01. La creación no es un suceso, sino un acto.
02. El ser del hombre es esencialmente su propia obra.
03. La alegría ha de contener el dolor, el dolor ha de transfigurarse en alegría.
04. (...) Y sin embargo, el concepto real y vivo es el de que la libertad es una capacidad para el bien y para el mal.
05. Lo sublime de la naturaleza, así como lo sublime de la tragedia y del arte en general, purifica el alma librándola del simple sufrimiento.
06. Necesidad y libertad se comportan como lo inconsciente y lo consciente. Por esa razón, el arte se basa en la identidad de la actividad consciente y la inconsciente.
07. La filosofía es la fundamentación de todo y se ocupa de todo, extiende su construcción a todas las potencias y objetos del saber, sólo con ella se llega a lo supremo.
08. La perfección de la obra de arte en cuanto tal aumenta en proporción a la identidad que consigue expresar o a la compenetración de intención y necesidad que hay en ella.
09. Cualquiera reconoce que en el concepto de filosofía del arte se une algo contradictorio. El arte es lo real, lo objetivo; la filosofía lo ideal, lo subjetivo. Por tanto, ya se podría determinar de antemano la misión de la filosofía del arte así: representar en lo ideal lo real que está en el arte.
10. ¿Tiene el mal algún final? Y ¿Cómo? ¿Tiene acaso la creación alguna meta? Y, si esto es así, ¿Por qué no se alcanza inmediatamente, por qué no se da la perfección ya desde un principio? Para esto no hay más respuesta que la dada: porque dios es una vida y no sólo un ser. Y toda vida tiene un destino y está sometida al sufrimiento y al devenir.
11. Sólo la filosofía puede hacer que vuelvan a abrirse a la reflexión las filentes originarias del arte cegadas en su mayoría para la producción. Sólo por la filosofía podemos tener la esperanza de alcanzar una verdadera ciencia del arte, no porque la filosofía pudiera proporcionar el sentido, que sólo puede dar un dios, no porque pudiera atribuir juicio a quien la naturaleza se lo ha negado, sino porque ella expresa en ideas, de un modo invariable, lo que el verdadero sentido artístico intuye en lo concreto y por lo que se de- termina el auténtico juicio.