HISTORIAS DE ESP�AS

La dama coja que burl� a los nazis y fue clave el D�a D

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Con una pierna de madera, Virginia Hall sabote� a los alemanes en la Francia ocupada, escap� de las garras del mism�simo Klaus Barbie, el carnicero de Lyon, y fue clave en el desembarco de Normand�a

Hall fue condecorada por sus servicios durante la guerra

Virginia Hall

  • C�digo: Cuthbert.
  • Organizaci�n: SOE (R. Unido) / OSS / CIA (EEUU).
  • Tiempo de servicio: De 1940 a 1966.
  • Logros principales: Puso bombas, estudi� movimientos de tropas, reclut� agentes, se coordin� con la resistencia y prepar� el D�a D en Normand�a.
  • Condecoraciones: Cruz de Servicio Distinguido / Orden del Imperio Brit�nico.

Por definici�n, un esp�a es alguien que pasa desapercibido, se mezcla con el pueblo, crea un personaje y se esconde tras �l en una existencia precaria y llena de peligros para hacer un trabajo de observaci�n e informaci�n que suele ser aburrido. Por eso resulta tan extra�o que una de las mejores y m�s determinantes agentes de inteligencia de la Segunda Guerra Mundial pidiera desplegarse en la Francia ocupada por los nazis con una caracter�stica tan llamativa: ten�a una pierna de madera.

Virginia Hall, un personaje clave en el desarrollo de agencias como la CIA, se peg� un tiro accidental en una partida de caza en Turqu�a y perdi� la pierna, por lo que tuvieron que ponerle una ortop�dica con la que cojeaba de forma visible. Por eso los nazis, en los carteles de �se busca� la llamaron as�: La dama coja. Pero mucho antes de ser esp�a fue diplom�tica en la Europa de los a�os 30, por lo que vio el ascenso del nazismo y la podredumbre moral que se extend�a con los totalitarismos.

La amputaci�n de la extremidad le hizo renunciar a su carrera como embajadora, ya que hab�a una norma en el departamento de Estado de EEUU que imped�a serlo a personas a las que le faltara alg�n miembro, pero eso no la fren�. Virginia Hall era una persona amante del viaje y la aventura. Hab�a recorrido los mares en clippers a vela y conoc�a Europa gracias al desarrollo del tren. Hablaba ingl�s, franc�s y alem�n a la perfecci�n y era un activo muy valioso para el apocalipsis que iba a comenzar el 1 de septiembre de 1939 con la invasi�n alemana de Polonia.

Virginia Hall se uni� al servicio de ambulancias en Francia y ah� comenz� su guerra. Evidentemente, y al margen de lo �til que podr�a ser como sanitaria, el destino quiso que tuviera un papel mucho m�s destacado. Hay dos momentos clave para ello. El primero, su huida en bicicleta (pedaleando con su pierna de madera) hasta la costa francesa del Canal de la Mancha, donde embarc� en uno de los �ltimos ferris hacia Gran Breta�a cuando Francia ca�a en manos de los nazis con refugiados como Manuel Chaves Nogales, en c�lebre periodista sevillano. El segundo, cuando coincidi� con Vera Atkins, esp�a brit�nica y h�bil reclutadora de la secci�n F (por Francia) del SOE, la Ejecutiva de Operaciones Especiales responsable de enviar agentes a Europa para sabotear, espiar, robar y, sobre todo, matar nazis, algo as� como los Malditos Bastardos de Tarantino.

La dama coja escap� de los nazis a pie, llegando a Espa�a a trav�s de los Pirineos

Lanzada en paraca�das sobre Francia, se hizo pasar por periodista y comenz� su labor: informar a Londres sobre los movimientos de tropas alemanas y poner bombas en instalaciones militares. Su fama fue extendi�ndose entre la Resistencia francesa y entre los agentes de la Gestapo, que hicieron imprimir carteles con un supuesto retrato suyo y el siguiente texto: �Esta mujer que cojea es una de las m�s peligrosas agentes de los aliados en Francia, y debemos encontrarla y destruirla�. Se convirti� en la obsesi�n de Klaus Barbie, el carnicero de Lyon, un tipo que torturaba personalmente a prisioneros franceses y que se escondi� con Josef Mengele en Brasil tras la guerra. Barbie organiz� redadas, vigil� todas las transmisiones en morse enviadas a Londres para determinar su posici�n en el mapa, captur� y tortur� hasta la muerte a otros prisioneros en busca de informaci�n para dar con ella... Todo en vano. La dama coja consigui� escapar cruzando los Pirineos hacia Espa�a, a pie, con su �nica pierna.

Durante seis semanas la metieron en una prisi�n en Figueras hasta que la embajada de EEUU presion� a las autoridades franquistas para sacarla de all�. Virginia Hall dej� de trabajar con el SOE brit�nico pero pas� a espiar para la OSS, la Oficina de Servicios Estrat�gicos de Estados Unidos, madre de la actual CIA.

Washington ten�a planes para ella y su bicicleta: volver a la costa norte francesa, establecerse en Normand�a y comenzar a documentar defensas en las playas, armas, ej�rcitos y lo que es m�s importante, reclutar agentes y coordinarse con la Resistencia para cortar las comunicaciones de los alemanes en las horas decisivas del D�a D. Miles de franceses volaron v�as f�rreas, atacaron convoyes, cambiaron se�ales de tr�fico y cortaron hilos de tel�grafo a sus �rdenes. Pero Virginia Hall no estaba sola. Diana Rowden, Violette Szabo y Lilian Rolfe cubren otras zonas con el mismo cometido. Algunas fueron detenidas por los nazis y acabaron sus d�as en el campo de exterminio de Ravensbr�ck o en el de Dachau.

Movi�ndose cerca del frente fue los ojos de la guerrilla en Francia. La informaci�n recabada viajaba a Londres en morse gracias a un transmisor alimentado con su bicicleta.

Al final de la Segunda Guerra Mundial consigui� volver a la capital brit�nica, donde la recibieron como a una aut�ntica leyenda. El rey de Inglaterra quiso condecorarla, al igual que el presidente de EEUU, Harry S. Truman, pero ella prefiri� que fuera el fundador de la OSS, William Joseph Donovan, quien le impusiera la medalla en un acto sencillo en su despacho, sin la presencia de nadie m�s.

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