Con vista al mar 2018/06/01 | Excélsior

Con vista al mar

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Luis Maldonado Venegas*

El jueves 1° de junio de 1917, el capitán mazatleco Rafael Izaguirre Castañares, hermano de quien sería esposa del presidente Adolfo Ruiz Cortines, doña María Dolores Izaguirre, tomó el mando del buque “Tabasco” atracado en el puerto de Veracruz, y cumplimentados los trámites administrativos del caso, al tercer día, el sábado 3 de junio, zarpó hacia Progreso, Yucatán, con una tripulación completamente integrada por marinos mexicanos.

La trascendencia histórica del hecho fue que ese primero de junio la Capitanía de Puerto en Veracruz designó capitanes, pilotos y maquinistas mexicanos de al menos siete buques que se hallaban en los muelles veracruzanos. Fueron capitanes: del “Tabasco”, Rafael Izaguirre Castañares; del “Coahuila”, Armando Ascorve; del “Jalisco”, Agustín Cendrero; del “Tamaulipas” Luis G. Pliego; del “Puebla”, Agustín Guillén; del “Sonora”, Luis Hurtado Mendoza; del “Tehuantepec”, Alberto J. Pawlling y del “México” José del Carmen Solís.

El primero en zarpar fue el “Tabasco” bajo el mando, señalamos arriba, del capitán Rafael Izaguirre Castañares integrante, por cierto, de una familia con prosapia marinera en el puerto de Mazatlán, Sinaloa.

¿Por qué los nombramientos? Para dar vigencia al artículo 32 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, aprobada en Querétaro apenas cuatro meses atrás, el 5 de febrero de ese épico 1917, que obligaba a los buques mercantes nacionales a emplear tripulación mexicana.

Fue el nacimiento del Día de la Marina, institucionalizado mediante decreto el 11 de abril de 1942, por el entonces presidente de la República, el Gral. Manuel Ávila Camacho. A 101 años de distancia continúa siendo grande el desafío para nuestra marina mercante.

Somos un privilegiado país con vista al mar. Tenemos 11 mil 122 km de litoral en los dos grandes océanos del planeta: el Pacífico y el Atlántico. En el primero de ellos, son 11 las entidades federativas costeras, de Baja California Sur a Chiapas, con un total de 7 mil  828 km de longitud; y seis en el Atlántico, de Tamaulipas a Quintana Roo, con 3 mil 294 km de costa; hay 15 estados sin acceso al mar.

Además, unas 3 mil islas, muchas de ellas de gran atractivo turístico, sin incluir islotes, cayos, bajos, bancos y arrecifes que por su tamaño no tienen representación gráfica en las cartas de navegación.

No podemos omitir el mar patrimonial de México que abarca dos regiones: el mar territorial, que va desde la costa hasta 25 km. mar adentro, y la zona económica exclusiva, que es de 200 millas náuticas a partir del litoral. La riqueza que encierran estos datos no es nada desdeñable: el mar patrimonial mexicano tiene una extensión de 2 millones 700 mil km², que se traducen en yacimientos petroleros, otros minerales y pesca abundante.

El reto está en lo exiguo de nuestra marina mercante, cuyos grandes buques apenas pasan de medio centenar, y las embarcaciones de cabotaje (tocan puertos costeros, sin internarse en el océano), se calculan en unas mil.

Según datos de 2017, manejados en diversas fuentes, el transporte marítimo ha sido afectado por la reducción de la producción petrolera y una baja actividad de la industria minera y siderúrgica. En contraparte, las empresas pagan hasta 20 mil millones de dólares anuales a compañías extranjeras por el servicio de fletes.

Imposible evadir que esta realidad amaga además importantes actividades: comerciales, tráfico marítimo, investigación oceanográfica, extracción de hidrocarburos, pesca, protección al medio ambiente marino, así como importantes atractivos turístico-recreativos, que aportan divisas al país.

Hace algunos meses la Dirección General de Marina Mercante quedó bajo la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. El objetivo trazado con esta medida es desarrollar  sistemas  portuarios  integrales  con  puertos  de  clase  internacional, multimodalmente conectados con los centros de producción y demanda nacionales, y respaldados en un transporte marítimo moderno y suficiente para contribuir eficazmente a  transformar  a  México  en  una  plataforma  logística  global  de  comunicaciones y transportes. Hagamos votos por que así ocurra. Es importante no confundir la marina mercante con la Armada de México, cuya fuerza militar se encarga de vigilar y salvaguardar costas, mar territorial, zona económica exclusiva y el espacio aéreo-marítimo, así como aguas interiores, vías fluviales y lacustres navegables.

*Presidente de la Academia Nacional de Historia y Geografía de la UNAM

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