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Véase el texto reproducido infra. El romance consta de dos narraciones en primera persona, refutadas ambas por el protagonista (vv. 1-4, 9-10, y 25-30), y de dos diálogos organizados en una serie de preguntas y respuestas, el primero con el Palmero (vv. 5-8, 11-24) y el segundo con la sombra (vv. 31-48). En algunas versiones orales también consta de un epílogo final, de estructura paralelística (cfr. infra).

 

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Para el «escudero» que se convierte en «caballero» en la poesía oral, cfr. MENÉNDEZ PIDAL, Rom. Hisp., II, p. 17 y CHICOTE, p. 59. Cfr. también SENA «Palmero» p. 192.

 

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La materia narrada en el romance ha sido estudiada varias veces por los especialistas: MORLEY p. 305 ha reconocido en ella 5 elementos significativos (a, la sombra; b, las señas de la enamorada muerta; c, los adornos de su cuerpo y del ataúd o andas; d, la corrupción de las partes del cuerpo; e, la bendición que concede la difunta a su amante aconsejándole que se case). En cambio MORENO/FONSECA, pp. 413-ss. reconocen 6 elementos narrativos (la pregunta, la noticia, las señas, la aparición, el duelo de la naturaleza, la muerte prematura), a la vez que opinan (pp. 427-ss.) que el texto originario, reconstruible a partir del conjunto de romances conservados tendría un esquema narrativo más amplio, formado por 8 elementos (pregunta, noticia, señas de la amada, desmayo, deseo de muerte, aparición, corrupción del cuerpo y testamento de la difunta). En fin CHICOTE p. 62 reconoce 6 secuencias narrativas (encuentro del enamorado con el Palmero, noticia de la muerte de la amada, desmayo del enamorado, aparición de la amada, deseo de acompañarla e incitación a vivir).

 

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En las notas que se siguen, acudiremos a la tradición moderna sólo para los elementos que se han perdido en las versiones antiguas del texto, de los que incluso daremos una ejemplificación muy reducida. Pero claro está que todos los elementos señalados en nuestra lista también se hallan en la tradición oral de nuestros días, cuya documentación por razones de espacio dejaremos de aducir, remitiendo, una vez más al libro que tenemos en preparación. Las citas de las versiones orales inéditas están sacadas de la carpeta titulada «La Aparición» que se guarda en el Archivo Menéndez Pidal, cajón B A-8, ref. 0168. Para las versiones marroquíes remitimos al número del catálogo del Romancero Judeo Español de ARMISTEAD (s. v. 12). Un gracias muy especial a todo el personal del Archivo por las muchas facilitaciones concedidas tanto en la consulta de los materiales como en la agilización de trámites para autorizar su mención.

 

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El mensajero aparece tanto en la obra de FERREIRA, Acto V (ed. ROIG, pp. 206-ss., ed. de 1587, y pp. 359-ss., ed. de 1598), como en la de BERMÚDEZ, Acto V (ed. TRIWEDI, pp. 116-ss.). También aparece en las obras teatrales de Mejía y Vélez quienes, como ya se ha dicho, en esta circunstancia acuden ambos a la cita de unos versos del Palmero. En el Romancero antiguo sobre Inés también se alude a mensajeros que comunican la noticia al rey: así por ejemplo en 2 romances de Isabel de Liar, el aparecido en la Silva de 1550 (Prim. 105, vv. 7-13), y el publicado en la Rosa Española de Timoneda (Prim. 106, vv. 2-3); además, en el romance de Gabriel Lobo Lasso de la Vega, de 1587 (DURÁN, R. G., n.º 1237, vv. 33-34), en el romance anónimo del s. XVIII (DURÁN, R. G., n.º 1301), etc.

