La ciudad más pequeña de España está en Burgos y esconde un gran secreto

La ciudad más pequeña de España está en Burgos y esconde un gran secreto

Burgos es una ciudad muy popular en España, la cual acoge a cientos de turistas cada año. Con paisajes maravillosos, un polo gastronómico variado y atracciones para todas las edades, la ponen como un sitio ideal para escaparse un fin de semana o planear vacaciones. Pero si lo que realmente necesitas es aislarte del bullicio de las grandes zonas, este lugar cuenta con un pequeño y hermoso lugar.

Nos referimos a Frías, la cual tiene el privilegio de ser la ciudad más pequeña de todo el territorio español. La misma tiene solo 270 habitantes y se encuentra a 80 kilómetros del centro de Burgos, pero paradójicamente es de las mayores atracciones existentes. Su mayor distinción es el toque medieval que posee, en donde un gran castillo y puente de roca es digno de fotografías.

La ciudad que es tan pequeña como bella

La Ciudad Que Es Tan Pequeña Como Bella

Frías pertenece a la llamada Mancomunidad Raíces de Castilla. Una ruta que nos lleva no sólo a allí, también a las hermosas poblaciones Oña y Poza de la Sal. El título de ciudad más pequeña de España se le concedió en el año 1435 gracias al Rey Juan II, algo que perdura hasta el día de hoy. Para empezar, cuenta con un puente que tiene 1.5 kilómetros de distancia, el cual está rodeado de un arroyo cristalino. Además, está conformado por 9 arcos que no hacen más que resaltar su belleza.

No todo termina allí: Esta pequeña ciudad cuenta con una preciosa hilera de casas construidas literalmente al borde del precipicio rocoso, las cuales no son aptas para los que sufren de vértigo. Las mismas están hechas con rocas de antaño y madera, por lo que se amoldan y combinan con el estilo medieval de esta ciudad tan popular en las redes sociales.

Otras atracciones que tiene la pequeña ciudad de Frías

Otras Atracciones Que Tiene La Pequeña Ciudad De Frías

La gran iglesia de San Vicente sin dudas tiene que estar en tu guía, la cual tiene un origen romano y se encuentra en el extremo rocoso del peñasco de La Muela. En su interior se pueden observar imágenes religiosas pintadas durante el siglo XVII, figuras religiosas y un diseño arquitectónico que no dejará de asombrarte. Las misas suelen ser numerosas, algo notable si se tiene en cuenta la pequeña porción de habitantes de la ciudad.

El casco histórico tampoco te puede faltar, en donde las pequeñas casas con tejas en sus techos le dan al sitio un toque distintivo. La agradable sensación de estar paseando entre siglos de historia y calles que parecen no haber cambiado ni un poco con el paso de los años es sensacional, por lo que resulta ser un gran plan para pasar un día diferente. ¿Te atreves a esta aventura?