Resulta que 'Peaky Blinders' no es solo una clase magistral de cómo convertirse en gángster. También es una buena lección de historia. Los acontecimientos que se dieron durante los inicios del siglo XX están reflejados entre las peripecias de la familia Shelby, y algunos de sus personajes son hasta reales, como es el caso del villano de esta última entrega, el político Oswald Mosley.

En un reportaje en The Guardian, Steven Knight destacó que había querido incluir a este político porque le parecía una línea argumental muy llamativa y, sobre todo, muy relevante en el contexto actual. Sin embargo, también destacó que hizo todo lo posible para evitar ser dignificado: "Todas las historias sobre Mosley mencionan su carisma, y en Sam contratamos a un actor que puede reflejarlo, pero también quería mostrar el hecho de que, para mucha gente, sus políticas parecían horriblemente atractivas. Quería que la audiencia recordara que no era alguien gritando cosas que la gente no quería oír, sino alguien a quien escuchaban. Eso es lo más aterrador de él". Y así fue. Carismático y con don de gentes, supo, por unos años, convencer a un buen número de personas que el fascismo era lo que Inglaterra necesitaba.

Ya vimos en anteriores temporadas como la Revolución Obrera y la Guerra Bolchevique se colaban en el guion. La primera fue a través de la figura del marido de Ada Shelby, fiel sindicalista luchador por los derechos de los obreros de finales de inicios del siglo XX, y después, en la tercera temporada, pudimos ver a los Shelby viendo una oportunidad de negocio con el Ejército Rojo. Ahora, en la quinta temporada arrancamos en el año 1929, con las consecuencias de la quiebra de Wall Street reventando los ahorros e inversiones de la familia de Birmingham. Pero el creador de la historia, Steven Knight, no se quedó en ese hito histórico y decidió meter en la política el auge de los fascismos que dominarían el escenario europeo de la década de los treinta.

Crowd Saluting Fascist Party Leader Sir Oswald Mosley
Bettmann//Getty Images

La entrada de Tommy en política en la temporada anterior como diputado por el partido laborista, lo va a llevar a entrar en contacto con una de las figuras más oscuras de la política británica del siglo XX, Sir Oswald Mosley.

Un hombre de moda en los años 20

¿Quién es este señor? Tal como nos presenta en la ficción Sam Claflin, Mosley era un joven carismático y arrogante que desde sus inicios fue bautizado por la prensa como "el orador más fino de los Comunes". Entró en la política en 1918 con tan solo 21 años.

"En los años 20 era una figura de moda", contaba Stephen Dorril, biógrafo de Mosley, en una entrevista con la BBC. Nacido en una familia aristocrática, Mosley se distinguió durante la Primera Guerra Mundial y fue elegido diputado conservador por Harrow a la edad de 21 años. Se casó con la hija de un conde. "Lo invitaron a muchas fiestas. Conocía a Churchill, conocía a todos los políticos. Un mujeriego masivo: era muy alto en ese momento, aunque tenía una cojera. Vivía la vida al máximo", recuerda Dorril.

Entró a formar parte del grupo conservador en política; sin embargo, pegó el salto a los laboristas como diputado de Smethwick, el que sería ya el terreno donde coincide con Tommy Shelby. Como recuerda el historiador, "Después del colapso de 1929, se convirtió en ministro del Gobierno encargado de encontrar la forma para resolver el desempleo, pero sus propuestas fueron rechazadas. Mosley no pudo aceptar esto. Era increíblemente egoísta. Creía que era el hombre adecuado. Creía que tenía la solución".

Sir Oswald Mosley giving a speech, 1930s
National Media Museum/Daily Herald Archive//Getty Images

Nacimiento del partido fascista

Fue entonces cuando organizó el New Party. Sería en el año 1931 cuando este sir fundaría un nuevo partido que terminaría evolucionando hacia la Unión Británica de Fascistas, algo que más o menos hemos presenciado en la ficción con el memorable mítin que dio durante el cumpleaños de la mujer de Tommy. Al igual que el Partido Alemán de Hitler, este partido sembraría el caos dentro y fuera de la Cámara, con luchadores callejeros, conocidos como camisas negras, dispuestos a terminar con los judíos y los opositores de izquierda, así como con impresivos mítines a pie de calle por varios barrios de Londres.

Sería en 1932 cuando, tras recorrer la Italia de Mussolini, Mosley formaría la Unión Británica de Fascistas (BUF), combinando su programa económico con un antisemitismo explícito. "Logró un éxito limitado, por un tiempo. En un momento, la BUF tuvo 50.000 miembros. El propietario del Daily Mail, el vizconde Rothermere, escribió un artículo en 1934 titulado '¡Hurra por las camisas negras!'. La BUF también consiguió un puñado de concejales elegidos".

Sus adeptos comenzaron a vestir de forma similar a sus homólogos italianos y alemanes, con camisas negras, y copiaron el saludo así como el uso de violencia. El historiador recuerda un mitin en 1934 celebrado en el Olympia de Londres, en el que estos camisas negras atacaron brutalmente a la multitud.

Oswald Mosley
R. McPhedran//Getty Images

Caída del partido

"Mosley intentó organizar una marcha a través de un área judía del este de Londres, lo que resultó en la famosa 'Batalla de Cable Street', en la que la gente local y los antifascistas bloquearon el camino de los camisas negras". Este encuentro comenzó a producir la caída del partido fascista. También el estallido de la Segunda Guerra Mundial hizo que perdiese cualquier fuerza que hubiera conseguido. ""La mayoría de los británicos pensaban en la Segunda Guerra Mundial como una guerra contra el fascismo", explica el historiador, que añade "La Ley de Orden Público de 1936 incluyó la prohibición de los uniformes políticos", como una causa más de la caída del partido de Mosley.

Tras la II Guerra Mundial

"Después de la guerra intentó revivir a su partido, que pronto cambió su nombre al Movimiento de la Unión, con poco éxito, y abandonó el país en 1951. Ocho años después, a raíz de los disturbios raciales en Notting Hill, se presentó a las elecciones en Kensington North en una plataforma contra la inmigración, pero no logró abrirse paso. Después de fallar nuevamente en las elecciones generales de 1966, también en un distrito electoral de Londres, se retiró a Francia", explican en la entrevista.

Murió en 1980.

Muy amigo de Mussolini y de Hitler, Mosley incluso invitó al dictador alemán como invitado de honor a su segunda boda. Una celebración que tuvo lugar en la casa del ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels.

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