Irene Urdangarin ha cambiado radicalmente de vida. La hija de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin ha seguido los pasos de su hermano mayor y ha iniciado una aventura como voluntaria de una ONG. El país que ha escogido es Camboya, un país situado entre Tailandia y Vietnam que conocen bien en la familia porque el primogénito también fue una temporada. En el caso de la hija pequeña del exmatrimonio, se estará durante seis meses de la mano de los jesuitas. El sacerdote Kike Figaredo tiene muy buena relación con la infanta española y ha vuelto a confiar en él para enviar la hija a miles de kilómetros. El lugar concreto que ha escogido es Battambang, una de las zonas más pobres y minadas de todo el país.
La chica está haciendo este trabajo humanitario desde hace un mes, pero la revista
Se había matriculado en una de las escuelas de hostelería más prestigiosas de toda Europa, pero poco antes de empezar el curso decidió esperar un año para poder tomarse unos meses sabáticos. En casa, «todos» habrían estado de acuerdo que esta era una buena decisión que le ayudaría a tener los pies en el suelo. Fuentes próximas a ella siempre la ponen por las nubes, ya que aseguran que es una chica «fuerte, sociable, divertida e independiente«.
Primeras fotos de Irene Urdangarin como voluntaria en Camboya
Esta es la primera vez que vive lejos de casa y sin ningun familiar cerca, ya que está compartiendo una casa «pequeña» con otra chica dentro del barrio católico de la zona. Irene, del mismo modo que el resto de voluntarios, se encarga de convivir y ayudar con niños que sufren alguna discapacidad o personas con graves secuelas de las minas que se colocaron en el país. Dicen que Irene Urdangarin se habría quedado muy impactada con todo lo que pudo ver allí en los primeros días de esta «dura» experiencia: «Se encontró con la máxima pobreza y el sufrimiento en mayúscula».
Cristina no lo ha acompañado en estas primeras semanas, las que querría que exprimiera al máximo para captar como viven en un país pobre y con unos niños con muchos problemas y todavía menos perspectivas de futuro. En la revista le gusta mucho potenciar todos los gestos que tienen los aristócratas, está claro, del mismo modo que también gusta a los más cotillas saber a qué dedican su tiempo los sobrinos de Felipe VI.