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Literatura

Fernando Vallejo: "La humanidad no tiene salvaci�n"

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El escritor colombiano, una de las grandes figuras de la literatura en espa�ol, publica 'Memorias de un hijueputa' (Alfaguara), una novela feroz sobre el presente de su pa�s y del mundo occidental donde casi nada queda en pie

De Fernando Vallejo para L�pez Obrador EL MUNDO

Fernando Vallejo acumula una voz suave, cadenciosa, cercana. Casi inesperada. Podr�a ser una voz perfecta para las cosas del alma si no contuviese una alt�sima dosis de lucidez y dinamita intelectual. Articula desenga�os con una fiereza de colmillo asomado. Certezas crudas sobre el mundo contempor�neo, sobre su pa�s (Colombia) y sobre la especie humana. Fernando Vallejo (Medell�n, 1942) derriba con una sola frase hipocres�as de todo corte y confecci�n. Pero es un ciudadano de educaci�n exquisita que cree en el fin de la especie humana y ama los perros sobre todas las cosas.

Cada uno de sus libros literarios (tambi�n ha publicado biograf�as, libros cient�ficos y de ling��stica) lleva adosada una importante carga desestibilizadora. Es autor de piezas memorables como La virgen de los sicarios o El desbarrancadero. La familia, la religi�n, Colombia, la pol�tica y la injusticia son algunos de los temas en los que clava la dentellada.

Despu�s de 47 a�os fuera de su pa�s natal, en marzo de 2018 dej� M�xico para regresar a Colombia tras la muerte de su compa�ero, el escen�grafo David Ant�n, con el que convivi� casi medio siglo. En absoluta soledad ha levantado su �ltima novela publicada, Memorias de un hijoeputa, publicada por Alfaguara, una distriba contra la clase pol�tica y lo que sucede en el mundo, con todo el desacato de una escritura dotada de la mejor perturbaci�n, de todo lo que el lenguaje puede hacer de ins�lito cuando queman las palabras.

