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Bleu

12/09/2001- Por Sonia Scalise - Realizar Consulta

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Bleu es la primera de las películas de la trilogía " Bleu, Blanc, Rouge "

Bleu es la primera de las películas de la trilogía " Bleu, Blanc, Rouge [1] ". En ella, el cineasta polaco Krzysztof Kieslowski metaforiza mediante la historia de un duelo, la compleja relación del sujeto con la vida, la muerte y la libertad.

"... Y yo sigo sin canciones habiendo necesidad... " [2]

Un papel azul brillante es arrojado por una pequeña manito desde un auto. Unas gotas de aceite se deslizan. Algo no funciona. Nadie lo advierte...

Un choque intempestivo sorprende a un muchacho que juega al balero y que acude presto, a socorrer a los accidentados .

Se escucha la respiración entrecortada y dificultosa de Julie. Un médico anuncia: su esposo y su pequeña hija murieron en el accidente. Ella está fuera de peligro, no va a morir, pero ¿merece permanecer con vida? Intenta suicidarse aprovechando la distracción que un vidrio roto por ella genera en la enfermera, pero, no puede hacerlo. No soy capaz, agrega.

Desde su cama en el hospital, ve en una tevé portátil el rito funerario: dos ataúdes de distinto tamaño cubiertos de flores. Julie acerca su mano a la pantalla. Ella no está ahí, despidiendo a sus muertos, está en otra escena y viva. Son otros los que asisten al funeral, los que en sus discursos recuerdan a Patrice y a Anna. Otros son los que llevan flores, los que hablan de la obra y vida de sus seres queridos ¿Qué pasará ahora con el concierto que Patrice preparaba? Obra inconclusa. Algo queda pendiente. Una música que espera ser escrita para que otros la disfruten. Don que se ofrece.

"... especialmente la casa me resulta insoportable, cuando desde los rincones te abalanzas sobre mí... " [3]

Ya en su hogar, Julie le pregunta al jardinero si vació el cuarto azul. No quiere nada que le recuerde a sus muertos. En ese cuarto sólo queda una lámpara azul que intenta destruir, sin conseguirlo. Aprieta los restos de cristal con toda su fuerza como queriendo deshacerse de un resto inasible. En una búsqueda desesperada por desprenderse de todo objeto material que le indique una marca de sus "objetos" de amor, los pequeños trozos de cristal azul resuenan en su mano, como resuena en su fantasma la música inconclusa. Otros lloran. No, ella...

La música insiste. Melodía inconclusa que se filtra. Acordes incompletos. Piano que se cierra. Trozo de papel que se retiene. Julie sólo conserva trozos de algunos objetos. Trozos de cristales, trozos de papel. Sólo restos.

Al ser extendida, la partitura adquiere voces que la entonan. Julie intenta acallarlas tirando la partitura a la basura. Encuentra un chupetín azul de Anna envuelto con un brillante papel, también azul; lo devora y arroja el papel al fuego. Nada debe quedar. Ningún rastro de sus seres amados y muertos. Todo debe ser eliminado, hasta los más pequeños detalles, que le recuerden a los que amó. Detalles que remiten a lo singular, único, irrepetible e insustituible de los "suyos" ¿cómo borrar esas marcas? ¿puede el fuego eliminarlas? ¿pueden arrojarse a la basura? ¿de qué lugar no pueden desterrarse?

Olivier, que está enamorado de ella, acude a su llamado en medio de una lluvia torrencial. En el único objeto que queda en la despojada casa (un colchón desnudo, sin sábanas) ¿hacen el amor? Julie no está ahí, es un objeto que se usa y se tira. Un objeto sustituible, aunque no intercambiable. Abandona, entonces, su casa sin cerrar la puerta y llevando sólo la lámpara azul, después de pronunciarse: soy una mujer común, transpiro, toso, tengo caries, ahora lo sabes, no me extrañarás.

