“La Virgen María en el Reino de la Divina Voluntad” | Luisa Piccarreta oficial
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“La Virgen María en el Reino de la Divina Voluntad”

30/04/2024
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Queridos hermanos y hermanas.

Las palabras que quería compartir con vosotros en este breve artículo, quieren ser una introducción al Libro “La Virgen María en el Reino de la Divina Voluntad”, escrito por la Sierva de Dios Luisa Piccarreta. El libro consiste originariamente de 31 meditaciones que deben hacerse en el mes de Mayo y que Luisa escribió en la Casa de la Divina Voluntad en Corato, con fecha 6 de Mayo de 1930.

No quiero detenerme en explicar los detalles de la publicación y de las diferentes ediciones, porque no es el objetivo de este artículo.

La Sierva de Dios Luisa Piccarreta, desde niña, tuvo una relación muy profunda con la Virgen María, que siempre acompañó y guió a Luisa para disponerla y ayudarla a cumplir su misión como “alma víctima” y como “Pequeña Hija de la Divina Voluntad”. Este Libro con las lecciones de María fue escrito cuando Luisa ya era adulta y vivía en la plenitud del Reino de la Divina Voluntad, así que Luisa fue capaz de transmitir con simpleza las verdades y las prácticas más profundas del “vivir en la Divina Voluntad” que la Reina Celestial le enseña.

Intentaré, con la ayuda del Espíritu Santo, destacar el objetivo de este Libro y la importancia de estas meditaciones, que estamos invitados a hacer y poner en práctica, para que la Divina Voluntad se cumpla en nosotros y llegue su Reino.

En la exhortación maternal que encontramos en el comienzo del Libro, descubrimos claramente el objetivo del mismo Libro y de las lecciones que encontramos en él. Es la misma María que nos visita, porque nos ama, porque quiere quedarse con nosotros como maestra, modelo y ejemplo. Este es el fruto de su amor para nosotros, pero no es suficiente que María nos ame tanto; nosotros, como sus hijos, debemos corresponder a este amor y ser fieles y atentos a sus enseñanzas.

Tan pronto como empieza su exhortación, ella dice claramente cuál es la razón de su visita y sus lecciones: “Vengo por invitarte a entrar en el reino de tu Mamá, es decir en el reino de la Divina Voluntad, y llamo a la puerta de tu corazón para que tú me abras…”

Esto significa que ya no vivimos en su reino, en el Reino de la Divina Voluntad. Podemos decir, tal como Ella nos lo dirá después, que vivimos en el reino de nuestra voluntad, y Ella quiere llevarnos a su Reino. Pero, este pasaje de un reino a otro, no se realizará sin nuestra voluntad. Para cumplir su objetivo, la Mamá, tal como Jesús, llama a la puerta de nuestro corazón y nos invita a abrir. Como decía San Agustín: “Dios te creó sin ti, no te salvará sin ti”. No se puede entrar en el Reino de la Divina Voluntad si Dios no nos invita, pero, una vez invitados, ahora depende de nosotros decir que sí y, luego, esforzarnos por entrar.

Estas meditaciones o leccionestienen intención de ayudarnos para aprender a vivir de Cielo y ya no de tierra. Si leemos con atención y practicamos lo que nos enseña la Mamá Celestial, encontraremos todos los bienes, seremos realmente ricos y felices, porque la Divina Voluntad se convertirá en nuestra vida, nuestro todo y nuestra comida, tendremos la compañía constante de María que nos hará felices y cuidará de nuestras necesidades. Otra vez, todo esto se realizará si aceptamos vivir unidos a Ella.

Con sus lecciones nuestra Mamá quiere enseñarnos a “vivir de Voluntad Divina”, que es la misma Vida que Ella misma vivió en la tierra. María forma como Reina a su pueblo y como Madre sus hijos, llamados a conocer y dejar que reine dondequiera la Divina Voluntad. Este es el objetivo de este “Libro de oro”, que sale del centro del Corazón Inmaculado de nuestra Madre, para hacernos parecidos a Ella, si lo queremos. Estas lecciones y las oraciones que María nos enseña en este Libro, son el camino que nos llevará a este reino feliz, y que al comprometer los Cielos y la tierra, todos se comprometerán a impetrar el reino adorable del Querer Divino. Así cooperaremos para apresurar la llegada del reino y, unidos a Ella, conseguiremos que la Divina Voluntad se cumpla en el Cielo como en la tierra, según el deseo de Jesús, nuestro Maestro Divino y Rey.

A esta exhortación de la Mamá Celestial, Luisa responde, y nosotros también, con esta oración:

“Reina Inmaculada, Madre mía Celestial, voy en tus piernas maternales para abandonarme en tus brazos como tu querida hija, para pedirte con los suspiros más ardientes, en este mes dedicado a ti, la gracia más grande:

Que tú me admita a vivir en el Reino de la Divina Voluntad”.

Pues aquí descubrimos claramente la importancia que nuestra voluntad tiene en el plan de Dios. Él nos la dio exactamente por esta razón, para adherir a su Querer, para pedir, desear, amar y corresponder su Amor y su Voluntad, que quiere que poseamos su Reino y vivamos en Ella. Nuestra voluntad está dotada de libre albedrío y podemos elegir otros caminos, e incluso otra vida, pero si no elegimos a Él que es el Camino, la Verdad y la Vida, nunca seremos libres, sino esclavos. Depende de nosotros tomar la decisión sabia y correcta. La Verdad es la que nos hace libres, por eso Luisa y nosotros juntos le pedimos a María con confianza que guíe nuestros pasos y todo nuestro ser en el reino del Querer Divino, para que tenga la vida eterna en la Divina Voluntad.

Os invito a leer y meditar con asiduidad estas lecciones y a entregar nuestra voluntad a nuestra Mamá, pidiéndole que la convierta con la Divina Voluntad para que no salgamos de su reino.

Terminamos con las últimas palabras de Luisa a la Mamá: “Por eso te ruego que ilumines para que entienda qué significa la Voluntad de Dios”.

Ave María.

Unidos en la Divina Voluntad.

 

don Carlos Massieu
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