(DOC) IMPACTO DE LOS CAMBIOS TECNOLÓGICOS DEL SIGLO XVIII y XIX | cristian huachaca - Academia.edu
SUMILLA IMPACTO DE LOS CAMBIOS TECNOLÓGICOS DEL SIGLO XVIII y XIX A mediados del siglo XVIII se pasa del viejo mundo rural al de las ciudades tentaculares, del trabajo manual a la máquina, del taller a la fábrica. Los campesinos abandonan los campos y se trasladan a trabajar a las ciudades, el artesanado desaparece casi por completo; surge una clase de profesionales, promotores, ingenieros; en las concentraciones industriales aparece el proletariado, masa de braceros que trabajan con máquinas que no son suyas. Todo se transforma: mentalidades, grupos sociales, trabajo (este estrictamente relacionado al cambio de los medios e instrumentos de producción); el cual le da una menor importancia y valor al trabajo del obrero produciendo así el empobrecimiento de los obreros y la acumulación de beneficios de los empresarios. El cambio de los medios e instrumentos de producción fueron motor de esta mutación, fueron el impulso que la ciencia y la técnica supieron dar a todo el proceso de cambio, es decir, a lo que se conoce como Revolución Industrial que tuvo en Inglaterra sus orígenes y principal protagonista. Acerca de esto Landes refiere: ¨El termino revolución industrial suele referirse al complejo de innovaciones tecnológicas que, al sustituir la habilidad humana por la maquinaria y la fuerza humana y animal por energía mecánica, provoca el paso desde la producción artesana a la fabril, dando así lugar al nacimiento de la economía moderna¨ Landes. D .S: Progreso tecnológico y revolución industrial, Madrid, Tecnos, 1979. p. 15. Y es sobre el impacto que causaron las máquinas de vapor de Thomas Newcomen y James Wat, el torno de Enrique Maudslay y la mandrinadora de John Wilkinson, de lo que se trata el presente ensayo, las cuales supusieron una ruptura con el pasado mucha más drástica que cualquier otra desde la invención de la rueda, siendo éstas la génesis de la tecnología moderna. ALUMNO: CRISTIAN HUACHACA ACUÑA Palabras clave: Revolución industrial, Inglaterra, cambios tecnológicos, inventos. 5 ÍNDICE: REVOLUCION INDUSTRIAL ASPECTOS IMPORTANTES. Fue un proceso de transformación económica, social y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en Inglaterra, que se extendió unas décadas después a gran parte de Europa occidental y Norteamérica, y que concluyó entre 1820 y 1840. Durante este periodo se vivió el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia de la humanidad desde el Neolítico 8 INGLATERRA, CENTRO DE LA PRIMERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. Inglaterra se puso a la cabeza de todas las innovaciones tecnológicas ocurridas durante el siglo XVIII, esto por consecuencia de la combinación de una serie de aspectos políticos, económicos, sociales y culturales favorables que posibilitaron el proceso de industrialización. 10 CAMBIOS TECNOLÓGICOS LOS INVENTOS Debido a la revolución industrial comenzó un proceso acumulativo de avances tecnológicos autoalimentado que tuvo repercusiones en todos los sectores económicos. Van a surgir nuevas máquinas las cuales tienen un papel decisivo en el proceso de industrialización. INTRODUCCIÓN: En los cambios tecnológicos del siglo XVIII y XIX, se considera que cualquier análisis de esta etapa histórica pasa, necesariamente, por tener en cuenta dos aspectos: qué entendemos por Revolución Industrial y por qué se produjo inicialmente en Inglaterra. Respecto al primero de ellos, es necesario concretar previamente el tiempo, es decir, cuándo cabe establecer sus comienzos y cuándo su terminación. Y en ese sentido la mayoría de los escritores la sitúan en Inglaterra durante la segunda mitad del siglo XVIII (1750-1780), mientras que su final se alarga hasta mediados del siguiente siglo, bien entendido que la diferencia de fechas entre Gran Bretaña y los restantes países fue sustancial, del mismo modo que su desarrollo no cabe entenderlo como un cambio brusco, sino que estamos antes una evolución lenta pero estricta y determinante. REVOLUCIÓN INDUSTRIAL: ASPECTOS IMPORTANTES. Y es que la Revolución Industrial es necesario analizarla, y este análisis más como un proceso que enfocarla a un período de tiempo determinado. Así al menos se explica la desigualdad existente entre unos países y otros, hasta el punto que hasta bien avanzado el siglo XX no comenzó en los países menos desarrollados, mientras que en las naciones más importantes de Europa y en EE.UU. se estaba