La doctrina del shock Pinochet | Tierra Adentro
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Ilustración realizada por Axel Rangel
Ilustración realizada por Axel Rangel

La doctrina del shock de Augusto Pinochet: el poder basado en desapariciones

El primer edificio en caer fue el Palacio de La Moneda. Sucumbió al mediodía, ante el bombardeo de las fuerzas golpistas chilenas. Aviones Hawker Hunter de la Fuerza Aérea de Chile, luego de sobrevolar como embestida de buitre, destruyeron la sede del gobierno con cohetes “rockets” que acabaron con dependencias y provocaron el incendio del edificio.

El fuego consumió las bases de La Moneda pocos minutos después. Millones de chilenos presenciaron la caída de su democracia: la primera desaparición realizada por la dictadura del general Augusto Pinochet. El entonces presidente Salvador Allende se suicidó antes de que las tropas del ejército entraran a capturarlo.

El miedo se convirtió en el símbolo de uno de los regímenes más brutales de América Latina desde el 11 de septiembre de 1973. Al día siguiente, la prensa chilena mostraba los escombros humeantes del Palacio de La Moneda, que según Memoria Chile: albergó la promesa de un estado de derecho.

La dictadura fue caracterizada por la represión, la violencia y el quiebre del sistema democrático. A lo largo de los años, la dictadura dejó una huella en la memoria colectiva de los chilenos. Aunque la brutalidad sometió a la población a políticas que atentaban contra sus intereses, las desapariciones eran la herramienta para traumatizar a la población, en una búsqueda perpetua de sus seres queridos en las mismas instituciones gubernamentales detrás de los crímenes.

La dictadura de Pinochet: un horror burocratizado

Lo que marcó este golpe de estado fue la exposición al público, al ser transmitido en vivo por televisión, según DW. Ante las cámaras, el entonces jefe de la junta militar, Augusto Pinochet, demostró el método con el que aterrorizaría a Chile de 1973 a 1990: la exhibición pública de la represión cruenta a manos del estado.

Según informes gubernamentales, elaborados tras la dictadura, el régimen de Pinochet fue responsable de la muerte de al menos 3 mil 197 personas y la tortura de unas 29 mil. Organismos estatales como las Fuerzas Armadas, Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones participaron en la violación de los derechos humanos.

Además, se crearon órganos específicos para accionar la maquinaria del horror, como la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y la Central Nacional de Informaciones (CNI). La DINA, bajo el mando del general Manuel Contreras, actuó de manera selectiva y sistemática contra los líderes políticos de izquierda.

Durante la dictadura, entre mil 109 y mil 469 personas desaparecieron, según registros oficiales; pero las cifras extraoficiales apuntan a 30 mil víctimas, según BBC. Estas vejaciones servían de herramienta para aterrorizar a la sociedad y torturar a las familias que buscaban a sus seres queridos.

Vivir en incertidumbre y revivir el trauma de una pérdida sin paradero, era la rutina a la que estas policías secretas e instituciones gubernamentales sometían a los chilenos en búsqueda de sus familiares. Ellos acudían a instituciones de justicia para averiguar la suerte de un desaparecido; algunas de estas instancias también eran controladas por los mismos cuerpos del ejército que practicaban desaparición forzada.

Las personas iban aquí y allá entre un sinfín de instituciones gubernamentales. El horror se burocratizó como parte de una maquinaria de tortura psicológica para la población. El vestigio de las búsquedas sin respuesta inspiró la película Missing (1982), que representaba solo una pequeña parte del entramado. La ausencia de derechos humanos conformaba una de las bases sólidas del régimen.

Solo un pequeño porcentaje de estas desapariciones ha sido identificado en años recientes. El Plan Nacional de Búsqueda, actualizado en 2020, representa un esfuerzo inédito para encontrar a los desaparecidos y dar un paso hacia la justicia y la verdad.

Neoliberalismo y represión, componentes de la doctrina del shock

La dictadura de Pinochet se perfeccionó con la “doctrina del shock”, una estrategia política y económica que aprovechaba crisis y desastres para imponer políticas neoliberales y de libre mercado. La periodista Naomi Klein, en su libro del mismo nombre que la táctica antedicha, describió cómo el régimen utilizó la violencia y el miedo para introducir medidas económicas impopulares.

Bajo esta doctrina, se implementó un modelo económico neoliberal, influenciado por los “Chicago boys”: Sergio de Castro, Pablo Baraona, Álvaro Bardón, Emilio Sanfuentes, Rolf Luders, Sergio de la Cuadra, Manuel Cruzat, Ernesto Silva, Cristián Larroulet, Felipe Lamarca, Ernesto Fontaine, Miguel Kast y Joaquín Lavín.

Estos economistas estudiaron en la Universidad de Chicago, donde se convirtieron en partidarios de Milton Friedman, el padre del neoliberalismo. Como resultado de sus aprendizajes, desarrollaron el “Ladrillo”, un plan económico elaborado en 1972, que se erige como el fundamento del giro económico de Chile.

