zona son las fochas (Fulica atra), fáciles de identificar por su color negro, y el ánade real (Anas platyrhynchos), la anátida más abundante y conocida.
Una vez que hemos cruzado el Gran Canal nos encontramos con otra encrucijada de caminos. En esta ocasión tomaremos el más estrecho, que parte a mano derecha, entre árboles que forman un denso bosque de ribera. El bosque de ribera está formado principalmente, como ya hemos visto, por olmos (Ulmus minor), que en primavera y en verano crean una sombra muy apreciada por los visitantes. Por desgracia, la grafiosis, una enfermedad fúngica, ha echado a perder mucho su población, que está siendo sustituida progresivamente por otras especies más resistentes, como los acebuches (Olea europea var. silvestris). Además de árboles y arbustos, debe prestarse atención a pequeñas hierbas que crecen a la sombra del bosque, como las lágrimas de la Virgen (Allium triquetrum) y los jaros (Arum italicum). En los troncos de algunos árboles crece la seta de chopo (Agrocybe aegerita), hongo de color crema, muy apreciado en la comarca. Surge en grandes cantidades después de las lluvias de otoño y primavera. Entre el ramaje del bosque una multitud de pequeñas aves se dejan ver, o lo que es más frecuente, nos deleitan con sus cantos. Son muy abundantes los ruiseñores comunes (Luscinia megarhynchos), en primavera y en verano, y los ruiseñores bastardos (Cettia cetti), durante todo el año. La población de mariposa de los muros (Pararge aegeria) es muy abundante en el bosque de ribera. Es de color tostado, con tres ojos grandes en las alas traseras. La blanquita (Pieris sp.) tiene una medida mediana y coloración blanca general, con algunas motas y puntos negros en las alas. Es muy nerviosa y difícilmente se la ve parada. Para acabar, también deben tenerse en cuenta los mamíferos, escondidizos y difíciles de detectar por sus costumbres crepusculares y nocturnas, pero que en este paraje del Parque son abundantes. Además de ratones y ratas, conejos y murciélagos, con algo de suerte detectaremos la marta (Martes martes). Si tenemos paciencia, resulta más fácil de ver la comadreja (Mustela nivalis), pequeño mamífero de color tostado con la tripa blanca.
Siguiendo el itinerario por el bosque de ribera, llegaremos a los dos observatorios de aves Bishop, separados el primero del segundo por un centenar largo de metros. Ambos observatorios, de los primeros que se construyeron en el Parque, dominan las grandes extensiones de humedal salado de Es Cibollar. En esta zona la comunidad vegetal presente es el salicornial, que se forma siempre en lugares de salinidad muy elevada. Se ve muy bien la relación de S’Albufera y el mar, ya que el agua marina forma parte de la capa freática y determina la salinización del suelo, rico en limos y arcillas. En invierno, el agua de la lluvia se encharca y el terreno queda inundado o muy húmedo. En verano la evaporación es muy fuerte y la sal queda a flor de tierra, donde a veces es visible como un polvillo blanco. Este ciclo anual determina las adaptaciones de las plantas. Las anuales son de ciclo muy rápido, de modo que germinan, florecen y fructifican después de la inundación invernal y antes de la salinidad estival. Las plantas perennes son gruesas y disponen de poderosos mecanismos osmóticos para obtener agua: son los almajos (Sarcocornia sp. y Arthrocnemum sp.) y algunos juncos.
En los charcos primaverales y otoñales se congregan muchos limícolas y los chorlitejos y las cigüeñuelas crían. En los campos de salicornia están los grandes posaderos colectivos de las garzas. Se oye a menudo el grito escandaloso del rascón, y las anátidas son abundantes y diversas durante el invierno. La cigüeñuela es un ave limícola de patas muy largas. Vive en zonas salobres y se alimenta de lombrices y larvas de insectos. Anida encima de pequeñas montañas de vegetación y sus polluelos caminan a los pocos minutos de nacer. La anátida más pequeña que veremos allí es la cerceta común (Anas crecca), que cría en el norte de Europa y pasa el invierno en cantidades considerables en las zonas abiertas de S’Albufera. El macho tiene la cara verde y rosada, pero la hembra es de color tostado. El rascón, de la misma familia que las pollas de agua, es muy arisco y difícil de ver, aunque su voz es inconfundible: parece un gorrino que gruñe y chilla dentro de la espesa vegetación. Dentro de las balsas de Es Cibollar es frecuente un pequeño pez americano introducido en el siglo XIX por su alimentación a base de larvas de mosquito, para ayudar a combatir la malaria y el paludismo. Es la gambusia (Gambusia affinis holdbrocki). Una vez lleguemos al último de los dos observatorios de aves, debe volverse atrás por el mismo camino. Se recomienda regresar en calma y silencio, ya que es tanta la diversidad de especies que viven en el bosque de ribera que, si nos entretenemos un poco, seguro que veremos formas de vida nuevas que no hemos observado en la ida.

