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Un ingeniero civil transformador de vidas 1 24 mayo, 2024
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Un ingeniero civil transformador de vidas

Julián Camilo Angarita Rojas es un ingeniero civil que se define como un profesional que va más allá de su trabajo normal, para transformar comunidades y mejorar vidas. Este neivano de 27 años, desde una edad temprana, descubrió cómo las estructuras viales se integran con el entorno y cómo estas influyen en el bienestar de las personas. Esta es su historia.

 

Hernán Galindo

temadeldia@lanacion.com.co

 

En el mundo de la ingeniería civil, hay individuos cuyo trabajo trasciende más allá de simplemente construir estructuras físicas. Estos ingenieros no solo ven asfalto, concreto y acero, sino también oportunidades para transformar comunidades y mejorar vidas.

En esta historia, exploraremos el viaje y las contribuciones de uno de estos visionarios: Julián Camilo Angarita Rojas. Desde edad temprana, Angarita mostró una fascinación por la forma en que las estructuras viales se integran con el entorno y cómo estas influyen en el bienestar de las personas.

Julián nació en Neiva en 1997, en el seno de una familia, integrada por el ingeniero Carlos Angarita y la psicóloga Anais Rojas, y dos hermanos, Liz Angarita que es arquitecta, y el menor Tomás que estudia bachillerato. Toda una familia dedicada a la ingeniería y la arquitectura, desde su padre Carlos y tíos, recordó.

Sus primeros años de estudio fueron en instituciones como el Rafael Pombo, el Montessori, el Salesiano San Medardo y terminó su bachillerato en la Fragua en el año 2013.

Los recuerdos de esos años están asociados a la dedicación al estudio y a la práctica del fútbol en el Club Campestre de la ciudad de Neiva.

“Fueron unos años maravillosos, siempre rodeado de un círculo de amigos, practicando el deporte, siempre he sido amante del deporte, iba al Campestre a hacer recreación, específicamente en futbol, todo siempre en un ambiente muy familiar; mis padres también son practicantes del deporte a nivel aficionado, igual mis hermanos”, recordó.

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: En el proyecto ha sido fundamental el trabajo de laboratorio.

La ingenieía en su vida

El interés por la forma como se integran las vías al entorno, se convirtió en una pasión por la ingeniería de pavimentos, por lo que Angarita no solo se embarcó en una carrera académica que lo llevó a obtener títulos de pregrado y posgrado en ingeniería civil de algunas de las mejores universidades del país, sino que su tesis fue laureada.

En el año 2020, se graduó como ingeniero civil de la Universidad de los Andes de Bogotá, tenía 24 años de edad. Contaba con un título como Ingeniero Civil y con una maestría en Infraestructura Vial de la Universidad de los Andes.

Su interés por seguir formándose como profesional, lo lleva a especializarse en Ingeniería de Pavimentos, título que recibe en la Universidad Católica de Colombia.

Adicionalmente, ha participado como invitado en importantes talleres como el desarrollado en Cartagena, “Road Materials and Pavement Design”, y como conferencista en el “XXII Simposio Colombiano Sobre Ingeniería De Pavimentos”, en Barranquilla.

“Gracias a que siempre me he desempeñado como buen estudiante en lo académico y de la mano de mi mentora y directora de grado de Maestría, la ingeniera Silvia Esquivel, pude desarrollar un proyecto que ataca dos problemáticas: La primera es que ataca la contaminación generada por los residuos plásticos como las botellas en las que tomamos agua y el otro el desarrollo de la infraestructura vial”, explicó.

El proyecto

Lo que distingue a este profesional de la ingeniería civil, es su enfoque innovador para abordar desafíos en el diseño y la elaboración de proyectos viales, desde el uso de materiales sostenibles hasta la implementación de técnicas de construcción novedosas, en la búsqueda permanente de mejorar la eficiencia y reducir el impacto ambiental negativo de los proyectos viales en los cuales participa.

Por eso, ha liderado importantes investigaciones científicas tituladas “Susceptibilidad al daño por humedad de mezclas asfálticas finas con adición de tereftalato de polietileno (PET)” y “Evaluación del daño en materiales granulares estabilizados con cemento y su comparación mediante diferentes metodologías mecanicistas de diseño de pavimentos”.

Más allá de sus habilidades técnicas y profesionales, está profundamente comprometido con el impacto social y ambiental de su trabajo. Ha liderado proyectos de consultoría e interventoría que no solo proporcionan infraestructura esencial, como carreteras y otras estructuras viales, sino que también mejoran la calidad de vida de las comunidades a las que sirven. Ya sea en el campo de la consultoría diseñando proyectos o como interventor, siempre trabaja teniendo como uno de sus objetivos el bienestar de las personas, satisfaciendo las necesidades sociales de toda índole.

