La azotea, la blanquísima azotea, cegaba con el blancor de sus bien enjalbegados muros y con los espléndidos tonos de las flores, que en numerosas macetas adornaban el murete corno una greca florida, a los ardientes rayos del sol que parecía querer incendiar el zafir de los cielos y el cristal purísimo del espacio.
yer vino la paloma que viene todos los días, ayer se paró en la reja y comió de mi comida, ayer vino hasta mis hierros, ayer me escuchó tranquila y digo en el romancillo las cosas que le decía: -Paloma, vuelve a los cielos y mira hacia los tejados; cuando veas una casa grande, que tiene tres patios; el primero con palmeras, el segundo con mosaicos, el tercero, un patio grande con azotea de un lado y arboleda y gallinero y olor de jabón pintado, cuando veas esa casa verás en el primer patio cuatro mujeres cosiendo cuatro mujeres bordando.
Al llegar á dicho sitio, vi que la escuela Santa María que ocupa toda la manzana Sur de la plaza estaba repleta de huelguistas presididos por el titulado Consejo Directivo de la huelga, instalado en la azotea con frente á la plaza y en medio de banderas de los diversos gremios i naciones.
Hice avanzar las dos ametralladoras del "Esmeralda" i las coloqué al frente de la Escuela con puntería fija á la azotea donde estaba reunido el Comité Directivo.
Vayamos presto a aquel castillo avaro que nos cela tesoro tan precioso; que en balde no sará nuestra fatiga, si no me es la Fortuna hoy enemiga.» «¿Quieres --él respondió-- que cruce el paso que lleva a aquella mágica azotea?
Aprovechando quizá un descuido de los encargados de su custodia, presa de un vértigo y aferrada a la idea de que era «aire», Cecilia trepó hasta la
azotea de uno de los pabellones, se puso en pie en el alero y, exhalando un grito de placer (realizaba al fin su dicha), se arrojó al espacio.
Emilia Pardo Bazán
Entonces ordené dos descargas más fuego á las ametralladoras con puntería fija hacia la azotea donde vociferaba el Comité entre banderas que se ajitaban i toques de cornetas.
Grandes bosques de árboles centenarios, cubiertos de musgo y liquen, rodeaban por todas partes un lago diáfano y sereno, en una de cuyas orillas, y sobre imponentes peñascos, se elevaba el castillo, residencia real; el castillo era ya muy antiguo y de arquitectura grandiosa; sus torres, cercadas de balconcillos calados de granito, se reflejaban en el lago; y la yedra, trepando por los muros, daba graciosísimo aspecto a la
azotea, en cuyo borde unas estatuas de mármol, amarillosas ya con la intemperie, se inclinaban para mirarse en el lago también.
Emilia Pardo Bazán
Cuando los perseguidores se alejaron después de registrar mucho, salió Amado de su escondite y, viendo la ventana abierta y la
azotea delante, arrancó un grueso y largo cordón de seda que recogía el cortinaje de su lecho, lo ató al balaustre y se descolgó por él hasta el pie del castillo, desde donde, y como si tuviera alas en los talones, emprendió a correr y no paró hasta la cabaña de Ignoto.
Emilia Pardo Bazán
Pasando por entre la turba, llegué á la puerta de la Escuela i llamé al Comité. Este decendió de la azotea i rodeado de banderas se presentó en el patio esterior, ante la apiñada muchedumbre.
Los grupos de policías de la judicial se colocaron en la azotea del edificio de la organización de los copreros y desde allí dispararon sus fusiles M-1 en descarga cerrada sobre los campesinos cuando estos estaban a punto de entrar.
En el bolsillo del chaleco buscó su reloj, se dio cuenta de la hora y entró con grave gesto en la repulsiva construcción. Subió por las penumbrosas escaleras hasta la
azotea.
Antonio Domínguez Hidalgo