Objeto degradado que no merece ser amado. Ni deseado. Ni requerido. Ni añorado. Nada tiene de diferente, ningún brillo que la haga deseable. Ella tose, tiene caries y suda ¿cómo puede ser amada? Es sólo un resto sin deseo ¿por qué alguien la extrañaría? Y, sobre todo, por qué desear, amar, trabajar, crear; sí la muerte y las pérdidas atraviesan cada una de esas definiciones de la vida, del sujeto y de la libertad.

"... pueden ser casualidades u otras rarezas que pasan pero dondequiera que ando todo me conduce a ti..."4

Julie inventa un nuevo lugar para vivir. Nada para vivir, nada de niños, mientras nada en una solitaria piscina. Sólo retiene la lámpara azul en su mano derecha (lastimada al raspar los muros para huir de su casa)

La música insiste. Está presente en su nueva casa y en las calles por donde ahora circula. Sus días transcurren en soledad, sin lazos, sin compromisos: no es asunto mío repite- ante cada requerimiento de la vida cotidiana. ¿Es que hay algo que sea de su incumbencia, que le interese? O, dicho de otro modo, ¿es que hay otra vida que la cotidiana?

El muchacho que presenció el accidente intenta devolverle una cruz que rechaza. Ella es nada, mientras nada en la piscina.

Otros intentan acercarse: algo debió haber sucedido, sostiene una vecina, no eres del tipo de personas que la gente abandona. También Olivier la busca; quiere saber por qué huye, por qué se esconde y aleja.

Cuando visita a su madre, internada y aislada con la única compañía de una televisión, ésta la confunde con su hermana (la tía de Julie) y sanciona su decir "no quiero posesiones, ni recuerdos, ni amigos, ni amor... todas son trampas" mediante un significante que la marcara: siempre fuiste mala y egoísta. Julie no tiene lugar en el deseo materno y no desea.

Ve por tevé a Olivier hablando de la obra inconclusa de Patrice. También ve fotos familiares y de otra mujer. Julie pregunta enfurecida: ¿por qué lo hiciste? y Olivier responde: porque quiero verte llorar; decir: quiero y no quiero; correr y vivir.

Algo se conmueve. Julie empieza a moverse; a escuchar música que le recuerda a Patrice.

Busca a la amante de su esposo. Ella está embarazada y Patrice murió sin saberlo. Julie le cede su hogar a la "otra mujer" y al hijo que espera. El hijo de Patrice con otra mujer. Ésta, a modo de agradecimiento, confiesa: Patrice siempre hablaba de usted. Usted es buena y generosa, la gente puede contar con usted.

Julie va al encuentro de Olivier y retoma la música que antes escribió con su esposo.

Ella también compone y el Concierto para celebrar la unificación europea va a llevarse a cabo. Ese 'gran concierto' semblantea al Otro, pero, la música a crear, una vez disfrutada por otros, la reinscribe en un lazo de pérdidas y, ahora sí, de intercambios.

El trabajo del duelo terminó y comienza otro. El trabajo que hace a la vida cotidiana, establecida ente sujetos mortales y, por eso, capaces de amar y trabajar.

Es decir, sujetos condicionados pero, en tanto parlantes, libres. O sea, sujetos deseantes y éticamente responsables por lo que hacen con los condicionamientos que impone el Malestar en la Cultura. Ahora Julie llora.

Todo es azul.

"... hay días que en tu sacrificio acaricio tu fantasma, pero donde iba el delirio, no oigo tu respiración.

Siempre termino en lo mismo, asesino tu fantasma..."5

1 Colores de la bandera francesa que simbolizan, respectivamente, la libertad, la igualdad y la fraternidad.

2 "Tu fantasma", canción de Silvio Rodriguez

3 Ídem.

4 Ídem.

5 Ídem.

Para tomar contacto con la autora hacerlo a: s_sonia85@hotmail.com



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