Críticas de El maestro jardinero (2022) - FilmAffinity
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El maestro jardinero

Intriga. Drama. Romance Narvel Roth es el meticuloso horticultor de Gracewood Gardens. Está tan dedicado a cuidar los jardines de esta maravillosa e histórica finca como a complacer a su jefa, la rica viuda Sra. Havernhill. Pero el caos se apodera de la ordenada existencia de Narvel cuando la Sra. Haverhill le exige que tome como aprendiz a su rebelde y problemática sobrina nieta Maya. Esta nueva situación va a sacar a la luz oscuros secretos de un pasado ... [+]
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Críticas 49
Críticas ordenadas por utilidad
8 de junio de 2023
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Una flor que crece lentamente

Joel Edgerton interpreta a Narvel Roth, jardinero jefe del jardín botánico de una finca americana. A pesar de las apariencias, Roth esconde un pasado del que se arrepiente. Poco a poco se nos va a desvelar su secreto con unos flashbacks colocados en momentos perfectos, demostrando que El maestro jardinero utiliza los recursos narrativos de manera inteligente.

A pesar de ello, el guion es tosco, avanza con dificultad. La película se mueve en círculos pero no ataca las cuestiones de las que pretende hablar hasta bien entrada la segunda mitad del film. Hasta ese momento la trama no avanza demasiado pero hay un desarrollo interesante de los personajes que componen el tapiz de El maestro jardinero.

Así pues, Schrader repite sus dos temas principales, la culpa y el perdón, para abordar temas como el racismo y las diferencias de clase.

*Deja en paz al jardinero

El maestro jardinero es el cierre de la trilogía que Paul Schrader inició con El reverendo (2017) y a la que siguió El contador de cartas (2021). Con estas tres películas el guionista y director pone en practica su "cine trascendental" y la fuerza del amor en tiempos oscuros.

La repetición de los leimotivs de Schrader hacen que, de algún modo, El maestro jardinero nos sepa a algo ya visto. A pesar de las buenas actuaciones del trío protagonista, Joel Edgerton, Sigourney Weaver y Quintessa Swindell no consiguen hacer empatizar al espectador con sus personajes por culpa de un guion con poca chispa a nivel de trama.

*El arte de la paciencia

Aunque durante algunos tramos de la película la trama no se desarrolla demasiado, Paul Schrader construye un guion sobre Estados Unidos. El racismo y el extremismo son temas que aborda, sin ningún miedo, El maestro jardinero, especialmente durante su segunda mitad.

Por ello, a pesar de que la historia sea algo floja a nivel de trama, vale la pena el visionado. El maestro jardinero demuestra la calidad artística de un guionista que con 76 años sigue siendo una voz rigurosa dentro del cine contemporáneo.

*Conclusión

El maestro jardinero es una película que cuenta con buenas actuaciones y un guion más enfocado a tratar problemas estructurales de los Estados Unidos que al desarrollo de una trama convincente. Pese a un ritmo algo tosco en ciertos momentos, el retrato de personajes marginales y con actitudes extremas sigue siendo marca de la casa de Paul Schrader.

Escrito por Guillem Uceda i Oliver
Cinemagavia
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8 de junio de 2023
24 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene un comienzo interesante, sin duda, pero se desvanece rápido a medida que avanza el metraje. Los planos oscuros y la música parsimoniosa que acompaña prometen mucho y recuerdan al mejor Schrader, lamentablemente es lo único bueno que veremos del director. La trama es un asunto aparte y nos recordará a las nuevas series y películas de Netflix, Disney o HBO, donde sus nuevas producciones pareciera que solo buscan entregar un mensaje político-ideológico, o, por lo menos, buscan otra cosa más que entretener (La Sirenita, ejem). De esta forma, la película sigue su rumbo alrededor de una relación amorosa extremadamente forzada, con un actor principal que hace lo imposible para que parezca genuina, pero no lo logra. La película no despega, los conflictos son poco interesantes y casi tan forzados como la relación. A la mitad ya no me interesaba cómo iba a terminar, solo seguí mirando por inercia hasta que acabó. Olvidable asunto.
Finalmente, me fui con el pensamiento de que las buenas películas y los buenos directores "de antes" ya no volverán más, ahora todo tiene otros fines, el entretenimiento es algo de segundo o tercer plano.
Basson
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1 de julio de 2023
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carta abierta a Paul Schrader

Estimado Paul:

En primer lugar, mis respetos Paul. Me manifiesto como admirador de tu "Aflicción" y de tu "El reverendo". Son dos producciones, en mi opinión, de nivel; y eso ya es bastante para tener consideración hacia un director de cine. Sí, con dos productos así, chapeau.