consolidando con fuerza la Segunda Revolución Industrial. En cuanto a qué debemos entender por Revolución Industrial, he tomado del profesor británico David S. Landes la siguiente definición, que estimo se adecúa con bastante precisión a su significado: ¨El término revolución industrial suele referirse al complejo de innovaciones tecnológicas que, al sustituir la habilidad humana por la maquinaria y la fuerza humana y animal por energía mecánica, provoca el paso desde la producción artesana a la fabril, dando así lugar al nacimiento de la economía moderna¨. Landes, D. Progreso tecnológico y revolución industrial, Madrid, Tecnos, 1979. p. 26 De acuerdo con esa interpretación, una sociedad industrial es aquella que sabe aprovechar el desarrollo tecnológico para sustituir la energía proporcionada por fuerza humana o animal, o también turbinas, por la proporcionada por máquinas. Evidentemente, un cambio de esa magnitud tuvo unas consecuencias enormes por diferentes razones: los hombres y los animales sólo pueden trabajar un determinado número de horas diarias; el viento puede no soplar; y una turbina deja de girar si el caudal de agua se seca en verano o se hiela en invierno. Al contrario, una máquina puede funcionar todo el día sin descanso y su duración puede ser, si se cuida debidamente, muchos años. La diferencia, pues, es extraordinaria: una máquina puede producir más energía que cualquier número disponible de animales. De acuerdo con esas consecuencias, la industrialización se debió a una sucesión interrelacionada de cambios tecnológicos que sustituyeron la capacidad humana por instrumentos mecánicos, y la energía humana y animal por la energía inanimada. Cambios en equipos y en métodos que trajeron consigo nuevas formas de organización industrial. La utilización de máquinas, que pasó de la producción inicial de hilaza y de tejidos a su utilización en las minas de carbón y de hierro, para continuar, ya en el siglo XIX, con su aplicación a los buques de vapor y el ferrocarril, originó un cambio sustancial en el tamaño de la unidad productiva. De forma que la unidad de trabajo familiar fue sustituida por la maquina industrial y la fábrica se convirtió en un sistema de producción en sí mismo, basado en una clara definición de las funciones y responsabilidades de sus principales miembros: burguesía y obreros. A su vez, los avances tecnológicos y empresariales continuaron una dirección coincidente, de forma que <<un cambio generaba otro cambio>>. Y en ese sentido cabe establecer otra de las características de la Revolución Industrial, basada en el principio de que una vez iniciado el proceso, éste se prolonga indefinidamente. El ¨despegue¨ conduce al ¨desarrollo que se sostiene a sí mismo¨. Y es que un producto nuevo crea la demanda de otros. Una invención da origen a la siguiente y la misma invención se convierte en un hábito. La máquina de vapor constituye un ejemplo de esa interrelación, pues no se consiguió una máquina de condensación efectiva hasta que las mejoras en los métodos metalúrgicos permitieron obtener cilindros adecuados. Igualmente, el incremento de la productividad gracias a una innovación técnica generaba presión sobre las actividades industriales análogas, que potenciaban su capacidad de invención. De acuerdo con ese proceso, la mayor petición de carbón por parte de la industria originó no sólo la ampliación de su extracción a un mayor número de cuencas mineras, sino también una mayor profundización en las excavaciones. Y esto último incrementó notablemente las posibilidades de filtraciones de agua en las minas, un problema que se solucionó con la bomba de agua más eficaz: la máquina de vapor atmosférica. Esa mejora de los recursos técnicos posibilitó el incremento de su producción, con una comercialización en el mercado de este demandado mineral más barata y abundante, tendencia que resultó fundamental para el desarrollo de una industria siderúrgica que se encontraba en una frágil situación ante la falta de combustible. INGLATERRA: CENTRO DE LA PRIMERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Según Phyllis Deane Phyllis Deane (1918-2012) Historiadora de la economía británica e historiadora del pensamiento económico, autora del libro “La Primera Revolución Industrial”, 1988. 6ª Edición. , para que se produjera la Revolución Industrial en un país se debían registrar los siguientes cambios: 1) Aplicación amplia y sistemática de la ciencia moderna y del conocimiento empírico al proceso de producción para el mercado. 