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Jaki Liebezeit: hasta siempre al innovador baterista de Can y el krautrock

Jaki Liebezeit

El gran maestro alemán de la batería falleció a los 79 años dejando un estilo único y un inmenso e influyente legado que comenzó con Can

Hay músicos que marcan pauta y dejan una impronta imperecedera en la historia de un género y de un instrumento. Ese es el caso del alemán Jaki Liebezeit (1938-2017) , quien junto a la legendaria banda Can, modeló un estilo a medio camino entre el jazz, el rock y el funk, que combinaba a partes iguales lo orgánico con lo cerebral.

El resultado fue una especie de beat hipnótico, basado en el uso de la repetición mántrica pero con inteligente uso de los aspectos tímbricos dados por los platillos, que lo llevó a tocar con una pléyade de importantes músicos como Jah Wobble, Brian Eno, Burnt Friedman, Nicky Skopelitis, David Sylvian, Phew, Michael Rother (Neu!), Jac Berrocal, Pascal Comelade, Pierre Bastien, Robert Coyne y con los proyectos solistas de sus compañeros de Can, Michael Karoli, Holger Czukay, Irmin Schmidt y Damo Suzuki. Jaki fue el prototipo del “Motorik Beat”, manteniéndose activo hasta muy poco antes de morir, el pasado 22 de enero.

Juan Carlos Ballesta

Liebezeit nació en Dresden el 26 de mayo de 1938, en los albores de la Segunda Guerra Mundial que dejaría nefastos resultados en su ciudad y toda Alemania, incluyendo la división del país en dos partes.

Él, sus compañeros en Can, y muchos otros músicos protagonistas de la revolución musical alemana a comienzos de los años 70, forman parte de la generación que creció en medio de la reconstrucción y con el estigma que significó el holocausto y al afán del nacismo de apoderarse de toda Europa.

Por ello, los niños y adolescentes de los años 50 y 60 recuperaron la moral y la ética alemana a través del trabajo, del levantamiento de la industria, del deporte y la cultura. Se trataba de demostrar que estaban para la creación y no para la destrucción.




En el plano musical, muchas cosas cambiarían el panorama de la música popular. Los británicos bautizaron lo que ocurría en Alemania como Krautrock, y ahí cupo todo, desde la psicodelia comunal de Amon Düül II hasta las primeras experimentaciones electrónicas de Kluster, Tangerine Dream o Kraftwerk, el minimalismo de Neu!, el singular rock progresivo de Grobschnitt, Message, Eloy o Hoelderlin, las incursiones místicas de Popol Vuh o el space rock de Ash Ra Tempel o Agitantion Free.

Y entro todo ello, el sonido de Can, una banda única que mezcló la psicodelia, el jazz, el funk, la música étnica, la experimentación sonora, la improvisación e incluso el reggae. A ella perteneció desde la hora cero, Jaki Liebezeit.

Can: la libertad creativa en su máxima expresión

En 1966 Irmin Schmidt viajó a Nueva York, donde interactuó con algunos protagonistas del avant garde como Steve Reich, La Monte Young y Terry Riley, además de conocer el entorno de Andy Warhol.

Según ha confesado varias veces, ese viaje lo “corrompió” y a su regreso a Colonia formó un grupo con el flautista norteamericano David C Johnson y el profesor de música Holger Czukay, con quien había compartido las enseñanzas de Karl Heinz Stockhausen, pionero de la música electroacústica y un estudioso del azar dentro de la música.

Con la idea de armar un grupo más cercano al rock y la psicodelia llamaron al joven alumno de Czukay, el guitarrista Michael Karoli y al baterista Jaki Liebezeit, quien se había desencantado del free jazz y deseaba experimentar con otras corrientes.

Schmidt escogió los teclados y Czukay el bajo y la consola de grabación. En 1968 se bautizan Inner Space y luego como The Can, hasta finalmente quedar como Can. Johnson abandonó al sentir que la dirección musical no le interesaba y el escultor y cantante estadounidense Malcolm Mooney ingresó al grupo.