Despu�s de tantos a�os fuera de Colombia, que no sin Colombia, �en qu� le ha gustado o disgustado el regreso?
No me qued� m�s remedio. Dadas las circunstancias en que viv�a despu�s del �ltimo terremoto y de la sucesiva muerte de mi amigo David, quien all� me ayud� a vivir durante 47 a�os, si me quedaba en M�xico me iba a morir muy pronto y no pod�a dejar hu�rfana a nuestra perra 'Brusca', quien hoy me acompa�a. Ella es la �nica raz�n que tengo para seguir viviendo. Y la falta de un rev�lver, que cuando llegue el d�a alg�n alma caritativa me conseguir�.
Sus 'Memorias de un hijueputa' abunda en la tradici�n de la literatura contra los tiranos que tanto pes� en parte de la literatura escrita en Latinoam�rica durante el siglo XX, �de qu� manera su libro est� o escapa de ese canon?
De ninguna manera est�. No est�. Si yo ocupara el puesto del que dice "yo" en mi libro, matar�a en un fusiladero a decenas de miles de colombianos. O a cientos de miles. Incluso a dos o tres millones. M�s no porque entonces el pa�s estar�a irremediablemente perdido y yo perdiendo mi tiempo. �Pero para qu� hablo de Colombia si la humanidad no tiene salvaci�n!
�Entonces para qu� seguir escribiendo, por qu� no esperar ya quieto?
Yo no escribo para salvar a la humanidad sino para desenmascarar a los bribones. Y esos son los que no se quedan quietos: siguen con su hipocres�a estafando.
Hay algunos ajustes de cuentas, como los que perpetra contra varios presidentes de la rep�blica de Colombia, y tambi�n contra Garc�a M�rquez, entre otros. �Quien queda en pie en este libro?
Nadie. Y Garc�a M�rquez era un mal escritor. Su libro m�s famoso empieza diciendo que en Macondo el mundo era tan reciente que hab�a que nombrar las cosas se�al�ndolas con el dedo. �Y lo est� diciendo en una de las pocas lenguas de civilizaci�n de las que hablaba Toynbee! Justo en la del 'Quijote'. Y el libro empieza con esto: "Muchos a�os despu�s el coronel Aureliano Buend�a...". Si era coronel, entonces en el pa�s de Macondo hab�a una jerarqu�a militar, y para que esta apareciera en la historia de la humnidad se necesitaron milenios. Y si el coronel ten�a nombre y apellido, entonces no hab�a que se�alarlo con el dedo. Gabito era un pendejo, entendida esta palabra con la carga sem�ntica que tiene en M�xico.
El 'boom' latinoamericano dej� notables novelas sobre tiranos, ese mismo fen�meno literario (el 'boom') del que se siente tan alejado. �Hay reconciliaci�n?
Mi novela no trata de un tirano: el que en ella dice yo soy yo, un santo. �No ve que yo amo inmensamente a los animales? Si por m� fuera fusilar�a ya a los matarifes, a los carniceros y a los restauranteros que venden carne. Acabar�a con la ganader�a, la industria porcina, la industria av�cola, la caza y la pesca en los r�os y en el mar. Quemar�a las carnicer�as, los rastros y las iglesias, y de la infame religi�n de Cristo no dejar�a ni un rescoldo. El Cristo que hoy tenemos es uno armado por la secta cat�lica (nombre que conserva hasta ahora la Iglesia de Roma), una de las 20 sectas cristianas que hab�a en el a�o 320 cuando se subi� al carro del triunfo de Constantino y al poder y reprimi� a las otras, y estas cada una con su Cristo, todos inexistentes, legendarios, y todas posteriores al a�o 100. De antes nadie puede probar que hubiera cristianismo. Y el Cristo que qued�, el que conocemos en Occidente y al que detesto, no tuvo ni una sola palabra de compasi�n por los animales. Insultaba como Lenin o como Fidel Castro con nombres de animales: a los fariseos los llamaba serpientes, a Herodes Antipas zorro, y dec�a que no hab�a que echarles las perlas a los cerdos. Yo les tiro hostias consagradas a estos pobres animalitos, mi pr�jimo, mis hermanos. 'Brusca', mi perra, duerme conmigo, y gracias a que la abrazo cuando se me antoja puedo conciliar el sue�o.
'Hijueputa', en el �mbito del espa�ol, es igual insulto que elogio...
�Tambi�n en Espa�a? No sab�a. En Colombia s� y all� decimos, por ejemplo, para ponderar la inteligencia de alguien: "�Qu� hijueputa tan inteligente!" Los idiomas son locos. Todos. Y ni se diga el espa�ol, que naci� en Espa�a. Es un loco mayor, un hiperloco, un megaloco. �C�mo quieren que ande yo!
�Qui�nes soy hoy los peores tiranos?
Maduro, Putin, el engendro de Corea del Norte, los reyes sauditas, los ayatolas...
�Las tiran�as en Latinoam�rica desaparecieron o s�lo cambiaron la m�scara?
Nada m�s f�jese en la tiran�a de Maduro en Venezuela y en la de Daniel Ortega en Nicaragua para que se sienta en el siglo XIX. Ah� tiene una m�quina para viajar en el tiempo. Mejor que la que invent� Wells.
�De qu� le ha salvado la literatura, si es que salva de algo?
De la aburrici�n. Y de m� mismo y del vac�o de mi vida, que en buena parte he llenado con libros, ajenos o propios, y con muchachos. De los unos y de los otros no me queda sino el recuerdo.
La iron�a es parte tambi�n de este libro, �como ejercicio de cinismo o de escepticismo?