Durante el régimen militar, los Chicago boys ocuparon puestos influyentes y, a pesar de tensiones internas, el neoliberalismo se consolidó como la ideología predominante en la Junta. El período estuvo marcado por medidas como las políticas de shock (1974-1976), la visita de Milton Friedman (1975) y las “siete modernizaciones” (1979), que buscaban instaurar una “sociedad libre” con un mercado desprovisto de restricciones ideológicas y políticas.

Este enfoque económico se caracterizó por la privatización. Empresas estatales, incluyendo las relacionadas con la minería y la industria, fueron vendidas al sector privado; dejando atrás el sueño de Allende, quien quería nacionalizar el cobre. Además, se impulsó la liberalización financiera y se permitió la entrada de capital extranjero en diversos sectores de la economía.

En el proceso, los chilenos atestiguaron otra desaparición: la autonomía económica para decidir cómo disponer de los recursos nacionales y el poder de negarse a políticas que empobrecían sus bolsillos. Una ausencia de tal magnitud apenas despertó descontento, pues el miedo a la violencia cruenta del Estado mantenía a raya a la sociedad.

La Colonia Dignidad y la Venda Sexy

“Fui violada, me ponían corriente, me quemaron con cigarrillos, me hacían ‘chupones’, me pusieron ratas”, narra una mujer que fue detenida en el cuartel secreto de la DINA. Por si la crueldad de una agresión sexual fuera insuficiente, los agentes agregaron un elemento para deshumanizar los cuerpos de sus víctimas: “Me amarraron a una camilla donde unos perros amaestrados me violaron (…). Nos despertaban de noche para perder la noción del tiempo”.

A la mujer la liberaron después de enfrentar los ataques del régimen; sin embargo, su caso sirvió para perpetuar el ciclo interminable de desapariciones, pues fue expulsada del país, sola, sin su familia. La detención sucedió en la zona Metropolitana durante 1975. Su experiencia, siempre en el anonimato, conforma el reporte realizado por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, conocido como Informe Valech.

La violencia y la tortura se llevaron a cabo en diversos lugares durante la dictadura. La “Venda Sexy”, un recinto activo entre 1974 y 1980, se caracterizó por las crueles vejaciones sexuales a detenidos, con la participación incluso de un perro adiestrado para violar a mujeres. El Estadio Nacional, que había sido un símbolo deportivo, se convirtió en un campo de concentración donde se cometieron atrocidades y se sometió a prisioneros a torturas eléctricas y golpizas.

En el Informe Valech también se recopilan algunos testimonios de las torturas psicológicas en el Estadio Nacional. Había dos que se repetían con mayor frecuencia. La primera consistía en simulacros de fusilamientos que los militares organizaban para hacer creer a sus víctimas que serían ejecutadas. La segunda solo necesitaba de una bala y una pistola, con las que las fuerzas del estado obligaban a los detenidos a jugar a la ruleta rusa.

Los anteriores centros de detención, que bien podrían considerarse campos de exterminio, eran pequeñas réplicas de la Colonia Dignidad. Se trataba de un enclave alemán en el sur de Chile, dirigido por Paul Schäfer. El hombre militó en las juventudes hitlerianas y migró al país latinoamericano para evitar la justicia luego de la caída del Tercer Reich.

Desde su fundación en 1961, la Colonia Dignidad se caracterizó por el abuso de menores de edad, perpetrado por el mismo Schäfer, las ejecuciones y torturas. Se calcula que desaparecieron al menos 350 personas en el lugar. El pederasta que lo controlaba murió hasta 2010 cuando apenas enfrentaba la justicia; pero antes colaboró con la DINA y participó en la masacre de Cerro Gallo en 1975.

Con los sucesos ocurridos en el Estadio Nacional, la Colonia Dignidad y la Venda Sexy, el régimen de Pinochet intentó desaparecer la humanidad de sus víctimas al considerarlas sujetos desechables y borrar cualquier registro de su existencia incluso en los registros oficiales de las detenciones.

Al deshumanizar sus cuerpos mediante los abusos sexuales y psicológicos, la dictadura también pudo arrebatar la determinación del pueblo chileno sobre su propio destino. Así, el cuerpo social, en un estado de vulnerabilidad debido a las torturas, experimentó la ausencia de su agencia política, sus libertades y el derecho a decidir sobre su vida. Una vez más, la desaparición se convirtió en la base y el método de control que sostuvo al régimen militar.

El fantasma de la dictadura de Pinochet

Chile dio un paso crucial hacia su futuro democrático en 1989. Se convocó un plebiscito con el objetivo de reformar la Constitución vigente y sentar las bases para una gobernabilidad democrática sólida. La fecha clave fue el 14 de diciembre de ese mismo año, cuando las urnas dieron paso a las primeras elecciones presidenciales y parlamentarias.