Las primeras grabaciones con Mooney arrojaron el disco Monster Movie (1969), en el cual aparece el largo y tribal tema “Yoo Doo Right”, salido de una improvisación de seis horas y recortado para entrar en el lado B de un disco de vinil.

En ella Liebezeit introdujo su distintivo estilo metronómico de tocar la batería, sello inconfundible de buena parte de los temas de Can y toda su trayectoria. Parte de las composiciones concebidas durante aquella etapa fueron a parar el disco Delay 1968, lanzado en 1981. En buena medida Monster Movie inauguraba la era del krautrock.




El siguiente disco, Soundtracks (1970), recopila temas compuestos para varias películas y representa la transición entre Mooney (quien aparece en dos temas) y el nuevo cantante, el desatado japonés Damo Suzuki. Pero también, hay algunos cambios en la estructura de los temas, abandonando un tanto el jamming e inaugurando las experimentaciones más meditativas, como queda patente en “Tango Whiskeyman”.

Can
Damo Suzuki, Jaki Liebezeit, Irmin Schmidt, Holger Czukay y Michael Karoli, 1972
Jaki Liebezeit
Can en vivo, 1972. Colección fotográfica de Heinrich Klaffs
Can
Can en el periódo como cuarteto, 1976

El primer punto de inflexión ocurrió con el ambicioso doble LP, Tago Mago (1971), auténtico tour de force en el que cada integrante aporta su peso en oro. El nombre fue tomado de una pequeña isla cercana a Ibiza del mismo nombre.

El disco fue grabado en tres meses en un castillo cerca de Colonia que les fue prestado por un año. Czukay secretamente grabó cada jamming y luego ensambló algunas partes. Aunque temas como “Mushroom”, “Paperhouse”, “Oh Yeah” y “Bring Me Coffee or Tea”, son piezas claves, es el largo “Halleluhwah” la piedra angular de este disco con sus 18 minutos de alucinado ritmo funky cortesía de un inmenso Liebezeit, el cual a medida que avanza ejerce efectos hipnotizadores, con una guitarra angulosa y unos teclados enloquecidos.

El disco también contiene las que quizá sean las dos piezas más avant garde de toda la discografía de Can: “Aumgn” y “Peking O”.

Probablemente la obra maestra de Can sea Ege Bamyasi (1972), que contiene todos los elementos que distinguieron a Can, es decir, pasajes de ritmos matemáticos sobre los que navegan teclados fantasmales, bajos funky, guitarras psicodélicas y vocalizaciones misteriosas y catárquicas.

Puntos álgidos: “Swing Swan Song”, “One More Night”, “Vitamin C” y “Spoon”, la cual alcanzó el cuarto lugar en las listas alemanas y contribuyó a que muchos conocieran al grupo. El sonido de Can alcanzó otro cenit con Future Days (1973), el último de los discos con Suzuki, cuya participación es menor ya que hay largos pasajes instrumentales.

El siguiente disco fue el sorprendente Soon Over Babaluma (1974), con Karoli y Schmidt asumiendo el rol de vocalistas. “Dizzy Dizzy” es una puerta de entrada fabulosa, con el ritmo sincopado de Liebezeit y el violín tocado por Karoli. Se introduce formalmente en este disco la influencia del afrobeat (“Chain Reaction”) que estaría presente en venideros discos.




Landed (1975) fue el inicio del último período de Can en el que el funk, el afrobeat, el dub y ciertos aires pop, incluyendo aquí su última experimentación extensa, “Unfinished”.

A partir del disco Flow Motion (1976), Can entraría en una especie de búsqueda que paradójicamente terminaría con el grupo. Sin embargo, temas como de este disco como “…And More” o “Don´t Say No” del siguiente álbum, Saw Delight (1977), serían fuente de inspiración para grupos como Talking Heads, 23 Skidoo o incluso Peter Gabriel.

En esta etapa entraron a la banda dos ex miembros del grupo inglés Traffic, Rebop Kwaku Baah (percusión) y Rosko Gee (bajo), éste asumiendo el rol de Czukay, quien cansado del bajo pasó a manejar efectos diversos, entre ellos una radio.