PARC NATURAL DE S’ALBUFERA DE MALLORCA

Camí d'Enmig - Ses Puntes

Dificultad:Baja
Distancia:11.5 km
Duración:3 h
Recomendaciones:Realizad el itinerario en bicicleta. Pueden consultar cualquier aspecto relacionado con este itinerario en el centro de información. Si lo desea puede detenerse allí un momento

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Este itinerario es el más largo que puede realizarse en el Parque. Nos permite recorrer los diferentes ambientes que se encuentran en él y tomar contacto con parte del patrimonio etnológico de S’Albufera. Es un recorrido que rodea casi todo el Parque. El recorrido comienza delante del centro de interpretación Can Bateman; podemos visitarlo antes o después del itinerario. Nos permitirá conocer la historia de S’Albufera y nos introducirá en sus principales características físicas y biológicas.

Etapas

Tomaremos el camino que parte a la derecha, hacia el norte. Después de cruzar un puente de madera, llegaremos hasta el puente de Sa Roca, que cruza el Gran Canal. Desde este puente ya debemos fijarnos en la flora y la fauna que nos rodean. Los olmos (Ulmus minor) sostienen el sustrato de las riberas que trascurren paralelas al Gran Canal y que forman los caminos principales de S’Albufera. Forman el llamado «bosque de ribera», que en verano ofrece una agradable sombra. Las aves acuáticas que fácilmente observaremos son las fochas (Fulica atra) y el ánade real (Anas platyrhynchos). El galápago europeo (Emys orbicularis) se deja ver mientras toma el sol, y el halcón de Eleonor (Falco eleonare), en primavera y en verano. En dirección a la torre de observación de la punta de Es Vent, recorremos el camino de Enmig, que antes comunicaba el pueblo de Sa Pobla con el mar. El cañizo (Phragmites australis) de las orillas es delgado y alcanza los 5 metros de altura. Se encuentra en zonas de agua dulce y en invierno aparece seco, mientras que reverdece en primavera. Subiremos a la torre de observación que nos encontramos en el camino. Nos permitirá observar una panorámica del Parque desde un punto elevado, además de los pueblos de Muro y Sa Pobla. Este punto es donde confluyen los dos torrentes (Muro y Sant Miquel) que bajan desde la Serra de Tramuntana y nutren de agua la zona húmeda. Este mirador nos permite distinguir la caña, del cañizo y la masiega. La caña (Arundo donax) es una gramínea leñosa de origen oriental, gruesa y de 6-7 metros de altura. El cañizo es autóctono y más abundante, pero más delgado. La masiega, (Cladium mariscus) es muy abundante forma herbazales llenos de hojas dentadas que pueden cortar la piel. En verano, a las orillas de los canales, puede verse cazando a la garza imperial (Ardea purpurea), de medida grande y coloración gris y rojiza. Se alimenta de peces, cangrejos y ranas. Las lisas (Chelon labrosus), peces muy abundantes en los canales, suelen ir en grupos numerosos.
Después de la parada en la torre, continuamos por el camino de Enmig hasta llegar a una barrera y a la zona de los puentes de hierro, muestras de la arquitectura industrial del siglo XIX en S’Albufera. Por debajo del puente de Can Blau pasa el torrente de Sant Miquel (debemos ir con mucho cuidado en este tramo, porque es una carretera que lleva mucho tráfico). Siguiendo las indicaciones, nos adentramos dentro del camino que, dejando atrás el mástil meteorológico de GESA y las acequias de Son Senyor y Son Amer, nos conducirá hasta el puente de Son Carbonell, que cruza el torrente de Muro. Este puente y el anterior son los primeros puentes de hierro de la historia de Mallorca y fueron fabricados en Inglaterra a partir del proyecto de desecación de 1866. Cada uno descansa sobre unos cimientos formado por doscientas estacas de pino. En esta zona todavía puede observarse un sistema de cultivo tradicional llamado veles o bancales (Sa Marjal). Es un sistema de huerta construido sobre terrenos antiguamente anegados, que se ganaban al agua excavando acequias y acumulando la tierra extraída en parcelas. En esta zona podemos disfrutar observando la orquídea de los pantanos (Orchis robusta), que florece en primavera en las zonas encharcadas. Entre la vegetación podemos observar a la arisca garcilla cangrejera (Ardeola ralloides), pequeña garza de color crema. En invierno, uno de los pájaros más abundantes es el estornino pinto (Sturnus vulgaris): por las tardes