También sé de tus buenos trabajos como guionista de cine. Y he visto que te llaman para instruir al público hablando de directores míticos como Bresson u Ozu. Sabes de qué va esto, no cabe duda, eres un tipo que ha mamado de las fuentes más auténticas.

Paul... ¿Qué te ha pasado en "El maestro jardinero"? Ya sé como está el panorama. Ya sé que si no te doblegas, que si no sigues las pautas que te marcan, no te van a dejar hacer cine, no te van a pagar los gastos. Y tú amas tanto al cine...

Lo que has hecho no funciona, Paul. Ya sabes que mi predisposición hacia lo que haces es máxima, me habías dado mimbres suficientes como para confiar. Sin embargo, se me ha ido deshaciendo la golosina, el caramelo pasó a ser trozo de piedra, y al final, veneno encostrado.

Me exacerba sentir que el tiempo se me escapa entre los dedos, Paul, que me quieran conducir por los caminos del vacío existencial, que me ofrezcan, envuelto en envase de un polvorón, un engrudo de harina podrida.

He hallado las deficiencias del cine moderno de los últimos tiempos, Paul: Los personajes, sin vida, mal construidos, carentes de interés, en el fondo estereotipados, pobres de espíritu y de entendederas, sin credibilidad... aunque eso sí, con toda la belleza que el celuloide puede crear (estoy hablando de la plasmación fotográfica); los diálogos y el argumento, manido, predecible, sin alimento, sin interés con el caer del minutaje; la complacencia con el discurso obligatorio de integración, de buenismo rancio, de filosofía de manual barato.

Qué fácil es dibujar esvásticas y señalarlas con el dedo. Que fácil es utilizar las razas para hacer el discurso institucional. Qué fácil es construir una historia con los ingredientes manidos de mil historias anteriores. Sí, Paul, yo también estoy a favor de la libertad y la igualdad. Pero siempre con libertad de conciencia, no lo olvides.

Paul, no creo que debas apuntarte al borreguismo, no debes. Tú tienes personalidad, sabes de cine, sabes contar historias. Y aunque necesites el dinero, te pido por favor que no nos traiciones.

La metáfora de tu jardín no funciona, Paul. El orden de tu jardín, no me lo creo. O peor, ese jardín que nos quieres clavar me resulta escabroso. Esos jardines tan cuidados, tan de alta alcurnia, tan académicos, están faltos de vida, están ahogados en el refinamiento más estéril. Como tu película. Y sí, Paul, yo también admiro el colorido deslumbrante de flores y plantas, a mí también me alegran la vista.

Hace poco revisioné, por tercera vez, tu "Aflicción". Siempre te tendré respeto, siempre te sacaré el pulgar hacia arriba. Pero ya sabes, nos debemos a la sinceridad, a no dejarnos llevar por idolatrías, a tratar de comunicarnos con nuestros semejantes con un lenguaje propio y libre, y con esta crítica mi única intención es seguir tratándote con respeto.
Tombol
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12 de junio de 2023
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bonita historia con un buen guión. Sin embargo, la historia daba para más. Su desarrollo es contínuo y sin sobresaltos, quizás con el mismo anonimato que busca su protagonista. Sólo hay un par de destellos y alguno mágica y nocturnamente brillante. La historia se prestaba para un desarrollo con mayor fuerza.

No está mal, pero no esperes grandes cosas.
emorriconiano
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14 de junio de 2023
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Regresaba esa noche Paul Schrader, meditabundo, caminando por las calles de Nueva York tras una conversación con el director polaco Pawel Pawlikowski, reflexionando acerca de la importancia de dirigir cine que de verdad le importara, más significativo. Tras de sí tenía títulos nada desdeñables como "The Canyons" o "Mad Dogs", también otros menos de su agrado como ahora "Caza terrorista" o "The Walker". Schrader, seguidor de cineastas ascéticos como Dreyer o Bresson, sin duda sabía que podía hacerlo mejor. Y sin duda dio con la fórmula para redireccionar su carrera como director. Tanto es así que, tras ver esta estimable "Master Gardener", se le puede acusar de realizar un cine formulario.

