¿Vida de perros?

Entre las excentricidades del mundo canino se encuentra un selectivo grupo de perros que tuvieron la fortuna de heredar de sus millonarios propietarios importantes sumas de dinero. Conoce los tres canes más afamados por no tener ninguna vida de perros.

Nombre: Gunther IV
Raza: Pastor alemán
Fortuna: US$373 millones

Se considera el perro más rico del mundo. Tiene una casa en Miami que fue propiedad de Madona de más de US$3 millones, un roadster BMW, y varias personas a su alrededor que trabajan en función de su bienestar. La historia cuenta que Gunther IV heredó la fortuna de padre, Gunther III, el único heredero de la finca de su dueña la condesa alemana Karlotta Liebenstein que dejó 43 millones de libras esterlinas a su perro cuando murió en 1992.

Nombre: Tobey Rimes
Raza: Poodle
Fortuna: US$92 millones

Todo se remonta a 1931 cuando la soltera y millonaria neoyorquina Ella Wendel le dejó US$20 millones a su perro poodle, con quien vivió durante toda su vida en una mansión ubicada en la Quinta Avenida. Tobey Rimes es un descendiente del perro de Wendel y el último heredero sobreviviente de una fortuna inmobiliaria de Manhattan construida a lo largo de dos siglos. En la actualidad ya suma un patrimonio de US$92 millones lo que lo convierte en el segundo más rico del mundo.

Nombre: Trouble
Raza: Maltés
Fortuna: US$12 millones

Su dueña fue Leona Helmsley, una empresaria neoyorquina fundadora de un imperio hotelero e inmobiliario, quien murió en el 2007 y le dejó una herencia de US$12 millones. Después del fallecimiento de su propietaria, Trouble se trasladó a la Florida donde vivió en el hotel Helmsley Sandcastle, bajo los cuidados de Carl Lekic, director general del establecimiento, quien gastaba US$100.000 anuales en la perrita, entre . Trouble murió en el año 2011 a sus 12 años.