 

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Cfr. por ejemplo en las versiones orales de la Aparición: «mi esposa niña» (Alcazarquivir J2.12); «mi esposa / que quedé niña y doncella» (Zamora. carp. n.º 25); «uma menina / que é bonita e donzela» (Leite de VASCONCELOS, RP, n.º 379); «Notem notem meus senhores / a desgraça de uma donzela» (ibíd., n.º 387); «oh que mal empregada monte / numa tão linda donzela» (CASTA FONTES, Trás-os-Montes [=TM], n.º 224), etc.

 

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Amén de la referencia explícita a los 22 años de la difunta que se hace en el romance de «Gritando va el caballero», también en otros textos se alude a la muerte prematura de que fue víctima Inés. Así por ejemplo, en VÉLEZ DE GUEVARA: «mirando mi poca edad / y mirando mi inocencia» (III, p. 83). Además, son frecuentes las alusiones a su condición, de «doncella», que también vimos en la tradición tiras: «mui gualante e mui fermosa donzela» (ANRIQUE DA MOTA, ed. ASENSIO, p. 55); «Tal está, morta, pálida donzela» (CAMÕES, Lusíadas, III, estr. 134); «Daquella illustre y ínclita doncella» (SOARES DE ALARCÃO, I, estr. 15). Y hay muchas más referencias a su de muerte malograda: «cuya vida mostraba que había sido / antes de tiempo y casi en flor cortada» (GARCILASO, Égloga III, vv. 227-228); «vida / assi cortada en flor» (FERREIRA, Castro, IV, vv. 343-344): «que cortada / antes do tempo foi, cándida e bela» (CAMÕES, Lusíadas, III, estr. 134), etc.

 

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Cfr. por ejemplo: «el cuerpo le hicieron de mármol / la garganta de marfil» (Tánger J2.5); «su carita era una rosa / y sus dientes de marfil / la garganta de alabastro / dientes de un fino marfil» (Larache J2.10); «la garganta de alabastro / y los dientes de marfil» (Andalucía, carp. n.º 31); «sus manos son de alabastro / su garganta de marfil» (Tenerife, DÍAZ ROIG p. 217); «su garganta es de alabastro / sus manitas de marfil», «su boca era una rosa / y los ojos de cristal» (Argentina. CHICOTE p. 56); «la carita era de seda / y los dientes de marfil» (Andalucía, MORLEY p. 305); «la cara era de sera / y los dientes de marfí» (OSUNA, Antología, X, p. 192); «e a cara era de cera / e os seus dentes de marfim» (COSTA FONTES, TM, n.º 209); etc.

 

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Cfr. en «Gritando va el caballero»: «el cuerpo de plata fina / el rostro era de cristal», vv. 55-56. Para el teatro barroco sobre Inés vuelvo a citar los vv. de Mejía: «Los ojos son dos estrellas, / Mejillas, nieve y carmín, / Los dientes, menudo aljófar, / Los labios, clavel de abril, / La garganta, de alabastro, / El pecho, blanco marfil» (III, p. 403); y de Vélez: «su garganta es de alabastro / y sus manos de marfil» (III, pp. 89-90). Como se recordará, MORLEY, pp. 305-307 supuso que el elemento b, señas, de segura antigüedad, se había perdido en la tradición primitiva, guardándose tan sólo en las versiones teatrales tardías y en la tradición oral moderna del Palmero. Sin embargo, la presencia significativa de dicho motivo en un romance también implicado con la tradición de Inés de Castro como lo es el de «Gritando va el caballero» demuestra que el motivo circulaba hacia fines del s. XV en textos relacionados con Inés, como el Palmero, y que de ahí pasó al romance de «Gritando va el caballero».

 

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Cfr. por ejemplo las alusiones a «cutelo» (Leite de VASCONCELOS, RP, n.º 354); «faca» (COSTA FONTES, Canadá, n.º 140); «facadas» (Costa Fontes, São Jorge, n.º 105); «punhal» (Costa Fontes, TM, n.º 464); «pescocinho degolado» (Leite de VASCONCELOS, RP, n.º 357); «gargantinha degolada» (ibíd., n.º 365); «garganta degolada» (COSTA FONTES, TM, n 470), etc.

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