Quizá sea demasiado exagerado tildar "Master gardener" como auto-plagio, aunque la falta de originalidad es notoria y sin duda, muy fácilmente, se pueden hallar patrones y elecciones formales muy similares a "The card counter". Podríamos hablar del modelo de protagonista masculino, con alma de samurái, que guarda un pasado oscuro y violento, relacionado en cierta manera con asuntos políticos de los últimos años, y que ven como deberán salir de su vida casi monacal por compromiso con otras personas.

Pero las localizaciones, el contexto del personaje principal, sus características y otros personajes secundarios sin duda difieren y nos salvan del regusto de lo repetitivo para adentrarnos en la senda de lo familiar. Hallamos a Narvel enclaustrado en el fondo de un gran jardín al servicio de una rica viuda. Su pasado encierra episodios de violencia extremista, que se saldó con traiciones y una colaboración desesperada con autoridades federales, de modo que 7 años después se dedica de forma metódica a la jardinería, demostrándose como un experto en la materia, que ha estudiado y dominado en su empeño por reedificarse como ser humano y encontrar nuevas luces con las que alumbrar su existencia.

De esta forma, hallamos la clásica dialéctica entre naturaleza e historia. Narvel vive protegido en ese gran jardín, rodeado de naturaleza, por lo menos en apariencia si bien está a recaudo de una familia muy adinerada, que le permite así alejarse del mundo neonazi. Cuando Maya aparezca en su día a día deberá lidiar con otros problemas diferentes de la sociedad, en este caso las desigualdades sociales, encarnadas en esa problemática joven, que mantiene una relación distante con su rica tía-abuela, cuyo contraste es en sí mismo una instantánea perfecta de los desniveles sociales, y que pondrán a Narvel en una situación en la que deberá escoger entre tomar partido o permanecer oculto y protegido en el fondo de su habitación y el gran vergel.

Ahí reside, creo yo, otras de las cuestiones que Schrader se plantea: ¿hasta qué punto esa reforma personal es cierta si sencillamente se existe al margen? ¿Basta con no colaborar con los violentos o bien se debe probar esa regeneración mediante las propias acciones? El hecho que la contraparte femenina sea una mujer mestiza sin duda contribuye a comprender cuanto camino ha andado Narvel, si bien tampoco hablamos de Derek Vinyard.

Cuestiones sin duda jugosas que, en su ejecución no resultan fastuosas. El principal problema que encuentro no es tanto que el esquema suene familiar -y que hasta cierto punto puedas prever qué rumbo tomará la narración- como que el personaje de Maya, más allá de su pasado cargado de problemas familiares, tiene poca sustancia y resulta poco jugoso. Porque cuando el espectador toma contacto con ese entorno actual que le aporta más violencia y drogadicción, resulta bastante inane, de cartón piedra, con unos narcotraficantes que más bien parecen unos niñatos adictos al trap. Joel Edgerton sí está convincente en su interpretación del circunspecto Narvel, Quintessa Swindell sólo cumple de forma regular en un papel que tampoco tiene muchas oportunidades de despuntar, no veo como otra actriz joven más experimentada podría haber sacado más partido a una contraparte femenina que sencillamente es efectiva, aunque sin mayor interés.

Además cuando se desata la violencia, los giros argumentales tampoco acompañan demasiado y es evidente que no estamos ante una obra de alto vuelo como ahora "The card counter" o "First reformed". De cualquier forma no se puede pasar por alto que estamos frente a una narración consistente, su protagonista sí resulta interesante y la siempre solvente labor del cinematógrafo Alexander Dynan consiguen llenar las lagunas y las dudas que nos pueda dejar la diegética. Con eso en mente, en caso de no haber visto ninguna de los últimos títulos de Paul Schrader, casi resulta más aconsejable ver "Master gardener" y desde ahí ascender a las alturas que alcanzan "First reformed" y "The card counter".

Da la sensación que unos años atrás, quien sabe si tiempo después de su conversación con Pawlikowski, Schrader estaba encerrado en su despacho, escribiendo con las luces tenues y un buen lingotazo de whisky a mano, y se encontró con una nutrida serie de escenas similares entorno a su protagonista, quizás demasiadas para un sólo largometraje, que le quedaría recargado, así que tomó la decisión de dividir en dos esas escenas y repartirlas en dos proyectos distintos. De ser así, me alegro que no dejara olvidadas en un cajón las escenas para "Master gardener", que lograra rodarlas y que hayamos podido contactar de nuevo con otro de esos reflexivos y solitarios ronin norteamericanos. Aunque no estaría de más que, en adelante, cambie de rasante y piense en personajes con menos gusto por el ascetismo y la escritura.
Jean Ra
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