La ciudad perdida (2022), de Adam Nee

Cinta de aventuras con elementos de comedia, servida por los poco conocidos hermanos Adam y Aaron Nee. El planteamiento toma elementos prestados de la saga de Indiana Jones y, referencia aún más obvia, de las cintas ochenteras protagonizadas por la pareja conformada por Michael Douglas y Kathleen Turner.

Loretta Sage es una popular escritora de novelas que combinan la aventura con elementos rosa y un toque sensualón, muy del gusto femenino, se supone. En las portadas aparece el musculoso modelo Alan, que así presta su físico al héroe de esos libros, Dash, siempre acompañado de su amor Angela. En la presentación del último libro Loretta anuncia que ya no va a publicar más libros de Dash, para desolación de los fans. A lo que sigue el secuestro de Loretta, orquestado por el villano millonario Abigail Fairfax, quien anda a la búsqueda de la mítica Corona de Fuego, tesoro que habría localizado en la volcánica Isla Hundida. Para intentar el rescate, Dash propone recurrir al gurú Jack Trainer, su preparador personal, hombre que se diría perfecto y capaz de resolver la situación en un periquete. Pero por supuesto, la cosa no será tan sencilla.

Sandra Bullock es protagonista y productora de este film, más lúdico que el también reciente impulsado por ella Imperdonable. Aquí se trata de ofrecer entretenimiento puro y duro en exótico escenario selvático, con excusa argumental mínima, el clásico “mcguffin” de búsqueda de un tesoro, y jugando con la idea de que los dos principales implicados, Loretta y Alan, a pesar de la imagen que pueden tener los lectores de los libros de Dash, son torpes y urbanitas, no preparados para afrontar situaciones de riesgo. Pero claro, a la fuerza ahorcan y Loretta, a pesar de haber aterrizado en la jungla con tacones y un ceñido traje de lentejuelas, y tener como principal asistente a alguien tan poco práctico como Alan, deberá desenvolverse del mejor modo, y enfrentarse al villano de turno y sus secuaces.

La trama juega también con ideas como la guerra de sexos, y con el toque sensual que pueden aportar los protagonistas, sobre todo en la picantilla escena de las sanguijuelas. O sea, un juego de espejos entre la ficción de las novelas y la realidad de lo que están viviendo los protagonistas. También hay bromas en torno al lenguaje e incluso el latín, pues se trata de subrayar que Loretta aspiraba a ser arqueóloga y a escribir libros serios sobre ciudades perdidas de antiguas civilizaciones; aunque por otro lado se intenta reivindicar la cultura popular de la literatura de consumo rápido, lo que la gente sencilla demanda y con lo que disfruta, de lo que por supuesto este film sería un buen botón de muestra.

La película se ve bien, aunque la sensación es que con unos directores con más chispa se podría haber logrado algo mejor. Sandra Bullock y Channing Tatum encajan bien con sus papeles, y el segundo juega al contraste con un inesperado Brad Pitt, mientras que Daniel Radcliffe sigue en su esfuerzo, tan difícil, de hacer olvidar al público que en tiempos fue Harry Potter.