SORPRESA LAS CANTERAS | Los cantos de ‘Carmina Burana’ inundan el paseo de Las Canteras

Los cantos de ‘Carmina Burana’ inundan el paseo de Las Canteras

El coro de la Orquesta Sinfónica de Las Palmas sorprendió este sábado a los viandantes con esta iniciativa por su 25º aniversario

Los cantos de ‘Carmina Burana’ inundan el paseo de Las Canteras

LP/DLP

La Provincia

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Los cantos medievales de Carmina Burana inundaron durante la mañana de este sábado la Avenida de Las Canteras para gran sorpresa de los paseantes de la zona bajo el sol intenso de mayo. Se trataba de las voces del coro de la Orquesta Sinfónica de Las Palmas, que quiso compartir este pequeño recital secreto con la ciudadanía con motivo del 25º aniversario de la formación, que se conmemora este 2024.

Y es que los principales actos conmemorativos de esta efeméride arrancan con dos funciones de Carmina Burana el próximo 1 de junio, con las entradas practicamente agotadas, y el estreno de un documental sobre su historia: Somos la Sinfónica, dirigido por el multipremiado director Ángel Hernández Suárez. 

Una obra colosal para gran orquesta, coro y solistas que nunca deja a nadie indiferente: la soprano Leonor Bonillo, el barítono César San Martín y el contratenor Christian Gil serán los solistas invitados para esta especial ocasión, con Maite Robaina como directora del Coro de la Orquesta Sinfónica de Las Palmas, y en la dirección musical, el maestro titular de la Orquesta Sinfónica de Las Palmas, Rafael Sánchez-Araña.

Carl Orff compuso su cantata escénica Carmina Burana basándose en una colección de cantos medievales descubiertos en el monasterio de la localidad bávara de Beuren y atribuidos a los goliardos, clérigos y estudiantes muy cultivados en la literatura pero de vida licenciosa. En estas «canciones profanas» se exaltan los placeres mundanos (los juegos del cortejo amoroso, el sexo, el vino) y el despertar de los sentidos proyectados en una Naturaleza liberadora. 

Sobre esta base, no exenta de ironía y crítica de los estamentos y las costumbres, subyace una reflexión sobre la inconstancia del destino humano, siempre dependiente de los caprichos de la rueda de la fortuna que simboliza el famoso coro «O fortuna» que abre y cierra la obra. Orff ilustra todo este material con una música de irresistible impulso rítmico y brillante instrumentación, particularmente destacable por la riqueza de la percusión, y que ha arrastrado a los públicos desde el mismo día de su estreno en 1937.