2) Especialización de la actividad económica en la producción para los mercados nacionales e internacionales más que para el uso familiar y local. 3) Movimiento de la población de las comunidades rurales hacia las urbanas. 4) Ampliación y despersonalización de una unidad típica de producción: pasa a fundarse más en la empresa privada o pública y menos en la familia o la tribu. 5) Movimiento de la mano de obra de las actividades relacionadas con la producción de bienes primarios a la producción de bienes manufacturados y servicios. 6) Uso intensivo y extensivo de los recursos de capital como substitutivo y complemento del esfuerzo humano. 7) Aparición de nuevas clases sociales y profesionales determinadas por la propiedad de (o por la relación con) medios de producción que no sean la tierra, es decir, el capital. Esa serie de cambios tan significativos se produjeron, inicialmente, en tan sólo un país europeo: Inglaterra. Las restantes naciones desarrolladas se industrializaron a lo largo del siglo XIX siguiendo el ejemplo preexistente de Gran Bretaña. América del Norte y resto de Europa iniciaron su caminar en la Revolución Industrial con tecnología facilitada por Inglaterra, también con trabajadores ingleses que fueron demandados por esos países para que les instruyeran en la utilización de los nuevos motores y maquinarias. Para ampliar en este punto léase a Julian Chavez Palacios, 2004: “Desarrollo Tecnológico en la primera Revolución Industria” La singularidad inglesa, por tanto, en la Revolución Industrial fue incuestionable, al ser el único país que no imitó un ejemplo preexistente. Las innovaciones que introdujo, fruto de una prolija labor anterior y no de la improvisación o el azar, fueron consecuencia de la combinación de una serie de aspectos políticos, económicos, sociales y culturales que posibilitaron esa diferenciación inglesa respecto al resto de Estados. Ese contexto tan singular pone de manifiesto por qué la industrialización comenzó en Inglaterra y no en otros países. CAMBIOS TECNOLÓGICOS: LOS INVENTOS Ese contexto posibilitó cambios tecnológicos que supusieron una ruptura con el pasado mucho más drástica que cualquier otra desde la invención de la rueda. Y es que, como ya hemos indicado, con la Revolución Industrial comenzó un proceso acumulativo de avances tecnológicos autoalimentado que tuvo repercusiones en todos los sectores económicos. Van a surgir nuevas máquinas, y entre ellas una que tuvo un papel decisivo en el desarrollo de la explotación de la energía térmica: la máquina de vapor. Tomás Vidart Toubeau, Manuel A. Girón y otros. Evolución Histórica de la Máquina de Vapor.  Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas, SEHCYT : Universidad de Cantabria, España (1996). Los adelantos técnicos a lo largo del siglo XVIII permitieron una explotación minera a mayor profundidad terrestre, lo que originó frecuentes problemas de inundación en las minas. Fue preciso crear una máquina que bombeara esa agua para seguir extrayendo carbón. La creación de ésta se produjo en el año 1712 y corrió a cargo de un inventor con una preparación que se diferencia bastante de la que se supone a un científico o un técnico: el herrero Thomas Newcomen. Es importante señalar esto, pues nos sitúa en una de las características de los descubrimientos de esta Primera Revolución Industrial: la ciencia se situó en una posición dependiente de la técnica, los inventos estuvieron hechos por expertos que no necesariamente tenían una formación científica, como es el caso de mencionado Newcomen. Esta máquina se paraba con frecuencia y su eficiencia dejaba bastante que desear. Sin embargo alcanzó cierta difusión y lo más importante fue que, pese a los problemas de funcionamiento, gracias a su descubrimiento el carbón no escaseó en los mercados ingleses. El cual fue un primer paso para respaldar el proceso de Revolución Industrial. Se necesitaba una máquina más eficiente que sustituyera la precaria rueda hidráulica y garantizara una mayor productividad. Un invento que se va a demorar medio siglo pero que va a resultar clave para el desarrollo de la industrialización. Me refiero a la máquina de vapor creada por James Watt en 1765. Este ingeniero, se inspiró en el invento de Newcomen, pero con una diferencia: en lugar de condensar el vapor dentro de un cilindro puso éste en comunicación con un depósito donde se lograba su condensación. Un descubrimiento de extraordinaria importancia, base del desarrollo de la tecnología del