Crítica de 'Sanctuary', de Zachary Wigon: una comedia romántica que no lo es

Bendito Spoiler

Margaret Qualley en Sanctuary (2022)

Crítica de ‘Sanctuary’, de Zachary Wigon: una comedia romántica que no lo es

El segundo largometraje como director de Zachay Wigon, 'Sanctuary', se presenta como un juego de roles e interpretaciones que parece difícil de desglosar.
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Margaret Qualley en Sanctuary (2022)
3.5 out of 5.0 stars

Una de las mejores características que tiene sel séptimo arte como lenguaje es que no solamente se limita a narrar una historia con el diálogo y con el encuadre. La magia de las películas reside en esa capacidad de contar varias situaciones, sentimientos y búsquedas sin necesidad de aparecer explícitamente en pantalla. Es eso lo que hace Zachary Wigon en su segundo largometraje como director, Sanctuary.

En esta película que se da el gusto de mezclar géneros en pos de crear una comedia romántica nunca antes vista, se explora la vida de los protagonistas y sus mayores preocupaciones en una velada que parece no tener fin. Mediante la puesta en escena de una noche como cualquier otra, Sanctuary se desenvuelve como una reflexión sobre las relaciones de poder, los poblemas personales y las preocupaciones sobe la identidad y las decisiones de la vida.

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Hal (Abbott) y Rebecca (Qualley) se encuentran en la misma habitación de hotel. La noche que pasan será definida por juegos que están relacionados al poder, la sexualidad, los fetiches y las fantasías. Sin embargo, el hecho de que sea la última noche en la que éste heredero de una enorme cadena de hoteles y su habitual dominatriz se vean las caras, desenvoca en una situación de intento de manipulación y chantaje por parte de ésta última.

Con acciones que suceden casi en tiempo real, Zachary Wigon usa como excusa la noche que viven los protagonistas para narrar mucho más de lo que se puede ver en pantalla. Sanctuary se presenta a sí misma como una película sobre juegos. Donde se hace un fuerte hincapié en las relaciones de poder, las cuales se encuentran en la mayoría de los ámbitos de la vida social y hasta personal.

Wigon presenta personajes construidos en base a problemas reales y comunes. En un ida y vuelta por identificar quién es realmente el encargado de llevar la batuta, se da en el largometraje una reflexión sobre cómo el poder está implicito en cada aspecto de la vida de las personas. Abbott y Qualley interpretan a estos pesonajes conflictuados por problemas internos. No se puede negar que se trata de protagonistas interesantes que llevan adelante una trama que poco tiene que ver con lo que realmente se busca narrar.

Mediante el uso de herramientas del suspenso clásico, Sanctuary es capaz de lograr grandes niveles de inquietud en los espectadores. Presenta una extraña relación entre unos protagonistas singulares que llevan adelante tantos juegos y situaciones guionadas que nunca se conoce con exactitud cómo va a ser el desenlace. Los personajes son tan impredecibles como la película en sí misma: Wigon se da el lujo de cerrar al estilo de una comedia romántica como cualquier otra.

Margaret Qualley y Christopher Abbott en Sanctuary (2022).

FICHA TÉCNICA

Sanctuary (2022). Dirección: Zachary Wigon. Guion: Micah Bloomberg. Fotografía: Ludovica Isidori. Música: Ariel Marx. Elenco: Margaret Qualley y Christopher Abbott. Duración: 96 minutos. Nuestra opinión: Buena.