El primer vuelo transoceánico en la historia de la humanidad se realizó entre el 22 de enero y el 10 de febrero de 1926, protagonizado por el hidroavión Plus Ultra, tripulado por españoles. Partió de Palos de Moguer, España (desde donde lo hiciera Cristóbal Colón, en su primer viaje) y llegó a Buenos Aires 19 días después, recorriendo 10.270 kilómetros y empleando 59 horas y 39 minutos de vuelo neto, realizado en siete etapas, a velocidad promedio de 172 kilómetros por hora.
El primer tramo terminó en Canarias. Los siguientes se extendieron hasta las islas de Cabo Verde, Fernando de Noronha, Pernambuco, Río de Janeiro, Montevideo y Buenos Aires.
Los tripulantes del Plus Ultra fueron Ramón Franco, piloto y comandante oriundo de Galicia (y hermano de Francisco Franco, quien años después sería el hombre fuerte de España); Julio Luis de Alda, copiloto nacido en Navarra; Juan Manuel Durán, oficial proveniente de Andalucía, y el soldado mecánico, también de Navarra, Pablo Rada
La máquina era un hidroavión Dornier Do –J- modelo “Wal”, que quiere decir ballena en alemán, debido a la forma de su fuselaje. Su planta motriz consistía en dos motores en tándem sobre la sección central del ala, con una hélice anterior tractora y la posterior propulsora, sincronizadas.
El uso del radiogoniómetro, utilizado por primera vez en este tipo de vuelo, permitió a la aeronave mantenerse en la ruta correcta.
Su nombre, “Plus Ultra”, es un latinismo que significa “más allá”. Su origen se remonta a las columnas de Hércules, que fueron un elemento legendario de origen mitológico, situado en el estrecho de Gibraltar, y que señalaba para los romanos el límite del mundo conocido cuando navegaban el Mediterráneo.
Al llegar al océano el lema era “Non terrae plus ultra” (no hay tierra más allá), lo que establecía el final de la navegación.
Cuando España descubrió América, la consigna se convirtió en “Plus Ultra” o sea: ahora sí se puede ver más allá, y pasó como símbolo a su escudo, junto con las dos columnas de Hércules, que según el mito, estaba una en Calpe (Gibraltar) y la otra en Ceuta, antigua Abila, en África, en las dos márgenes del estrecho.
Estas columnas son las que están representadas en el parque España de nuestra ciudad de Rosario.
Cuando el vuelo del Plus Ultra en la Madre Patria reinaba Alfonso XIII de Borbón, casado con la princesa británica Victoria Eugenia de Battemberg, y padre de siete hijos, uno de los cuales, Juan (conde de Barcelona) fue el padre del actual rey Juan Carlos de España.
Fue Alfonso XIII el precursor y organizador de esta travesía histórica. Gobernaba nuestro país Marcelo Torcuato de Alvear (período de 1922-1928), casado con la cantante lírica portuguesa Regina Pacini, quien era hijo de Torcuato de Alvear (1822-1890) primer intendente Municipal de Buenos Aires y nieto de Carlos María Alvear (1789-1853), general y político argentino, vencedor de la batalla de Ituzaingó y director supremo de las Provincias Unidas, entre otros cargos.
Un récord coincidente
Otras dos proezas, una ferroviaria y otra periodística, se cumplieron el día del arribo del Plus Ultra a Buenos Aires: el diario La Nación, enviado desde la estación Retiro a las 3.40, se pudo distribuir en Rosario Norte a las 7 en punto, a la misma hora, por primera vez, que en la capital de la República.
Ello fue posible luego de que una formación de cuatro vagones, arrastrados por una locomotora a vapor llamada La Emperatriz e identificada con el número 191, a cargo del maquinista Francisco Savio, recorriera el trayecto entre la capital y en Rosario 3 horas y 20 veinte minutos, a un promedio de 94 kilómetros por hora.
En 1926, el vuelo fue la noticia del año. Todas las portadas de los diarios del mundo destacaron el cruce del Atlántico. Estos cuatro españoles habían cumplido con la hazaña de vencer al océano desde el aire.
El auténtico hidroavión Plus Ultra se encuentra, actualmente, en el Museo Udaondo de la ciudad de Luján, y una locomotora similar a la 191, bautizada también Emperatriz, se puede apreciar en el Museo Ferroviario de la vecina ciudad de Pérez.
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