La iron�a pertenece no solo a la literatura, sino tambi�n al lenguaje de la vida. Una forma entre muchas de decir las cosas. Y yo no soy c�nico ni esc�ptico: soy optimista. Ya esto se va a acabar. Y muy pronto. La vida m�a y la del planeta. Por el desastre ecol�gico o por una guerra nuclear. �Cu�ntas es que son las ojivas nucleares que hay en el mundo? �Veinte mil contando las de Estados Unidos, Rusia, China, Inglaterra, Francia, Israel, Corea del Norte, Pakist�n y la India? �Veinte mil? �O un poco m�s? P�ngale veintiunmil. �Qu� dicha! Va ser una fiesta de fuegos de artificio. Como los de Medell�n el 24 de diciembre en plena noche, a las 12, cuando nac�a el Ni�o Dios. El tal Ni�o ya creci� y se est� muriendo junto con Dios.
La blasfemia es otro de sus 'recursos' m�s reconocibles. La Iglesia es una de sus dianas (recuerdo 'La puta de Babilonia'). �En qu� momento tom� conciencia de ese rechazo?
Cuando adquir� plenamente el uso de la raz�n, a los 12 a�os, o sea cuando mastiqu� mi primera hostia: pan �zimo, ins�pido, bobalic�n. �Puf! Me alej� del colmulgadero y la escup�.
La injusticia y la estupidez son tambi�n motivo de batalla en su escritura.
�Cuando media humanidad, sin contar los acad�micos de la lengua, se sienta a ver veintid�s adultos infantiles d�ndole patadas un bal�n, lo podemos calificar de estupidez? �Y qu� injusticia mayor que la reproducci�n, sacar a un ser que est� en paz en la paz de la nada para traerlo al horror de la vida y al horror de la muerte?
�Le interesa la literatura de intenci�n moral?
A m� lo �nico que me interesa hoy d�a es la moral, pero no la de las infames religiones sem�ticas, a saber el juda�smo, el cristianismo y el mahometismo, ni la de las otras, sino la m�a, la que dice: "No te reproduzcas, que no tienes derecho; y respeta a los animales, que son tu pr�jimo". Y s�. Son personas como t� y como yo, individuos con recuerdos �nicos, irrepetibles por m�s vueltas que den los mundos. En cuanto a la literatura, no tiene que ver con la moral. Y mucho menos los catecismos y los devocionarios. Mis libros s�. Y no podr� haber m�s moral en el mundo que la m�a, la �nica posible. �Bendita sea la lengua espa�ola en que estoy hablando! Pero no pensando porque yo ya no pienso, divago arrastrado por el caos. �O usted cree que la del judeocristianismo es moral? Lea el Lev�tico y ver�. Ah� encontrar� a Yahv�, el que hizo el mundo en seis d�as, excitado por el olor de la carne asada de los animales que le sacrifican. A m� se me hace que a Yahv� no se necesitaba asarle la carne. Dada su omnipotencia �l la pod�a digerir cruda.
�Cu�l es para usted la literatura m�s cobarde?
Tampoco la literatura tiene que ver con la valent�a. Borges, por ejemplo, y seg�n afirmaci�n de �l mismo, no opini�n m�a, era un cobarde.
�La literatura es una experiencia pol�tica?
La pol�tica es despreciable: ambiciones personales disfrazadas de altruismo. Mire a esos mequetrefes que tienen ustedes de jefes de los partidos pol�ticos. A Pablo Iglesias, por ejemplo, quien le pone de nombre a la coalici�n de partidos que preside "Unidas podemos". �Por qu� en femenino? En espa�ol "unidas", como en este caso, solo significa a las mujeres. "Unidos", en cambio, significa tanto a los hombres como a las mujeres. No puede este tontarr�n violentar de semejante manera a una lengua de mil a�os. Que se dedique mejor a cambiar el genoma humano a ver sin en vez producir atropelladores y ambiciosos y mentirosos de la pol�tica produce gente honorable.
�Se reconcili� con Espa�a?
Cuando en una reuni�n de esas de bur�cratas de la Uni�n Europea pagados con millones se vot� para ponernos visado a los colombianos para entrar a sus pa�ses, Mariano Rajoy, el representante de Espa�a como vicepresidente que era entonces de Aznar, se abstuvo. Nos pusieron el visado, que seis escritores y un pintor colombianos ya ve�amos venir de tiempo atr�s y por ello hab�amos dirigido una carta al gobierno espa�ol advirti�ndole de que si permit�a que nos lo pusieran no volver�amos nunca m�s a Espa�a. De los siete que firmamos [tambi�n Gabriel Garc�a M�rquez, �lvaro Mutis, H�ctor Abad Faciolince, Dar�o Jaramillo, William Ospina y el pintor Fernando Botero] solo yo cumpli� su palabra y nunca he vuelto ni volver�. Los dem�s volvieron. Entre ellos el Gabito.
�Cu�l es el terror m�s insoportable para usted?
Morirme asfixiado en un ata�d o en un avi�n que cae al fondo del mar, o dejar a mi perra 'Brusca' hu�rfana. Cuando la recog� en la calle, en M�xico, perdida, hace cinco a�os, lo hice renunciando a la bendici�n de morirme mientras ella viviera. En esas estoy. Ahora ya ni s� c�mo va a terminar esto. Dificil�simo el asunto. Otro m�s para el que no tengo soluci�n. Tampoco he podido entender nunca la gravedad ni la luz. Ni el espaciotiempo del marihuano Einstein.
�Y el problema m�s acuciante de este momento hist�rico?
Con el desastre ecol�gico y el arsenal nuclear de que le hablado siento que estamos a un paso del final de la Historia. �Se imagina usted el planeta Tierra sin historiadores? �Tantas guerras e infamias realizadas, qui�n las va a contar?
En esta sociedad cada vez m�s tecnologizada y rob�tica, �qu� lugar ocupan el pensamiento cr�tico y el arte?
Ninguno. Adem�s ya no existen. Lo poco bueno que hab�a lo acabaron. Aqu� abajo no qued� piedra sobre piedra ni va a quedar p�jaro cantando.
�Se considera un autor inc�modo?
�Pues claro! Para los que se ofenden con mi optimismo.
�Sigue tocando el piano?
Machac�ndolo, como dec�amos en el conservatorio.

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