A finales de los noventa, el director Stephen Sommers logró hacer realidad el sueño cinematográfico que albergaba por décadas. Cuando tenía 8 años, había quedado cautivado por La momia (1932) de Boris Karloff, una aterradora película que lo introdujo en los misterios del antiguo Egipto. Ya como cineasta, la idea de crear su propia versión estaba ahí, como una semilla esperando el momento propicio para germinar.
Una historia de amor, aventura y terror
Este 2024, el mencionado largometraje cumplió un cuarto de siglo desde su estreno. Es un hito indiscutible en el cine de aventuras, con su manejo de motion capturey efectos especiales experimentales para la época.
La historia se ambienta en 1923 y sigue a Rick O’Connell (Fraser), Evelyn Carnahan(Weisz) y su hermano Jonathan en su intento por detener a Imhotep (Arnold Vosloo), un sumo sacerdote egipcio que es resucitado accidentalmente. El personaje tiene una historia particular, pues fue sepultado vivo en el 1920 a.C como castigo a su romance prohibido y por haber asesinado al Faraón.
Con una mezcla de acción, humor y elementos de horror, el filme fue todo un éxito en las salas y recaudó más de 416 millones de dólares en todo el mundo. Con motivo del aniversario 25 de este clásico moderno, recordamos algunas de las anécdotas más fascinantes y menos conocidas detrás de su creación.
El accidente de Brendan Fraser
Uno de los momentos más recordados y peligrosos del rodaje involucró a Brendan Fraser, el protagonista, que llegó a asfixiarse y perder la conciencia por unos minutos. “Fue aterrador”, admitió el actor cuando recordó el evento en una entrevista publicada por Entertainment Weekly en 2019.
El accidente ocurrió en la escena donde O’Connell es colgado tras ser capturado como prisionero. La idea es que el personaje es tan fuerte que no se ahoga a pesar de esa tortura. Según relataron el actor y el director, primero se hizo una toma amplia con el doble de riesgo que portaba un arnés, la cual quedó muy bien. Sin embargo, también necesitaban un plano del rostro de Rick.
El nudo de la soga estaba justo en el cuello de Fraser. “En la primera toma hice mi mejor actuación de asfixiarme. Luego Steve dijo: ‘¿Podemos hacer otra y poner más tensión a la cuerda?‘ Respondí: ‘Está bien, que sea una más‘”
Fraser narró el aterrador incidente con detalle: “Recuerdo ver la cámara comenzar a girar alrededor y luego todo se volvió negro, como el final de una película muda. Cuando volví en mí, un paramédico estaba llamándome por mi nombre”.
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