Liebezeit pefeccionaba cada vez más su estilo, tanto que en poco tiempo lideraría su propio grupo, Phantom Band.

Los dos siguientes discos de Can, Out of Reach (1978) y Inner Space (1979),  con mínima presencia de Czukay, han sido desdeñados por la banda a lo largo del tiempo, probablemente por la escasa inspiración que reflejan.

A pesar de ello, tienen momentos rescatables, especialmente en la rítmica. Fueron los últimos discos de Can hasta la aparición de Rite Time, diez años después, que congregó a los cinco miembros originales.

El incansable Liebezeit y sus mil proyectos

Desde 1980 en adelante, ya sin Can, Jaki no paró nunca. Cuando la banda todavía estaba activa, Liebezeit fue partícipe de los tres primeros discos solistas del guitarrista Michael Rother entre 1976 y 1979, que siguieron a la ruptura del mítico dúo Neu!.

Sobre las cenizas de Can, armó la agrupación Phantom Band, para la que invitó a Rosko Gee, quien participó en el homónimo disco debut con su voz y bajo, en el cual se explora el funk con pinceladas jazz y reggae, así como elementos étnicos e incluso synth pop.

La poca convincente voz de Gee y el poderoso bajo desaparecieron para el segundo disco, Freedom of Speech (1981) en el que participa el artista Sheldon Ancel en las partes habladas o recitadas.

Este disco recibió influencias del post punk más arriesgado, con Liebezeit en un interesante estatus como líder de una banda, un rol no habitual para un baterista dentro del rock. Fue un gran paso hacia adelante que confirmó en Nowhere (1984).




Jaki Liebezeit Jaki Liebezeit Jaki LiebezeitCon su compañero de base rítmica en Can, Holger Czukay, participó en cinco estupendos discos entre 1979 y 1991, en los que también aparece el gran bajista Jah Wooble, otro de los músicos con los que desarrolló una increíble sintonía. De ellos se destacan On The Way to the Peak of Normal (1981), Rome Remains Rome (1987) y Radio Wave Surfer (1991).

Uno de los grandes cómplices de Liebezeit ha sido el bajista británico Jah Wobble, quien lo incluyó en varios de sus discos a lo largo del tiempo, tanto solistas como con su banda Invaders of the Heart, entre los cuales habría que destacar Spinner (1995) (con Brian Eno), The Celtic Poets (1997), Umma Sumbrus (1998) y Full Moon Over The Shopping Mall (2000).

Uno de los más interesantes discos de la larga carrera de Liebezeit es Oblique Sessions, que realizó junto con los músicos franceses Pascal Comelade, Jac Berrocal y Pierre Bastien en 1998.

A finales de los años 90 armó otro proyecto en el que su batería se imbricó magistralmente con ritmos electrónicos: Club off Chaos. Junto a Boris Polonski y Dirk Herweg, el gran baterista avanzó otro escalón en el perfeccionamiento de sus técnicas matemáticas, editando tres discos con Club off Chaos entre 1998 y 2001.

Ese mismo año lanzó el primer capítulo de Drums off Chaos otro proyecto sensacional, en este caso junto a los percusionistas Gero Sprafke, Manos Tsangaris y Reiner Linke.

La gran asociación de Liebezeit en el siglo 21 fue con el prolífico músico Burnt Friedman (Nonplace Urban Field, Nu Dub Players), con quien desarrolló cinco volúmenes de la serie Secret Rhythms entre 2002 y 2013, además de un EP junto al inglés David Sylvian. En ellos exploran la relación entre las ambientaciones electrónicas y la rítmica, logrando resultados notables.

En tiempos recientes, Liebezeit participó en discos tan distintos como Aksak junto al percusionista Holger Mertin y los dos más con el cantautor inglés, Robert Coyne, entre ellos I Still Have This Dream (2016), lo más reciente que ha visto la luz en el que aparece la distintiva e inmortal batería de Jaki Liebezeit


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