Al preguntarle si se requiere tecnología internacional para el desarrollo del proyecto, el ingeniero Angarita sostuvo que para la elaboración de su tesis utilizó equipos que hay en Colombia, como reómetros y compactadores.

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Se ha desempeñado así mismo en construcción de vías.

El impacto ambiental

Una de las bondades del proyecto tiene que ver con el impacto ambiental, ya que como se sabe los pavimentos tienen dos agregados que son la roca como tal y el asfalto. “Lo que hacemos es remplazar el material pétreo por plástico que es un material de desecho al que le estamos dando un segundo uso”, explicó.

Agregó que las llamadas canteras en donde se explota el material pétreo se están agotando, incluso en países como Alemania, o los países bajos que se han quedado sin montañas.

“De esta manera estamos dando una mano para evitar que se agoten esos recursos no renovables y  estamos atacando la contaminación de nuestros mares y zonas verdes con el plástico”, agregó.

“Dicho en palabras sencillas, es agregar plástico en la mezcla para pavimentar vías, que no deben tener alto tráfico vehicular como ciclorrutas, vías peatonales, espacios públicos en donde transiten vehículos pequeños”. Agregó que esta técnica en Colombia no se ha implementado, pero en países como Holanda ya hay muchas vías en las que se ha utilizado el plástico reciclado.

Sin embargo, no descartó que como los estudios avanzan, en un futuro cercano, se logre la mezcla que permita la presencia de tráfico pesado.

Es un líder en su campo, además de su excelencia y técnica, ha sido reconocido por su capacidad para inspirar y motivar a su equipo, fomentando un ambiente de colaboración y creatividad que impulsa la innovación en cada proyecto en el que participa.

Actualmente su proyecto está siendo trabajado por otros estudiantes de ingeniería, que esperan hacer su aporte al desarrollo y mejoramiento de esta técnica de la ingeniería.

“Otros estudiantes que vienen detrás de mí, se interesan en el proyecto y le dan más avance; hay una estudiante que retomó mi proyecto y lo siguió estudiando a mayor profundidad”.

Por eso, el proyecto se ha expuesto en simposios internacionales, el más reciente en la ciudad de Barranquilla en donde expuso el trabajo.

Para llevar el proyecto de la mano, Angarita se ha destacado en diferentes áreas, partiendo desde el sector público donde jugó un papel clave en la ejecución de proyectos para el mejoramiento de la infraestructura vial del Huila, hasta el sector privado, trabajando para WSP Colombia, empresa canadiense encargada de realizar los estudios y diseños de la primera línea del metro de Bogotá.

Adicionalmente, se destacó como docente en la Universidad Cooperativa de Colombia. Mirando hacia el futuro a medida que Angarita continúa dejando su huella en el mundo de la ingeniería de pavimentos, sigue mirando hacia el futuro con optimismo y determinación.

“Toda mi experiencia ha sido enfocada a trabajar en el proyecto, los proyectos viales, en la parte académica con los pavimentos, el diseño, todo está encaminado hacia un mismo rumbo”, dijo.

Aunque el proyecto es de su autoría, con los coautores que se han ido sumando, y por el momento no ha recibido propuestas para implementarlo en la vías, que es algo que busca para hacerlo realidad.

Finalmente, sobre el costo beneficio, dio un ejemplo, sin profundizar, pero a precios actuales en el Huila: pavimentar un kilómetro de vía con los materiales que se utilizan normalmente, tiene un costo que bordea los  1.800 millones de pesos, y utilizando el material plástico como base, se podría reducir en un 30% ese costo.

“Son precios que varían según la entidad que genere los diseños, la zona en donde se vayan a realizar los trabajos, por eso se habla de un aproximado”, aclaró.

Además, dijo que en caso de utilizar el plástico, ese material se considera a costo cero, lo que reduce considerablemente los costos.

El ingeniero Angarita añadió que le gustaría realizar su proyecto en el Huila para irradiarlo a otras regiones desde su tierra. “Sería fabuloso, no solo porque el Huila lo necesita sino porque conocemos su infraestructura vial, conocemos las necesidades viales de zonas apartadas del departamento que tienen sus vías en afirmados y que necesitan la comunicación terrestre y que mejor que aplicar el proyecto en mi tierra”, manifestó.

Está comprometido a seguir desafiando los límites de lo que es posible en su campo, siempre con el objetivo de construir un mundo mejor y sostenible para las generaciones venideras. Tiene pensado expandir sus conocimientos y servicios profesionales dentro y fuera de Colombia.

Actualmente, es miembro profesional activo del “American Concrete Institute” (ACI) seccional Colombia y socio activo de la Sociedad Huilense de Ingenieros (SHI).

En un mundo que enfrenta desafíos cada vez más complejos, personas como estas nos recuerdan el poder transformador de la ingeniería para construir un futuro más brillante para todos.