es todo un espectáculo ver sus bandadas cuando van a acostarse dentro del cañizal. Seguimos nuestro recorrido por el camino de Es Polls. Su nombre hace referencia a los árboles que nos acompañan durante el camino: los álamos blancos (Populus alba), muy altos, característicos de orillas de canales y torrentes porque demandan zonas con mucha humedad. Por otro lado, nos acompaña la acequia de Es Polls, muy relacionada con la fuente de Sant Joan (Muro), porque la nutre de agua dulce. Seguramente encontraremos ganado paciendo en el camino (no hay peligro, si no los molestamos): se trata de vacas y toros de raza autóctona mallorquina, que de un modo ecológico y sostenible controlan la vegetación para que no crezca desmesuradamente y, al mismo tiempo, reducen el peligro de propagación de incendios.
Llegaremos al puente de Sa Font, por debajo del cual transcurre el agua más limpia del Parque, procedente de la fuente de Sant Joan. En este punto conviene que estemos pendientes de las indicaciones, porque nos adentramos en uno de los caminos rurales que rodean el Parque, donde se ven los usos agrícolas actuales de la periferia y los sistemas de extracción de agua del subsuelo para regar los cultivos mediante norias. El paseo nos lleva a la zona de S’Amarador: el nombre hace referencia al antiguo estanque existente en este lugar, en el que se enriaba todo el cáñamo que se producía en S’Albufera y sus alrededores. En el año 1991 se procedió al dragado de gran parte de dicho terreno abolido y se recuperó un nuevo espacio de aguas libres: la laguna de S’Amarador. Es esta zona crece en abundancia la espadaña (Typha dominguensis), planta que se ha utilizado tradicionalmente para encordar sillas. Después de disfrutar de la laguna de S’Amarador, continuamos nuestros descubrimientos a través del camino de En Pep. Puede convertirse en un desfile de aves. El calamón (Porphyrio porphyrio) a menudo es visto cruzando el camino. Es un pájaro grande y achaparrado, de coloración azul y con el pico rojo, que vive dentro del cañizal espeso. En el siglo pasado había desaparecido de la zona y en los años noventa fue reintroducido en el Parque. La polla de agua (Gallinula chloropus) se deja ver igualmente por el camino. También puede llamarnos la atención un ave rapaz mediana y de coloración oscura que sobrevuela el carrizal: se trata del aguilucho lagunero (Circus aeruginosus).
Al final del camino encontramos la zona llamada Ses Puntes, formación de dunas fósiles donde se conforman diferentes ambientes: pinares, humedal dulce y humedal salado, cultivos, y restos de usos y arquitectura agrarios. Lo primero que se ve son los restos de las casas de Ses Puntes. Ésta es una zona en la que vale la pena que nos fijemos bien: se ve el canal Riego, bien conservado, y las plataformas de observación de Ses Puntes y Es Ras nos permiten observar, desde un punto de vista elevado, la fauna que habita entre la vegetación. El pinar de Ses Puntes conserva lozanos pinos carrascos (Pinus halepensis), que crecen sobre las dunas fósiles formando pequeñas islas de gran belleza paisajística y riqueza ecológica. En la colina de Ses Eres, que recibe el nombre de una antigua era, que actualmente no se ve, era donde se trillaba el arroz cultivado en S’Albufera. Hay algunas higueras (Ficus carica) que han surgido de las semillas que los pájaros comen y después esparcen. Algunas son restos de las que fueron sembradas en tiempos del cultivo del arroz. Es un buen lugar para observar en verano el abejaruco común (Merops apiaster), ave insectívora llena de colores. Vive en las zonas donde hay áreas arenosas, y caza libélulas y abejas. Prepara su nido en agujeros muy profundos dentro de la arena. En invierno migra hacia África, para regresar en la primavera siguiente. La garceta común (Egretta garzetta) es una ave de medida media, totalmente blanca, que cría desde hace pocos años en los pinos. Ya entramos en la última fase del recorrido, que enlaza con el camino principal de acceso al Parque. Justo en esta encrucijada está el puente de Santa Margalida. Allí podemos optar por regresar hacia el centro de recepción y visitar el centro de interpretación, si no lo hemos hecho antes, o ir en dirección a la salida del Parque y dar por acabado nuestro paseo.

PARC NATURAL DE S’ALBUFERA DE MALLORCA

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