Somebody once told me /
The world is gonna roll me /
I ain’t the sharpest tool in the shed
Si leyendo estas líneas anteriores no puedes evitar que un ogro verde y con muy malas pulgas aparezca en tu cabeza, sin duda eres uno de los tantísimos que caímos en el efecto Shrek. La película de Dreamworks marcó tal época a principios de los 2000 que ya nadie puede escuchar a Smash Mouth sin pensar en las aventura de Shrek y Asno —muy a su pesar del propio grupo, que lleva unos años intentando, sin éxito, renegar de la película—.
Ahora, Netflix ha querido sumarse al movimiento añadiendo a su catálogo la primera película de la franquicia. Y es que, por más que pasen los años, Shrek va a seguir siendo un fenómeno de maravilloso de la animación para públicos de todas las edades, algo que las plataformas no van a pasar por alto fácilmente.
Mientras esperamos más noticias por la futura Shrek 5, confirmada por Dreamworks pero de la que aún no sabemos nada, conviene recordar por qué siempre es un buen momento para volver a Shrek y deleitarse con el humor más fino de Andrew Adamson, Vicky Jenson.
Más allá de la broma
Está bien, como broma Shrek está bien, ¿no? Quiero decir, como película cómica entretenida sin mayor pretensión, pues está claro que funciona. Pero decir solo eso de Shrek sería como decir que Titanic es lo que es solo por el hundimiento del barco. Sin duda, detrás de esta película hay mucho más, y lo cierto es que con cada revisionado se nota más y más.
Estrenada en 2001, esta obra maestra de DreamWorks Animation llevó el género de las películas animadas por ordenador a nuevas alturas con su ingeniosa narrativa, personajes memorables y un humor irreverente que apelaba tanto a niños como a adultos. Dirigida por Andrew Adamson y Vicky Jenson, se ha convertido en una de las películas de animación más icónicas de todos los tiempos. Y no es para menos.
La historia de Shrek sigue a un ogro solitario del mismo nombre, cuya tranquila vida en un pantano se ve interrumpida cuando su hogar se convierte en el refugio de varios personajes de cuentos de hadas, expulsados de sus tierras por el malvado Lord Farquaad. Determinado a recuperar su soledad, Shrek hace un trato con Farquaad para rescatar a la princesa Fiona y devolverla como esposa del señor feudal, a cambio de la restauración de su ciénaga. Sin embargo, a medida que avanza la historia, Shrek se enfrenta a dilemas morales y descubre que estar tan amargado con la vida no es el único camino a seguir.
Lo que hace que Shrek sea tan excepcional es su habilidad para subvertir los tropos clásicos de los cuentos de hadas mientras ofrece una historia conmovedora y divertida. En lugar de presentar a los personajes de los cuentos de hadas como figuras intocables y perfectas, la película los muestra de manera realista, con defectos y complejidades que los hacen más humanos y accesibles para el público. De hecho, lo hace todo desde el humor, riéndose de todos ellos tal y como hacía el relato original de William Steig en el que está basada la película.
Este juego con los cuentos permite a Shrek contar con un elenco de personajes inolvidables. Desde el mismo Shrek, con su actitud gruñona pero corazón tierno, hasta Asno y la princesa Fiona, cada personaje está hábilmente desarrollado y contribuye al encanto único de la película. Además, a medida que avanzaron las películas fueron mejorando en este aspecto, explorando otros cuentos como El gato con botas o Pinocho.
Además, en su aspecto técnico, Shrek también es impresionante para su época. La animación todavía se mantiene sorprendentemente bien hoy en día. La atención al detalle en los diseños de personajes y entornos, junto con la expresividad de los movimientos, ayuda a dar vida a este mundo de una manera que es tanto visualmente impresionante como emocionalmente convincente.
El mayor ridículo de la historia de Disney
Tan buena fue en lo técnico y tanto cautivó en lo narrativo que Shrek se convirtió, ojo, en la primera película en ganar el premio Oscar en la categoría de Mejor película de animación. Esto fue, sin duda, el mayor golpe que se le ha dado a Disney desde su fundación, pues parecía evidente que este primer Oscar tenía que ir directo a la compañía del ratón… y no fue así.
La rivalidad entre DreamWorks y Disney ha sido una parte intrínseca de la industria del cine animado desde que DreamWorks Animation fue fundada en 1994 por Jeffrey Katzenberg, un ex ejecutivo de Disney. A lo largo de los años, DreamWorks ha desafiado el dominio de Disney en el mercado de la animación con películas como Shrek, que se burlaban de los estereotipos y convenciones asociadas con las películas de Disney.
Sin duda, DreamWorks marcó un antes y un después en la animación con Shrek, y a pesar de que algunas de sus secuelas no estuvieron a la altura (Shrek 2 no, Shrek 2 es increíble), la compañía dejó claro con este filme que estábamos en un nuevo momento para el cine.
