Para Chiara

Escribo esta crítica sin tener las ideas muy claras acerca de la película, confiando en tenerlas más, al acabarla.

La película me ha producido un sentimiento agridulce: Por un lado, es una película original con una metodología de factura rigurosa. Por otro, deconstruye el lenguaje cinematográfico, que tardó muchos años en consolidarse, y nos produce una sensación de pérdida. Al final lo que se puede estar dilucidando es si el cine de género es un patrimonio o una rémora. Para mí, es un patrimonio. Las innovaciones, que siempre caben, y, en mi caso son bien recibidas, deben atenerse a unos códigos previos.

Puede tener interés el punto de vista de alguien que participa desde la irrelevancia en un fenómeno sociológico, pero ese punto de vista siempre será menos apasionante que contemplar ese fenómeno en el esplendor de su manifestación o en el fulgor de su incendio.

¿Se quería hacer una película de gánsteres, dándole un enfoque nuevo?

Si es así, se ha fracasado.

Una de las primeras escenas de la película es una fiesta de cumpleaños, que parece tener como referencia la de la boda inicial de "El Padrino", y puede pensarse que después vendrán las escenas de acción. Una de las genialidades de Coppola a la hora de rodar la que está considerada como una de las mejores películas de la historia del cine fue el incluir escenas largas en las que el tiempo se remansa y que sirven de contraste con otras escenas de violencia desaforada. En "Para Chiara" las escenas de acción brillan por su ausencia, a no ser que se quiera hacer pasar por ellas alguna mínima exhibición pirotécnica.

¿Se quiere hacernos partícipes de la muerte de la ingenuidad de una adolescente?

Esa ya es otra dimensión, menos ambiciosa que la anterior. Las preguntas son, entonces: ¿Se necesitan dos horas de metraje para ello? ¿Hay que contar con todo detalle los aspectos más insulsos de la vida cotidiana de nuestra heroína? ¿Es acertado el recurso sistemático a los seguimientos por la espalda, cámara al hombro, de la protagonista o a los primeros planos invasivos? Lo de la inmersión sensorial puede ser también una coartada para no esmerarse más en la escenografía y en la puesta en escena.

El aburrimiento no suele ser un buen aval para ninguna película, aunque haya razones operativas para la premiosidad narrativa.

¿Qué se pretende que saquemos en limpio de este relato cinematográfico?

¿Que los mafiosos tienen sus razones? No deja de ser una aproximación a la apología del delito.

¿Que un malhechor puede ser cariñoso con su entorno más afectivo? Lo puede ser: Vicios públicos, virtudes privadas.

¿Que la judicatura y los servicios sociales son justos y benéficos y tienen poderosos argumentos para tomar decisiones que no les corresponden? "Hay que dar a César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".

¿Que en ocasiones para salvarse uno tiene que renegar de los suyos? Triste alternativa.

Como se ve, hay contradicciones, que quizás sean inevitables.

Termino esta crítica igual que la empecé, sin las ideas del todo claras acerca de esta película. Por si acaso, y para no ser injusto, le doy un siete.

Buena película coproducida entre Italia y Francia que, no obstante, considero personalmente algo sobrevalorada. Y es que estoy leyendo por aquí y por allí, amén de algún comentario de algún amigo mío que la había visto, que era "muy, muy buena".
Dejando esto aparte, sí la considero muy estimable, toda vez que toca el tema de la mafia pero desde el punto de vista "familiar". Las consecuencias de las actuaciones de los mayores que están en la organización, para con los miembros de su familia, que muchas veces, no saben a ciencia cierta lo que hacen, su cometido diario.
La pérdida de la inocencia de una joven, que se encuentra de la noche a la mañana con su mundo desmoronado, donde los valores éticos y morales que sostiene desde pequeña se ven alterados y en ocasiones modificados por dicho motivo.
Encontrar su lugar en el mundo, desear a toda costa conocer "la verdad", para tratar de comprender, perdonar si es posible y seguir queriendo al padre.
Todo ello narrado de forma, a mi modo de ver, de forma demasiado inmersiva, sin dejar respirar, ni a la protagonista ni al espectador, rodado de forma en la que no se da tregua y transcurre dando vueltas y vueltas de forma ágil pero en lo que a mí respecta discutible por existir no pocas elipsis que ofrecen más dudas que certezas.
Con todo, se sigue con interés, gracias al buen montaje y las excelentes interpretaciones, sobre todo la de una omnipresente Swamy Rotolo.
Una película a contracorriente, que se sale de normal y merece la pena, pero que yo, al menos, no me atrevo a recomendar sin ambages pues su narrativa a veces no resulta demasiado atractiva para el gran público.

