Con el avance continuo de la tecnología, las capacidades de las cámaras integradas en los dispositivos móviles han experimentado una evolución enorme. Este progreso se ha traducido en una mejora significativa en la calidad de las imágenes capturadas, acercando cada vez más las prestaciones de estas cámaras a las de los dispositivos profesionales. Aspectos como la resolución, la capacidad de captura en condiciones de baja iluminación y la calidad del enfoque automático han experimentado mejoras notables, lo que ha permitido a los usuarios realizar fotografías y vídeos con una calidad cada vez más cercana a la obtenida con equipos que valen miles de euros.

Estos avances tecnológicos han democratizado la fotografía y el vídeo, brindando a un amplio espectro de usuarios la posibilidad de capturar momentos y crear contenido visual de alta calidad con sus dispositivos móviles.

No obstante, tampoco podemos afirmar que ya no haya diferencias entre cámaras profesionales y móviles, ni mucho menos, pero para confirmarlo hemos contactado con una persona que conoce muy bien este tema. Nada menos que Iker Morán, periodista especializado en fotografía y tecnología, y fundador de Photolari.com, el medio de referencia en español para aficionados y profesionales de la fotografía.

“Tal vez lo primero sería definir qué es una cámara profesional, porque un móvil lo puede ser perfectamente”, afirma. “Es decir, si alguien utiliza un móvil cómo cámara para un trabajo, ya lo tenemos: es una cámara profesional. Cuestiones más conceptuales al margen, la verdad es que en los últimos 10 años la calidad de los smartphones ha mejorado mucho y es posible obtener resultados que eran impensables hace poco. También cada vez más integran prestaciones que antes estaban reservadas a las cámaras tradicionales”.

Pero, según Iker, sigue habiendo diferencias. “La principal es el tamaño del sensor de imagen. Por resumirlo mucho, cuanto más grande es ese sensor, más capacidad tiene de captar luz que se transforma en más información y capacidad de resolver mejor escenas con luz complicada”, explica. “Un ejemplo: una foto con mucho contraste y con zonas muy claras y oscuras, ahí un sensor grande va a funcionar mejor. También va a ser capaz de trabajar mejor con poca luz sin afectar a la calidad de la imagen”.

Sony. Sony Xperia 5 V, 6.1 Pulgadas, 21:9, HDR OLED, 120Hz, Distancia Focal Triple con Sensor Next Gen& ZEISS, Android 13, SIM Libre, 8GB RAM, 128GB Almacenamiento, Dual SIM Híbrida1

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No obstante, el experto señala que todo esto es en teoría porque la denominada foto computacional ha cambiado las cosas y se salta las leyes habituales de la fotografía. Pero ese es otro tema.

“Más diferencias: las ópticas. O, mejor dicho, el zoom. Hay muy pocos teléfonos (algún Sony Xperia y poco más) que tienen un zoom real, es decir, un objetivo que cambiar de focales”, reconoce Iker. “Lo que hay son diferentes objetivos con su respectivo sensor que ofrecen diferentes focales y que se ‘unen’ mediante zoom digital. Es importante saberlo para, precisamente, evitar esos saltos que suponen una notable pérdida de calidad y disparar solo con las focales reales de las dos o tres cámaras de nuestro teléfono”.

“Precisamente por eso”, continúa, “una de las ventajas de las cámaras es que es más fácil tener un teleobjetivo en condiciones, mientras que en un móvil es raro poder pasar de los 70 mm con algo de calidad. Lo consiguen los últimos modelos de gama alta, pero sigue siendo su punto más flojo”.

Xiaomi. Xiaomi 14 – Smartphone de 12+512 GB, Lentes Leica Summilux, Snapdragon 8 Gen 3, Pantalla AMOLED 6.36'' 120Hz, HyperCharge 90W, Negro (Versión ES)

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Las posibilidades de controles manuales y avanzados son también, según el fundador de Photolari, mucho más habituales en cámaras que en teléfonos, aunque es verdad que muchos modelos de gama media y alta ya ofrecen ciertas opciones de control avanzado y la posibilidad de disparar en RAW. Otra cosa es que luego los usuarios, incluso los que piden esas cosas, los usen realmente a la hora de la verdad.

“Finalmente, hay una diferencia elemental que no tiene que ver con las prestaciones, sino con el estilo de imagen que conseguimos”, sostiene. “Los móviles tienden a a dar archivos muy procesados, con colores pasados y mucho enfoque. Imágenes aparentes, que lucen mucho en pantalla pero que tienen un look muy digital y poco fotográfico, como se suele decir en este mundillo. Por el contrario, una cámara nos permite tener imágenes más limpias y menos tratadas porque se supone que, si se quieren editar, será el usuario el que decida el nivel de ajustes que quiere aplicar”.

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Juanjo Villalba

Juanjo es experto en cultura y lifestyle, con un foco especial en el impacto que internet y las redes sociales están teniendo en nuestra sociedad y en el mundo. Por eso mismo, sus temas suelen tener también mucho que ver con cine, series, psicología, relaciones personales y sexualidad. 

No hay tendencia viral o reto en redes que se le pase por alto, aunque también está muy conectado con la actualidad literaria, repasando cada semana todas las novedades editoriales y seleccionando las que puedan resultar más interesantes para sus lectores.

Su gran pasión son las entrevistas, disfruta hablando con personas y conectando con ellas y tiene una curiosidad natural por aprender de las experiencias y perspectivas de los demás ya sea de un escritor, un psicólogo o cualquiera que tenga una historia que contar. 

Juanjo se licenció en Economía Internacional, aunque desde muy temprano en su carrera, por vocación personal, se dedicó a la divulgación y al periodismo, que con los años se convirtió en su profesión.

Juanjo lleva más de 15 años escribiendo en diferentes medios y fue Director editorial de Vice España, coordinando toda la producción de contenidos de la revista, desde cápsulas para redes sociales a documentales sobre ocultas subculturas urbanas de nuestro país. Tras su paso por Vice, se ha dedicado a escribir y su trabajo ha aparecido en medios como El País, El Periódico de España, ABC o Yorokobu, entre otros.