vapor y de la ciencia termodinámica. La máquina de vapor aportada por Watt, se irá optimizando su modelo en el transcurso de los años, tenía, entre otras ventajas, su bajo consumo de energía en comparación a la máquina atmosférica de Newcomen, y eso se plasmó en su comercialización. El prensado, el estampado y el forjado dieron como resultado la estandarización, y estrechamente relacionado con ello la capacidad de intercambio de piezas. En concreto, fue a finales del XVIII cuando, ante el aumento de la demanda de maquinaria accionada por vapor, comenzaron a construirse tornos para fabricar piezas de mayor precisión. Precisar la historia de estas construcciones es cuanto menos complicada, pero sin duda el más importante fue el torno del inglés Enrique Maudslay, de 1797, y su versión perfeccionada tres años después, que marcaron una nueva era en la construcción de máquinas-herramientas. La construcción de estructuras metálicas en sustitución de las de madera permitió alcanzar una gran rigidez que proporcionó al torno un alto grado de precisión, aumentando las posibilidades de mecanización de piezas de mayor tamaño y peso con metales de mayor dureza. Termino la referencia a estas máquinas tan importantes para el desarrollo de la Revolución Industrial con las fresadoras, cuya creación obedeció, entre otras razones, a la necesidad de solucionar y perfeccionar el tallado de dientes de engranajes. La necesidad de fabricar armamentos en grandes series fue también otro de los factores que facilitaron el desarrollo de esta técnica. Cito en ese sentido el ejemplo del estadounidense Eli Whitney, a quien el gobierno norteamericano adjudicó la fabricación de fusiles, lo que le planteó la posibilidad de la fabricación en serie. Con ese fin, en el año 1818 creó la primera máquina de fresar. CONCLUSIÓN: En suma, y a modo de conclusión, es preciso señalar que la Revolución Industrial no cabe entenderla como un cambio súbito y radical, sino más bien como un proceso que se fue consolidando con el transcurso de los años y tuvo en Inglaterra su referencia principal. Ese tiempo largo en su afirmación no oscureció sus consecuencias. Y es que los cambios tecnológicos introducidos por la Revolución Industrial supusieron una ruptura con el pasado mucho más drástica que cualquier otra desde la invención de la rueda. La ciencia pura, es decir, la física y la química, que tuvieron, como ya se ha señalado, poco protagonismo en las primeras fases de la industrialización inglesa, se fueron afianzando poco a poco, de forma que a medida que avanzaba el siglo XIX su aportación fue cada vez más decisiva. La aplicación sistemática de la ciencia a la industria produjo la tecnología moderna, que, a su vez, produce y se espera que produzca nuevas soluciones a los problemas que vayan surgiendo. La sociedad contemporánea, que utiliza la maquinaria de motor, tras haber comenzado con la era del carbón pasó, a finales del siglo XIX, a la era de la electricidad y del petróleo, que dio origen al motor de combustión interna, y en especial al automóvil. Avances tecnológicos que a mediados del siglo XX se vieron fortalecidos con la retropropulsión y la energía nuclear. Desarrollo interminable también en el sentido geográfico, pues la industria moderna que comenzó en Inglaterra y luego se extendió a Europa y América del Norte, siguió extendiéndose por América Latina y por Asia, hasta el punto que las nuevas fábricas en el continente asiático socavan los fundamentos mismos sobre los que en otro tiempo se levantó la supremacía industrial de los antiguos centros de la civilización occidental; y entonces me planteo una pregunta, ¿Hasta dónde puede llegar esta aparente infinitud, tanto en el sentido tecnológico como en el geográfico?, es una pregunta para el futuro, a la que ningún trabajo de historia puede tener la pretensión de responder. BIBLIOGRAFÍA: Landes. D .S, Progreso tecnológico y revolución industrial, Madrid (1979). Julian Chavez Palacios, Desarrollo Tecnológico en la primera Revolución Industrial, Universidad de Extremadura (2004). Francisco Bustelo: Pobreza, Riqueza y Revolución Industrial; Universidad Complutense de Madrid. C. Knick Harley: Una nueva evaluación macroeconómica de la Revolución Industrial; Universidad de Western Ontario. Tomás Vidart Toubeau, Manuel A. Girón, Félix Modesto Otero González, Emilio Eguía López, José Antonio Bezanilla Revilla: Evolución Histórica de la Máquina de Vapor (1996). IMPACTO DE LOS CAMBIOS TECNOLOGICOS DEL SIGLO XVIII y XIX Página 2