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No encuentro nada que me emocione especialmente en esta toma de conciencia de una adolescente de que su familia son mafiosos. Si acaso el extenso preámbulo de la fiesta de cumpleaños de su hermana me evoca con nostalgia y comparaciones odiosas a gentes como Cimino o Coppola que hace medio siglo sentaron cátedra al respecto de fiestas familiares. Y puestos a tomar conciencia de a qué se dedica el padre y como asumirlo me remito a la "biblia" de "Los Soprano".

Ni el retrato personal de Chiara ni las andanzas paternas llegan a alcanzar entidad suficiente para interesarme más allá de la buena labor de su protagonista que aguanta la perenne mirada de la cámara y la fotografía oscura de Tim Curtin que repite con el director. Chiara viene a la postre a confirmar el mantra de todo clan mafioso que se precie: "lo más importante es la familia".

cineziete

No sé si la adolescente Chiara comprende la realidad cuando su padre le dice:

“No es delincuencia, es supervivencia”.

Esta niña se pasa la película intentando averiguar a qué se dedica su padre y el resto de la familia y amigos.

Observa, perturbada, con su enormes ojos negros, lo que lo rodea.

La Ndrangheta calabresa tiene poco del estilismo de El Padrino, es sucia, pobre y está manchada de barro.

Mi puntuación: 7,62/10.

Chistes y críticas en holasoyramon.com

*La última pieza del mosaico

La película esta situada en Gioia Tauro, una localidad de Calabria que sirve como uno de los nexos de unión entre Mediterranea (2015), A Ciambra (2017) y A Chiara (2021), las tres obras que forman la antología de Jonas Carpignano.

El director crea un microcosmos único, con un estilo muy marcado. Tanto el tono como el ritmo, así como los temas que tratan las tres películas confluyen y ayudan a crear una visión personal acerca del mundo criminal y sus relaciones. Pero Carpignano va más allá y con su estilo naturalista, casi como si de un documental se tratara, profundiza acerca del mal endémico del racismo, del clasismo y de las relaciones que se establecen entre los distintos grupos de delincuentes organizados.

Tras ver las dificultades de Ayiva (Koudous Seihon) como recién llegado a Calabria en Mediterranea y la vida de Pio (Pio Amato) en la comunidad gitana de Gioia Tauro, A Chiara nos muestra cómo Chiara descubre la relación de su padre con la 'Ndrangheta y las consecuencias que ello comporta.

*Una reinterpretación del coming of age

Así como el final de A Ciambra dejaba claro en lo visual el crecimiento de Pio y su decisión final se notaba muy bien trabajada a nivel narrativo en un coming of age de manual, A Chiara supone un paso más en el coming of age de Carpignano. La frontera entre el mundo adulto y la adolescencia de Chiara se desdibuja, se mezcla y forman un conjunto maravilloso. La inocencia de la vida familiar y la cruda realidad del entorno supone un choque, un conflicto para la protagonista, que ve como su comportamiento está fuera de la norma.

La película es, pues, una reinterpretación del coming of age, una entrada en un mundo adulto retorcido, absurdo y en el que hay que luchar como individuo para la comunidad. Chiara no es inocente, no es naif, pero es una adolescente. Y se ve envuelta en el silencio familiar sobre la inocencia o culpabilidad del padre. Y eso la lleva a investigar y a crecer a pesar de todo.

La mirada casi documental de Carpignano se ve apoyada por la participación en la película del conjunto de la familia de la protagonista. Lo mismo ocurría en A Ciambra y eso le aporta un toque realista, un juego de espejos entre realidad y ficción que sienta genial a la película.

*¿Mafia o supervivencia?

Con la antología completa vista, las similitudes entre A Ciambra y A Chiara son más evidentes que respecto a Mediterranea. Aún así, las tres películas, que se pueden ver de manera independiente, tiene vínculos entre sí, personajes que están relacionados y ayudan a crear un universo más complejo y rico.

A Chiara es, quizá, la película en la que vemos el procedimiento criminal en mayor mesura. Sin ser indulgente con el crimen, el director imprime en la obra un sello indeleble, un claro dibujo de la 'Ndrangheta y sus relaciones con los clanes africanos y gitanos. Con un muy buen trabajo de guion, de lenguaje narrativo Gioia Tauro es un microcosmos, una metáfora de las relaciones de poder en el mundo moderno.

La energía de Swamy Rotolo llena la pantalla y, sin ser una película de mafiosos, el conflicto entre mafia o supervivencia le otorga todo el atractivo de estas películas a A Chiara.

*Conclusión

A Chiara es el cierre de la trilogía sobre Gioia Tauro. Con la película de tono más claramente social, Jonas Carpignano cierra un ciclo con una antología notable, que crea un universo firme, con una mirada de autor que resulta muy interesante y que refleja el mundo moderno con un tono de claro matiz realista, a medio camino entre un film documental y de ficción. A Chiara es, pues, un broche de oro a una antología que recorre todas las relaciones del mundo criminal de Calabria con diferentes miradas, siempre de un modo personal y con un gran pulso narrativo.

Escrito por Guillem Uceda i Oliver