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Carlos III

Casa de los Borbones

Carlos III

Madrid, 20 de enero de 1716 - Madrid, 14 de diciembre de 1788

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Biografía

Hijo primogénito de Felipe V (1683-1746) y de su segunda esposa, Isabel Farnesio (1692-1766), la educación del futuro Carlos III estuvo a cargo de Joseph Arnaud, del Padre jesuita Ignacio Laubrussel y del Padre Saverio de la Conca. Junto a la enseñanza de las primeras letras, su formación incluyó conocimientos de Geografía, Historia, Religión, Táctica Militar, latín y lenguas vivas, además de otras disciplinas con un carácter más mundano como la equitación, la caza, el baile y la música. 

En un principio, Carlos III no estaba destinado a reinar ya que sus hermanos mayores, los futuros Luis I y Fernando VI, le precedían en la línea de sucesión al trono español. No obstante, a comienzos de 1731 fue reconocido Duque de Parma y Piacenza, tras la muerte de Antonio Farnesio, y heredero del Gran Ducado de Toscana. Apenas tres años después, en el curso de la Guerra de Sucesión polaca (1733-1735), Don Carlos fue coronado Rey de Nápoles y Sicilia. Sus años de gobierno en ambos Reinos se caracterizaron por el desarrollo de una política reformista que cristalizó en el estímulo del comercio y la industria, la defensa de la ley y el orden público y la protección a las ciencias, las artes y la arqueología. En este último punto es de notar el patronazgo ejercido por el Monarca sobre las excavaciones en Pompeya y Herculano, así como la creación durante su reinado de la Real Academia y del Real Museo Herculanenses. 

Poco después de acceder a los tronos de Nápoles y Sicilia, Don Carlos contrajo matrimonio el 19 de junio de 1738 en Portella (Nápoles) con la Princesa María Amalia de Sajonia (1724-1760). La pareja real tuvo trece hijos: la Infanta María Isabel Antonia (1740-1741); la Infanta María Josefa (nacida y muerta en 1742); la María Isabel (1743-1749); la Infanta María Josefa Carmela (1744-1801), que permaneció soltera toda su vida; la Infanta María Luisa (1745-1792), Gran Duquesa de Toscana y Emperatriz de Alemania casada con Leopoldo II (1747-1792); el Infante Felipe (1747-1777), cuyos problemas de salud le excluyeron de la línea de sucesión al trono; el futuro Carlos IV (1748-1819), que sucedió a su padre en la Corona española; la Infanta María Teresa (1749-1750); el futuro Fernando IV de Nápoles y Sicilia (1751-1825), sucesor de Carlos III en ambos Reinos desde 1759; el Infante Gabriel (1752-1788); la Infanta María Ana (1754-1755); el Infante Antonio Pascual (1755-1817) y el Infante Francisco Javier (1757-1771). El Soberano enviudó de María Amalia de Sajonia el 27 de septiembre de 1760.  

Después de reinar en el Sur de Italia durante casi veinticinco años, Carlos III accedió al trono español tras la muerte sin sucesión de su hermanastro, Fernando VI, el 10 de agosto de 1759. Su reinado coincidió con el apogeo de la Ilustración en España. El nuevo Rey se rodeó de un grupo de colaboradores y ministros reformistas e ilustrados entre los que destacaron el Marqués de Grimaldi, Pedro Rodríguez Campomanes, los Condes de Floridablanca y Aranda o Pablo de Olavide, entre otros, que protagonizaron la vida política española después de que los Motines de 1766 obligaran al Monarca a prescindir del siciliano Marqués de Esquilache, que le había acompañado a España en 1759. 

La política interior alentada por el Rey y sus ministros se caracterizó por la introducción de reformas en ámbitos como el Ejército y la Marina, la Administración central y municipal, la Justicia, la economía y las finanzas del Estado. La voluntad reformista de los gobiernos de Carlos III cristalizó en la promulgación de las Reales Ordenanzas Militares de 1768, la creación de nuevas Reales Fábricas, la dignificación de ciertos oficios mecánicos y la limitación de los privilegios gremiales, que lastraban el desarrollo manufacturero, el establecimiento de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía, la fundación de las Sociedades Económicas de Amigos del País desde 1772 y del Banco de San Carlos en 1782, o la creación de la Junta Suprema de Estado en 1787, entre otras medidas. El reformismo carolino se extendió también a los Reinos de Ultramar con la introducción de las Intendencias desde 1762, la creación del Virreinato del Río de la Plata (1776-1777), el desarrollo de ciertas reformas para la mejor defensa de los territorios americanos, la puesta en vigor de medidas para una lucha más eficaz contra el contrabando, o la promulgación de los Decretos de libre comercio de 1765 y 1778. En materia religiosa, el Monarca decretó en 1767 la expulsión de la orden jesuítica de España y los Virreinatos americanos, además de ser un firme defensor del reforzamiento de la autoridad real frente a la jurisdicción eclesiástica. 

A semejanza de lo que hiciera en Nápoles y Sicilia, Carlos III se preocupó asimismo por el estímulo de las artes y las ciencias. A lo largo del reinado del Monarca, son de destacar los planes para la mejora de la higiene pública y la remodelación urbana de Madrid, embellecida desde la década de 1770 con algunos monumentos emblemáticos de la ciudad como la fuente de la Cibeles y la Puerta de Alcalá, por ejemplo. De esta época datan también la creación del Real Gabinete de Historia Natural (1771) y del Colegio de Cirugía de San Carlos (1780), la inauguración del Real Jardín Botánico (1781), o el impulso otorgado a las obras del Hospital General de Madrid y el Real Observatorio Astronómico, entre otras iniciativas. El interés de Carlos III en la ciencia, la técnica, la botánica y la medicina tuvo a su vez una proyección ultramarina que se manifestó en las expediciones científicas a la América española, financiadas por la Corona, como la efectuada por José Celestino Mutis desde 1782 por ejemplo.  

Por último, en lo que concierne a la política exterior, Carlos III abandonó la neutralidad que había caracterizado al reinado de Fernando VI y suscribió con Francia el tercer “Pacto de Familia” el 15 de agosto de 1761. Este viraje diplomático entrañó la poco exitosa participación española en la Guerra de los Siete Años (1756-1763). En virtud de la Paz de París de febrero de 1763, España debió ceder a Inglaterra la Florida oriental y occidental, así como ciertos privilegios comerciales en el Caribe. No obstante, este fracaso inicial impulsó una reorganización y modernización del Ejército español cuya eficacia se hizo patente durante el siguiente conflicto con los británicos, entre 1779 y 1783, esta vez en apoyo a la independencia de los Estados Unidos. Tras el cese de las hostilidades, Inglaterra se vio obligada a devolver a España la isla de Menorca y las dos Floridas, según lo estipulado en la Paz de Versalles de septiembre de 1783. 

Carlos III falleció en Madrid el 14 de diciembre de 1788. Sus restos se encuentran enterrados en el Panteón de Reyes del Monasterio de El Escorial.

Fuente: Real Academia de la Historia (https://www.rah.es)

Palacio Real de El Pardo

1547

Es la residencia de los Jefes de Estado extranjeros de visita oficial en España

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