El Papa reitera la disponibilidad de la Santa Sede para un intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania - Alfa y Omega

El Papa reitera la disponibilidad de la Santa Sede para un intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania

Durante el Regina Coeli, ha invitado a rezar por la paz y por las madres del mundo, ya que hoy se celebra el Día de la Madre en muchos países

Ángeles Conde Mir
Francisco en la ventana de su estudio del Palacio Apostólico durante el 'Regina Coeli'
Francisco en la ventana de su estudio del Palacio Apostólico durante el Regina Coeli. Foto: OVS Photo / Vatican Media.

Con los ojos puestos en Oriente Medio, la atención sobre la invasión de Ucrania ha disminuido pese a los furibundos combates en torno a Járkov, la segunda ciudad del país. El Papa ha querido destacar, tras la oración del Regina Coeli, que la Santa Sede sigue dispuesta a ayudar en lo que pueda: «Mientras celebramos la Ascensión del Señor, que nos hace libre y nos quiere libres, renuevo mi llamamiento para un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania asegurando la disponibilidad de la Santa Sede para favorecer cualquier esfuerzo para ello, sobre todo, por aquellos gravemente heridos y enfermos».

Un domingo más, ha pedido oraciones por la paz en Ucrania, en Israel, en Palestina y en Myanmar. Se ha referido también a la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra este día. Ha abogado por «recuperar la sabiduría del corazón», como reza el lema de esta fecha, para «descubrir el camino para una comunicación plenamente humana».

Y, aunque en España se celebró el domingo pasado, en muchos países como Italia se celebra este domingo el Día de la Madre. Por ello, el Papa ha reconocido a todas las madres del mundo, también «a las que se han ido al cielo», y ha pedido un aplauso para ellas que ha resonado con fuerza en toda la plaza.

Responder al mal con el bien

En este domingo de la Ascensión del Señor, Francisco ha hablado del significado de esta solemnidad en la que Jesús es «llevado al cielo» para sentarse «a la derecha de Dios». Jesús vuelve al Padre, pero no para alejarse de sus criaturas, sino para precedernos, ha dicho el Pontífice.

Para explicarlo más claramente ha usado una comparación: «Como cuando en la montaña se sube hacia la cima y se va caminando con cansancio hasta que, finalmente, en un recodo del sendero, el horizonte se abre y se ve el panorama. Entonces, todo el cuerpo vuelve a encontrar la fuerza para afrontar la última subida».

El Santo Padre ha asegurado que el pueblo de Dios es el cuerpo de Jesús quien, como el primero en la escalada, está atado a los demás tirando de ellos. Así, «es Él quien nos desvela y nos comunica, con su Palabra y con la gracia de los sacramentos, la belleza de la patria hacia la que nos encaminamos».

Mientras tanto, el pueblo de Dios va ascendiendo esa montaña junto a Cristo «sabiendo que el paso de uno es un paso para todos, y que nadie debe perderse ni quedar atrás porque somos un cuerpo solo». Francisco ha destacado además que, de camino a la cumbre, los cristianos podemos ir dando pasos que se concretan en «las obras del amor», como «estar lejos del mal, responder al mal con el bien y estar cerca de quien sufre».

«Y cuanto más hacemos esto, más nos dejamos transformar por su Espíritu, más seguimos su ejemplo y más, como en la montaña, sentimos que el aire en torno a nosotros se vuelve ligero y limpio, el horizonte amplio y la meta cerca, las palabras y los gestos se convierten en buenos, la mente y el corazón se agrandan y respiran», ha concluido el Pontífice.

Como es habitual, ha lanzado unas preguntas para la reflexión personal, como si vivimos aferrados a lo pasajero o tenemos deseo del amor infinito de Dios y la vida eterna. O si el deseo del cielo nos hace amar también a los hermanos como compañeros de camino hacia el paraíso.