Teodosio III de Braganza

El infante Teodosio de Braganza (Vila Viçosa, 8 de febrero de 1634-Lisboa, 15 de mayo de 1653) era hijo de Juan IV de Portugal (primer rey de la casa de Braganza) y de su esposa la noble española Luisa de Guzmán.^[1][2] Fue heredero al trono portugués desde la asunción de su padre al trono en 1640, hasta su prematura muerte.

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Teodosio de Braganza
Príncipe de Brasil
Información personal
Nombre completo	Teodósio de Bragança
Otros títulos	IX Duque de Braganza Infante de Portugal
Nacimiento	8 de febrero de 1634 Palacio Ducal, Vila Viçosa, Unión Ibérica
Fallecimiento	15 de mayo de 1653 (19 años) Palacio de Alcântara, Lisboa, Reino de Portugal
Sepultura	Panteón de los Braganza en la Monasterio de San Vicente de Fora
Familia
Casa real	Braganza
Padre	Juan IV de Portugal
Madre	Luisa de Guzmán
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Por parte de madre era un 2.º bisnieto del santo Francisco de Borja y Aragón; y, consiguientemente, descendiente directo del papa Alejandro VI (Rodrigo Borja o Borgia).

Su padre le concedió el Ducado de Braganza, siendo el 9.º Duque (como Teodosio III), probablemente después de que su tío Duarte muriera en 1649. Recibió el título de Príncipe de Brasil, especialmente creado en su honra, como heredero del trono portugués, por Carta de su padre el 27 de octubre de 1645.

Teodosio era hombre de gran cultura, con conocimientos del griego y del latín, así como de filosofía y con grades dotes para la música, por lo que fue respetado por los grandes intelectuales del tiempo.

Con apenas seis años, se vio en él la gran esperanza para la Restauración del trono portugués. Según Veríssimo Serrão en su «Historia de Portugal» volumen V, página 36:

Recibió una buena educación literaria, científica y militar, contribuyendo a su formación el Padre Antonio Vieira, que le moldeó el espírito religioso en la consciencia del gran papel que el destino le reservaba. El impulso de la juventud le hizo visitar en 1651 los castillos del Alentejo, donde animó a los soldados y a las poblaciones; y, en el regreso a Lisboa, se vio nombrado Capitán General de las armas del Reino. Para él hubo varios intentos de matrimonio, pero la diplomacia portuguesa no consiguió fructificar el proyecto en la corte de Francia.

Cuentan los cronistas que era un joven muy devoto aunque, al mismo tiempo, impregnado de un ideal guerrero. Sin embargo, fue persona de salud frágil, lo que le impidió resistir los efectos de una tuberculosis pulmonar. Su muerte fue un duro revés para su padre y para el país.

A su muerte en 1653, las cortes portuguesas fueron convocadas para jurar como heredero a su hermano Alfonso aunque algunos de los nobles intentaron jurar a su otro hermano, el infante Pedro dada la precaria salud de Alfonso.^[3] Pedro posteriormente destronaría a su hermano y subiría al trono como Pedro II.

Su cuerpo fue enterrado en el coro alto del Monasterio de los Jerónimos de Belém. Dos siglos después, en 1855, fue trasladado, junto con sus hermanos Alfonso VI, Juana y Catalina, al Panteón de la Dinastía de Braganza.