La victoria sonrió al demócrata cristiano Patricio Aylwin Azócar, candidato de la Concertación de Partidos por la Democracia, marcando así el inicio de una etapa de transición política. El país, a pesar de la tensión con las Fuerzas Armadas bajo el liderazgo de Augusto Pinochet, comenzó a vislumbrar una nueva dirección.

La transición tampoco estuvo exenta de desafíos. Aunque Pinochet entregó el poder el 11 de marzo de 1990, conservó su rol como Comandante en Jefe del Ejército, tal como estipulaba la Constitución que él mismo había establecido durante su mandato autoritario. Sin embargo, su influencia política no se detuvo allí. En un giro sorprendente, Pinochet regresó a la esfera política en 1998, asumiendo como senador vitalicio al día siguiente de dejar su cargo como Comandante en Jefe.

Aunque gozaba de fuero parlamentario, fue imposible que escapara de la justicia: múltiples procesos judiciales lo acechaban, incluyendo su emblemática detención en Londres en 1998 y el controvertido caso Riggs, que lo acusaba de malversación de fondos públicos.

La noticia de la muerte de Pinochet el 10 de diciembre de 2006 marcó el fin de una época sangrienta. Aunque había sido Comandante en Jefe del Ejército y había ostentado un poder político considerable, sus honores fúnebres se limitaron a su posición militar previa y se desconoció su papel como ex Presidente de la República, un reflejo de la polarización que su figura continuaba generando en la sociedad chilena.

La dictadura de Pinochet dejó heridas profundas en la sociedad chilena. Aunque se realizaron investigaciones como el Informe Rettig y la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, las secuelas de la represión persisten. La sociedad chilena se divide en su percepción de la dictadura, con un porcentaje considerable justificando el golpe y viendo aspectos positivos en el régimen de Pinochet. Esta polarización refleja la complejidad de enfrentar el pasado y reconciliar la historia.

Sin embargo, la historia y la percepción de la dictadura siguen siendo temas de debate y reflexión en Chile. En junio de 2023, una encuesta arrojó luz sobre la forma en la que perciben los actualmente los chilenos ese sombrío capítulo de su historia. El estudio, llevado a cabo por la firma de investigación Mori Chile, reveló que el 36% de los participantes consideró que los militares “tenían razón” al llevar a cabo el golpe de Estado de 1973, una cifra que ha crecido significativamente en los últimos años.

La encuesta también destacó el aumento en la justificación del golpe de Estado. Desde 2013, la aceptación de ese acto ha aumentado en 20 puntos porcentuales. Además, un 47% de los encuestados concluyó que el régimen de Pinochet fue “en parte bueno y en parte malo”, subrayando la ambivalencia que muchos chilenos sienten hacia ese periodo de la historia.

Esta perspectiva contrastante puede explicarse, en parte, por la brecha generacional. Mientras aquellos que vivieron la dictadura a menudo experimentan una nostalgia influenciada por la falacia retrospectiva, la juventud muestra una visión más crítica. Sin embargo, la falta de conocimiento sobre las circunstancias del golpe, la dictadura y el gobierno de Pinochet es un desafío.

Marta Lagos, directora de la encuesta regional Latinobarómetro y fundadora de Mori Chile, destacó la preocupación de que la falta de información podría llevar a una sociedad que desconoce su propia historia. Por esa razón, recontar los hechos a través de los informes de la Comisión de Verdad, resulta imprescindible para traer de vuelta a quienes nunca volvieron a casa, por medio de la memoria.

Los resultados de la encuesta muestran un hecho paradójico: la dictadura sostenida por la desaparición de personas, democracia y autonomía nacional, perdura con legitimidad. El régimen militar consiguió volverse imperecedero a través de las ausencias que dejó tanto en los poderes del Estado como en millones de familias chilenas, y al parecer, será lo último en desvanecerse de la memoria colectiva.

Fuentes:

https://www.dw.com/es/pinochet-el-%C3%ADcono-del-dictador/a-66279128

https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-65818270

https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/09/130906_chile_11_septiembre_golpe_emblematico

http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-94640.html

http://www.derechoshumanos.net/paises/America/derechos-humanos-Chile/informes-comisiones/Informe-Comision-Valech.pdf
https://www.publico.es/internacional/dictadura-chilena-venda-sexy-centro-tortura-pinochet-mujer-vende-mercado-inmobiliario.html
https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-98015.html

https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-19182019000100139

https://www.notimerica.com/sociedad/noticia-hechos-mas-atroces-dictadura-pinochet-20180911001048.html

https://www.notimerica.com/sociedad/noticia-hechos-mas-atroces-dictadura-pinochet-20180911001048.html

https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-92415.html

https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20200303/473795281381/dictadura-chile-victimas-asesinados-desaparecidos.html

https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-36792543

https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-31395.html

https://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/07/110719_allende_suicidio_ao

https://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/08/110818_chile_pinochet_victimas_tortura_vh

https://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/quien-era-paul-schaefer-el-exmilitar-nazi-que-creo-una-colonia-de-pedofilia-y-tortura-en-chile-352852