El abuelo (1998)
Ficha Técnica:
Título original: El abuelo
Año: 1998
País: España
Género: Drama
Dirección: José Luis Garci
Fotografía: Raúl Pérez Cubero
Música: Manuel Balboa
Guion: José Luis Garci, Horacio Valcárcel (Novela: Benito Pérez Galdós)
Productora: Nickel Odeon
Duración: 163 min (88 + 75)
Reparto: Fernando Fernán Gómez, Rafael Alonso, Cayetana Guillén Cuervo, Agustín González, Cristina Cruz Mínguez, Alicia Rozas, Fernando Guillén, Francisco Piquer, Emma Cohen, Antonio Valero, Nuria Rodríguez
Sinopsis:
Asturias, principios del siglo XX. Don Rodrigo de Arista Potestad, Conde de Albrit, Señor de Jerusa y de Polán, creía saber qué era el honor. Hasta que regresó de América viejo, casi ciego y arruinado. A su llegada descubre un amargo secreto: una de sus dos nietas -Nelly y Dolly- es ilegítima, no lleva la noble sangre de su familia. (FILMAFFINITY)
Premios:
1998: Nominada al Oscar: Mejor película de habla no inglesa
1998: Premios Goya: Mejor actor (Fernando Fernán Gómez). 13 nominaciones
1998: Premios Forqué: Nominada a mejor película
Idioma: Español
Formato: MKV (WEB-HD)
Tamaño: 7’15 GB (3,69 GB + 3,46 GB)
Breve comentario
by yo
Cautivador film de José Luis Garci, un relato pausado, sereno, plácido de ver, en que el realizador madrileño se toma su tiempo para componer un relato revestido de clasicismo, con solemnidad, invitándonos a la reflexión, dejando un poso pictórico en el espectador por la belleza y amor con que retrata la Asturias rural de finales del siglo XIX, con una fotografía que deslumbra, un cuadro de colores salvajes con un sentido artístico inconfundible. Un retrato fascinante de un mundo cambiante en decadencia, donde la aristocracia pierde sus abolengos privilegios en pos de una clase social de arribistas, un drama que versa sobre el honor, la dignidad, la nobleza, los prejuicios, el clasismo social, el rencor, la redención, el paso lapidario del tiempo, todo ello con personajes perfectamente delineados, con sus aristas y matices.
Una película preciosa desde el minuto uno al ciento sesenta y
tres, larga desde un punto de vista objetivo pero tan suave, tan bien
montada y compuesta, tan hermosa que si durase más no importaría,
con un guion que te desarma por su hondura de emociones, por su
intensidad de palabras e ideas, por su incansable reflexión sobre el
paso del tiempo, el amor y la pérdida, que es lo que caracteriza a
ese personaje para la historia del cine español que es don Rodrigo,
con la barba pelirroja de un enorme Fernando Fernán-Gómez que tiene
la fortuna de que no le doblen, no sé a qué viene esto de
cambiarles las voces, como si a Rafael Alonso le hiciera falta.
Cayetana Guillén Cuervo está normal pero, por algún motivo,
resulta perfecta y las pequeñas Cristina Cruz y Alicia Rozas son,
sencillamente, ángeles.
Quien destaca por su protagonismo
y trascendencia es el abuelo, claro, un hombre de corazón de león
que representa un conjunto de valores y principios que, por supuesto,
la modernidad, la de entonces y la del presente, ha abandonado, qué
impactante es asistir a la triste, digna y nostálgica decadencia de
un hombre que en el pasado tenía poder, una esposa a la que amaba y
le amaba, un hijo adorado al que ha visto morir, una fortuna, un
nombre, el respeto de sus vecinos, presenciar la ingratitud, la
desvergonzada traición de su nuera, la duda entre el bien y el mal,
entre el amor y el honor, de este anciano pobre y solo que lo ha
perdido todo. Fernando Fernán Gómez está memorable, faltan
calificativos para poder honrar su trabajo, todo le acompaña, su
esbelta figura, su pobladísima barba, su lenguaje pulcro y preñado
de tonalidades, es el gran pilar sobre el que se asienta la película,
un tipo honorable, orgulloso, soberbio, arrogante, un aristócrata de
pura cepa, en su pobreza erguido y recto, con rígidos principios
morales, reflejando un interior anclado en la nostalgia de un pasado
de opulencia que no volverá, todo esto y más lo desborda Fernán
Gómez, imponente, carismático, majestuoso, dejando entrever las
arrugas de un millón de vicisitudes, y entre ellas sobresalen dos
ojos azules penetrantes, con una gestualidad pétrea, y sobre todo
enarbolando una oratoria incisiva, poderosa, arrolladora.
Una obra maestra de nuestro cine, una película maravillosa, portentosa y que rompe esquemas. Habría que destacar tantas cosas; los decorados, exteriores, reparto, banda sonora, guion, montaje... que para nada extraña que fuese la nominada para representar a España en la entrega de los Oscar. Un clásico de nuestro cine, una maravilla cinematográfica... y después de todo lo dicho, pues que queréis que os diga, ante las obras de arte como esta, a veces sobran las palabras.
Comentarios
Publicar un comentario